Los 8 Ingredientes Más Dañinos que Debe Identificar en las Etiquetas de los Alimentos

Ingredientes de Alimentos

Historia en Breve

  • Miles de aditivos alimentarios son agregados a los alimentos hechos en Estados Unidos, pero ocho de ellos son los peores. Los endulzantes y saborizantes artificiales, junto con las grasas trans son los tres primeros
  • Muchos aditivos alimentarios que han sido prohibidos en otros países debido a problemas de salud siguen siendo permitidos en los alimentos hechos en Estados Unidos

Por el Dr. Mercola

Los alimentos procesados están cargados de conservadores, colorantes artificiales y saborizantes artificiales, está es una de las razones por la que le recomiendo evitarlos. Una vez que empiece a leer las etiquetas, se dará cuenta de que están en todas partes.

La mejor manera de evitar los aditivos químicos tóxicos es consumir únicamente alimentos enteros y frescos. Pero en términos prácticos, esto puede ser difícil de hacer para muchas personas, al menos el 100 por ciento del tiempo. Lo más probable es que, a pesar de sus mejores esfuerzos, consuma uno o dos alimentos procesados en cualquier momento de su alimentación.

Por lo tanto, es bueno saber cuáles de los miles de aditivos químicos son los más peligrosos y que debería evitar a toda costa cuando lo identifica en una etiqueta de alimentos.

Un artículo recientemente publicado en One Green Planet1 destaca ocho ingredientes particularmente dañinos que usted y sus hijos probablemente están comiendo. Parece que hay un buen consenso sobre lo peor de lo peor, ya que siete de ellos también eran apodados "Scary Seven"2 por Andrea Donsky de Naturally Savvy.

Si nota cualquiera de estos en una etiqueta de los alimentos, regréselo rápidamente al estante. Aunque estoy de acuerdo con todas las opciones de One Green Planet, aquí seleccioné los que yo considero son los peores ingredientes que se encuentran en los alimentos procesados.

1. Endulzantes Artificiales

Los estudios han demostrado que al probar algo dulce aumenta el hambre, independientemente de las calorías, y el consumo de endulzantes artificiales ha demostrado causar un mayor aumento de peso que consumir azúcar.

El aspartame parece tener el efecto más pronunciado, pero lo mismo se aplica para otros endulzantes artificiales, como el acesulfame de potasio, sucralosa, y sacarina. Por desgracia, el aumento de peso es sólo la punta del iceberg cuando se trata de los riesgos para la salud de los endulzantes artificiales.

Los endulzantes artificiales aumentan el riesgo de diabetes. Un estudio reciente en la revista Nature3 nos dijo por qué—ellos alteran negativamente su microbioma intestinal. Por ejemplo, el endulzante artificial de mayor venta Splenda (sucralosa) puede destruir hasta el 50 por ciento de su flora intestinal benefica.4

Se ha sabido desde hace tiempo que consumir sucralosa puede causar o agravar la enfermedad inflamatoria intestinal debido a que interfiere con la función gastrointestinal.5

Estudios en animales y humanos han demostrado que la Splenda altera la función de la glucosa y la insulina, promoviendo de esta manera el aumento de peso, resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.

Pero hay otras preocupaciones de que la sucralosa puede causar daño en el ADN, y cuando se calienta libera cloropropanoles, que son miembros de una clase extremadamente peligrosa de carcinógenos llamados dioxinas.6 Los endulzantes artificiales son un grupo de aditivos químicos que deben evitarse por completo.

2. Grasas Trans y Aceites Vegetales

Desde que fueron introducidas las grasas trans en 1911, la grasa trans "Crisco" ha sido implicada en numerosos problemas de salud graves. En primer lugar, promueven la inflamación, que es un punto de referencia de la mayoría de las enfermedades crónicas.

Las grasas trans también interfieren con la función básica de la membrana celular, lo que puede preparar el camino para el cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Las grasas trans pueden aumentar radicalmente el riesgo de accidente cerebrovascular. Un estudio en 2010 que involucro a mujeres posmenopáusicas encontró una incidencia 30 por ciento más elevada de accidentes cerebrovasculares isquémicos entre las mujeres cuyo consumo diario de grasas trans era el más elevado.7

Mientras que las grasas trans son ampliamente reconocidas como nocivas y se están eliminando en gran medida, muchos restaurantes están regresando al uso de aceites vegetales sintéticos, que pueden agravar aún MÁS el problema debido a la gran cantidad en la que ahora se consumen.

