El cambio climático podría estar en un punto sin retorno, con olas de calor, huracanes y otros fenómenos meteorológicos extremos que tal vez empeoren a medida que el calentamiento global se salga de control, advirtió un informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas en agosto de 2021.1,2
En respuesta, las Naciones Unidas consideran una forma controvertida de geoingeniería, que implica rociar aerosoles de sulfato en la estratosfera de la Tierra para modificar el clima3 cuyos efectos son desconocidos y potencialmente desastrosos.
El cambio y el control del clima se han etiquetado durante mucho tiempo como fantasía de ciencia ficción o teoría de la conspiración, pero la manipulación a gran escala del clima de la Tierra, conocida como geoingeniería,4 cada vez es más común.
Aunque la geoingeniería podría tener el efecto deseado de alterar el clima, incluyendo disminuir las temperaturas globales, sus consecuencias indeseadas que incluyen alterar las precipitaciones y hacer que algunas regiones de la Tierra no puedan cultivar alimentos, podrían ser permanentes y catastróficas.
Las Naciones Unidas consideran pulverizar aerosoles de sulfato
Una de las controvertidas técnicas de geoingeniería que consideran las Naciones Unidas implica rociar aerosoles de sulfato a unas 12 a 16 millas sobre la superficie de la Tierra. Las diminutas partículas brillantes actuarían como reflectores y devolverían la luz de los rayos del sol al espacio en lugar de a la superficie de la Tierra.5
El clima de la Tierra está controlado por la cantidad de radiación solar que llega a la Tierra y la cantidad que absorbe su superficie o se vuelve a irradiar al espacio. La nubosidad y los gases de efecto invernadero son ejemplos de factores que influyen en la reflectancia solar.6
“Si las propuestas de geoingeniería van a influir en el clima global de una manera significativa, deben alterar de forma intencional la influencia relativa de uno de estos mecanismos de control”, explica Britannica.7
Las Naciones Unidas mencionan el manejo de la radiación solar y la eliminación de gases de efecto invernadero como formas de geoingeniería.8 Los aerosoles de sulfato entran en la categoría de manejo de la radiación solar. Al reflejar más radiación solar hacia el espacio, los aerosoles reducen las temperaturas globales, pero también tienen un "efecto secundario" grave, en otras palabras, reducen la precipitación.
Como resultado, serían necesarias técnicas de geoingeniería adicionales, como reducir los cirros en la atmósfera superior para contrarrestar la disminución de las precipitaciones. ¿Qué podría salir mal?
Las supercomputadoras ejecutaron modelos para predecir cómo el manejo de la radiación solar podría afectar a diferentes partes de la Tierra, en términos de temperatura, lluvia y nevadas. El autor del informe, Govindasamy Bala, del Instituto Indio de Ciencia, dijo que "la ciencia está ahí"9 pero está lejos de ser exacta.
"Creo que la próxima gran pregunta", dijo Bala a Reuters, "es, ¿quiere hacerlo? Eso implica incertidumbre, problemas morales, éticos y gobernabilidad". Como informó Reuters, "Eso es porque cada región se vería afectada de manera diferente.
Aunque algunas regiones podrían ganar en un mundo artificialmente más frío, otras podrían sufrir, por ejemplo, al no tener las condiciones para cultivar".10 Paulo Artaxo, físico ambiental de la Universidad de Sao Paulo y otro autor del informe, agregó:11
"En el fondo, el mensaje es más o menos el mismo que el informe anterior, la ciencia no está lo suficientemente desarrollada. Los efectos secundarios de cualquiera de las técnicas de geoingeniería conocidas pueden ser muy importantes. La sociedad tiene que considerar si estos efectos secundarios son demasiado grandes para probar cualquier estrategia".
