Por el Dr. Mercola
Las grasas alimenticias pueden ser un asunto complicado, ya que no todas son iguales. Mientras que algunas son necesarias para una salud óptima, otras necesitan mantenerse en equilibrio y algunas otras deben evitarse por completo, por lo tanto, comprender “cuál es cuál” es fundamental si tomamos en cuenta qué tan importantes son las grasas para una salud óptima.
En el presente artículo abordaré algunos de los conceptos básicos, incluida la importancia de equilibrar su consumo de omega-3 y omega-6, y por qué es tan mala idea reemplazar las grasas saturadas de origen animal con aceites vegetales ricos en omega-6.
Parte de esta información ─que se tratará con más detalle en mi próximo libro Superfuel: Ketogenic Keys to Unlock the Secrets of Good Fats, Bad Fats, and Great Health (disponible en inglés solamente)─ está basada en la investigación de mi coautor, James DiNicolantonio, Doctor en Farmacia e investigador cardiovascular.
Es necesario abordar su relación de omega-3 y omega-6 para una salud óptima
Durante años he enfatizado en la importancia de equilibrar su consumo de omega-3 y omega-6 para proteger su salud.
Consumir demasiadas grasas dañadas omega-6 ─que se encuentran de manera abuntante en los aceites vegetales procesados─ y muy poca grasa omega-3 de origen animal sienta las bases para la diabetes, enfermedades cardiovasculares, artritis reumatoide, cáncer, depresión y Alzheimer, por solo nombrar algunas.
La proporción ideal de grasas omega-3 a omega-6 varía de 1:1 a 1:5, pero la típica alimentación occidental tiende a oscilar entre 1:20 y 1:50. La mayoría de las personas, especialmente en los Estados Unidos, son responsables de este desequilibrio en la proporción de omega-3 a omega-6, y para corregirlo, normalmente, debe hacer dos cosas:
1. Disminuya significativamente su consumo de grasas dañadas omega-6 al evitar los alimentos procesados y cocinados con aceites vegetales a altas temperaturas. Una serie de estudios1,2 han encontrado que las personas que consumen alimentos fritos de manera regular tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir un derrame cerebral y muerte.
Las fuentes comunes de grasas perjudiciales omega-6 que debe evitar incluyen los aceites de maíz, canola, soya, las grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas, margarina y mantecas untables.
2. Aumentar su consumo de grasas omega-3 de origen animal. Las fuentes ideales incluyen a los pescados grasos pequeños como las sardinas, anchoas y arenque, además del salmón silvestre de Alaska o un suplemento como el aceite de kril.
Reemplazar las grasas saturadas con aceites vegetales perjudica la salud del corazón
Por desgracia, muchas autoridades de salud han insistido en que los aceites vegetales ricos en omega-6 son más saludables que las grasas saturadas de origen animal, como la mantequilla y manteca de cerdo, y este mito ha sido difícil de erradicar a pesar de la evidencia en su contra.
Por ejemplo, un estudio realizado en el 20133 en la Revista Médica Británica (BMJ, por sus siglas en inglés) encontró que reemplazar las grasas saturadas con aceites omega-6 aumenta el riesgo de muerte si padece una enfermedad cardíaca. Como se informó en un comunicado de prensa de BMJ:4
"El análisis involucró a 458 hombres de entre 30 y 59 años que recientmente habían padecido un incidente coronario, como un ataque cardíaco o episodio de angina. Los participantes se dividieron de manera aleatoria en dos grupos.
El grupo de intervención recibió instrucciones de reducir su consumo de grasas saturadas (grasas de origen animal, margarinas y untables) a menos del 10 % de su consumo energético, así como aumentar 15 % el ácido linoleico (de aceite de cártamo y margarina de aceite de cártamo poliinsaturado) de su aporte energético.
El aceite de cártamo es una fuente concentrada de ácido linoleico omega-6 y no proporciona grasas poliinsaturadas omega-3 [PUFAs, por sus siglas en inglés]".
El grupo de control no recibió consejos alimenticios específicos sobre las grasas y se le permitió consumir lo que quisiera. Ambos grupos mantuvieron diarios de alimentacion por un promedio de 39 meses.
