Institución líder en el asesoramiento médico basado en la ciencia ‘estalla’ tras conocerse declaraciones de parcialidad

cochrane acusaciones de parcialidad

Historia en Breve

  • Cochrane publica cientos de revisiones científicas cada año sobre lo que funciona y lo que no. Por ejemplo, en varias ocasiones ha encontrado que las vacunas contra la gripe son ineficaces
  • Una revisión Cochrane de mayo de 2018 analizó 26 estudios y concluyó que las vacunas contra el VPH protegen contra el precáncer cervical en mujeres y adolescentes y que el riesgo de efectos secundarios es comparable al de otras vacunas de control
  • En julio de 2018, Peter Gøtzsche, Lars Jørgensen y Tom Jefferson, investigadores de Cochrane, publicaron una crítica incisiva de la revisión sobre la vacuna contra el VPH, donde señalaron errores metodológicos y conflictos de intereses
  • De acuerdo con Gøtzsche y sus coautores, la revisión de la vacuna contra el VPH se vio influenciada por la parcialidad de los reportes y diseños de prueba, y no cumplió con los estándares Cochrane
  • En septiembre, la junta de gobierno de Cochrane expulsó a Gøtzsche de la misma. Otros cuatro miembros renunciaron en protesta

Por el Dr. Mercola

He escrito muchos artículos que destacan la tendencia producida por la financiación y los peligros de basar las decisiones de salud en estudios científicos financiados por la industria.

Es completamente fundamental llevar a cabo investigaciones independientes y objetivas para conocer la verdad; sin esto, la ciencia se convierte en poco más que una rama de la mercadotecnia y, por lo tanto, inútil.

Por ello, lo que está sucediendo en Cochrane en este momento es una verdadera tragedia.1,2,3 Cochrane (una red internacional de científicos que promueve la medicina basada en la evidencia), antes conocida como Colaboración Cochrane, ha sido el criterio de referencia para los metaanálisis científicos independientes, y la reputación de la organización había logrado mantenerse notablemente intachable, hasta ahora.

Cochrane estalla ante las acusaciones de parcialidad

Cochrane publica cientos de revisiones científicas cada año sobre lo que funciona y lo que no. Por ejemplo, en varias ocasiones ha encontrado que las vacunas contra la gripe son ineficaces y no tienen un efecto notable en las hospitalizaciones y la mortalidad.4,5,6,7,8

Debido a la evidencia poco sólida que sustenta las recomendaciones de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), fue sorprendente que Cochrane publicara una revisión tan favorable sobre ella.

La revisión,9 que fue publicada el 9 de mayo de 2018, analizó 26 estudios y concluyó que: "Hay una gran certeza de que las vacunas contra el VPH protegen contra el precáncer cervical en las adolescentes y mujeres vacunadas de entre 15 y 26 años de edad", y que "el riesgo de incidentes graves es similar entre las vacunas contra VPH y las de control".

Dos meses después, Peter Gøtzsche junto con los investigadores miembros de Cochrane, Lars Jørgensen y Tom Jefferson, publicaron una crítica muy incisiva de la revisión sobre la vacuna contra el VPH en el BMJ de Medicina Basada en Evidencia,10 donde señalan errores metodológicos y conflictos de intereses.

Gøtzsche, médico e investigador danés y abierto crítico de la industria farmacéutica (tal como sugiere su libro Deadly Medicines and Organized Crime: How Big Pharma Has Corrupted Healthcare (Medicamentos mortíferos y el crimen organizado: cómo las grandes farmacéuticas han perjudicado el servicio de atención médica),11 ayudó a fundar la Colaboración Cochrane en 1993 y luego emprendió el Centro Nórdico Cochrane.

Según Gøtzsche y sus coautores, la revisión de la vacuna contra el VPH "pasó por alto casi la mitad de los ensayos elegibles" y "se vio influenciada por parcialidades en los reportes y diseños de prueba". En general, la revisión no cumplió con los estándares Cochrane, indicó Gøtzsche.

La revisión favorable de Cochrane sobre la vacuna contra el VPH es sumamente cuestionable

Es importante destacar que los 26 ensayos incluidos en la revisión de la vacuna contra el VPH utilizaron comparadores activos, es decir, vacunas que contienen aluminio, que pueden distorsionar los resultados al ocultar sus efectos adversos. Para empeorar las cosas, los revisores describieron incorrectamente estos comparadores activos como "placebos".

Los resultados también pueden haberse visto alterados por la exclusión de mujeres que tenían historial de trastornos inmunológicos o del sistema nervioso. "Estos criterios de exclusión redujeron la validez externa de los ensayos y sugieren que a los fabricantes de la vacuna les preocupaban los daños causados por los adyuvantes", escribe Gøtzsche y su equipo.