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La geoingeniería en las obras desde mediados del siglo XX
A mediados del siglo XX fue cuando se desarrolló por primera vez la geoingeniería y utilizó tecnologías de la Segunda Guerra Mundial. La nubosidad, por ejemplo, se ha utilizado durante décadas12 e implica “sembrar” nubes con yoduro de plata o dióxido de carbono sólido para promover la lluvia y la nieve o debilitar las tormentas tropicales. Al menos ocho estados del oeste de Estados Unidos y decenas de países utilizan la siembra de nubes para mejorar las precipitaciones.13
“Además, el ejército de Estados Unidos sugirió que las armas nucleares se podrían utilizar como herramientas para alterar los climas regionales y hacer que ciertas áreas del mundo sean más favorables para la vida humana. Esta propuesta, sin embargo, no se probó”, reporta Britannica.14
También se discutieron otras ideas para alterar el clima de la Tierra. Los métodos propuestos para reflejar más rayos del sol y reducir el calentamiento global incluyeron hacer flotar miles de millones de pelotas de golf en los océanos, enviar un espejo gigante a la órbita, eliminar nubes cirrus, plantar cultivos, hacer edificios más brillantes y liberar microburbujas para hacer que la superficie del océano sea más brillante.15
Incluso se consideró la posibilidad de que floten naves espaciales gigantes sobre la Tierra para reflejar la luz solar.16
Bill Gates financia esfuerzos para promover el control del clima
En 2010, Bill Gates financió una investigación para desarrollar máquinas que rociaran agua de mar en las nubes con el objetivo de aumentar la capacidad de reflejar la luz de los rayos del sol en el espacio y, por lo tanto, reducir el calentamiento global. La medida provocó un llamado a una prohibición global de los experimentos de geoingeniería del Grupo ETC y un comentario del entonces codirector ejecutivo Jim Thomas:17
“Sabíamos que Microsoft desarrollaba aplicaciones en la nube para computadoras, pero no esperábamos esto. Bill Gates y sus colegas desgarradores de nubes no tienen derecho a cambiar de forma unilateral nuestros mares y cielos de esta manera".
Además, desde al menos 2012, Gates financió los esfuerzos de cabildeo de los científicos del clima para promover la geoingeniería con el fin de manipular el clima global.
Los científicos argumentaron que sería necesario rociar partículas brillantes de dióxido de azufre a 30 millas sobre la Tierra para evitar un cambio climático catastrófico, pero los críticos argumentaron que las tecnologías se podrían utilizar como un arma o para hacer avanzar a las sociedades ricas en desventaja con respecto a los países más pobres. En ese momento, The Guardian reportó:18
“Ahora crece la preocupación de que el pequeño pero influyente grupo de científicos, y sus patrocinadores, podrían tener un efecto desproporcionado en las decisiones importantes sobre la investigación y las políticas de geoingeniería.
"Tendremos que protegernos de los intereses creados [y] asegurarnos de que las opciones no estén influidas por las partes que podrían ganar cantidades significativas de dinero a través de la opción de modificar el clima, especialmente mediante el uso de la propiedad intelectual patentada", dijo Jane Long, directora general del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en los Estados Unidos, en un documento entregado a una conferencia de geoingeniería sobre ética.
"Existe mucho en juego y los científicos no son las mejores personas para lidiar con los problemas sociales, éticos o políticos que plantea la geoingeniería", dijo Doug Parr, científico jefe de Greenpeace. 'La idea de que un grupo autoseleccionado deba tener tanta influencia es extraña'".
En 2018, Gates acordó de nuevo ayudar a financiar experimentos para científicos de Harvard, quienes propusieron rociar la estratosfera con cloruro de calcio para ayudar a detener el calentamiento de la Tierra al bloquear el sol.19
¿La geoingeniería es otra forma de control social?
Las preocupaciones planteadas en 2012 solo se han vuelto más significativas, ya que Gates todavía invierte en tecnologías para modificar el clima que no solo desestabilizarán más los sistemas climáticos de la Tierra, sino que también se pueden utilizar como armas contra las personas al controlar las lluvias y la sequía. En una entrevista anterior que realicé con Vandana Shiva, Ph.D., ella explicó:
“La empresa que recopila patentes sobre organismos editados de forma genética, tanto en salud como en agricultura, es Editas, fundada por un importante inversor financiero de la Fundación Gates. Gates también es un gran inversor en Editas.
Entonces, aquí hay una empresa llamada Editas para editar el mundo como si fuera un programa de Word. Gates financió las investigaciones de los dos científicos que obtuvieron el Premio Nobel este año. Volví a pensar en cómo Rockefeller financió la investigación, obtuvo el Premio Nobel y luego ganó el dinero.
Entonces, usted financia la investigación. Luego se financia a las instituciones públicas, ya sean nacionales o internacionales. Usted invierte y los obliga a seguir el camino en el que solo pueden usar lo que es su propiedad intelectual patentada. Y, como lo dijo en una entrevista, su inversión más inteligente fueron las vacunas, porque es un retorno de 1 a 20. Pon $ 1 y gana $ 20. ¿Cuántos miles de millones de dólares se han invertido? Puede imaginar cuántos billones se generarán.
Al final ¿Cómo se producen los alimentos? De las semillas. Quieren tener control de las semillas. Se producen con la tierra. También quiere tener el control de ella. Se ha convertido en el mayor propietario de tierras agrícolas [en Estados Unidos]. Pero, nosotros debemos [controlar] el clima. Necesitamos un clima estable.
Entonces ¿cuál podría ser un arma de control de la agricultura? Modificación del clima. Lo llama geoingeniería. Esta es la ingeniería del clima. Una vez más, parece que va a resolver el calentamiento global al crear un enfriamiento global".
