La OMS, los laboratorios, Bill Gates o el Gobierno: ¿Quién rige las vacunas?

Datos comprobados

renuencia vacunas

Historia en Breve

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS, por sus siglas en inglés) ha calificado a la “renuencia a la vacunación” como una de las 10 principales amenazas para la salud mundial en 2019
  • Desde 2011, a las compañías farmacéuticas no se les ha hecho responsables por las lesiones y muertes causadas por las vacunas que se venden en los Estados Unidos, cuyo uso es recomendado y exigido por el gobierno
  • Una investigación conjunta, realizada por el British Medical Journal y el Bureau of Investigative Journalism del Reino Unido, reveló que los tres científicos clave que influyeron en la decisión de la OMS de declarar una pandemia de gripe porcina (H1N1) en 2009, así como en recomendar a todos los países que utilizaran y acumularan reservas de vacunas y medicamentos contra esta gripe pandémica, tenían vínculos financieros con empresas farmacéuticas que se beneficiaron de las recomendaciones de la OMS
  • La Fundación Gates ha donado más de 3000 millones de dólares a GAVI. Pero, entre 2000 y 2013, solo el 10 % del financiamiento total proporcionado por GAVI se utilizó para fortalecer los sistemas de salud en los países en desarrollo, mientras que casi el 80 % se utilizó para comprar, proveer y promover vacunas
  • Los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos, así como otras agencias federales de salud, donan millones de dólares de los impuestos de los contribuyentes y los dirigen hacia instituciones académicas y fabricantes de vacunas para mejorar la tecnología detrás de las vacunas, encontrar nuevos y lucrativos mercados de vacunación e impulsar la comercialización de las vacunas. El gobierno de los Estados Unidos también se ha asociado con la Fundación Gates para desarrollar y promover el uso de las vacunas

Por Barbara Loe Fisher

El 16 de enero de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un informe en el que calificó a la “renuencia a la vacunación” como una de las “10 principales amenazas para la salud mundial en 2019”, junto con la contaminación del aire y el cambio climático, enfermedades no transmisibles, pandemia mundial de gripe, resistencia a los antimicrobianos y enfermedades infecciosas como el ébola, dengue y VIH.

Históricamente, los causantes principales de enfermedades y muertes tempranas en poblaciones humanas han sido la pobreza, malas condiciones de higiene y mala nutrición, pero las enfermedades infecciosas con soluciones farmacéuticas dominaron esta lista.

La respuesta inmediata de los principales medios de comunicación ante el anuncio de la OMS fue centrarse en la “renuencia a la vacunación”, ya que el comité editorial del New York Times declaró el 19 de enero que los “anti-vaxxers” ( término que se le adjudica a las personas y campañas que están en contra de la vacunación) son “el enemigo” y pidió al gobierno de los Estados Unidos que fuera “más severo” al emprender una campaña a favor de las vacunas que sea “audaz y agresiva” y que incluya “restricciones más estrictas en torno a la libertad que los estados otorgan a las familias que desean omitir las vacunas esenciales”.

Para el 23 de enero, The Hill anunció que el gobierno de Washington había declarado un estado de emergencia debido a 23 casos de sarampión reportados en un área con una “comunidad renuente a la vacunación” en Portland, Oregon, y en el Reino Unido se hizo un llamado para que las plataformas de redes sociales “reprimieran las noticias falsas” y censuraran “información engañosa y mensajes negativos sobre la vacunación”.

La publicación por parte del comité editorial del New York Times que se tituló “How to Inoculate Against Anti-Vaxxers” (“Cómo protegerse de los anti-vaxxers”) fue un tema constante en los artículos que reaccionaron a la sugerencia de la OMS de que las personas que desean tomar decisiones informadas y voluntarias acerca de la vacunación son una amenaza global.

Un médico sugirió que los padres que no vacunan a sus hijos son egoístas: “Es una cuestión de 'No me preocupo por otras personas en la comunidad, solo me preocupo por la salud y el bienestar de mi propio hijo'”.

