Por qué el salmón de piscifactoría es "comida chatarra" tóxica

Salmon de Criadero

Historia en Breve

  • El salmón de piscifactoría es un desastre tanto para el medio ambiente como para la salud humana, y las pruebas demuestran que el salmón de piscifactoría es aproximadamente 5 veces más tóxico que cualquier otro alimento analizado
  • En estudios de alimentación animal, los ratones alimentados con salmón de piscifactoría desarrollaron obesidad y diabetes – efectos que los investigadores opinan, están relacionados con las exposiciones tóxicas
  • Además de los pesticidas y antibióticos utilizados en la piscicultura, la fuente más importante de exposición tóxica se encuentra en el pienso seco que contiene dioxinas, bifenilos policlorados y otros contaminantes tóxicos
  • Las concentraciones de bifenilos policlorados (PCB, por sus siglas en inglés) en el salmón de piscifactoría son, en promedio, 8 veces más altas en comparación con en el salmón silvestre
  • El salmón de piscifactoría tampoco tiene el perfil nutricional del salmón silvestre, cuyo contenido de grasa omega-6 es 5.5 veces mayor que el salmón salvaje, lo que inclina en la mayoría de las personas la proporción de omega-3 y omega-6 en lugar de balancearla

Por el Dr. Mercola

Si conoce los beneficios de las grasas omega-3 de origen animal y sabe que el salmón es una gran fuente de este nutriente, quizás le sorprenda descubrir que el salmón de piscifactoría es más parecido a la comida chatarra que a otros alimentos saludables.

Esta cruda verdad ha sido revelada por el documental de Nicolas Daniel "Fillet-Oh-Fish", que muestra imágenes exclusivas de piscifactorías y granjas de pescado de todo el mundo.

Entre los expertos presentados se encuentra Kurt Oddekalv, un respetado activista medioambiental de Noruega que afirma que la cría de salmón es un verdadero desastre, tanto desde el punto de vista medioambiental como del de la salud humana.

Debajo de las piscifactorías de salmón diseminadas por los fiordos de Noruega se encuentra una capa de desechos de unos 15 metros de profundidad repleta de bacterias, medicamentos y pesticidas tóxicos, y en vista de que las granjas están ubicadas en mar abierto, esta contaminación no se contiene de ninguna manera.

El salmón de piscifactoría también representa una amenaza tóxica más directa para su salud. El pescado siempre se ha considerado un alimento saludable, sin embargo, las pruebas alimentarias revelan que el salmón de piscifactoría de hoy en día es uno de los alimentos más tóxicos del mundo.

Tal y como lo señalaron los productores del documental, "a través de la agricultura intensiva y la contaminación global, la carne del pescado que consumimos se ha convertido en un cóctel químico y mortal".1

En una evaluación global del salmón de piscifactoría que fue publicada en la edición de enero de 2004 de la revista científica Science,2 se encontraron de forma persistente 13 contaminantes orgánicos. El salmón de piscifactoría tampoco tiene el mismo perfil nutricional que el salmón silvestre.

En lugar de ser una grandiosa fuente de grasas omega-3 que son sumamente necesarias, el salmón de piscifactoría contiene muchos más omega-6 que omega-3, lo que puede tener consecuencias perjudiciales para la salud, ya que la mayoría de las personas tiene deficiencia de omega-3 y obtiene mucha más grasa omega-6 de lo que necesita.

Las piscifactorías de salmón no son una solución ecológica

Más de la mitad de los pescados que se consumen en los Estados Unidos proviene de piscifactorías.3 La acuicultura se promueve a sí misma como una solución sustentable a la sobrepesca, pero en realidad, las piscifactorías causan más problemas de los que resuelven.

En primer lugar, se requieren entre 1.5 y 8 kilogramos de peces silvestres para producir solo 1 kilogramo de salmón de piscifactoría, por lo que la industria acuícola está contribuyendo en gran medida a la extinción de las poblaciones de peces silvestres en lugar de salvarlas.4

Una granja de salmón puede contener más de 2 millones de salmones en un espacio relativamente pequeño. Al igual que las granjas industriales en la tierra donde los animales se mantienen en condiciones de hacinamiento, las piscifactorías están plagadas de enfermedades que se propagan rápidamente entre los peces que se encuentran bajo estrés.

Según Oddekalv, el piojo de mar, la enfermedad del páncreas5 y el virus de la anemia infecciosa del salmón se han extendido por toda Noruega, sin embargo, los consumidores no han sido informados de estas pandemias pesqueras, y la venta de peces enfermos sigue persistiendo.

