Disminución notable de nacimientos prematuros y SMSL durante el COVID

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

disminucion en nacimientos prematuros

Historia en Breve

  • Durante marzo y abril de este año, mientras la mayoría de las personas en el mundo cumplían las órdenes de permanecer en casa, los nacimientos prematuros se desplomaron un 90 % en Dinamarca, un 73 % en Irlanda y se redujeron casi a la mitad en Canadá. También se han informado algunas reducciones inusuales en otros países, incluyendo Australia, los Países Bajos y Estados Unidos
  • Todavía se desconoce por qué la tasa de natalidad prematura ha disminuido tanto. Los médicos creen que se podría deber a que las mujeres embarazadas han tenido más descanso, menos estrés laboral, mayor apoyo familiar, más horas de sueño, menos infecciones y menos contaminación del aire
  • Un factor que no se ha tratado tanto es la reducción de las vacunas maternas. Los funcionarios de salud han expresado su preocupación sobre la caída de las tasas de vacunas infantiles durante la pandemia, por lo que, es posible que también es muy probable que hayan disminuido las tasas de vacunas maternas
  • La tasa de mortalidad entre los niños en Estados Unidos también disminuyó de forma misteriosa durante el distanciamiento, de un promedio de 700 por semana a menos de 500 por semana durante los meses de abril y mayo. La mayor parte de este cambio se debe a una disminución de la mortalidad infantil
  • Los médicos e investigadores sugieren que es posible que las bajas tasas de vacunas durante la pandemia hayan desempeñado un papel al reducir la cantidad de bebés que mueren por síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)

Aunque los cierres globales por la pandemia de COVID-19 han tenido ramificaciones de largo alcance, no todos los efectos secundarios han sido malos. Dos cambios interesantes que han observado los médicos de todo el mundo son una reducción en los nacimientos prematuros y el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

Como lo explicó el periódico Deccan Herald:

“Casi 1 de cada 10 bebés de Estados Unidos nace antes de tiempo. El embarazo generalmente dura alrededor de 40 semanas, y cualquier parto antes de la semana 37 se considera prematuro. Los costos para los niños y sus familias, desde el punto de vista financiero, emocional y a largo plazo, pueden ser muy altos.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los bebés prematuros, en especial los que nacieron antes de la semana 32, tienen un mayor riesgo de sufrir problemas de visión y audición, parálisis cerebral y muerte. La mejor manera de evitar estos costos sería prevenir los nacimientos prematuros”.

De forma curiosa, durante marzo y abril de este año, mientras la mayoría de las personas del mundo cumplían las ordenes de permanecer en casa, los nacimientos prematuros se desplomaron en un 90 % en Dinamarca y un 73 % en Irlanda, y en Canadá redujeron hasta la mitad.

El Dr. Roy Philip, un neonatólogo del Hospital de Maternidad de la Universidad de Limerick en Irlanda, le dijo al Deccan Herald que, durante su carrera de dos décadas, "nunca había visto algo así".

También se han informado reducciones inusuales en otros países, incluyendo Australia, los Países Bajos y Estados Unidos. El Hospital de Niños Vanderbilt en Nashville, Tennessee, por ejemplo, en marzo había una cantidad 20 % menor de bebés prematuros. Como se señaló en el estudio irlandés, publicado en el servidor de preimpresión medRxiv el 5 de junio de 2020:

“Durante el cierre por COVID-19 se observó una reducción sin precedentes en el PTB de [parto prematuro] de bebés con [muy bajo peso al nacer] en una región de Irlanda. Los posibles factores determinantes de esta tendencia única parecen ser en el impacto socioambiental del cierre dictado por el COVID-19.

Nuestros hallazgos, si se reflejan en otras regiones que han adoptado medidas similares para combatir la pandemia, demuestran el potencial para evaluar estos modificadores de comportamiento y socioambientales para influir de forma positiva en las tasas de PTB a nivel mundial”.

¿Por qué han disminuido los nacimientos prematuros?

Todavía no se sabe por qué la tasa de natalidad prematura ha disminuido tanto. Los médicos que discuten el tema en las redes sociales con sus socios han planteado la posibilidad de que sea porque las mujeres embarazadas han tenido más descanso y menos estrés laboral.

