Las explicaciones de sus orígenes por los principales medios de comunicación no tienen sentido, mientras que los científicos cada vez están hablando más sobre este tema. Muchos expertos consideran que el virus fue una creación artificial y que se sintetizó en un laboratorio porque es imposible que la naturaleza haya creado las peculiaridades del genoma que lo hacen tan transmisible.
Los expertos que sospechan que el COVID-19 fue creado en un laboratorio tienen pruebas sólidas. De hecho, se han realizado investigaciones entre el Instituto de Virología de Wuhan en China y la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill para aumentar la infectividad y la mortalidad de un coronavirus similar al SARS.
Estados Unidos restringió las colaboraciones experimentales del coronavirus, conocidas como experimentos de "ganancia de función" (GOF, por sus siglas en inglés), entre 2014 y 2018 debido a los riesgos que representaban, pero el NIH anunció que la investigación se reanudaría en 2017.
Los científicos dispuestos a cuestionar el origen del COVID-19 enfrentan una reacción violenta de sus colegas y asociaciones científicas e incluso han sido despedidos como "teóricos de la conspiración". Sin embargo, surgió una nueva voz que quizás aumentará la credibilidad sobre los puntos de vista del COVID-19.
El virólogo francés, Luc Antoine Montagnier, a quien se le otorgó el Premio Nobel de Fisiología en 2008 junto con Françoise Barré-Sinoussi y Harald zur Hausen por descubrir el virus del VIH, ha publicado sus teorías sobre este tema. Montagnier fue investigador en el prestigioso Instituto Pasteur de París.
Según ganador del Premio Nobel, el COVID-19 es un virus hecho por el hombre
Muchas personas dentro de la comunidad científica se sorprendieron cuando el aclamado Luc Antoine Montagnier apareció en el programa de televisión francés CNews, el 17 de abril de 2020 para decir que el virus que causa el COVID-19 fue una creación artificial y que los elementos del VIH y Plasmodium falciparum, un parásito que causa la malaria, se encuentran en el genoma del coronavirus.
Montagnier explicó lo siguiente:
"No fuimos los primeros desde que un grupo de investigadores de la India intentara publicar un estudio que demostrara que el genoma completo de este coronavirus [tiene] secuencias de otros virus, como el VIH".
La investigación a la que se refiere Montagnier se publicó en el sitio web Biorxiv el 31 de enero de 2020, y desde entonces han eliminado la publicación. Los investigadores explicaron lo siguiente:
"Encontramos 4 inserciones en la glucoproteína espiga (S) que son exclusivas del 2019-nCoV y no están presentes en otros coronavirus. Es importante destacar que los residuos de aminoácidos en los 4 insertos tienen identidad o similitud con los del VIH-1 gp120 o el VIH-1 Gag.
Es poco probable que los 4 insertos únicos en el 2019-nCoV, todos los cuales tienen una similitud con los residuos de aminoácidos en las proteínas estructurales del VIH-1, sean naturales".
Montagnier: el COVID-19 proviene de una vacuna fallida contra el VIH
En una aparición el 17 de abril de este año en el podcast francés "Pourquoi Docteur", Montagnier explicó que el coronavirus había escapado de un "accidente industrial" mientras los científicos de la ciudad de Wuhan intentaban desarrollar una vacuna contra el VIH.
"Para insertar una secuencia del VIH en este genoma, se necesitan herramientas moleculares, y eso solo se puede lograr en un laboratorio", dijo Montagnier. También explicó que cree que la pandemia se extinguirá de manera natural debido a sus orígenes sintéticos:
"La naturaleza no acepta ningún cambio molecular, el cual se eliminará, incluso si no se hace nada, mientras que las cosas mejorarán después de muchas muertes".
Según el sitio web Corvelva, Montagnier explicó en el podcast que la pandemia se agotaría porque la naturaleza anularía las secuencias insertadas de manera sintética que aumentan la mortalidad del COVID-19:
"Con la ayuda de las ondas interferentes, podríamos eliminar estas secuencias y detener la pandemia. Pero tomaría muchos medios disponibles".
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Montagnier creó su teoría con un experto en biomatemáticas
Montagnier explicó que llegó a estas conclusiones: "Con mi colega, el biomatemático Jean-Claude Perez", después de que "analizaron la descripción del genoma de este virus ARN". El socio de Montagnier, es un científico francés y experto en biomatemáticas.
Según una biografía en línea, Perez ha demostrado que la codificación de ADN está estructurada por proporciones relacionadas con los números de Fibonacci, que son fórmulas matemáticas que en ocasiones se denominan como "código secreto de la naturaleza". En un artículo que Montagnier y Perez publicaron en el Center for Open Science en abril de 2020, explican lo siguiente:
"Al utilizar nuestro enfoque biomatemático patentado, podemos evaluar el nivel de cohesión y organización de un genoma; Luego buscamos posibles rastros de VIH o incluso VIS [virus de inmunodeficiencia en simios]. Una primera publicación informa sobre el descubrimiento de 6 piezas de ARN del VIH VIS".