Vale la pena señalar que este estudio no hizo diferencias entre los tipos de grasas saturadas, y agrupó las grasas de origen animal y margarinas y untables altos en grasas saturadas pero también en grasas trans tóxicas. (Entre más dura es la margarina, más grasa saturada suele contener, en algunos casos más que la mantequilla o manteca de cerdo).
A pesar de esta discrepancia, los resultados demostraron que:
- El grupo de ácido linoleico omega-6 tuvo un riesgo 17 % mayor de morir por una enfermedad cardíaca durante el período de estudio, en comparación con el 11 % entre el grupo de control
- El grupo de omega-6 también manifestó mayor riesgo de mortalidad por todas las causas
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Los aceites omega-6 no proporcionan beneficios cardiovasculares
Los investigadores también realizaron un metanálisis de ensayos de intervención con ácido linoleico, sin encontrar evidencia de beneficio cardiovascular. Según los autores, "estos hallazgos podrían tener implicaciones importantes para las recomendaciones alimenticias en el mundo sobre sustituir el ácido linoleico omega-6, o las PUFAs en general, por las grasas saturadas".
Jane Collis, una investigadora independiente no afiliada con la investigación también comentó sobre el estudio de BMJ, e indicó:5
"El procesamiento de los alimentos comerciales destruye una cantidad significativa de AGEs [ácidos grasos esenciales], junto con su capacidad de oxigenación... Los aceites poliinsaturados son inestables y muy se vuelven rancios muy rápidamente.
Los ácidos grasos oxidados son peligrosos para la salud. La peroxidación lipídica y el estrés oxidativo son factores importantes en este daño. Otro daño adicional también es causado por el calentamiento de las grasas poliinsaturadas en la cocina (en particular, al freír los alimentos).
Muchos ensayos de investigación sobre el omega-3 no consideraron la proporción de ácidos grasos esenciales omega 3 a 6 que es vital para el equilibrio de los eicosanoides. La proporción correcta de omega 3 a 6 es fundamental para la salud integral en todas las personas".
La grasa oxidada omega-6 es el principal desencadenante de la enfermedad cardíaca
Ahora analicemos mejor por qué los aceites omega-6 de origen vegetal industrialmente procesados promueven las enfermedades cardíacas. En primer lugar, es importante reconocer que la grasa omega-6 por sí sola no es el problema. El ácido linoleico también se encuentra en alimentos como los frutos secos, semillas y huevo, y es importante para la salud.
En una innovadora publicación titulada ‘Omega-6 Vegetable Oils as a Driver of Coronary Heart Disease: The Oxidized Linoleic Acid Hypothesis’ (Los aceites vegetales omega-6 como impulsores de la cardiopatía coronaria: La hipótesis del ácido linoleico oxidado) publicada en la revista web BMJ Open Heart por DiNicolantonio, explica lo siguiente.
El problema es que ahora comemos demasiado omega-6, lo que crea un grave desequilibrio en la proporción de omega-3 a omega-6. Hoy en día, las PUFAs de omega-6 constituyen alrededor del 8 % al 10 % del consumo total energético en el mundo occidental. Esto está bastante relacionado con las grandes cantidades de alimentos procesados consumidos que están repletos de estas peligrosas grasas.
Peor aún, la principal fuente de omega-6 ya no son los huevos y frutos secos, sino los aceites vegetales procesados, y la mayor parte de dicho ácido linoleico se oxida a causa del procesamiento.
A principios de la década de 1900, se disparó el consumo de aceites vegetales como sustitutos de la mantequilla y manteca de cerdo, y con lo cual también aumentó la incidencia de enfermedades del corazón.
Las pruebas ─que implican el consumo excesivo de aceites vegetales ricos en omega-6 como una causa directa de las enfermedades cardíacas─ incluyen, pero no se limitan a los siguientes:
La cantidad de ácido linoleico en el tejido adiposo y plaquetas se asocia con la cardiopatía coronaria, y los estudios6 que miden los cambios en las concentraciones de ácido linoleico en el tejido adiposo en personas de los Estados Unidos demuestran que las concentraciones aumentaron de 9.1 % en 1959 a 21.5 % en 2008.