Aunque es difícil decir que la pandemia ha traído una reducción general del estrés, (que es todo lo contrario) es posible que las mujeres embarazadas hayan sentido más apoyo que antes por parte de los miembros de la familia.

Quizás ahora duermen más. Es posible que quedarse en casa las haya protegido contra las infecciones en general, lo que puede aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo. Otras posibilidades incluyen una reducción significativa en la contaminación del aire.

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¿Podría estar relacionado con menos vacunas maternas?

Un factor que no se ha tratado tanto es la reducción de las vacunas maternas. Aunque no he podido localizar ninguna estadística sobre las tasas de vacunas materna antes y durante la pandemia, parece razonable suponer que muchas personas no pudieron recibir las vacunas de rutina por el simple hecho de que las citas médicas que no eran de emergencia fueron canceladas en muchas áreas.

Los funcionarios de salud también han expresado su preocupación por la caída de las tasas de vacunas infantiles durante la pandemia, por lo que es probable (pero no confirmado) que las tasas de vacunas maternas también hayan disminuido. En California, por ejemplo, las tasas de vacunas infantiles cayeron un 40 % en las semanas posteriores en que entró en vigor el distanciamiento.

Aunque la evidencia científica está lejos de ser concluyente, algunos estudios sugieren que las vacunas maternas podrían aumentar el riesgo de parto prematuro. Uno de estos estudios publicados en la revista Pharmacy World & Science en 2007, descubrió que el riesgo aumentó en cualquier lugar del 4 % al 25 %, o 14 % en promedio. De acuerdo con este artículo:

“La extracción de datos indicó que la vacuna materna (entre otros factores) podría estar relacionada con el parto prematuro.

El siguiente análisis de regresión demostró que las mujeres que informaron haber sido vacunadas poco antes o durante la gestación tenían un riesgo un poco mayor de dar a luz de manera prematura (O.R. = 1.14; IC del 95 %: 1.04 a 1.25) en comparación con el grupo que no recibió vacunas.

Si la relación entre las vacunas maternas y el riesgo de parto prematuro que se encuentra aquí es causal o no, merece más estudios. El análisis de datos, en especial con mejoras adicionales, podría ser una herramienta valiosa y muy eficiente para examinar bases de datos en busca de información relevante que se pueda usar en investigaciones clínicas y de salud pública”.

Otro estudio, publicado en 2016, señaló la dificultad para evaluar los datos disponibles:

“La heterogeneidad en 16 estudios que reporta sobre el parto prematuro excluyó el meta-análisis.

En un subgrupo de estudios de la más alta calidad, dos informaron un aumento significativo del nacimiento prematuro (relación de riesgo (RR) de 2.4 a 4.0) tras una grave enfermedad por influenza pandémica H1N1 2009 (pH 1N1), mientras que los que tenían un -pH leve a moderado o influenza estacional 1N1 no encontraron relación.

Cinco estudios de SGA [pequeño-para-gestacional-la edad] el nacimiento no mostró patrones discernibles con respecto a la gravedad de la enfermedad de influenza (odds ratio agrupado 1.24; IC 95% 0.96–1.59).

Dos estudios de muerte fetal fueron de suficiente calidad y tamaño para permitir una interpretación significativa. Ambos informaron un mayor riesgo de muerte fetal después de la enfermedad materna con pH 1N1 (RR 1.9 para enfermedad leve-a- moderada y 4.2 para enfermedad severa)”.

Las tasas de SMSL disminuyen durante los cierres de COVID-19

Un artículo en el sitio web Koren Wellness también destaca otra tendencia curiosa. De acuerdo con un informe de Health Choice de Amy Becker y Mark Blaxill publicado el 18 de junio de 2020, la tasa de mortalidad entre los niños de Estados Unidos ha disminuido de forma misteriosa durante los cierres, de un promedio de 700 por semana a menos de 500 por semana durante los meses de abril y mayo.

muertes por semana

Aunque Becker y Blaxill admiten que todavía "no hay datos específicos sobre la tendencia de SMSL durante la pandemia", los datos demuestran que esta caída está relacionada con una reducción en la muerte infantil, y no en niños mayores o adolescentes.

El sitio web Koren Wellness plantea la posibilidad de que la reducción de las tasas de vacunas haya desempeñado un papel al reducir la cantidad de bebés que mueren por SMSL:

"El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) o la muerte de cuna (muerte de cuna en el Reino Unido y Australia) es la muerte súbita e inexplicable de un bebé menor de 1 año. Es la principal causa de muerte en bebés entre 1 y 12 meses de edad, según el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano.

