Al principio de la pandemia, quedó claro que las personas mayores tenían un riesgo de infección grave por COVID-19 y muerte.
Según un análisis realizado por el Foundation for Research on Equal Opportunity, que incluyó datos recopilados hasta el 22 de mayo de 2020, un promedio del 42 % de todas las muertes por COVID-19 en los Estados Unidos ocurrieron en hogares de ancianos, viviendas de asistencia y otros centros de atención a largo plazo.
Esto es más que extraordinario, al considerar que este grupo representa solo el 0.62 % de la población.
Avik Roy, presidente del Foundation for Research on Equal Opportunity, escribió un artículo sobre sus hallazgos en Forbes, al señalar que "el 42 % podría ser una cifra insuficiente", ya que "estados como Nueva York excluyen las muertes de los hogares de ancianos cuando las personas mueren en un hospital, incluso si se infectaron en un centro de atención".
Roy también testificó ante el Congreso el 17 de junio de 2020 sobre las disparidades raciales en el COVID-19 y el sistema de atención médica.
¿Por qué algunos estados tienen tasas de mortalidad mucho más elevadas en hogares de ancianos?
De manera inquietante, algunos estados tienen tasas de mortalidad en hogares de ancianos que son mucho más elevadas que el promedio nacional. Minnesota encabeza la lista, con un 81.4 % de todas las muertes por COVID-19 en hogares de ancianos y centros de asistencia. Ohio ocupa el segundo lugar, con una tasa del 70 %.
Según lo informado por Roy:
"Otra manera de reducir los datos es observar las muertes en hogares de ancianos y centros de asistencia como una proporción de la población que vive en esos centros. Partiendo de esa base, Nueva Jersey, Massachusetts y Connecticut podrían estar tomando la dirección negativa.
En Massachusetts y Connecticut, se registraron 703 muertes en hogares de ancianos y 827 en centros de asistencia por cada 10 000 personas. En Nueva Jersey, casi el 10 % de todas las personas que residen en centros de asistencia a largo plazo (954 de cada 10 000) han muerto por el nuevo coronavirus".
Miles de personas han muerto de manera innecesaria
En general, los hogares de ancianos están mal equipados para atender a personas infectadas con COVID-19. Están hechos para atender a personas de edad avanzada, ya sea que estén sanos o tengan problemas de salud crónicos, pero no están equipados para aislar y atender a personas con enfermedades muy infecciosas.
Es lógico suponer que las personas infectadas con enfermedades no infecciosas en un hogar de ancianos darían lugar a mayores tasas de mortalidad, ya que las personas mayores son mucho más propensas a morir por cualquier infección, incluyendo el resfriado común.
El 17 de marzo de 2020, el epidemiólogo de Stanford John Ioannidis escribió un artículo en las noticias de STAT, el cual afirmaba que "incluso algunos de los llamados coronavirus de tipo leve o resfriado común han sido conocidos durante décadas [por] tener tasas de letalidad de casi el 8% en las personas mayores".
Es decir, no debería sorprendernos que el COVID-19 afecte mucho a las personas mayores. La mayoría de los ancianos son frágiles y tienen problemas de salud subyacentes que los hacen más propensos a la muerte por cualquier infección.
Dado que esto es de conocimiento público, ¿por qué algunos estados decidieron infringir los lineamientos federales y enviar a las personas con COVID-19 a hogares de ancianos?
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El gobernador de Nueva York podría estar en una situación delicada
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, parece haber sido uno de las personas más negligentes. El 25 de marzo de 2020, las instrucciones del Departamento de Salud de Nueva York indicaron que los hogares de ancianos no podían negar la admisión o readmisión de una persona con un resultado positivo de COVID-19.
A los hogares de ancianos incluso se les "prohibió que solicitaran la prueba de COVID-19 antes de la admisión o readmisión de una persona hospitalizada médicamente estable".
Según lo informado por Roy:
"Tan reciente como el 23 de abril, Cuomo declaró que los hogares de ancianos "no pueden negarse" a aceptar a personas de edad avanzada con infecciones activas por COVID. "Esa es la regla que tienen que cumplir".
Solo el 10 de mayo, después de la muerte de casi 3000 personas que residían en hogares y residencias de ancianos en Nueva York, Cuomo rescindió dicha orden".
Los lineamientos de Nueva York parecen cuestionables, al considerar que el buque hospital USNS Comfort fue anclado en el puerto de la ciudad de Nueva York. El buque, que tenía una capacidad de 1000 camas, apenas se utilizó. Partió de la ciudad de Nueva York el 30 de abril, después de haber tratado solo a 182 personas.