No hubo discusión sobre la falta de conocimiento institucional de la ciencia detrás de la seguridad de las vacunas o sobre el hecho de que la mayoría de los padres aún siguen al pie de la letra los consejos de los pediatras y los funcionarios de salud pública, pero cuando descubren que el riesgo de vacunación en sus niños es muy alto, es cuando empiezan a cuestionar la seguridad de las vacunas.

Tampoco se discutió sobre el hecho de que, desde 2011, a las compañías farmacéuticas no se les ha hecho responsables por las lesiones y muertes causadas por las vacunas que se venden en los Estados Unidos, cuyo uso es recomendado y exigido por el gobierno.

En cambio, a los padres de niños que han sido lesionados por el uso de vacunas, además de otras personas preocupadas por la seguridad de las vacunas, quienes durante décadas les han estado pidiendo tanto al gobierno como a la industria que desarrollen información científica de mejor calidad sobre las vacunas, así como políticas de vacunación más humanas que respeten la diversidad genética y biológica, se les aplicó el estereotipo de “anti-vaxxers” y fueron clasificados como una “amenaza” para la salud pública.

El comité editorial del New York Times explicó que: “Nuestra situación actual no es un misterio. En Internet, la propaganda contra las vacunas ha superado la información de salud pública a favor de las vacunas”.

De manera autoritaria, “el comité, editor y publicista” del New York Times declararon que “los científicos se sienten incómodos con las declaraciones drásticas, porque la ciencia tiene que ver con los detalles. Pero, en el caso de las vacunas, hay algunas realidades difíciles que merecen ser promovidas. Las vacunas no son tóxicas y no causan autismo. Punto”.

Sin embargo, no se discutió el hecho de que las personas tengan una preocupación justificada con respecto a los ingredientes de las vacunas y a que la industria farmacéutica le pague a la FDA para acelerar el proceso necesario para legitimar nuevas vacunas sin realizar las pruebas adecuadas.

Tampoco hubo discusión sobre el hecho de que los médicos al dar a los niños 69 dosis de 16 vacunas a partir del mismo día en que nacen (que es tres veces más que las vacunas recibidas en 1983) no pueden dar explicaciones de por qué tantos niños en los Estados Unidos que han recibido un exceso de vacunas hoy en día están más enfermos, en vez de más sanos.

Lo anterior se ve reflejado en que 1 de cada 6 niños tiene problemas de aprendizaje y 1 de cada 40 tiene autismo.

Además de lo anterior, hay millones de niños que sufren de asma, diabetes, alergias severas, epilepsia, cáncer, esquizofrenia, depresión y otras enfermedades crónicas que se caracterizan por una inflamación crónica en el cuerpo.

Los CDC manifestaron que el 90 % de los 3300 millones del gasto anual para la atención de salud se designa para personas con padecimientos mentales y crónicos.

La desenfrenada a inexplicable epidemia de enfermedades crónicas y discapacidad está llevando a la quiebra al sistema de salud de los Estados Unidos y para colmo de males, no se designan fondos para investigar la razón por el incremento sin precedentes de las vacunas que se les administran a los bebés, niños y adultos.

En ningún momento se habló sobre las multinacionales farmacéuticas que están cargo de un mercado global de vacunación con un valor de 34 000 millones de dólares y que tienen contratos de miles de millones de dólares con compañías de medios masivos de comunicación, así como alianzas público-privadas con gobiernos para que les compren vacunas y creen campañas publicitarias a favor de las mismas.

Dichas campañas son gigantes en comparación con la pequeña cantidad de sitios web y blogs que han sido catalogados como “anti-vaxxers” tan solo por cuestionar la ciencia detrás de las vacunas y las políticas gubernamentales.

Tampoco se mencionó que las corporaciones adineradas y fundaciones filantrópicas con agendas políticas, así como los médicos y funcionarios de salud bien remunerados que están a cargo de operar el sistema de vacunas,  se encuentran en posiciones de poder privilegiadas con una clara ventaja sobre los ciudadanos comunes que están sujetos a las leyes de vacunación, las cuales suponen un riesgo terrible para las personas con susceptibilidad genética y biológica a sufrir lesiones causadas por la vacunación.