Quizás la mejor evidencia de la muerte infantil y la relación de las vacunas ocurrió en Japón. En Japón, entre 1970 y 1974, 37 bebés murieron después de las vacunas de DPT. Los médicos alarmados en una prefectura boicotearon la vacuna. El boicot se extendió en todo el país. El gobierno japonés decretó que la edad mínima para la vacuna se debía cambiar del calendario estadounidense (2, 4, 6 y 12 meses) a 2 años".

Las vacunas infantiles podrían elevar las tasas de SMSL

De forma sorprendente, después de prohibir las vacunas para bebés menores de 2 años en Japón, el SMSL desapareció. En los años siguientes, Japón se dio a conocer por tener la tasa de mortalidad infantil más baja del mundo.

Por el contrario, Estados Unidos tiene la tasa de mortalidad infantil más alta, y también la tasa de vacunas más alta. Si las vacunas infantiles mejoran la salud y salvan vidas, ¿por qué nuestras estadísticas no respaldan tales afirmaciones?

Como se señaló en un estudio de 2011 que analiza la posibilidad de que las vacunas puedan causar toxicidad bioquímica o sinérgica y que provoquen una mayor mortalidad:

"En 2009, 5 de las 34 naciones con las mejores TMI requirieron 12 dosis de vacuna, la cual se consideró como menor cantidad, mientras que Estados Unidos requirió 26 dosis de vacuna, y fue la mayor cantidad de cualquier nación ... Entre las 34 naciones analizadas, las que requieren la mayor cantidad de vacunas tienden tener las peores TMI [tasas de mortalidad infantil].

Por lo tanto, debemos hacer preguntas importantes: ¿es posible que algunas naciones requieran muchas vacunas para sus bebés y que las vacunas adicionales sean una carga tóxica para su salud? ¿Algunas muertes que aparecen en las 130 categorías por mortalidad infantil en realidad son muertes relacionadas con el exceso de vacunas? ¿Existen algunas muertes relacionadas con la vacuna escondidas dentro de las tablas de muerte?

Antes de los programas contemporáneos de vacunas, la "muerte de cuna" era muy poco frecuente y no se mencionaba en las estadísticas de mortalidad infantil. En Estados Unidos, las campañas nacionales de inmunización iniciaron en la década de 1960 ...

Por primera vez en la historia, la mayoría de los bebés en Estados Unidos debían recibir varias dosis de vacunas DPT, poliomielitis, sarampión, paperas y rubéola. Poco después, en 1969, los médicos forenses presentaron un nuevo término médico: síndrome de muerte súbita del lactante...

Existe alguna evidencia de que un subconjunto de bebés podría ser más susceptible al SMSL poco después de recibir la vacuna. Por ejemplo, Torch descubrió que dos tercios de los bebés que murieron por SMSL habían sido vacunados contra DPT antes de morir.

De estos bebés, 6.5 % murieron dentro de las 12 horas de recibir la vacuna; 13 % en 24 horas; 26 % dentro de 3 días; y 37 %, 61 % y 70 % en 1, 2 y 3 semanas.

El calendario de vacunación infantil de los Estados Unidos, requiere 26 dosis de vacunas para bebés menores de 1 año, la mayor cantidad en el mundo, pero 33 naciones tienen mejores TMI.

Mediante la regresión lineal, se examinaron los calendarios de vacunación de estas 34 naciones y se encontró un coeficiente de correlación de 0.70 entre las TMI y el número de dosis de vacunas que se administran de forma normal a los bebés.

Cuando las naciones se agruparon en cinco rangos de dosis de vacuna diferentes (12–14, 15–17, 18–20, 21–23 y 24–26), el 98.3 % de la diferencia total en la TMI se explicó por el modelo de regresión lineal no ponderado. Estos hallazgos demuestran una relación contraintuitiva: las naciones que requieren más dosis de vacuna tienden a tener las tasas de mortalidad infantil más altas".

Evitar las vacunas podría haber impulsado la supervivencia infantil

El sitio web Koren Wellness cita a la investigadora australiana Viera Scheibner, Ph.D.:

"Las vacunas son, sin duda, la causa más grande y más evitable de muerte de cuna. El 80 % de las muertes de cuna que ocurren entre el segundo y el sexto mes se deben al efecto acumulativo de las infecciones, el momento de las inmunizaciones y algunos detalles inherentes en el desarrollo temprano del bebé."