Los aceites vegetales hidrogenados están presentes en la mayoría de los alimentos procesados, incluyendo galletas, papas fritas, alimentos fritos, y muchos otros. Hoy en día las personas en Estados Unidos comen más de 100,000 veces más aceites vegetales que a principios del siglo 20—los aceites vegetales ahora representar un  siete u ocho por ciento de todas las calorías consumidas.

A diferencia de las grasas trans, los aceites vegetales continúan siendo ignorados a pesar de que se convierten en subproductos de oxidación tóxicos cuando son calentados.

Una categoría de un subproducto son los aldehídos cíclicos, que son altamente inflamatorios y pueden promover la enfermedad cardíaca y el Alzheimer. Los aceites vegetales tales como el aceite de soya, canola, maíz y otros aceites tienen el riesgo adicional de ser genéticamente modificados y estar contaminados con glifosato.

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3. Sabores Artificiales

Cuando ve el término "sabores artificiales" en una etiqueta, no hay manera de saber lo que realmente significa. Esto podría significar que un aditivo natural está presente, o una mezcla de cientos. Por ejemplo, el sabor artificial a fresa puede contener alrededor de 50 compuestos químicos.8

Aún más preocupante, "el sabor natural" puede ser algo que lo mejor sería no consumir—por ejemplo el sabor a vainilla, a menudo esta hecho de secreciones anales de castores.

Un compuesto en estas secreciones anales, castóreo, huele a vainilla y es utilizado para dar sabor a diversos productos horneados, postres, goma de mascar, y otros artículos. Pero en la etiqueta no verá "secreción anal de castores." En su lugar, vera el término menos alarmante como "sabor natural"

Algunos sabores artificiales tienen preocupaciones de salud muy graves. Por ejemplo, el sabor a mantequilla agregado a las palomitas de microondas (diacetilo) tiene varias implicaciones para la salud del cerebro y puede contribuir a las placas beta amiloide, que se asocian con el desarrollo del Alzheimer.

4. Glutamato Monosódico (MSG)

El glutamato monosódico o MSG (por sus siglas en inglés) es una excitotoxina. Este potenciador del sabor a menudo está relacionado con la comida china, pero en la actualidad es añadido a un sinnúmero de productos alimenticios procesados, desde comida congelada y aderezo para ensalada hasta papas fritas y carnes. Sin embargo, el término "glutamato monosódico" o sus siglas MGS ni siquiera es mencionado en la lista de los ingredientes. En lugar de ello, se pueden utilizar docenas de otros nombres, tales como ácido glutámico, proteína hidrolizada, extracto de levadura, y docenas de otros.

Parte del problema es que el ácido glutámico libre (el MSG es aproximadamente 78 por ciento de ácido glutámico libre) es el mismo neurotransmisor que su cerebro, sistema nervioso, ojos, páncreas y otros órganos utilizan para iniciar ciertos procesos en su cuerpo. Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) sigue afirmando que el consumo de MSG no causa efectos nocivos, muchos expertos informan todo lo contrario. El MSG está relacionado con la obesidad, daño en los ojos, dolores de cabeza, fatiga, desorientación, depresión, palpitaciones, entumecimiento y hormigueo.

5. Colores Artificiales (Colorantes)

Cada año, los fabricantes de alimentos vierten 15 millones de libras de colorantes alimentarios artificiales en los alimentos hechos en Estados Unidos.9 Sin embargo, un estudio en 201410 realizado por la Universidad de Purdue sugiere que los niños pueden estar consumiendo mucho más colorantes alimentarios tóxicos de lo que se pensaba. Una variedad de colorantes alimentarios comunes y el conservador benzoato de sodio hacen que algunos niños sean más hiperactivos y distraídos. Las cantidades de colorante, incluso en porciones individuales de algunos alimentos son más altos que las cantidades capaces de afectar negativamente el comportamiento de los niños. Muchos de estos colorantes provienen del alquitrán de hulla.11