También se desarrolló un centro hospitalario temporal en el Centro de Convenciones Javits para enfrentar la crisis hospitalaria prevista. Tenía una capacidad de 2500 personas y cerró el 1 de mayo de 2020, después de haber tratado a un poco más de 1 000 personas.
Con todo ese espacio disponible equipado para controlar enfermedades infecciosas, ¿por qué tuvieron que regresar las personas con COVID-19 a los hogares de ancianos donde representarían un riesgo de infección para otras personas de alto riesgo?
Varios gobernadores estadounidenses infringieron los lineamientos federales
El 22 de junio de 2020, el administrador de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, Seema Verma, condenó las acciones de Cuomo y "otros gobernadores demócratas", incluyendo el gobernador de Pennsylvania Tom Wolf, el gobernador de Nueva Jersey Phil Murphy, la gobernadora de Michigan Gretchen Whitmer y el gobernador de California Gavin Newsom, quienes contradijeron los lineamientos federales para hogares de ancianos en su propio estado.
"Nuestra orientación fue muy clara", dijo Verma en una entrevista exclusiva con el reportero de Breitbart, Matthew Boyle, y añadió:
"Cualquier insinuación en contra es lamentablemente equivocada en el mejor de los casos y deshonesta en el peor. Presentamos nuestra guía el 13 de marzo, pero '¿Por qué un hogar de ancianos debe aceptar a una persona diagnosticada con COVID-19?
Un hogar de ancianos puede aceptar a una persona diagnosticada con COVID-19 y aún bajo precauciones basadas en la transmisión", lo que significa que, si es una persona infectada, es necesario tomar precauciones.
"Mientras el centro pueda seguir los lineamientos de los CDC para las precauciones basadas en la transmisión".
Explica: "Y si un hogar de ancianos no puede, debe esperar hasta que se suspendan estas precauciones", lo que significa que, si no pueden atender a esta persona, la cual continúa teniendo la infección y el lugar no está equipado para cuidarla, entonces no debe aceptar a dicha persona.
Eso es muy importante porque cuando se da de alta a una persona del hospital, los lineamientos requieren que sea transferida a un lugar que pueda atender sus necesidades, ya sea que sea en casa, un hogar de ancianos o alguna otra instalación.
No creo que los hogares de ancianos deban estar en esta situación o que traten personas si no están preparados. Eso no solo pone en peligro a la persona, sino que pone en peligro la salud y la seguridad de cada persona en el hogar de ancianos".
Diferencias entre hogares de ancianos
Aunque Cuomo ha tratado de desviar las críticas sobre los hogares de ancianos, los hechos podrían hablar por sí mismos.
La organización sin ánimos de lucro ProPublica publicó una investigación el 16 de junio de 2020, que compara un hogar de ancianos en Nueva York que siguió la orden de Cuomo y uno que se negó y opto por seguir los lineamientos federales. La diferencia es notable.
Según ProPublica, para el 18 de junio, el hogar de ancianos Diamond Hill, que siguió los lineamientos de Cuomo, había perdido a 18 personas, debido a la falta de aislamiento y de control de la infección. La mitad del personal (cerca de 50 personas) y 58 personas también estaban enfermas.
En comparación, Van Rensselaer Manor, un hogar de ancianos de 320 camas ubicado en el mismo condado que Diamond Hill, que se negó a seguir los lineamientos del estado y no admitió a ninguna persona con caso sospechoso de COVID-19, no había registrado ni una una sola muerte.
Se ha observado una tendencia similar en otras áreas. Según lo informado por ProPublica:
"Nueva York fue el único estado que prohibió las pruebas de las personas que fueron colocadas o que regresaron a hogares de ancianos. En las semanas posteriores a la orden del 25 de marzo, el COVID-19 arrasó los centros de enfermería del estado de Nueva York, al matar a más de 6 000 personas, cerca del 6 % de sus más de 100 000 residentes en hogares de ancianos.
En Florida, donde se prohibieron tales transferencias, solo el 1.6 % de los 73 000 residentes murieron a causa del virus. California, revisó esta decisión rápidamente después de elegir los lineamientos como los de Nueva York. Hasta ahora, ha perdido el 2 % de 103 000 personas que residen en hogares de ancianos".
El gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, tomó la posición opuesta con respecto a los hogares de ancianos. No solo no se permitía a los hospitales dar de alta a las personas con COVID-19 en hogares de ancianos, sino que también se requería que todos los trabajadores fueran examinados para detectar síntomas antes de ingresar a las instalaciones cada día, y se priorizó la disponibilidad del equipo de protección personal.