Según Gøtzsche, la revisión también "evaluó de forma incompleta las consecuencias adversas graves y sistémicas" e ignoró las "señales de seguridad relacionadas con la vacuna contra el VPH". Estos son exactamente los tipos de estrategias que analicé en mi artículo: "Tácticas cuestionables utilizadas en las pruebas de 'seguridad' de las vacunas".

Gøtzsche también señala que los revisores de la vacuna contra el VPH concluyeron de forma errónea que el impacto de la financiación de la industria en los estudios incluidos fue insignificante. En realidad, los 26 estudios fueron financiados por la industria y, por lo tanto, la evaluación del impacto de su financiamiento no pudo ser evaluada de manera significativa.

Además, los revisores aportaron sus propios conflictos de intereses.

"La Colaboración Cochrane pretende estar libre de conflictos de interés relacionados con los fabricantes de los productos que evalúa... La revisión Cochrane solo tiene cuatro autores; tres de los cuales atravesaron por tales conflictos de intereses hace diez años.

Gøtzsche y sus compañeros de equipo señalan que “el primer autor de la revisión actualmente lidera la ‘vigilancia de los efectos de la vacunación contra el VPH luego de su comercialización en estados que no son miembros nórdicos de la Unión Europea’ de la Agencia Europea de Medicamentos, la cual es financiada por Sanofi-Pasteur-MSD quien fue cofabricante de Gardasil."

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Miembro expulsado de la junta advierte que Cochrane se ha desviado de su misión

Para la sorpresa de Gøtzsche y muchos otros, la junta de gobierno Cochrane decidió simplemente expulsar a Gøtzsche de la misma. Otros cuatro miembros de la junta (Gerald Gartlehner, David Hammerstein Mintz, Joerg Meerpohl y Nancy Santesso) dimitieron de inmediato en señal de protesta,12 con lo cual quedaron solo ocho miembros de la junta de 13 miembros.

En una declaración conjunta, Gartlehner, Hammerstein Mintz, Meerpohl y Santesso dijeron:13

"Creemos que expulsar a miembros incómodos de la Junta va en contra de los valores Cochrane y no refleja su espíritu fundamental ni promueve los mejores intereses de la organización".

En una carta de tres páginas14 al Centro Nórdico Cochrane ─que vale mucho la pena leer completa─ Gøtzsche no solo aborda su expulsión, sino que también cuestiona la dirección que Cochrane ha tomado en los últimos años. Dada su naturaleza reveladora, decidí incluir esta cita más larga de lo normal:

"No se ha dado una justificación clara y razonable sobre mi expulsión, además de acusarme de provocar el ‘desprestigio’ de la organización. Esta es la primera vez en 25 años que un miembro ha sido excluido de la junta Cochrane...

[L]a Colaboración Cochrane ha entrado en un territorio inexplorado de crisis y falta de dirección estratégica... Últimamente, el equipo ejecutivo central de Cochrane no ha podido aplicar las medidas de seguridad adecuadas... para garantizar políticas suficientes en los campos de la epistemología, ética y moralidad.

La transparencia, el debate abierto, la crítica y mayor participación son herramientas que garantizan la reducción de la imprecisión en las revisiones y mejoran la percepción pública del proceso científico democrático.

Son condiciones y herramientas que no se pueden eliminar, como sucedió recientemente, sin poner en seria duda el riguroso compromiso científico de Cochrane y el deterioro de la confianza del público en el trabajo de Cochrane. Mi expulsión debería verse desde este contexto.

También ha habido un grave déficit democrático.

La función de la Junta de Gobierno se ha degradado radicalmente tras la intensa influencia del equipo ejecutivo central actual, por lo que la Junta se ha convertido cada vez más en un organismo testimonial que sella propuestas altamente consumadas, prácticamente sin aportes ni intercambios de opiniones para formular nuevas políticas...

Esta creciente cultura autoritaria y jerárquica, así como un modelo de negocio cada vez más comercial que se ha observado dentro del liderazgo Cochrane en los últimos años, ponen en peligro los objetivos científicos, morales y sociales de la organización...

También ha habido críticas en Cochrane sobre la promoción excesiva de revisiones favorables y conflictos de intereses, así como de la naturaleza partidaria de algunos comentarios de expertos científicos... Hay una resistencia cada vez más fuerte para decir cualquier cosa que pudiera afectar los intereses de la industria farmacéutica. Su excusa de la falta de tiempo y personal (alrededor de 50) es inverosímil.

También ha habido una gran resistencia y estancamiento por parte del equipo ejecutivo central para mejorar la política de conflicto de intereses de Cochrane.

