Por el Dr. Mercola
El problema del aumento de peso y obesidad es algo común y costoso, también eleva el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y cáncer. La obesidad afecta a más de un tercio de los adultos y al 17 % de los jóvenes en los Estados Unidos.1
La investigación ha vinculado el aumento de la circunferencia de la cintura con varias fuentes diferentes, incluyendo alimentos altos en fructosa y procesados, sodas y tipos de alimentación altos en carbohidratos. Los riesgos relacionados con la grasa del vientre en adultos mayores incluyen un riesgo elevado de cáncer y enfermedades cardiovasculares.2
Es posible que haya notado un incremento en el aumento de peso conforme envejece, pero la investigación demuestra que esto está menos relacionado con el metabolismo y más con ser menos activo a lo largo del tiempo.3
Actualmente, ha disminuido la actividad combinada con un incremento de 250 a 300 calorías más por día, en comparación con los años 70,4 por lo que no es sorprendente que haya aumentado la cantidad de personas que tienen problemas de exceso de peso.
Un mayor consumo calórico podría ser el resultado de la hipótesis de Push,5 descrita por Kevin Hall, Ph.D., del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, como una combinación de factores que promovían la inclusión de las calorías en el sistema alimenticio y, posteriormente, cambiaban la cantidad y lo que se consumía.
Por desgracia, Hall encontró que las calorías en el suministro de alimentos se habían incrementado entre 500 y 800 calorías por persona, pero entre la mitad y dos tercios eran eliminadas en la basura, lo que contribuía al desperdicio de alimentos.6 Este desperdicio adicional de alimentos podría haber causado tantos cambios ambientales como las emisiones de los automóviles y plantas de fabricación.7
Los alimentos económicos y convenientes contribuyen indudablemente a la epidemia de obesidad
Hall es un físico que lidera un equipo de neurocientíficos, matemáticos y nutriólogos que estudian el metabolismo y peso. Cree que aunque los carbohidratos probablemente hayan contribuido al aumento de la obesidad, el modelo de carbohidrato-insulina no ha explicado completamente el modo.
Aunque reconoce la incapacidad de demostrar la causa y efecto, Hall considera que el incremento en el rendimiento de los cultivos y los cambios en los subsidios de los agricultores durante la administración Nixon podrían haber generado un drástico incremento en la producción de maíz y soya.
Impulsado por el aumento en los precios de los alimentos, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos proporcionó incentivos adicionales a los agricultores para producir tanto maíz y soya como pudieran, lo que inundó el mercado con cultivos básicos y económicos.8
La combinación de ingredientes de bajo costo junto con el descubrimiento de cómo hacer alimentos estables, económicos y procesados, produjo un nuevo suministro de alimentos y cadenas de comida rápida.
Para atraer clientes y competir con otros restaurantes, las empresas a menudo agregan sal, azúcar, grasas y sustancias químicas que añaden sabor para estimular el apetito. Por desgracia, resulta que los aditivos y sustancias químicas que se añaden durante el procesamiento eliminan las bacterias intestinales beneficiosas, lo que podría agravar aún más los problemas creados por una alimentación a base de alimentos procesados.9
Según el profesor de epidemiología, Tim Spector, incluso consumir una cantidad relativamente pequeña de ingredientes altamente procesados es tóxico para el microbioma intestinal, que comienza a disminuir días después de llevar una alimentación a base de comida rápida, lo que sugiere que es posible que el exceso de calorías de la comida rápida no sea el único factor responsable del aumento de peso.
Los expertos en el Consejo Médico de Investigación han encontrado que la mayor parte de la comida rápida está muy cargada de calorías y solo se necesita una pequeña cantidad para aumentar el consumo calórico. El profesor de investigación, Andrew Prentice, Ph.D., de la Facultad de Higiene y Medicina Tropical de Londres, considera que:10
"Todos poseemos una habilidad innata y débil para reconocer alimentos altamente energéticos. Tendemos a evaluar el consumo de alimentos por el tamaño de la porción, sin embargo, una porción de comida rápida contiene mayor cantidad de calorías en comparación con una de tamaño similar de comida saludable.
Desde los albores de la agricultura, los sistemas que regulan el apetito humano han evolucionado para llevar una alimentación de bajo consumo de energía que aún se consume en las zonas rurales de los países en desarrollo, donde la obesidad es casi inexistente.
Nuestros cuerpos no fueron diseñados para lidiar con los alimentos tan cargados de energía que se consumen en el Oeste, lo cual ha contribuido a un importante incremento en los números de obesidad".
