Los chiles ayudan a prevenir la enfermedad de Parkinson

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

chiles parkinson

Historia en Breve

  • La enfermedad de Parkinson, que se caracteriza por provocar inflamación, rigidez muscular, temblores y una mayor dificultad para caminar de manera progresiva, ocupa el segundo lugar entre las enfermedades neurodegenerativas más comunes en las personas mayores
  • Estudios recientes demuestran que algunos alimentos pueden ayudar a reducir los síntomas de la enfermedad de Parkinson, mientras que otros pueden cambiar los factores que causan la neurodegeneración y la progresión de la enfermedad
  • El consumo de vegetales tipo Solanum ptychanthum, también conocidos como vegetales solanáceos, como los jitomates, berenjenas y sobre todo los chiles, tiene un potencial protector; uno de los fitoquímicos que contienen estos vegetales es la nicotina, que parece ser el agente que imparte sus efectos neuroprotectores
  • La cantidad de nicotina que obtendría al comer vegetales saludables es significativamente menor en comparación con lo que ingiere al fumar un cigarrillo, no obstante, puede ser suficiente para compensar el riesgo de la enfermedad de Parkinson
  • Se recomienda consumir vegetales solanáceos, especialmente chiles, de 2 a 4 veces por semana con el fin de aumentar la neuroprotección

Una de las afirmaciones más convincentes en un estudio sobre la enfermedad de Parkinson realizado en 2014 y publicado en Frontiers in Aging Neuroscience es que, "un creciente cuerpo de evidencia sugiere que la nutrición puede desempeñar un papel muy importante".

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa y progresiva que por lo general se desarrolla en personas mayores y conlleva síntomas como inflamación, rigidez muscular y temblores, los cuales indican una disminución de la función mitocondrial.

La enfermedad se denomina idiopática, y este término hace referencia a afecciones que se presentan de manera espontánea y sin una aparente causa conocida. En la actualidad no contamos con una cura y por este motivo la prevención resulta fundamental.

En la enfermedad de Parkinson, los movimientos como caminar o girar lentamente se vuelven más lentos, un indicador conocido como bradicinesia que se produce cuando la señalización cerebral en ciertas partes del cuerpo se ralentiza, lo que incluso suprime la expresión facial.

Con el tiempo otros síntomas empiezan a emerger gradualmente, como la pérdida del olfato, la dificultad para tragar o masticar y diversos problemas de memoria.

El estudio describe aspectos específicos de la enfermedad de Parkinson como la supresión del sistema de autofagia autosómico-lisosomal, que es una degradación sistemática de los componentes funcionales de su cuerpo debido a la destrucción celular, la cual se caracteriza por la pérdida de neuronas transmisoras de dopamina en la sustancia negra, la pars compacta (una sección del mesencéfalo).

La Fundación Michael J. Fox describe la enfermedad de Parkinson como un trastorno neurológico degenerativo crónico que afecta al 1 % de la población. En promedio, quienes la sufren suelen tener 60 años de edad, pero algunos pacientes han sido diagnosticados a los 40 años e incluso antes.

El estudio enfatiza que la enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común en las personas mayores, por lo que es de vital importancia comprender el papel que desempeñan los alimentos. Asimismo, señaló más en concreto que:

“Los estudios epidemiológicos más recientes han revelado la posibilidad de que algunos nutrientes puedan reducir el riesgo de EP [enfermedad de Parkinson]. En contraposición, otros nutrientes pueden estar involucrados con la etiología de la neurodegeneración o exacerbar la progresión de la enfermedad”.

¿Qué relación comparten la nicotina y los chiles con la enfermedad de Parkinson?

Otro estudio realizado en el departamento de ciencias ambientales y salud ocupacional en la Universidad de Washington en Seattle, reportó hallazgos muy interesantes sobre el vínculo entre la enfermedad de Parkinson y los chiles.

Este estudio concluyó que comer vegetales tipo Solanum ptychanthum, también conocidos como vegetales solanáceos, sobre todo chiles, tenía un potencial protector, en especial si los participantes del estudio nunca habían fumado, o si lo hicieron por menos de 10 años.

He aquí por qué lo anterior resulta tan significativo:

“La nicotina es el fitoquímico adictivo en el tabaco y se deriva de las plantas de la especie Nicotiana de la familia Solanaceae. Otras especies en esta familia son la Capsicum y Solanum, cuyos frutos y tubérculos comestibles incluyen chiles, jitomates, papas y berenjenas, los cuales también contienen nicotina”.