La industria utiliza diversos pesticidas peligrosos para evitar las plagas que causan enfermedades y se sabe que una de ellos tiene efectos neurotóxicos. Los trabajadores que aplican el pesticida deben utilizar ropa protectora que les cubra todo el cuerpo, no obstante, estos productos químicos se arrojan directamente al agua.

También se ha demostrado que los pesticidas que se utilizan afectan el ADN de los peces, lo que ha generado mutaciones genéticas. Se han visto ejemplos inquietantes de bacalao deformado, y las estimaciones sugieren que aproximadamente la mitad de todos los bacalaos de piscifactorías sufren este tipo de deformaciones.

Lo que es peor, se sabe que el bacalao hembra que escapa de las piscifactorías se aparea con el bacalao silvestre, propagando así las mutaciones y deformidades genéticas en la población silvestre.

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El contenido nutricional de los peces de piscifactorías es muy diferente al del salmón silvestre

El salmón de piscifactoría sufre mutaciones menos visibles, pero igualmente perturbadoras. La carne del salmón de piscifactoría es extrañamente quebradiza y se rompe cuando se dobla – una característica sumamente anormal. El contenido nutricional también es anómalo.

El salmón silvestre contiene alrededor de 5 a 7 % de grasa, mientras que la variedad de piscifactoría puede contener entre 14.5 y 34 %.

El elevado contenido de grasa es un resultado directo del pienso procesado con alto contenido de grasa que se le da al salmón de piscifactoría como alimento. Sin embargo, el salmón de piscifactoría no solo contiene más grasa en general; la verdadera tragedia es la proporción radicalmente sesgada de grasas omega-3 y omega-6.6 La mitad de un filete de salmón silvestre del Atlántico contiene aproximadamente 3 996 miligramos (mg) de omega-3 y 341 mg de omega-6.7

La mitad de un filete de salmón de piscifactoría del Atlántico contiene solo un poco más omega-3 – 4 961 mg – pero una asombrosa cantidad de 1 944 mg de omega-6;8 un contenido 5.5 veces mayor en comparación con el salmón silvestre.

Aunque su cuerpo necesita tanto grasas omega-3 como omega-6, la proporción entre ambas es importante y lo ideal es que fuera de 1 a 1. El tipo de alimentación estándar de los Estados Unidos ya está profundamente inclinada hacia la grasa omega-6, gracias al predominio de los alimentos procesados, y con el salmón de piscifactoría, ese desequilibrio insalubre se magnifica todavía más en lugar de equilibrarse.

El programa de televisión Farmed and Dangerous9 muestra un ejemplo de una etiqueta con la información nutricional del salmón, y en lo que respecta al origen de este exceso de grasas omega-6, los ingredientes son sumamente reveladores.

Los primeros 9 ingredientes en el alimento para salmón "Winter Plus 3500" de Skretting son harina de ave, harina de pescado, grasa de ave, aceite de pescado, trigo entero, harina de soya, harina de maíz con gluten, harina de plumas y aceite de colza. Un salmón silvestre jamás ha estado en contacto con ninguno de estos ingredientes y distan mucho de lo que puede ser una alimentación apropiada para la especie.

El salmón de piscifactoría es 5 veces más tóxico que cualquier otro alimento analizado

El salmón de piscifactoría también contiene niveles de contaminantes mucho más elevados en comparación con sus homólogos silvestres, en parte esto se debe a su alto contenido de grasa. Muchas toxinas se acumulan rápidamente en la grasa, lo que significa que incluso cuando se crían en condiciones de contaminación similar, el salmón de piscifactoría absorberá más toxinas que el pescado silvestre.

Sorprendentemente, la investigación revela que, en realidad, la principal fuente de exposición tóxica no son los pesticidas o antibióticos que se dan al salmón de piscifactoría, sino el pienso seco que se les da como alimento.

Algunos contaminantes que se encuentran en el pienso son las dioxinas, bifenilos policlorados, plaguicidas clorados, además de otros medicamentos y productos químicos. Cuando el salmón consume este alimento, dichas toxinas se acumulan en la grasa. Un estudio,10 que sometió a prueba 700 muestras de salmón recolectadas en todo el mundo, descubrió que las concentraciones de PCB en el salmón de piscifactoría son, en promedio, 8 veces más altas que en el salmón silvestre.

De acuerdo con los autores del estudio, "el análisis de riesgos indica que el consumo de salmón del atlántico criado en piscifactoría puede suponer riesgos para la salud que merman los efectos beneficiosos del consumo de pescado".