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Algunos helados ultraprocesados no se derriten
A veces, los alimentos ultraprocesados no son tan obvios como podría imaginar. Por ejemplo, una mujer en Cincinnati descubrió que los sándwiches de helado de Walmart no se derretían por completo a pesar de quedar expuestos a una temperatura de 80 grados.11
Después de un pequeño experimento hecho por la estación de noticias local, durante el cual un sándwich de helado de la marca Great value de Walmart, un de la marca Klondike Bar y una taza de Haagen-Dazs fueron dejados bajo al sol durante 30 minutos, Walmart intentó ofrecer una explicación de porqué el helado Haagen-Dazs se había derretido por completo y el sándwich de Walmart fue el que se derritió menos.
Su representante explicó que la velocidad en la que el helado podría derretirse se debía a sus ingredientes, ya que por lo general la crema se derrite a un ritmo más lento.
Sin embargo, según un estudio de la Universidad Estatal de Ohio,12 el efecto de los estabilizantes y emulsionantes es lo que aumentan la resistencia a derretirse. De hecho, mientras más estabilizadores contenga un helado, más lento se derretirá.
Si la adición de sustancias químicas y aditivos en su dulce de verano le parece poco apetitosa, intente hacer algunos dulces congelados al mezclar yogur casero y fruta fresca, y luego congélelos en un molde para paletas.
Las cadenas de comida rápida producen una carga poco saludable
El hecho de que la comida rápida es terrible para la salud,13 medioambiente14 y la mayoría de las personas que trabajan para la industria, no es una idea reciente.15
Por desgracia, la mayoría de las cadenas de comida rápida se han involucrado en prácticas creativas de relaciones públicas que inducen a los clientes a comprar. Diversos chefs populares se unieron y proclamaron su afición por los alimentos económicos y de consumo masivo.16
Solo se ha conjeturado la razón por la que los chefs Wolfgang Puck, Thomas Keller, Marco Pierre White y Hugh Acheson han expresado su devoción por hamburguesas de McDonald’s, Chick- fil-A e In-N-Out.
Los aspectos de precio en los restaurantes de comida rápida hacen que la elección sea casi obvia para algunos, y la consistencia reconfortante de la comida podría crear un ejército de seguidores dondequiera que se encuentren estos restaurantes.
La realidad es que con frecuencia los trabajadores son mal pagados y la producción de alimentos recae en prácticas agrícolas destructivas, genera decenas de desechos y el producto final es indiscutiblemente poco saludable.17 Incluso la cantidad de restaurantes en un área específica podría ser tóxica para la salud.
Un estudio publicado en Journal of the American Heart Association18 concluyó que una mayor cantidad de restaurantes de comida rápida podría elevar el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y derrames cerebrales, así como la prevalencia de la diabetes en los pobladores.
Las cadenas de comida rápida podrían incrementar la exposición a sustancias químicas peligrosas
Los alimentos que se venden en los restaurantes de comida rápida también podrían contribuir a los trastornos endocrinos y disfunción metabólica. A menudo, la carne, pescado y queso que se venden en los restaurantes de comida rápida se procesan con nitratos y nitritos. Estos conservadores están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de colon.
Esto incluye a las salchichas para hotdogs, pepperoni, salami y tocino. Un estudio publicado en Journal of Clinical Nutrition and Dietics19 encontró que consumir solo dos tiras de tocino al día aumentaba en un 18 % el riesgo de cáncer de colon, y señaló que los polifenoles vegetales pueden sustituirse para procesar tocino curado, lo que podría mejorar la calidad, vida útil y seguridad del producto terminado.
Un estudio de la Academia Americana de Pediatría20 (AAP, por sus siglas en inglés), encontró que las botellas y contenedores de plástico usados para envasar alimentos y agua podrían envenenar lentamente a la población.
Ahora, la AAP les ha solicitado a los padres reducir el número de productos plásticos que emplean y evitar calentar los alimentos de sus hijos en el microondas si se encuentran en recipientes de plástico, ya que el bisfenol es absorbido por los alimentos y podría disminuir la fertilidad, causar aumento de peso e interferir con el desarrollo neurológico.
Los ftalatos se utilizan para hacer envolturas de plástico y también se absorben en los alimentos, lo que puede alterar el sistema endocrino y causar aumento de peso, así como dañar la salud cardiaca.21 Los envases de plástico se descomponen químicamente cuando se reutilizan o calientan demasiado, como en el microondas o lavavajillas.