Este aumento también se reflejó en la prevalencia de la obesidad, diabetes y asma.
Por el contrario, se ha demostrado que los ácidos docosahexaenoico (DHA) y eicosapentaenoico (EPA) omega-3 de cadena larga protegen contra la enfermedad arterial coronaria, por lo que es muy importante mantener un equilibrio saludable entre el omega-3 y omega-6. |
Los pacientes con aterosclerosis tienen mayores cantidades de productos de oxidación del ácido linoleico en su plasma, lipoproteínas de baja densidad (LDL) y placas ateroscleróticas. |
La oxidación del ácido linoleico comienza antes de los signos clínicos de aterosclerosis sean evidentes. |
Cuando el endotelio (el revestimiento interior de los vasos sanguíneos) está expuesto al ácido linoleico, la transferencia de LDL a través del endotelio aumenta y este es un paso esencial en el proceso aterosclerótico. |
Los tipos de alimentación bajos en ácido linoleico reducen la oxidación de LDL. |
Un metaanálisis de ensayos controlados y aleatorios en humanos demostró que cuando las grasas saturadas y trans se reemplazan por PUFAs omega-6, aumenta la mortalidad por todas las causas, por cardiopatía isquémica y por algún incidente cardiovascular. |
Hay productos de oxidación del ácido linoleico en el tejido infartado. |
El metabolito del ácido linoleico 9-HODE es un fuerte promotor de la inflamación y podría ser un marcador e inductor de la aterosclerosis. |
El omega-6 podría reducir el omega-3 en el cuerpo
Puede obtener grasas omega-3 de plantas y animales marinos como los pescados y el kril. Sin embargo, estas fuentes proporcionan diferentes tipos de omega-3, los cuales no son intercambiables. El omega-3 de origen vegetal contiene ácido alfa-linolénico (ALA), una grasa omega-3 de cadena más corta.
El ALA es un precursor de las grasas omega-3 de cadena larga EPA y DHA. Sin embargo, se requiere de una enzima para su conversión, y en la mayoría de las personas esta enzima no funciona muy bien. Por lo tanto, la tasa de conversión es excepcionalmente pequeña.
Por lo general, menos del 1 % del ALA se convierte a EPA. Algunos estudios han encontrado que la tasa de conversión es de 0.1 % a 0.5 %.7
Su conversión también depende de que tenga niveles adecuados de otras vitaminas y minerales. Entonces, aunque una pequeña cantidad del ALA que consume puede ser convertida por su cuerpo en omega-3 de cadena larga, es una estrategia altamente ineficiente y remotamente inútil como suministro de DHA y EPA "puros" de fuentes marinas.
De regreso al omega-6, el ácido linoleico en realidad reduce el omega-3 de su cuerpo al competir con el ALA por el metabolismo del EPA y el DHA de cadena más larga. Esta información es particularmente relevante para los veganos y vegetarianos que a menudo cometen el error de pensar que su cuerpo convertirá el ALA de origen vegetal en EPA y DHA.
No solo es casi imposible obtener cantidades suficientes de EPA y DHA de esta manera, sino que cualquier escasa conversión que en teoría podría ocurrir se ve aún más obstaculizada si consume cantidades excesivas de omega-6 de aceites vegetales y alimentos procesados.
La oxidación de LDL se desencadena por la oxidación del ácido linoleico
Una amplia investigación sugiere que la enfermedad cardíaca no es causada por los niveles elevados de colesterol total sino más bien el LDL oxidado. El LDL que no se encuentra oxidado, incluso si está elevado, no contribuye a la aterosclerosis. Pero, ¿qué provoca la oxidación del LDL?
Los estudios8 han demostrado que la oxidación de LDL en realidad se librea o desencadenada por la oxidación del ácido linoleico dentro de las partículas de LDL. Como lo señaló DiNicolantonio en ‘Omega-6 Vegetable Oils as a Driver of Coronary Heart Disease: The Oxidized Linoleic Acid Hypothesis’:
"Una vez que el ácido linoleico se oxida en el LDL, los aldehídos y cetonas se unen de forma covalente a la apoB, lo que produce LDL que ya no es reconocido por los receptores de LDL en el hígado pero es reconocido por los receptores carroñeros de los macrófagos que conducen la clásica formación de células de espuma y aterosclerosis.9,10,11
Por lo tanto, la cantidad de ácido linoleico contenida en el LDL se puede ver como el verdadero 'responsable' desencadentante del proceso de oxidación de LDL ya que el ácido linoleico es el que es altamente susceptible a la oxidación.