Nueve de los colorantes alimentarios actualmente aprobados en los Estados Unidos están relacionados con problemas de salud que van desde cáncer hasta hiperactividad y reacciones tipo alergia y estos resultados fueron de estudios realizados por la propia industria química.12 Por ejemplo, Rojo #40, que es el colorante más utilizado, puede acelerar la aparición de tumores en el sistema inmune de los ratones, mientras que también desencadena la hiperactividad en los niños. El Azul #2, utilizado en dulces, bebidas, alimentos para mascotas, y más, estuvo vinculado a tumores cerebrales. Y el Amarillo #5, que se utiliza en productos para hornear, dulces, cereales, y más, no sólo podría estar contaminado con varios químicos que causan cáncer, sino también está ligado a la hiperactividad, hipersensibilidad y otros efectos en el comportamiento de los niños.

6. Jarabe de Maíz de Alta Fructosa (JMAF)

A menudo se afirma que el jarabe de maíz de alta fructosa o JMAF no es peor que el azúcar, pero si revisa la investigación científica contemporánea, se dará cuenta que este no es el caso. Las personas en Estados Unidos están consumiendo grandes cantidades de fructosa, sobre todo en forma de jarabe de maíz de alta fructosa, porque es barato y es fácilmente agregado a los alimentos procesados. El JMAF contiene la forma libre de monosacáridos de fructosa y glucosa, por lo que no puede considerarse biológicamente igual que la sacarosa (azúcar de mesa), que tiene un enlace glucosídico que se une a la fructosa y a la glucosa y ralentiza su descomposición en el cuerpo.

Y la fructosa está escondida en la alimentación de muchas personas, en alimentos que lo dejarían con la boca abierta, incluyendo alimentos para niños y condimentos. La fructosa se metaboliza principalmente en el hígado, ya que es el único órgano que es capaz de hacerlo. En el hígado, la fructosa se metaboliza al igual que el alcohol, causando disfunción metabólica mitocondrial en la misma manera que el etanol y otras toxinas. Y al igual que el alcohol, su cuerpo convierte la fructosa directamente en grasa.

Como recomendación estándar, le aconsejo mantener su consumo de fructosa TOTAL por debajo de los 25 gramos por día. Para la mayoría de las personas, sería prudente limitar su consumo de fructosa de frutas a 15 gramos. También lo invito a que revise su nivel de ácido úrico en la sangre. Los niveles elevados de ácido úrico es un potente indicador de toxicidad por fructosa, por lo que si sus niveles están por encima de los siguientes, entonces lo mejor sería evitar todas las formas de fructosa hasta que sus niveles se hayan normalizado—al igual que lo haría con los niveles elevados de insulina.

  1. 4 mg/dl para los hombres
  2. 3.5 mg/dl en las mujeres
sobrecarga de fructosa

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7. Conservadores

Los conservantes alargan la vida útil de los alimentos, lo que aumentan las ganancias del fabricante—a costo suyo, ya que la mayoría están relacionados con problemas de salud como cáncer, reacciones alérgicas, y más. Dado a que se trata de una categoría amplia con demasiados compuestos químicos para mencionar aquí, seleccioné los peores cinco.

Conservador Donde se Encuentra Potenciales Riesgos de Salud

BHA y BHT (hidroxitolueno butilado y hidroxitolueno butilado)

Donde se Encuentra: Chicles, cereales para el desayuno, panes, galletas, papas fritas, mezclas de frutos secos, y muchos otros

Potenciales Riesgos de Salud: Problemas neurológicos, problemas de conducta, problemas hormonales, disfunción metabólica y cáncer

TBHQ (hidroquinona de butilo terciario)

Donde se Encuentra: Fideos instantáneos, galletas, dulces, pizzas comerciales, y muchos otros

Potenciales Riesgos de Salud: Náuseas y los vómitos, zumbido de oídos, delirio, sensación de asfixia, toxicidad hepática, y mutaciones reproductivas; tan mortal que sólo 5 gramos pueden matarlo

Benzoato de sodio

Donde se Encuentra: Sodas, jugos, aderezos para ensaladas, encurtidos y otros

Potenciales Riesgos de Salud: Hiperactividad, asma, cirrosis, enfermedad de Parkinson y cáncer