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Vacunas, autismo y la pérdida de la confianza en las compañías farmacéuticas y en los médicos

En los Estados Unidos, la revista Live Science publicó un artículo al respecto: “Anti-Vaccine Movement Joins Ebola, Drug Resistance on List of Top Global Threats” (“El movimiento contra las vacunas se une al ébola: la resistencia a los medicamentos es parte de la lista de las principales amenazas mundiales”).

Se citó a un médico del Hopkins Center for Health Security diciendo que el hecho de que en la lista de las 10 principales amenazas mundiales de la OMS se encontraran las enfermedades no transmisibles en vez de las infecciosas es “un testimonio de lo poderosas que son las vacunas”.

También, haciendo referencia a la respuesta positiva del público con respecto a la presentación de la vacuna contra el polio en la década de 1950, comentó que: “Necesitamos volver a esa época en la que las vacunas se celebraban de la misma manera en que nos emocionamos con el lanzamiento de un nuevo iPhone”.

El título que la revista People eligió fue “World Health Organization Names Anti-Vaxxers As a Top Threat to Global Health in 2019” (“La Organización Mundial de la Salud nombra a los anti-vaxxers como una de las amenazas principales para la salud mundial en 2019”).

Al principio del artículo, aparece la siguiente declaración: “No existe un vínculo científico entre las vacunas y el autismo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés)”.

Al final el artículo cierra con esto: “Para abordar el incremento de la renuencia a las vacunas, la OMS intensificará su labor de eliminar el cáncer cervicouterino por medio de un aumento en la aplicación de dosis de la vacuna contra el VPH”.

La revista U.S. News & World Report publicó un artículo que se titula “WHO: Anti-Vaccine Movement a Top Threat in 2019” (“OMS: Las campañas contra las vacunas representan una de las principales amenazas de 2019”).

La autora declaró que: “Los anti-vaxxers rechazan las vacunas necesarias para sus hijos por motivos religiosos o de filosofía personal. En parte, el aumento en los casos de niños que no reciben vacunas se ha relacionado con la creencia de que las vacunas provocan trastornos del espectro autista, la cual ha sido desacreditada por la comunidad médica”.

Después de mencionar que en una encuesta reciente en los Estados Unidos se encontró que la confianza a las vacunas está disminuyendo, la autora agregó que: “La creciente desconfianza, según los investigadores, fue dominante entre pequeños grupos de personas en comunidades aisladas o en comunidades en línea con ideas afines”.

La revista Pacific Standard planteó una pregunta: “Are Anti-Vaxxers a Major Health Threat? The World Health Organization Says Yes” (“¿Acaso los antivaxxers son una amenaza importante para la salud? La Organización Mundial de la Salud dice que sí”).  Este artículo incluye una cita de un pediatra:

“También se puede culpar a la creciente pérdida de confianza con respecto a las instituciones médicas en general, debido a que los informes frecuentes de las turbias relaciones financieras entre los médicos, sociedades médicas profesionales e industria farmacéutica ponen en duda si se puede confiar en los médicos o no.

Al no estar seguros de qué hacer y a quién escuchar, muchos buscan respuestas a sus preguntas en otra parte o deciden confiar en su instinto...”

Salon, un sitio de noticias en línea, creó un título amarillista que planteó un presagio a manera de pregunta: “The Anti-Vaxxocalypse: What Happens to Humanity if Vaccine Hesitancy Continues?” (“El apocalipsis antivacunas: ¿qué le sucederá a la humanidad si continúa la renuencia a las vacunas?”).

El autor explicó lo siguiente: “En otras palabras, el movimiento contra la vacunación, que ha inspirado a muchas personas en los países desarrollados a rechazar o dudar de las vacunas contra enfermedades prevenibles, es ahora una amenaza para la salud mundial y, por ende, para la estabilidad”.

Lo que resulta interesante es que la abrumante respuesta ante el anuncio de la OMS por parte de las corporaciones con medios de comunicación tradicionales haya sido tan uniforme.