En California, los hogares de ancianos del condado de Los Ángeles son un punto conflictivo, mientras los líderes locales describen la situación como una "pandemia dentro de una pandemia". En ellos, el hecho de que muchas de las instalaciones son muy grandes parece ser parte del problema.
También tienen un mayor porcentaje de personas de color, que es otro grupo de alto riesgo, que trabajan y residen en estas instalaciones. Los bajos salarios, la mala calidad de la atención y la falta de control de las infecciones se suman al problema.
El COVID-19 se extendió en entornos de atención médica
En general, la transmisión por COVID-19 parece ser generalizada dentro de nuestro sistema de atención médica, no solo en hogares de ancianos. Los datos de Gran Bretaña sugieren que 1 de cada 5 personas con COVID-19 contrajeron la enfermedad en el hospital, mientras recibían tratamiento para otra enfermedad.
El SARS-CoV-2 se transmite entre pacientes y trabajadores de la salud. Cuando se junta todo, los hogares de ancianos y las infecciones nosocomiales (es decir, infecciones originadas o adquiridas en un hospital), junto con la propagación de los trabajadores, representan una gran mayoría de todas las muertes por COVID-19.
Sin duda, si los hogares de ancianos no comienzan a hacerlo de manera adecuada, eventualmente no tendrán suficientes personas para seguir en el negocio. Por desgracia, en lugar de abordar el problema de frente e implementar medidas de seguridad en todos los ámbitos, la industria de los hogares de ancianos está buscando protección contra las demandas relacionadas con el COVID-19.
De acuerdo con NBC News:
"Hasta ahora, al menos seis estados han proporcionado protección explícita contra demandas por coronavirus a hogares de ancianos, y seis más han otorgado alguna forma de protección a los proveedores de atención médica, que según los expertos legales podría interpretarse como hogares de ancianos.
De los estados que han abordado la responsabilidad de los hogares de ancianos como respuesta al brote, Massachusetts y Nueva York, han aprobado leyes que protegen las instalaciones de manera explícita. Los gobernadores de Connecticut, Georgia, Michigan y Nueva Jersey han emitido órdenes ejecutivas que protegen las instalaciones".
Es decir, Nueva York no solo emitió lineamientos que requieren que las personas infectadas con COVID-19 sean admitidas en hogares de ancianos sin realizar pruebas, sino que también les otorgó protección a los hogares de ancianos contra las demandas judiciales.
Hablando de los daños. Está claro que, las personas en hogares de ancianos en Nueva York se enfermaron y murieron por lineamientos negligentes. Además de eso, las familias se han visto privadas del debido proceso y de cualquier recurso legal para estas acciones criminales.
Miembros del Congreso de Estados Unidos exigen respuestas
Aunque varios estados no han logrado proteger a las personas más vulnerables, las acciones de Nueva York se consideran como atroces y, hasta ahora, no se han presentado justificaciones sólidas.
El 15 de junio de 2020, el líder de la minoría de la Cámara, Steve Scalise, republicano de California, y cuatro miembros republicanos del "Subcomité selecto sobre el coronavirus" enviaron cartas a los gobernadores de Nueva York, Michigan, California, Nueva Jersey y Pensilvania, exigiendo respuestas:
"¿Por qué dieron esas órdenes? ¿Por qué iban en contra de los lineamientos de seguridad emitidos por CMS? ¿Y por qué no divulgan toda la información y no permiten que las personas sepan las cifras reales?" Dijo Scalise.
Resulta curioso que, los demócratas del subcomité se negaron a unirse a los republicanos en el esfuerzo de supervisar los hogares de ancianos, y también rechazaron el llamado de Scalise cuyo objetivo es "descubrir los motivos de estas decisiones" en Nueva York, Michigan, California, Nueva Jersey y Pensilvania, y no firmaron las cartas a los gobernadores de dichos estados.
En un comunicado de prensa de Scalise, se cita a Jackie Walorski, miembro del "Subcomité selecto sobre el coronavirus", explicando lo siguiente:
"Lo peor que se puede hacer es introducir el coronavirus en las poblaciones más vulnerables, sin embargo, eso es lo que varios estados hicieron al obligar a los hogares de ancianos a aceptar a personas infectadas.
Estas políticas merecen un control minucioso, mientras que los líderes que las implementaron tienen muchas preguntas que responder. Ahora no es el momento de ignorar esto y culpar a los estados que están adoptando un enfoque medido y responsable para reactivar la economía y proteger a las comunidades".