Otro grupo de científicos concluyó que11 "el consumo de salmón de piscifactoría a frecuencias relativamente bajas da como resultado una exposición elevada a dioxinas y compuestos similares con una elevación proporcional en las estimaciones de riesgo para la salud".

El investigador de toxicología Jerome Ruzzin también ha puesto a prueba diversos grupos de alimentos que se venden en Noruega con el fin de detectar toxinas y confirmó que el salmón de piscifactoría contiene la mayor cantidad de toxinas de todos, y por un amplio margen.

En general, el salmón de piscifactoría es 5 veces más tóxico que cualquier otro alimento analizado. En estudios de alimentación animal, los ratones alimentados con salmón de piscifactoría desarrollaron obesidad y gruesas capas de grasa alrededor de sus órganos internos. Además, también desarrollaron diabetes.

Ruzzin señala que una teoría que está adquiriendo relevancia señala que las crecientes tasas de obesidad están relacionadas con el creciente número de toxinas y contaminantes a los que estamos expuestos en nuestro medio ambiente y alimentos. En función de sus propios hallazgos, Ruzzin ha dejado de comer salmón de piscifactoría.

¿Qué hace que el alimento para peces sea tan tóxico?

Para investigar por qué la alimentación de los peces es tan tóxica, el documental visita una planta de alimentos peletizados para peces en Noruega. En dicho sitio descubrieron que el ingrediente principal es la anguila que se utiliza por su alto contenido de proteína y grasa, y otros pescados grasos del Mar Báltico.

He aquí el origen del problema, pues el Mar Báltico está sumamente contaminado. Algunos de los peces tienen niveles tóxicos de contaminantes, que luego simplemente se incorporan a los pelets.

En Suecia, los pescadores deben advertir a los clientes sobre la posible toxicidad del pescado del Mar Báltico. De acuerdo con las recomendaciones gubernamentales, no debe comer pescado graso como el arenque más de 1 vez a la semana, y si está embarazada, los peces del Báltico deben evitarse por completo. El activista de Suecia quien participa en Greenpeace, Jan Isakson, revela algunas de las fuentes de toda esta contaminación.

A las afueras de Estocolmo, yace una enorme fábrica de papel en la orilla del Báltico que genera dioxinas tóxicas.

Asimismo, otros 9 países industrializados que rodean el Mar Báltico vierten sus desechos tóxicos en este cuerpo de agua cerrado. Las dioxinas se unen a la grasa, por lo que el arenque, anguila y salmón terminan acumulando cantidades más altas en comparación con otros peces.

Por lo tanto y en vista de no ser aptos para el consumo humano, algunos de estos pescados grasos ahora se utilizan principalmente como alimento para peces. Por desgracia, al final, estas toxinas terminan en nuestra mesa cada vez que comemos pescado de granja, sobre todo salmón de piscifactoría.

Uno de los secretos mejor guardados de la industria pesquera

Parte de la toxicidad también proviene del proceso de fabricación de los pelets. Los pescados grasos se cocinan primero, dando como resultado 2 productos por separado: harina de proteína y aceite. Mientras que el aceite tiene altos niveles de dioxinas y PCB, la proteína en polvo también añade toxicidad al producto final.

A dicho polvo de proteína se le agrega un "antioxidante" llamado etoxiquina. De acuerdo con el productor del documental, este es uno de los secretos mejor guardados de la industria de pienso para peces – y uno de los más tóxicos.

La etoxiquina fue desarrollada como un pesticida por Monsanto en la década de 1950. Su uso está estrictamente regulado en frutas, vegetales y carne, pero no en el pescado, ya que nunca fue diseñado para tal uso.

Los fabricantes de pienso para peces nunca informaron a las autoridades de salud que estaban utilizando el producto químico como un medio para evitar que las grasas se oxidaran y se volvieran rancias, por lo que su presencia en el pescado de piscifactoría nunca se abordó.

Inquietantemente, las pruebas revelan que los pescados de piscifactoría pueden contener niveles de etoxiquina que son hasta 20 veces superiores al nivel permitido en frutas, vegetales y carnes.

Además, nunca se han establecido los efectos de este producto químico en la salud humana. El único estudio realizado sobre dicho antioxidante y la salud humana fue una tesis elaborada por Victoria Bohne, una ex investigadora en Noruega que realizó una serie de descubrimientos inquietantes, como el hecho de que la etoxiquina puede cruzar la barrera hematoencefálica y puede tener efectos cancerígenos. Bohne fue presionada para que abandonará su trabajo de investigación tras haber intentado falsificar y minimizar sus hallazgos.