Los elementos del VIH y VIS que detectan Montagnier y Perez, conocidos como elementos informativos exógenos, o EIE, proporcionan la base de su teoría de que el COVID-19 no es un simple virus derivado del SARS ni tampoco tiene nada que veer con los murciélagos. También explican lo siguiente:
"Una parte importante de estos 16 EIE ya existía en los primeros genomas del SARS en 2003. Sin embargo, demostramos cómo y por qué una nueva región que incluye 4 elementos informativos exógenos VIH1 VIH2 distingue todas las cepas del COVID-19 de todas las cepas SARS y Bat de manera radical.
Una región contigua que representa el 2.49 % del genoma completo de COVID-19 está compuesta por un 40.99 % de 12 EIE diferentes procedentes de varias cepas de retrovirus VIH SIV.
Una nueva región de alrededor de 225 nucleótidos nos parece una novedad, ya que esta región está muy ausente en TODOS los genomas de SARS, mientras que está presente y es 100 % homóloga para todos los genomas de COVID-19 listados en las bases de datos genómicas de NCBI o GISAID COVID-19. "
Más información sobre esta teoría
Después de una secuenciación de genomas relacionados de muchos países, regiones y períodos de tiempo diferentes por medio de su enfoque biomatemático patentado, Montagnier y Perez explican que su investigación les permitió:
"Demostrar cómo y por qué una nueva región que incluye 4 HIV/SIV EIE distingue todas las cepas del COVID-19 de todas las cepas SARS y Bat".
También encuentran la presencia de plasmodium yoelii en el genoma COVID-19, un parásito que se utilizó en estudios de "estrategias de vacuna de ratones". Este es otro EIE que no estaba en el SARS y los virus relacionados con murciélagos, explican Montagnier y Perez.
"Un análisis de las homologías de aminoácidos confirma la inserción muy probable de este EIE [plasmodium yoelii] en el COVID-19".
Mientras decodifican los genomas de muchas "personas" con COIVID-19 en su investigación, Montagnier y Perez detectan mutaciones en las que los virus parecen estar tratando de "deshacerse" de los EIE exógenos, que los investigadores consideraron que se insertaron de manera deliberada.
Las mutaciones del virus parecen verificar las predicciones hechas por Montagnier a través de podcast francés "Pourquoi Docteur" acerca de cómo la naturaleza eliminará los "cambios que no son naturales", razón por la cual espera que la pandemia se acabe de manera natural.
Otros investigadores están de acuerdo con Montagnier y Perez
Desde los comentarios de Montagnier a los medios de comunicación de Francia, otros investigadores han acordado que el COVID-19 podría haber sido creado por el hombre, con inserciones que insinúan la construcción del laboratorio.
En junio de 2020, una investigación publicada en la revista Quarterly Review of Biophysics hace afirmaciones similares. El científico noruego Birger Sørensen y el oncólogo británico Angus Dalgleish se refieren al COVID-19 como un "virus quimérico" y explican lo siguiente:
"Mostramos que el método de acción general del fagocitario dependiente sin receptor está relacionado con la carga acumulativa de las secciones insertadas que se colocan en la superficie de la espiga del SARS-CoV-2 en posiciones que se unen de manera eficiente mediante formaciones de puente salino; y al matar la espiga mostramos los epítopos no humanos de los que se ha seleccionado el Biovacc-19".
Aunque las afirmaciones de en la revista Quarterly Review of Biophysics causaron controversia, el sitio web Minerva escribió que debería llevarse a cabo una mayor investigación.
"Minerva leyó un borrador del artículo y, después de una evaluación general, decidió que los hallazgos y argumentos merecen debate público, y que esta discusión no puede depender solo de las publicaciones de revistas científicas".
Al igual que Montagnier, los antecedentes de Sørensen son trabajos de investigación sobre el VIH y en 2008 lanzó una novedosa y muy reconocida inmunoterapia para el VIH. En una entrevista con Minerva sobre su investigación reciente, explica lo siguiente:
"Hemos examinado qué componentes del virus son adecuados para unirse a las células en humanos. Y lo hemos hecho al comparar las propiedades del virus con la genética humana. Lo que encontramos fue que este virus estaba muy bien adaptado para infectar a los humanos. Tan adaptado, que resulta sospechoso".
Edición dominical del periódico londinense The Times tiene una gran influencia
Hay muchas circunstancias inexplicables que rodean el descubrimiento y la difusión del COVID-19, lo que inspiró a The Times a desarrollar una investigación que se publicó recientemente. Por ejemplo, el periódico señala que un virus similar al COVID-19 apareció antes de lo informado.
"En el 2013, científicos chinos encontraron al pariente más cercano conocido del Covid-19 en una mina abandonada, el cual estaba relacionado con muertes causadas por una enfermedad respiratoria de tipo coronavirus".