Hace un año, propuse que no debería haber autores de revisiones en Cochrane que tuvieran conflictos financieros de intereses con compañías relacionadas con los productos evaluados en las revisiones. Esta propuesta fue apoyada por otros miembros de la Junta, sin embargo, dicha iniciativa no ha progresado en absoluto".

Evidentes conflictos de intereses

El 9 de agosto, Cochrane anunció que estaba lanzando una investigación sobre la revisión de la vacuna contra el VPH,15 y el 3 de septiembre, el editor en jefe de Cochrane emitió una refutación16 a la crítica de Gøtzsche, donde indicó que la organización respalda los hallazgos de la revisión. Al considerar los claros conflictos de intereses, esto parece poco aconsejable.

La Dra. Lauri Markowitz, fue una de las autoras del protocolo de revisión de la vacuna contra el VPH17 ─es decir, una de las personas que diseñaron y determinaron el ámbito de aplicación de la revisión─ y quien resulta también ser la líder del equipo de VPH en la división de enfermedades virales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.18,19

En el año 2006, Markowitz también formó parte del grupo de trabajo sobre el VPH del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, y es la corresponsal designada de la recomendación del ACIP sobre la vacunación contra el VPH emitida en marzo de 2007.20

Este es un conflicto de intereses bastante claro—sobre todo al considerar que el gobierno de los Estados Unidos tiene un interés financiero en la venta de la vacuna contra el VPH.

Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) reciben regalías por la venta de dicha vacuna. Cabe destacar que las regalías de los NIH por las vacunas están protegidas de divulgación bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés),21 por lo que no se sabe con cuánto se benefician. Sin embargo, el hecho de que tales ganancias se mantengan en secreto puede ser revelador por sí solo. Pero hay más.

Merck, que fabrica y distribuye la vacuna Gardasil contra el VPH, ha trabajado con un grupo de salud mundial llamado PATH22 con el fin de obtener la aprobación de la vacuna para su uso a nivel mundial.

A su vez, PATH recibió decenas de millones de dólares de la Fundación Bill & Melinda Gates: USD 84.3 millones solo en el 2005, para la expansión de estrategias de bajo costo que promueven la salud de los recién nacidos,23 y USD 10 millones en 2013 para reducir las muertes por cáncer de cuello uterino causado por el HPV.24

Además de eso, la Fundación Bill & Melinda Gates ha sido ferviente partidaria y promotora de la vacuna contra el VPH25 y en septiembre del 2016 donó USD 1.15 millones a Cochrane.26,27

En un artículo del 5 de junio de 2018,28 el Proyecto Mundial sobre el Mercurio ─dirigido por Robert F. Kennedy Jr.─ analizó los vínculos financieros entre Cochrane, Gates y otros implicados con esos derechos. Este señaló que con su revisión sobre el VPH, parece que varios de ellos están "obteniendo mucho valor por su generoso dinero".

Vale la pena señalar que, si bien Markowitz no aparece como autora del reporte final,29 sí figura en la sección de agradecimientos por haber brindado "valiosas recomendaciones y contribuciones al revisar los resultados y las secciones de discusión".

La manipulación detrás del sistema

El hecho de que no se hayan divulgado los conflictos de intereses ha adquirido una atención increíble, y hoy en día parece más la norma que la excepción.

Como uno de entre los innumerables ejemplos, el año pasado escribí sobre cómo STAT News, una fuente de noticias científicas y médicas que solía tener gran prestigio, publicó un artículo de opinión elogiando los beneficios de los representantes de las ventas de medicamentos.

El neurólogo experimentado Dr. Robert Yapundich escribió el artículo: "How Pharma Sales Reps Help Me Be a More Up-to-Date Doctor" (Cómo los representantes de ventas de la industria farmacéutica me ayudan a ser un médico más actualizado), y el problema es que, en los últimos años, Yapundich ha recibido más de USD 300 000 de compañías farmacéuticas: dato que no fue revelado en ninguna parte, ni por el propio Yapundich ni por el editor.

Posteriormente, algunos analistas astutos señalaron otras discrepancias, como el hecho de que aunque Yapundich afirmó que no había oído hablar del medicamento Nuplazid hasta que almorzó con un representante farmacéutico, en realidad había sido consultor pagado por ese mismo medicamento. STAT News finalmente se retractó del artículo después de varias reclamaciones.

Sin embargo, el problema va más allá de solo algunos profesionales médicos y académicos retribuyendo con prensa positiva a la mano que les da de comer.

A veces, los artículos de opinión como este en realidad son escritos por la propia compañía farmacéutica, mientras que los hacen pasar como opinión de expertos. Esta práctica se conoce como escritura fantasma, y es una de las tácticas más arteras y engañosas.