Otros han relacionado el uso secreto de la etoxiquina en la piscicultura de Noruega y la falta de investigación científica sobre sus efectos, con la ministra de pesca y asuntos costeros de Noruega, Lisbeth Berg-Hansen, quien también es una importante accionista en una piscifactoría de salmón, y ha ocupado diversos puestos de alto rango dentro de la industria pesquera.

¿Está comiendo pescado o desechos de pescado?

El pescado puede ser uno de los alimentos más saludables que puede comer, sin embargo, en la era industrial debe estar totalmente consciente de sus elecciones.

A menos de 15 centavos por kilo (2.2 libras), las cabezas, colas y la poca carne de pescado que queda después del fileteado, son una verdadera fuente de ganancias.

Prácticamente nada se desperdicia. El desecho de pescado se lava y tritura para crear una pulpa, que luego se utiliza en comidas preparadas y alimento para mascotas. En vista de que los fabricantes de alimentos no están obligados a informarle que sus productos contienen pulpa de pescado en lugar de filete de pescado real, este producto ofrece un alto margen de beneficio para dichos fabricantes.

He aquí un consejo: Si la lista de ingredientes del producto incluye pescado, sin especificar que está hecho con filetes de pescado, generalmente significa que utilizaron pulpa de desechos de pescado.

El fraude pesquero también es algo común. Las investigaciones han demostrado que 1 de cada 3 etiquetas de pescado es falsa o engañosa. Por lo general, un pescado de bajo costo es mal etiquetado como uno más caro. Algunos pescados de piscifactorías también son puestos a la venta como si fueran silvestres.

El proceso de rastreo resulta más complicado en la industria de alimentos procesados por la mezcla de los ingredientes y esto da pie a que se presente la mayor parte del fraude pesquero. De cierto modo resulta más complicado poner a la venta filetes de pescado como otra especie, aunque también existen casos.

Opciones de mariscos saludables

Está claro que las piscifactorías no son una solución viable para la sobrepesca. En todo caso, están empeorando las cosas al destruir el ecosistema marino a un ritmo mucho más rápido. Entonces, ¿cuál es la solución? Por desgracia, la gran mayoría de los pescados – incluso cuando fueron capturados en la naturaleza – suelen estar demasiado contaminados para ser consumidos habitualmente.

La mayoría de las principales vías fluviales del mundo están contaminadas con mercurio, metales pesados y productos químicos como dioxinas, PCB y otros productos químicos agrícolas.

Por este motivo, generalmente ya no recomiendo comer pescado de forma habitual. Sin embargo, existen algunas excepciones. Una de ellas es el auténtico salmón silvestre de Alaska; cuyos beneficios nutricionales, en mi opinión, superan cualquier posible contaminante.

El riesgo de que este salmón acumule grandes cantidades de mercurio y otras toxinas se reduce debido a su corto ciclo de vida, que es de solo unos 3 años. Además, la bioacumulación de toxinas también se reduce debido a que no se alimenta de otros peces ya contaminados.

El salmón de Alaska (que no debe confundirse con el salmón del Atlántico) no debe ser criado en piscifactorías y, por lo tanto, siempre se captura de forma silvestre. Mi marca favorita es Vital Choice Wild Seafood and Organics, que ofrece una adecuada variedad de productos de salmón de alta calidad con altas concentraciones de grasas omega-3 y bajos índices de contaminantes.

El salmón enlatado etiquetado como "salmón de Alaska" es una alternativa más accesible en comparación con los filetes de salmón. Recuerde que el salmón silvestre es bastante delgado, por lo que las marcas de grasa – las franjas blancas que se ven en la carne – se encuentran en el lado delgado.

Si un pescado es de color rosa pálido y tiene grandes marcas de grasa, es probable que el salmón provenga de alguna piscifactoría. Evite el salmón del Atlántico, cuando el salmón que lleva esta etiqueta casi siempre proviene de dichos sitios.

Otra excepción son los peces más pequeños con ciclos de vida más cortos como las sardinas y las anchoas que también suelen ser mejores alternativas en lo que respecta a su contenido graso. Con su bajo riesgo de contaminación y su mayor valor nutricional, son una alternativa indudablemente beneficiosa. Por lo general, cuanto más cerca esté el pescado de la parte inferior de la cadena alimentaria, menos contaminación acumulará.

Solo cerciórese de que no provenga del Mar Báltico, que está sumamente contaminado. Otras alternativas adecuadas son el arenque y las huevas de pescado (caviar), que tienen un alto contenido de importantes fosfolípidos que nutren las membranas mitocondriales.