La crisis climática como coartada para el control social
Uno de los objetivos a largo plazo de Gates parece ser dominar el control de la agricultura mundial y la producción de alimentos. Esta estrategia comenzó con su apoyo a los transgénicos en 1994 y continúa con "soluciones" que se enfocan en el hambre a través de la tecnología, los productos químicos y los socios de la industria.
Ahora, como el mayor propietario de tierras agrícolas en los Estados Unidos, se encuentra en una posición única para beneficiarse del uso específico de las prácticas de geoingeniería. Robert F. Kennedy, Jr escribió en The Defender y señaló: "Para un hombre obsesionado con el control del monopolio, la oportunidad de dominar también la producción de alimentos debe parecer irresistible", continuó:20
"Su historial de inversiones sugiere que la crisis climática, para Gates y sus compinches, no es más que una coartada para el control social intrusivo, la vigilancia a escala del "Gran Reseteo" y los despilfarros masivos de geoingeniería de ciencia ficción, incluidos sus dementes y aterradores proyectos de vanidad para rociar la estratosfera con cloruro de calcio o agua de mar para retrasar el calentamiento, para desplegar globos gigantes para saturar nuestra atmósfera con partículas brillantes para tapar el sol, o su peligrosa táctica de liberar millones de mosquitos genéticamente modificados en el sur de Florida.
Cuando colocamos estos esquemas de pesadilla en contexto, junto con la agresion de las vacunas experimentales que les impone a 161 millones de niños africanos al año, queda bastante claro que Gates nos considera a todos como sus ratas de laboratorio".
Ideología socialista, no ciencia climática
Zuzana Janosova-Den Boer experimentó el gobierno comunista en Checoslovaquia antes de mudarse a Canadá. En su artículo titulado: "I Survived Communism — Are You Ready for Your Turn?" detalló los “signos demasiado familiares del mismo plan” que comienzan a impregnar su país de adopción.21
En relación a la geoingeniería, ella señala que el comunismo trastornó el movimiento ambientalista desde la década de los 70s, cuando el entonces presidente del Partido Comunista de Estados Unidos, Gus Hall, publicó un libro llamado “Ecology”, en el que afirmó:22
“La sociedad humana no puede detener la destrucción del medio ambiente bajo el capitalismo. El socialismo es la única estructura que lo hace posible. Debemos ser los organizadores, los líderes de estos movimientos”.
Den Boer escribe:23
“Esta idea se incorporó al programa del Partido Verde de Estados Unidos en 1989 (el mismo año en que se derrumbó el comunismo soviético), en el que las amenazas ficticias del 'calentamiento global' y el 'cambio climático' se utilizan para asustar al público y hacerles creer que la humanidad debe 'salvar al mundo':
'Esta urgencia, junto con otras cuestiones verdes y temas que interrelaciona, hace que enfrentar el [efecto] invernadero sea una poderosa herramienta de organización. La supervivencia es muy motivadora y podría ayudarnos a construir un movimiento de masas que conducirá a políticas y sociedades a gran escala cambiar en muy poco tiempo.
En primer lugar, [debemos] informar al público que la crisis es más inmediata y más grave de lo que [se nos] dice, [que] sus implicaciones son demasiado grandes para esperar la confirmación científica universal que solo establecería la eco-catástrofe.'”
El IPCC, sugiere Den Boer, no promueve la ciencia climática sino la ideología socialista y cita como evidencia los comentarios hechos por Ottmar Georg Edenhofer, ex copresidente del Grupo de Trabajo III del IPCC, quien en una entrevista de 2010 declaró que los problemas climáticos tienen que ver con la economía, y eso:24
"Debemos liberarnos de la ilusión de que la política climática internacional es una política ambiental. Debemos afirmar que utilizamos la política climática de facto para redistribuir la riqueza del mundo".
Incluso sin tener en cuenta el control social, los riesgos prácticos de la geoingeniería son imposibles de ignorar. No hace nada para detener la acidificación de los océanos y el aumento de los niveles de dióxido de carbono. Y, si los productos químicos que se utilizan para "dar sombra" a la Tierra se detienen por cualquier motivo, es probable que un "choque de terminación" haga que el planeta se caliente muy rápido, lo que tal vez cause una "muerte masiva".
También es poco probable que el efecto de enfriamiento se distribuya de manera uniforme. Aunque parte del planeta se beneficiaría, otras partes podrían verse afectadas por sequías o inundaciones. Los riesgos y las incógnitas son inmensas.
Incluso Christopher Field, presidente del comité de geoingeniería solar de la Academia Nacional, quien dijo que apoya más investigaciones sobre el manejo de la radiación solar, le dijo a Yale Climate Connections: “Si no se puede saber si una bomba funciona o no hasta que se activa, es una buena razón para no construir la bomba".25