Además, un aumento en el consumo de ácido linoleico aumenta el contenido de ácido linoleico de las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL, por sus siglas en inglés) y lipoproteínas de alta densidad (HDL, por sus siglas en inglés) lo cual incrementa su susceptibilidad a oxidarse, y con ello exacerba más el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.12,13,14
Por lo tanto, al ampliar la teoría de la oxiación del LDL en las enfermedades cardíacas, una teoría más completa, la "teoría del ácido linoleico oxidado en la enfermedad coronaria" sería la siguiente:
El ácido linoleico alimenticio, sobre todo cuando se consume de aceites vegetales refinados omega-6, se incorpora a todas las lipoproteínas sanguíneas (como LDL, VLDL y HDL) lo cual aumenta la susceptibilidad de oxidación de todas estas y, por lo tanto, aumenta el riesgo cardiovascular".15
La grasa saturada protege contra la oxidación del colesterol, mientras que el omega-6 la promueve
El colesterol oxidado también ha sido implicado en la aterosclerosis. Esta hipótesis es lo que llevó a la satanización del colesterol y las grasas saturadas en la alimentación. Sin embargo, cuando el colesterol se une a las grasas saturadas, la oxidación no se produce fácilmente. Por otro lado, el ácido linoleico promueve la oxidación del colesterol.
De hecho, se ha encontrado que las placas tomadas de pacientes con aterosclerosis contienen linoleato de colesterilo oxidado ─es decir, ésteres de colesterol que contienen ácido linoleico─ y los niveles más altos de linoleato de colesterilo oxidado también se correlacionan con la severidad de la aterosclerosis.
En resumen, cuando el colesterol se une a la grasa saturada, está protegido de la oxidación, lo que reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, y cuando se une al ácido linoleico, el colesterol es susceptible a la oxidación, lo que aumenta su riesgo.
El ácido linoleico también aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas al reducir el colesterol de lipoproteína de alta densidad (HDL).16,17 Tal como señaló DiNicolantonio:
"Numerosas líneas de evidencia demuestran que el ácido linoleico graso poliinsaturado omega-6 promueve el estrés oxidativo, la oxidación del LDL, inflamación crónica de bajo grado y aterosclerosis.
Además, es uno de los principales responsables alimenticios de la cardiopatía coronaria, sobre todo cuando se consume en forma de aceites industriales provenientes de semillas comúnmente conocidos como 'aceites vegetales'".
Es importante comprender las grasas alimenticias para gozar de una salud óptima
Cuando se trata de cocinar alimentos con aceite, uno de los aspectos a tener en cuenta son los aceites que son hidrogenados o interesterificados (una grasa en la que la molécula de triglicéridos está diseñada para cambiar el punto de fusión del aceite). La mantequilla orgánica de animales alimentados con pastura es una de las mejores grasas para cocinar.
Otra deliciosa alternativa es el ghee, que durante miles de años se ha utilizado para cocinar y es una buena opción, al igual que el aceite de coco orgánico sin refinar. Entre las peores opciones están los aceites vegetales con alto contenido de ácido linoleico omega-6, los cuales incluyen a los aceites de maíz, soya, cártamo, semilla de algodón y canola.
Como se mencionó, esta información es una pequeña muestra de lo que se abordará a mayor profundidad en mi próximo libro Superfuel: Ketogenic Keys to Unlock the Secrets of Good Fats, Bad Fats, and Great Health, coescrito con el Dr. James DiNicolantonio (libro disponible en inglés solamente). En él, revisamos lo que necesita saber sobre las grasas alimenticias, que son un componente crucial de una dieta saludable.
Si vive en los Estados Unidos, puede preordenar un ejemplar en inglés a través de Amazon o Barnes & Noble.