Una de las muchas preguntas sin respuesta fue por qué las autoridades de China encubrieron la muerte de seis hombres en 2012, que habían estado expuestos a un virus de murciélago y desarrollaron una neumonía grave. De acuerdo con The Times:
"Todos los hombres tenían algo en común. Tenían que limpiar grandes cantidades de heces de murciélago en una mina de cobre abandonada en las colinas al sur de la ciudad de Tongguan.
Algunos habían trabajado durante dos semanas antes de enfermarse, y otros solo unos días, mientras que ninguno había obtenido un resultado positivo de SARS; los cuatro tenían anticuerpos frente a otro coronavirus desconocido similar al SARS".
Un trabajo de investigación titulado como "Coexistence of Multiple Coronaviruses in Several Bat Colonies in an Abandoned Mineshaft", escrito por Shi Zhengli, una investigadora conocida en China como la "Mujer murciélago", no explica "por qué se llevó a cabo el estudio: los mineros, la neumonía y las muertes ", explica el periódico The Times.
Además, The Times indica que los medios de comunicación de China ocultaron las muertes causadas por el nuevo virus respiratorio relacionado con murciélagos, y solo pudieron extraerse de una "tesis de maestría de un joven médico conocido como Li Xu".
Además de las muchas preguntas sobre los orígenes del virus, escribió The Times, fue el hecho de que "de las 41 personas que contrajeron el Covid-19 en Wuhan solo 27" tuvieron contacto con el mercado de mariscos de Huanan, que fue nombrado como la fuente oficial de propagación.
Además, un antiguo investigador de murciélagos que se enfermó después de exponerse a sangre y orina de murciélago, que pudo haber sido el "paciente cero", se negó a hablar con los periodistas.
Gracias a la investigación de "ganancia de función" que se realizó en el Instituto de Virología de Wuhan, los temores de filtraciones y fugas de virus precedieron al reconocimiento del COVID-19 y aumentaron por la falta de transparencia. Según The Times, aún se desconocía el hecho de que el COVID-19 podría propagarse entre los humanos:
"China no admitió que el virus se transmitía de persona a persona hasta el 20 de enero, a pesar de tener pruebas de que el virus había infectado a los médicos".
La verdadera naturaleza del COVID-19 continúa siendo un misterio
Según The Times, el Instituto de Virología de Wuhan mantuvo una muestra del virus que mató a seis personas en 2012, la cual se describió en un documento científico escrito por Shi que afirma que tiene hasta un 96.2 % de similitud con el virus del COVID-19. El virus, conocido como RaTG13, según The Times:
"… fue la guía principal en cuanto al origen del Covid-19. Por lo tanto, fue sorprendente que el documento proporcionara pocos detalles sobre la historia de la muestra del virus, lo que indica que fue tomada de un murciélago (Rhinolophus affinis) en la Provincia de Yunnan en 2013 (de ahí el origen de la palabra "Ra" y el número 13).
Sin embargo, las investigaciones han establecido que el RaTG13 es muy similar al coronavirus que se descubrió en la mina abandonada en 2013, que había sido nombrado como RaBtCoV/4991 en el artículo científico anterior del instituto. Por alguna razón, Shi y su equipo parecen haberle cambiado el nombre".
Según The Times, continúan existiendo muchas preguntan sobre el tiempo que lleva existiendo el virus y sus orígenes. En una entrevista con la revista Scientific American, Shi explicó lo siguiente:
"menciona el descubrimiento de un coronavirus que coincide hasta un 96 % con el Covid-19, y tuvo una referencia con el fallecimiento de los mineros en una cueva. Sin embargo, las dos cosas no están relacionadas y Shi minimiza la importancia de las muertes de los mineros al afirmar que fue a causa de un hongo".
¿El COVID-19 fue diseñado en un laboratorio?
Con los muchos encubrimientos e información engañosa sobre el coronavirus y su pandemia, ¿es posible que el COVID-19 sea un virus artificial creado en un laboratorio? Referente a este asunto, The Times es incrédulo.
"La pregunta final y más difícil para los inspectores de la OMS [que investigaron el virus en China] es que el virus podría haber escapado de un laboratorio en Wuhan. ¿Es posible que el RaTG13 o un virus similar, mutara para convertirse en el Covid-19 y luego se filtrara a la población después de infectar a uno de los científicos del instituto Wuhan?
Esta teoría divide a los expertos. El virólogo australiano Edward Holmes ha estimado que el RaTG13 tardaría hasta 50 años en evolucionar para lograr ser compatible con el virus del Covid-19".
La mayoría de los principales medios de comunicación, así como la comunidad científica, continúan descartando dichas teorías. Sin embargo, las nuevas opiniones del investigador noruego y ganador del Premio Nobel generan una mayor credibilidad en esta teoría.