Con frecuencia, dichos medios usaron argumentos idénticos entre ellos y dejaron de lado la perspectiva de los padres y médicos en los Estados Unidos y Europa que son sensatos al pedir que se reformen las políticas y leyes de vacunación.

El tema de las vacunas está en pleno apogeo, pero ¿de dónde proviene el dinero para financiar estas campañas de publicidad que hacen uso de insultos, amenazas, humillaciones e información errónea para demonizar y promover la discriminación contra aquellos que critican la ciencia detrás de las vacunas y las políticas gubernamentales?

La OMS promociona las vacunas

En cuanto terminó la Segunda Guerra Mundial, en 1945, se hizo una votación en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para establecer una nueva organización internacional que se enfocara en la salud. En 1948, la OMS fue fundada por la ONU después de ser ratificada por 26 estados miembros y recibió un presupuesto de 5 millones de dólares (MUSD).

La OMS es una agencia especializada de la ONU con sede en Ginebra, Suiza, y está compuesta por seis oficinas regionales que operan en diferentes partes del mundo, incluyendo la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con sede en Washington, DC.

En la actualidad, 194 estados miembros de la ONU se ven impactados por las actividades de la OMS, la cual cuenta con una enorme facultad para “actuar como la autoridad que dirige y coordina las labores de salud internacional”.

La constitución de la OMS, revisada en 2006, establece que su objetivo “es que todas las personas puedan gozar del grado máximo de salud” y define a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Esta constitución también establece que “Una opinión pública bien informada y una cooperación activa por parte del público son de importancia para el mejoramiento de la salud del pueblo”. Hace 70 años, cuando la OMS se fundó, sus principales prioridades eran la malaria, tuberculosis, enfermedades venéreas, salud materna e infantil, así como la ingeniería sanitaria y nutrición.

Durante sus primeros 30 años, la OMS realizó las siguientes operaciones: impulsó una campaña mundial de erradicación de la viruela (1958-1980), se encargó de la prevención y control del pian, sífilis endémica, lepra, tracoma, cólera y fiebre amarilla (en la década 1960), desarrolló campañas de planificación familiar (década de 1970) y programas de vacunación infantil (a inicios de 1974) e instituyó la atención primaria de salud en todos los sistemas nacionales de salud (la cual dio inicio en 1978).

Hoy en día, la OMS es la agencia de salud pública más grande e influyente del mundo, con un presupuesto anual de 4400 millones de dólares entre 2018-2019.  Alrededor del 20 % del presupuesto de la OMS (956.9 millones de dólares) es financiado por cuotas de los estados miembros y el 80 % con “contribuciones voluntarias”.

Los programas con mayor financiación por parte de la OMS son las campañas de vacunación contra la poliomielitis (903 millones de dólares), campañas de vacunación contra otras enfermedades transmisibles en países en desarrollo (805 millones de dólares) y servicios o funciones corporativas (715.5 millones de dólares).

Hoy en día, los 10 principales estados miembros de la ONU que ofrecen un financiamiento anual a la OMS son los gobiernos de: Estados Unidos (125 millones de dólares); Japón (49 millones de dólares); China (40 millones de dólares); Alemania (33 millones de dólares); Francia (27 millones de dólares); Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (23 millones de dólares); Brasil (19.5 millones de dólares); Italia (19 millones de dólares); Canadá (15 millones de dólares); y, Australia (12 millones de dólares).

La Fundación Bill y Melinda Gates es el mayor patrocinador privado de la OMS, ya que ha donado más de 2000 millones de dólares en subvenciones asignadas a esta agencia de salud internacional desde 1998 y, en general, ocupa el segundo lugar entre los patrocinadores de la agencia (después del gobierno de los Estados Unidos).

Debido a que las donaciones de la Fundación Gates se destinan a programas específicos, como la compra, entrega y promoción de vacunas, esta fundación influye de manera significativa al momento de definir las prioridades de los programas de la OMS.