Con frecuencia, los colorantes alimenticios artificiales que son agregados para mejorar la apariencia de un alimento, tienen la desventaja adicional de exacerbar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.22
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos ha aprobado 9 colorantes alimenticios artificiales, y su uso en los alimentos aumentó cinco veces entre 1950 y 2012. La investigación publicada23 encontró que algunos podrían ser cancerígenos.
Desperdiciar alimentos contribuye al cambio climático
Project Drawdown24 reunió a un grupo diverso de investigadores de todo el mundo para identificar, investigar y crear 100 soluciones existentes para abordar el cambio climático. Los científicos presentaron un plan que podría disminuir las emisiones globales de gases de efecto invernadero en 30 años, al revelar que los medios y técnicas necesarias ya estaban al alcance de la mano.
Drawdown establece que un tercio de los alimentos que se desarrollan o preparan no llegan desde la granja o fábrica hasta su plato, ya que se desperdicia una gran cantidad de recursos, como el agua, energía, mano de obra, fertilizantes y capital.25
Por desgracia, esto genera gases de efecto invernadero en prácticamente todas las etapas--incluyendo al metano--cuando los alimentos llegan a un vertedero. De hecho, los desechos alimenticios son los responsable de casi el 8 % de las emisiones globales.
En otras palabras, si el desperdicio de alimentos fuera de un país, estaría en tercer lugar después de los Estados Unidos y China, por su impacto en el medio ambiente global.26 El dióxido de carbono, óxido nitroso, hidrofluorocarbonos y metano son producidos entre la producción de alimentos y la conservación en su refrigerador.
De hecho, el equipo de Project Drawdown descubrió que disminuir el desperdicio de alimentos es una de las medidas más importantes que las personas podrían implementar para mejorar el cambio climático global, y reducir el desperdicio podría tener el mismo impacto en las próximas tres décadas, como las turbinas eólicas terrestres.
Esto equivale a prevenir más de 70 mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero y podría representar una de las mayores y posibles contribuciones de las empresas, comunidades y personas, mientras que al mismo tiempo puede alimentar a más personas y preservar los ecosistemas amenazados.27
Los vegetales desechados que no se ajustan a los estándares de alimentos solo son un ejemplo de desperdicio. Estos incluyen a los vegetales torcidos o ligeramente manchados y que no tienen una forma perfecta.28
El desperdicio de alimentos podría ocurrir cuando son dejados en el campo y no se recolectan, en los mercados por los consumidores o--como en los países de bajos ingresos--se pierden durante las etapas de poscosecha y procesamiento debido a una infraestructura deficiente o falta de almacenamiento suficiente.29
Su esfuerzo podría hacer la diferencia
Project Drawdown estima que la producción de alimentos necesitaría crecer 107 millones de toneladas anuales para adaptarse al desarrollo de la población. Para alcanzar este nivel de producción, sería necesario convertir más de mil millones de acres de bosque y pradera en tierras de cultivo en los siguientes 30 años.30
Tan solo esto liberaría 84 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, con emisiones adicionales producidas en toda la cadena de suministro, desde la producción hasta la fabricación y luego a su refrigerador.
Project Drawdown también estima que se podría producirse suficiente alimento sin convertir ningún bosque o pastizal, al adoptar otras soluciones, como llevar una alimentación alta en vegetales, e implementar cambios en la producción agrícola, como la agrosilvicultura o la práctica de combinar animales domesticados de pastoreo en un área boscosa.31
Podría participar y hacer una diferencia al reducir el desperdicio de alimentos de su familia. Compre solo lo que piensa comer y hágalo. Es más fácil lograr ese objetivo cuando elabora un menú antes de acudir al supermercado. Al llevar una lista, reducirá el número de compras impulsivas y tendrá lo que necesita para su menú de la semana.
Adopte la idea de consumir frutas y vegetales que tal vez no tengan una forma perfecta, pero tendrán un buen sabor y serán igual de nutritivos. Guarde los sobrantes en recipientes de vidrio y utilícelos antes de que se echen a perder.
Emplee los sobrantes para comer al día siguiente. Si tiene suficiente cantidad, es posible que ni siquiera necesite preparar la cena. Aunque es cierto que no todas las personas consumirán la misma comida, desechará menos cantidad, se sentirá menos tentado a consumir algo en una cadena de comida rápida y reducirá sus gastos.