Escándalo sobre investigación nutricional desencadena una serie de retractaciones

Respecto a retirar opiniones, en noticias relacionadas, Brian Wansink, investigador sobre nutrición de Cornell, renunció hace poco despué de que una investigación interna revelara “conducta científica indebida en su investigación y conocimientos, lo que incluyó información falsa de investigaciones, técnicas estadísticas cuestionables, documentación y protección inadecuada de los resultados de investigación, así como autoría inapropiada".30

Los investigadores que han estudiado minuciosamente los estudios de Wansink han identificado más de 40 que resultan cuestionables y, según ARS Technica,31 "Esos estudios han sido colectivamente citados 3 700 veces por otros investigadores [y] publicados en más de 25 revistas y ocho libros".

Hasta el momento, 13 de los populares estudios de Wansink han sido revocados, y otros 15 fueron formalmente corregidos. ARS Technica escribe:

"Las retractaciones, correcciones y la dimisión [del 20 de septiembre] se derivan de la propia admisión de Wansink de depuración de estadísticas para encontrar conclusiones significativas en información nutricional que de no ser por esto sería errónea.

El resultado es que muchos consejos comunes sobre nutrición ─como el uso de platos más pequeños para engañarse a sí mismo a consumir menos comida y guardar los snacks poco saludables en lugares de difícil acceso─ ahora están en la cuerda floja y posiblemente estén destinados a ser desechados.

Antes del escándalo, Wansink se hizo conocido por publicar estudios que indicaban, en general, que los cambios ambientales sutiles podrían conducir a distintos beneficios de alimentación y salud.

Por ejemplo, ayudó a concebir la idea de los ahora omnipresentes paquetes de snacks de 100 calorías. Y promovió la sugerencia de colocar fruteros en lugares destacados de las barras de nuestras cocinas".

La guerra contra la industria y la ciencia

Si bien la industria farmacéutica se precipita a afirmar que cualquiera que cuestione su integridad es parte de una "guerra contra la ciencia", la evidencia de irregularidades simplemente es demasiado grande e inquietante como para ignorarla. Desde mi punto de vista, la industria misma es la culpable de la disminución de la confianza del público en los hallazgos científicos.

La pérdida de confianza es resultado natural de descubrir mentira tras mentira, y en los últimos años han sobrado escándalos científicos para degradar la opinión pública.

Aún así, la industria simplemente sigue usando las mismas estrategias de propaganda perfeccionadas por la industria tabacalera, tácticas clave donde la falta de certeza es constante. En ocasiones podría requerir la creación de investigaciones parciales, pero a menudo es tan fácil como repetir una mentira hasta que empiece a parecer un hecho comprobado.

En un reciente artículo de opinión de The New York Times,32 Melinda Wenner Moyer, periodista de salud y ciencias33 culpa a quienes cuestionan la seguridad de las vacunas de oprimir la investigación sobre las mismas.

Independientemente de que sea intencional o no, transmite un mensaje muy anticuado de la industria al emitir declaraciones tan clásicas como: "El objetivo es proteger al público, para garantizar que más personas opten por las vacunas...".

"El Internet ha hecho que sea sencillo que los activistas anti-vacunación lo confundan", y "Las preocupaciones sobre lo que estos grupos podrían hacer están comenzando a anteponerse al progreso científico". Lo que no aborda ─al igual que todos los demás antes que ella─ es el porqué.

La industria de las vacunas tiene un gran interés en producir resultados favorables en sus investigaciones. Lo mismo ocurre con la industria farmacéutica y química, así como con la mayoría de las otras industrias que financian, realizan y publican sus propios estudios. Tienen un poderoso motivo para publicar investigaciones erróneas, por lo que el público debe ser consciente de que el sesgo es real.

Sin embargo, cuando investigadores independientes, periodistas o, incluso personas comunes señalan esos errores y se niegan a creer las absurdas conclusiones de la industria, ¿qué motiva su rechazo?

Según la industria, el motivo es que están "en contra de la ciencia". Básicamente, todos odiamos la ciencia, no podemos tolerar el progreso y queremos volver a la Edad Media donde había derramamiento de sangre y fluidos.

Una razón que resulta demasiado patética y poco convincente y que simplemente no puede ser fabricada. Es tan ilógica que puede ser ignorada sin comentarios ni defensa. Si alguien está en contra de la ciencia, es la misma industria, porque ellos son quienes resultan beneficiados de ello.

Para finalizar, le recomendaría leer el artículo de la Dra. Marcia Angell: "Transparency Hasn’t Stopped Drug Companies From Corrupting Medical Research” (La transparencia no evitado la corrupción de las compañías farmacéuticas en las investigaciones médicas",34 quien también fue editora de The New England Journal of Medicine durante más de 20 años, comprende estos temas a profundidad y ha escrito bastante sobre cómo es que la financiación de la industria afecta y distorsiona las investigaciones científicas.

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