En 2010, después de una investigación conjunta realizada por el British Medical Journal (BMJ) y el Bureau of Investigative Journalism del Reino Unido, se publicó un artículo en BMJ que reveló que los tres científicos clave que influyeron en la decisión de la OMS de declarar una pandemia de gripe porcina (H1N1) en 2009, así como en recomendar a todos los países que utilizaran y acumularan reservas de vacunas y medicamentos contra esta gripe pandémica, tenían vínculos financieros con empresas farmacéuticas (GlaxoSmithKline y Roche) que se beneficiaron de las recomendaciones de la OMS.

La OMS también fue criticada por falta de transparencia al negarse a divulgar las identidades de los 16 miembros de un Comité de Emergencia formado en 2009 para dirigir la estrategia de la pandemia.

En 2009, la pandemia de la vacuna H1N1, la cual fue introducida de manera repentina con el objetivo de abordar una pandemia que la OMS había declarado pero que no fue cierta, provocó respuestas autoinmunológicas en más de 1300 personas europeas que se aplicaron la vacuna pandémica de GSK, la cual les provocó narcolepsia, que es un trastorno inmunológico incurable mediado por el sistema neurológico.

GAVI: la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización

La OMS y el gobierno de los Estados Unidos son socios fundadores de la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización, conocida por sus siglas en inglés GAVI.

En el año 2000, la Fundación Bill y Melinda Gates proporcionó 750 millones de dólares  en capital semilla para impulsar la creación de GAVI, que es una asociación entre el sector público y privado, así como un mecanismo de financiamiento multilateral que involucra a la OMS,  a los gobiernos, a la industria de las vacunas, al Banco Mundial, a fundaciones filantrópicas y asociaciones civiles para “facilitar el acceso equitativo a vacunas nuevas e infrautilizadas para niños que viven en los países más pobres del mundo”.

De los más de 15 000 millones de dólares que han sido recaudados por GAVI a partir del año 2000 para vacunar a los niños del mundo, las contribuciones por parte del gobierno de los Estados Unidos han resultado en un total de 1900 millones de dólares, que equivalen al 12 % de todas las contribuciones recibidas por GAVI.

Por su parte el Reino Unido ha contribuido con 2200 millones de dólares, es decir el 14 % de las contribuciones totales de GAVI.

La fuente de financiamiento más grande para GAVI es la Fundación Gates, que ha donado más de 3000 millones de dólares, o el 20 % del ingreso total de GAVI.

Entre el 2000 y el 2013, solo el 10 % del financiamiento total proporcionado por GAVI (862 millones de dólares) se usó para fortalecer los sistemas de salud de los países en desarrollo, con acciones como la mejora de las condiciones de higiene y nutrición, mientras que casi el 80 % se utilizó para comprar, administrar y promover vacunas.

GAVI tiene su sede en Ginebra con una oficina en Washington, DC que se encarga de las operaciones diarias y uno de los objetivos principales de GAVI es “crear mercados eficientes de vacunas y otros productos de inmunización”.

En 2006, GAVI creó la Facilidad Financiera Internacional para la Inmunización (IFFIm, por sus siglas en inglés) para utilizar los fondos de los donantes para respaldar la emisión de bonos especiales en los mercados financieros para proporcionar financiamiento “por adelantado” a GAVI.

En 2010, GAVI creó el modelo de Compromiso Avanzado de Mercado (AMC, por sus siglas en inglés) para acelerar el acceso a las vacunas antineumocócicas por medio de los donantes que aportan fondos por adelantado para apoyar la compra de vacunas y acelerar la introducción y uso de vacunas en países asociados con GAVI.

Hoy en día, el AMC incentiva a los fabricantes de vacunas a firmar contratos para proporcionar una vacuna antineumocócica a los países en desarrollo a precios más bajos por dosis y ser reembolsados con los fondos de GAVI. Para marzo de 2015, Pfizer y GlaxoSmithKline habían recibido más de 1000 millones de dólares de los fondos del AMC de GAVI.

Mientras tanto, los funcionarios de los CDC proporcionan a GAVI apoyo técnico y orientación.

La comercialización de vacunas por medio de la Fundación Gates

La Fundación Gates fue establecida en 2000 porBill Gates, fundador de Microsoft Corporation, y su esposa, Melinda.