Así que la nicotina es un compuesto que se encuentra en la familia de plantas compuesta por tomates, papas, berenjenas y chiles. Cabe señalar que tal y como lo destacó el estudio, la cantidad de nicotina en estos alimentos es insignificante en comparación con la de los cigarrillos; y probablemente incluso menor a la cantidad de humo de tabaco de segunda mano.

El Dr. Michael Greger escribió en Nutrition Facts que la cantidad de nicotina que consume en su alimentación es cientos de veces menor de lo que puede consumir con tan solo fumar un cigarrillo. Pero esto depende del vegetal solanáceo y de su madurez.

El Dr. Greger dice que quizás sea importante aquello que pueda ingerir a través de la nicotina solo por comer algunos vegetales saludables, asimismo, explica que:

“[Los investigadores]... no encontraron ningún indicio en la berenjena, solo un poco en las papas, otro tanto en los jitomates, y la mayor parte en los chiles. Cuando esto se tuvo en cuenta, surgió una idea mucho más convincente. Los investigadores encontraron que consumir más chiles conllevaba una mayor protección.

Y, como era de esperarse, los efectos de consumir alimentos que contienen nicotina fueron evidentes principalmente en aquellos que no fumaban, ya que la nicotina del humo podría eliminar cualquier efecto de la alimentación”.

Para analizar a fondo los factores que generaron la neuroprotección de los chiles, los investigadores reclutaron en el área de Seattle a alrededor de 500 pacientes con párkinson recién diagnosticado junto con otros 650 pacientes que no tenían el trastorno.

Los científicos tomaron en cuenta el nivel (o la falta) de uso de tabaco (incluyendo pipas, puros y tabaco para mascar), una amplia variedad de otros alimentos (como brócoli, patatas, pepinos, chícharos, calabacines y cebollas), métodos de cocción y la cantidad que consumieron, así como su raza/etnicidad, otras enfermedades, sexo y edad.

Al concluir el estudio, los investigadores registraron que consumir una gran cantidad de vegetales solanáceos estaba inversamente relacionado con el riesgo de la enfermedad de Parkinson.

Ningún otro alimento superó esta relación positiva y los chiles ocuparon el lugar estelar por tener la relación más superior. Solo pudieron sugerir que consumir estos vegetales 2 a 4 veces por semana podría proporcionar efectos protectores.

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¿Existen otros factores o alimentos que podrían ser beneficiosos?

En el estudio presentado, un alcaloide conocido como anatabina, que se encuentra tanto en la nicotina como en los chiles, fue identificado como otro compuesto que bien podría ser neuroprotector gracias a sus propiedades antiinflamatorias.

La capsaicina, el ingrediente activo de los chiles picantes (que también le da esa sensación de ardor al morderlos), no solo ha demostrado tener un papel potencial contra los síntomas de la enfermedad de Parkinson, sino que también ha demostrado inhibir el crecimiento de las células del cáncer de mama.

El estudio también señala que los capsinoides en los chiles, así como los capsaicinoides, activan por una vía indirecta a los receptores en la sustancia negra y pueden afectar la supervivencia de las neuronas.

Asimismo, aquellos que aman al café les encantará saber que el consumo de cafeína también se relaciona con un menor riesgo de sufrir la enfermedad de Parkinson, tal y como lo indicó un ensayo publicado en Neurology.

Al menos 4 tazas al día (por medición) fue lo que los científicos en el estudio de 2018 recomendaron como la cantidad idónea para ayudar a aliviar los síntomas. Además:

"El café descafeinado no exhibió protección, lo cual señala a la cafeína, en lugar de a otras sustancias en el café o té, como el agente farmacológico subyacente ... Por lo tanto, explorar los mecanismos por los cuales la cafeína puede proteger contra la EP es un esfuerzo que bien vale la pena".

También se especula que su microbioma es un tema controversial en el debate sobre las causas de la enfermedad de Parkinson y las posibles formas de abordarla mediante una mejor salud intestinal.