En el informe oficial, Becker y Blaxill también señalan que:

“Un cambio muy claro que ha recibido publicidad es que los funcionarios de salud pública lamentan la disminución de las vacunas infantiles, ya que los padres no llevan a sus bebés a los consultorios para sus consultas regulares de bienestar del bebé.

En la edición del 15 de mayo del Informe Semanal de Morbidity and Mortality (MMWR, por sus siglas en inglés) de los CDC, un grupo de autores de los CDC y Kaiser Permanente informó una gran disminución en los pedidos de vacunas de los proveedores, así como en las dosis de vacunas pediátricas administradas.

Estas disminuciones comenzaron a principios de marzo, en el momento en que las muertes infantiles comenzaron a disminuir.

¿Será que mueren menos niños porque sus padres se saltan las vacunas infantiles de rutina? Si se salvan vidas durante la pandemia, esta es una pregunta que urge responder”.

La tasa baja de mortalidad infantil informada en Health Choice también se trata en un comentario del 16 de junio de 2020 en BMJ. Y responde a los autores de un artículo titulado “Fewer American Infants Are Dying During the COVID-19 Lockdown. Why?” el pediatra retirado Allan S. Cunningham escribe:

"Durante las primeras 11 semanas del 2020 (hasta el 14 de marzo) hubo 209 muertes menos en niños de Estados Unidos <18 en comparación con el mismo período en 2019 (7024 vs. 7233).

Durante el período de 11 semanas después de la declaración de emergencia (hasta el 30 de mayo) hubo 1465 muertes menos en niños de Estados Unidos en comparación con el año 2019 (5923 vs 7388). La diferencia es estadísticamente muy significativa.

Becker y Blaxill enfatizaron que la disminución de mortalidad más pronunciada ocurrió en bebés <1 año. Esto se confirma al revisar los datos más recientes. Hubo una disminución sustancial y muy significativa en el 2020, en especial en la semana 5 a la 11 y en la semana 12 a la 22 (367 a 309 muertes infantiles por semana).

La sugerencia de que las vacunas podrían ser un factor en la causalidad del SMSL no es nueva, pero hasta que se realicen ensayos controlados, no podremos confirmar o excluir un papel causal de las vacunas".

Estrategias simples que pueden mejorar la salud infantil

Será interesante ver qué conclusiones se pueden sacar más adelante una vez que tengamos más datos y estadísticas, pero si las vacunas infantiles tienen un efecto perjudicial y aumentan el riesgo de muerte, la caída dramática del SMSL y el parto prematuro durante la pandemia será un instructivo.

Además de considerar los posibles impactos negativos de las vacunas de rutina, otra estrategia simple que puede tener un gran impacto, es el nivel de vitamina D de la madre durante el embarazo.

Creo que optimizar su nivel de vitamina D durante el embarazo es una de las cosas más importantes que puede hacer por la salud de su hijo. Cuando un niño nace con deficiencia de vitamina D, su salud se puede ver muy afectada.

La investigación realizada por GrassrootsHealth ha demostrado que las mujeres embarazadas necesitan un nivel de vitamina D de al menos 40 ng/ml (100 nmol/L) para optimizar los beneficios. Se ha demostrado que tener un nivel de 40 ng/ml durante el embarazo reduce el riesgo de parto prematuro en un 59 %, en comparación con tener un nivel de 20 ng/ml.

Otra investigación ha demostrado que la mayoría de las mujeres pueden alcanzar un nivel de 32 ng/ml (80 nmol/L) cuando toman 4000 UI (seis veces la dosis diaria recomendada de 600 UI) de vitamina D por día.

Por lo tanto, si está embarazada, es importante que se asegure de controlar sus niveles de 25 hidroxi D. Las pruebas son importantes para conocer su nivel y ajustar su dosis para los requisitos de su cuerpo.

Como se comentó en varios artículos recientes, la vitamina D también podría ser muy importante para reducir el riesgo de COVID-19. Descubra más sobre esto y sobre cómo aumentar su nivel de manera más efectiva si es deficiente, en el artículo "El reporte más importante que ha escrito el Dr. Mercola".