Con sede en Seattle, Washington, la Fundación Gates es la fundación filantrópica más grande del mundo, con un fideicomiso de 43 500 millones de dólares que hace donaciones de más de 3000 millones de dólares anuales para avanzar en los objetivos de la fundación como reformar los sistemas educativos, con acciones como instituir un plan de estudios básico en todas las escuelas de los Estados Unidos y financiar iniciativas de salud pública, en especial programas de vacunación global.

Uno de los objetivos principales de la Fundación Gates es asegurarse de que todos los niños del mundo estén vacunados.

El empresario e inversionista Warren Buffet, quien tomó el control del fabricante de textiles Berkshire Hathaway, Inc. en 1965 y acumuló una fortuna personal de más de 60 000 millones de dólares, prometió contribuir con 31 000 millones de dólares y se convirtió en codirector de la Fundación Gates en 2006.

En 1998, el mismo año en que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos presentó una demanda antimonopolio contra Microsoft Corporation, Bill y Melinda Gates se comprometieron en aportar 100 millones de dólares para crear el Programa de Bill y Melinda Gates para el suministro de vacunas para niños.

Uno de los propósitos de ese programa era establecer un consenso internacional sobre las recomendaciones en cuanto al uso de vacunas:

“Se harán esfuerzos para apoyar a las conferencias internacionales y al desarrollo y difusión de sólidas declaraciones que cuenten con un consenso internacional y recomendaciones para el uso de las nuevas vacunas”.

La página de inicio de la Fundación Gates proclama que TODAS LAS VIDAS TIENEN EL MISMO VALOR, y declara que:

“Creemos que podemos salvar vidas haciendo llegar los últimos avances científicos y tecnológicos a los más necesitados. Colaboramos con nuestros asociados para suministrar vacunas y medicamentos eficaces, brindar diagnósticos y diseñar estrategias innovadoras para ofrecer una buena cobertura de salud a quienes más la necesitan.

Además, destinamos cuantiosos recursos a elaborar nuevas vacunas para prevenir aquellas enfermedades infecciosas que representan una gran carga para el país.”

En 2016, Global Justice Now publicó un informe de investigación, “Gated Development: Is the Gates Foundation always a force for good?” (“Desarrollo a puertas cerradas: ¿en verdad la Fundación Gates es una fuerza para el bien?”).

En dicho artículo, los autores criticaron a Bill Gates y a la Fundación Bill y Melinda Gates (BMGF, por sus siglas en inglés) por su desenfrenado poder político e influencia en las políticas de los programas de salud mundiales y agrícolas:

“Nos quedaríamos cortos con decir que la BMGF se ha convertido en un actor importante en el desarrollo internacional. Cuando se trata de políticas globales de salud y agricultura, dos de sus áreas clave en donaciones, sin duda la BMGF se ha convertido en el actor más influyente del mundo.

También es probable que Bill Gates, quien tiene acceso ilimitado a los líderes mundiales y en efecto está financiando a cientos de universidades, organizaciones internacionales, ONG y medios de comunicación, se haya convertido en la voz más influyente en el desarrollo internacional.

Pero la creciente influencia global de la BMGF no está siendo sometida a un escrutinio democrático. A diferencia de los gobiernos, que se hacen responsables de manera formal ante sus votantes, la BMGF es una fundación privada de los Estados Unidos, y sigue sin rendir cuentas ante los organismos públicos (excepto con fines de presentación de informes fiscales).

Peor aún, la BMGF parece haber comprado el silencio de los académicos, ONG y medios de comunicación de los que, en otras circunstancias, podrían criticar aspectos de las labores de la fundación”.

Los medios masivos parecen estar hipnotizados

Las corporaciones de comunicación masiva también han sido hipnotizadas por el dinero de la industria farmacéutica y de las grandes asociaciones filantrópicas.

Por ejemplo, la National Public Radio de los Estados Unidos ha recibido 20 millones de dólares en donaciones    y la Solutions Journalism Network ha recibido 4 millones de dólares en donaciones por parte de la Fundación Gates.

Hace poco, Microsoft Corporation se asoció con NewsGuard Technologies, Inc., una nueva corporación que califica a los sitios web y publicaciones en línea para “combatir las noticias falsas, información errónea y desinformación”.