El Dr. George Tetz y sus colegas examinaron los bacteriófagos (virus que viven en su intestino) en la enfermedad de Parkinson, así como el papel que el microbioma puede desempeñar en su patogénesis o la forma en que se desarrolla. De acuerdo con el sitio web Parkinson.org:

“Esto ha originado la idea de que podríamos mejorar los síntomas si cambiamos el microbioma mediante la alimentación u otras técnicas... Las personas con párkinson tienen menos de un tipo específico de bacterias que producen ácido láctico.

Estas bacterias desempeñan un papel en los procesos que producen dopamina y afectan la capacidad de absorción del intestino.

De acuerdo con el estudio, las personas con EP no tenían menos bacteriófagos en comparación con las personas sin la enfermedad, sin embargo, se encontró que las personas con párkinson tenían un mayor número de un tipo específico de bacteriófago llamado bacteriófago de fase lítica".

¿Consumir lácteos podría estar relacionado con el riesgo de enfermedad de Parkinson?

Tetz y sus asociados plantean la hipótesis de que los productos lácteos pueden afectar a los bacteriófagos, en especial a los lactococos, un tipo de bacteria en el ácido láctico. Además, otro estudio reciente informó que el consumo de productos lácteos está relacionado con el desarrollo de la enfermedad de Parkinson en el futuro.

Pero hay algo curioso a considerar, el estudio presentado se basa en los hallazgos de un estudio de 1996 donde se afirma que consumir leche se relaciona con un mayor riesgo de la enfermedad de Parkinson, sobre todo en los hombres.

Además, según un estudio realizado en 2002 por la Escuela de Salud Pública de Harvard, las neurotoxinas dopaminérgicas, como los pesticidas y bifenilos policlorados (PCB, por sus siglas en inglés) en los productos lácteos, también pueden aumentar el riesgo. Asimismo, el estudio presentado citó otros estudios en los informes que redactaron:

“Diversos estudios han reportado una disminución en las actividades de peroxidasa, glutatión-peroxidasa y glutatión en la SN [sustancia nigra] (que indica la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la sustancia compacta nigra pars compacta) de pacientes con EP post mortem.

Esto sugiere que existe una falla metabólica en los mecanismos antioxidantes y que los procesos químicos pueden generar la peroxidación de lípidos, así como las características parkinsonianas".

Otro estudio demostró que, al parecer los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (PUFA, por sus siglas en inglés) exhiben una actividad protectora contra diversas enfermedades neurodegenerativas.

En otro ensayo, los investigadores encontraron que las habilidades motoras de los pacientes mejoraron tras tomar suplementos de riboflavina por 6 meses y al eliminar la carne roja de su alimentación.

¿Qué cambios puede adoptar para neutralizar el riesgo de enfermedad de Parkinson?

Kelly Changizi —codirectora del Center for Neuromodulation (Centro de Neuromodulación) en Mount Sinai Parkinson y del Movement Disorders Center (Centro de Trastornos del Movimiento) en la ciudad de Nueva York—dijo que a menudo los pacientes preguntan qué si aquello que comen desempeña algún papel en su enfermedad, y reconoce que "es muy interesante que la nicotina en los vegetales, como los chiles, pueda ser neuroprotectora".

Asimismo, el estudio “expone más pruebas de cómo la alimentación puede influir en nuestra susceptibilidad a las enfermedades neurológicas, en especial a la enfermedad de Parkinson".

La experta no fue la única profesional médica en descubrir que el estudio sobre los chiles como un vínculo para aliviar los síntomas y reducir el riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson era un concepto "intrigante" (aunque algunos siguen negando la existencia de una "relación causal").

Con un poco de suerte, el estudio puede plantear la posibilidad de cambiar aquello que en su momento se supuso: Que el paciente no podría hacer nada para cambiar su diagnóstico.

Es evidente que la alimentación desempeña un papel mucho más relevante en la prevención de enfermedades que lo que muchos quisieran admitir, incluidos los miembros de la comunidad médica y el público en general. Ya sea que consuma vegetales por los nutrientes que le proporcionan o si intenta mejorar su bioma intestinal, la conclusión de Greger es precisa:

"Los investigadores concluyen que será necesario reproducir sus hallazgos para ayudar a establecer la causalidad antes de considerar intervenciones alimentarias para prevenir la enfermedad de Parkinson.

Sin embargo, cuando la intervención en cuestión es comer más platos deliciosos y saludables, como chiles rellenos con salsa de tomate, no veo por qué te tendríamos que esperar".

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