Nitrito de sodio y nitrato

Donde se Encuentra: Embutidos, tocino, jamón, pescado ahumado y salchichas

Potenciales Riesgos de Salud: Cáncer colorrectal, de estómago y de páncreas

Azodicarbonamida

Donde se Encuentra: Acondicionador de masa en productos comerciales para hornear (un químico de plástico presente en los tapetes de yoga y suela de zapato)13

Potenciales Riesgos de Salud: Cáncer, asma y alergias

8. Ingredientes Transgénicos

La nueva investigación sobre los alimentos transgénico (GM) sigue confirmando el peligro de agregar ingredientes transgénicos a los alimentos procesados. Desafortunadamente los ingredientes transgénicos no son mencionados en la etiqueta. Cada vez nos estamos acercando más a la aprobación de leyes de etiquetado, pero aún no lo logramos. Si es posible, recomiendo evitar todos los alimentos que contengan organismos transgénicos, al comprar únicamente aquellos que están certificados como orgánicos o verificados por el Proyecto No-GMO. El último estudio sobre transgénicos, que involucró a cerdos, fue uno de los estudios científicos más sólidos jamás realizado sobre los efectos en la salud de una dieta a base de transgénicos.

La mayoría de los cerdos criados en territorio estadounidense, son normalmente alimentados con una mezcla de soya transgénica y maíz. Los investigadores descubrieron que esta alimentación provoca una inflamación severa en el estómago de los cerdos. En general, los niveles de inflamación fueron 2.6 veces mayores en los cerdos alimentados con transgénicos que en aquellos alimentados con una alimentación libre de transgénicos. Mientras que las hembras eran 2.2 veces más propensas a tener grave inflamación estomacal por el consumo de pienso transgénicos, los cerdos machos tenían cuatro veces más probabilidades de sufrir inflamación estomacal grave. La dieta transgénica resulto ser igual que la típica dieta americana, que lo expondrá a una variedad de diferentes alimentos transgénicos a través de su alimentación diaria, en lugar de sólo uno a la vez. Según el Proyecto No-GMO:14

"La mayoría de los países desarrollados no consideran que los transgénicos sean seguros. En más de 60 países de todo el mundo, incluyendo Australia, Japón y todos los países de la Unión Europea, existen importantes restricciones o prohibiciones sobre la producción y comercialización de organismos genéticamente modificados. En los Estados Unidos, el gobierno ha aprobado los transgénicos de acuerdo con los estudios realizados por las mismas corporaciones que los crearon y que se benefician de la venta. Cada vez más, las personas en Estados Unidos están tomando las riendas y están optando por eliminar el experimento de los transgénicos."

Estados Unidos Envía "Alimentos Procesados Más Saludables" a Otros Países

Muchos de los alimentos que se venden en los Estados Unidos están prohibidos en otros países debido a sus aditivos dañinos, promotores del crecimiento, ingredientes transgénicos, u otras prácticas peligrosas. Los colorantes artificiales alimentarios, bebidas y pan que contienen bromato y conservantes cancerígenos son sólo algunos ejemplos. La industria alimentaria ya ha formulado productos más seguros y mejores para otros países que tienen los ingredientes dañinos, entonces ¿por qué insisten en vender versiones inferiores en Estados Unidos? El hecho de que las personas en Estados Unidos tienen una pésima salud y mueren más jóvenes que las personas en otros países desarrollados hace que dudemos si los alimentos tóxicos podrían estar desempeñando un papel.

Hay innumerables ejemplos de las agencias reguladoras federales de Estados Unidos que han vendido la industria a expensas de su salud, mientras que otros países han optado por proteger a sus ciudadanos al adoptar el principio de precaución. Si desea evitar los alimentos cuestionables e ingredientes potencialmente dañinos, entonces eliminar los alimentos procesados es su mejor opción. Cerca del 90 por ciento del presupuesto que gastan en comida las personas en Estados Unidos es para comprar alimentos procesados, por lo que hay mucho que se puede hacer en esta área.

Aprender a leer las etiquetas (y entender lo que puede NO estar en la etiqueta) es una parte importante de este proceso, ya que la mayoría de las personas tienen dificultad para evitar los alimentos procesados el 100 por ciento del tiempo. Si necesita alguna orientación sobre cómo llevar una alimentación más saludable, lo invito a revisar mi Plan de Nutrición Optimizado.