NewsGuard también está colaborando con otras corporaciones, como Google, que posee más del 90 % del mercado de búsqueda en línea. Uno de los mayores patrocinadores de NewsGuard es Publicis, la compañía de publicidad más antigua del mundo y la tercera compañía de comunicación masiva en la actualidad.

Publicis recibe miles de millones de dólares de las compañías farmacéuticas para promocionar las vacunas, incluyendo un contrato de publicidad de 1500 millones de dólares con GlaxoSmithKline.

De acuerdo con PDI, una compañía de salud:

“La cobertura de vacunación en los Estados Unidos es muy extensa, pero ante el resurgimiento de enfermedades que supuestamente son prevenibles por la vacunación, como la tos ferina y el sarampión, las poblaciones que aún no están vacunas representan una preocupación.

Esta población de personas sin vacunar existe porque no todos los pacientes que necesitan una vacuna la obtienen a la edad recomendada. Además, no se han llevado a cabo las recomendaciones para nuevas vacunas, incluidas las vacunas contra la influenza y el virus del papiloma humano (VPH).

Los representantes de ventas de PDI y de nuestro centro de contacto de atención médica pueden ayudar a que más personas se vacunen al responder preguntas e inquietudes... Para aumentar las tasas de vacunación, debemos crear sistemas sostenibles que incluya un cambio en el sistema del cuidado de salud.

Estos son algunos recomendaciones para lograr este objetivo: evaluar la tasa de vacunación real en la práctica de un proveedor; hacer recomendaciones para vacunaciones oportunas tanto para los padres de pacientes pediátricos como para pacientes adultos; pedidos permanentes para que el personal no médico aplique las vacunas a la hora programada sin la participación del médico; educar a los médicos sobre la investigación emergente de los riesgos de las vacunas y sobre cómo tratar con los padres que están preocupados por los efectos perjudiciales de las vacunas MMR y HPV; y educar a los médicos sobre programas patrocinados por el estado y otros que pueden ayudarles a los pacientes con el gasto de la vacunación”.

Es evidente que los medios de comunicación de hoy en día están siendo controlados por corporaciones que tienen vínculos financieros con compañías farmacéuticas y que son manipuladas por poderosas instituciones políticas.

Que nos digan por qué los principales medios de comunicación se unen a este ataque contra los padres y médicos que defienden el principio ético del consentimiento informado, incluyendo el consentimiento informado para la vacunación, y aun si, solicitan que se limiten o que se eliminen las exenciones a la vacunación.

Las cinco empresas más grandes del mundo hoy en día son Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook.  Éstas, junto con otras corporaciones tecnológicas, dominan las comunicaciones y ventas en línea y se han posicionado para unirse en comercializar agresivamente las vacunas y promover las políticas de uso de vacunas “sin excepciones” respaldadas por la OMS y los gobiernos.

Es considerable la amenaza que estas compañías representan para la autonomía y libertad de pensamiento y expresión, en especial al censurar las conversaciones públicas en línea sobre la vacunación y salud.

No se representa la opinión de las personas

Hoy, todos conocen a alguien que solía estar sano y después de vacunarse nunca volvió a estar sano.

A las personas cuyas vidas están siendo impactadas por acuerdos comerciales entre los gobiernos, la industria farmacéutica y las grandes asociaciones filantrópicas se excluyen cada vez más en el proceso de generación de políticas públicas debido a las instituciones ricas y poderosas que financian la industria mundial y multimillonaria de las vacunas.

Esto se vuelve evidente cuando las personas que exigen mejoras en la ciencia detrás de las vacunas y políticas de salud pública más humanitarias, son demonizadas, discriminadas y castigadas por quienes controlan esas instituciones ricas y poderosas.

Un sistema que es flexible se perdurará. La responsabilidad de la crisis de desconfianza en el sistema de vacunación global recae por completo en los pies de quienes operan el sistema y se niegan a reconocer el sufrimiento de las personas perjudicadas por las vacunas.

+ Fuentes y Referencias