HISTORIA EN BREVE

  • Los químicos disruptores hormonales (EDC, por sus siglas en inglés) son estructuralmente similares a las hormonas naturales como la hormona sexual femenina estrógeno, hormona sexual masculina andrógeno y hormonas tiroideas
  • Los EDC pueden interferir en el desarrollo, reproducción, funcionamiento neurológico, metabolismo, sensación de saciedad, función del sistema inmunológico, y mucho más; y en el caso de muchos de estos químicos, es posible que no haya un nivel seguro de exposición
  • Doce de los EDC más perjudiciales y utilizados son, el BPA, dioxinas, atrazina, ftalatos, perclorato, retardantes de llama, plomo, mercurio, arsénico, PFC, pesticidas organofosforados y éteres de glicol
  • Diez vías comunes de exposición incluyen a los productos para el cuidado personal; agua potable; alimentos enlatados y empacados; frutas y verduras cultivadas de manera convencional, así como productos lácteos, aves y carnes CAFO; pescado con alto contenido de mercurio; utensilios para cocina de plástico y antiadherentes; productos de limpieza; polvo doméstico; productos de oficina; y recibos de caja registradora
  • Enseguida se incluyen sugerencias para evitar o limitar la exposición

Por el Dr. Mercola

Los químicos disruptores endócrinos (EDC, por sus siglas en inglés) son estructuralmente similares a las hormonas naturales —como la hormona sexual femenina estrógeno, hormona sexual masculina andrógeno y hormonas tiroideas—, lo que les permite interferir en el desarrollo, reproducción, funcionamiento neurológico, metabolismo, sensación de saciedad, función del sistema inmunológico, y mucho más.

Por ejemplo, pueden bloquear ciertas señales hormonales, alterar los niveles hormonales o cambiar la forma en cómo se transportan las hormonas naturales por el cuerpo.

Como señaló un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en 2012, los efectos de los EDC en los sistemas hormonales "pueden provocar obesidad, infertilidad o menor fertilidad, problemas de aprendizaje y de memoria, diabetes en adultos o enfermedades cardiovasculares. así como diversos padecimientos diferentes".

Además, dado que las hormonas funcionan en concentraciones de partes por millón y partes por mil millones, la Sociedad Endocrina advierte que es posible que muchos EDC no tengan un nivel seguro de exposición, y que los efectos en la salud sean tan significativos que todas las personas deban tomar medidas proactivas para evitarlos, en especial las personas que busquen un embarazo, mujeres embarazadas y niños pequeños.

Pruebas sólidas respaldan las advertencias de evitar los EDC

Al comentar sobre la publicación de su primera declaración científica sobre los EDC en 2009, la Sociedad Endócrina señaló que:

“Hay evidencia sólida de resultados reproductivos adversos (infertilidad, cáncer, malformaciones) por exposición a químicos disruptores endocrinos, y existen cada vez más pruebas de efectos en otros sistemas endocrinos, como tiroideos, neuroendocrinos, obesidad, metabolismo, homeostasis de la insulina y glucosa...
"Los efectos de los químicos disruptores endocrinos podrían transmitirse a generaciones posteriores por medio de modificaciones epigenéticas en las líneas germinales o por la exposición continua de los descendientes al daño ambiental".

A finales del 2015, la Sociedad Endocrina emitió su segunda declaración científica sobre los EDC, al señalar que, en los años previos, "una gran cantidad de estudios científicos han consolidado nuestra comprensión de los mecanismos plausibles que subyacen en los efectos de los EDC y cómo las exposiciones de animales y seres humanos, en especial durante el desarrollo, podrían sentar las bases de una enfermedad futura".

En resumen, la evidencia solo se ha fortalecido, lo que demuestra que la exposición a los EDC en el medio ambiente podría tener efectos significativos en la salud tanto de niños como en adultos, y que estos efectos podrían transmitirse a las generaciones siguientes.

Asimismo, el informe señala que se han confirmado los vínculos causales entre la exposición y manifestación de la enfermedad, al igual que los efectos de las dosis bajas. Según el informe, la evidencia más sólida consiste en la conexión entre la exposición a EDC y:

Obesidad

Diabetes

Reproducción femenina

Reproducción masculina

Tipos de cáncer sensibles a las hormonas femeninas

Problemas de próstata

Problemas tiroideos

Efectos en el neurodesarrollo y sistema neuroendocrino

Otro informe publicado en 2015 estimó que la carga financiera ocasionada por la exposición a EDC en la Unión Europea, producía un costo promedio de 157 000 millones de euros anuales (o 209 000 millones de dólares anuales) por gastos de atención médica relacionados con: la disminución del coeficiente intelectual, discapacidad intelectual, autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, obesidad, diabetes, criptorquidia, infertilidad y mortalidad relacionadas con menores niveles de testosterona.

Los doce químicos disruptores hormonales más perjudiciales

Si bien, la lista de EDC conocidos es extensa, y la lista de posibles EDC lo es aún más, hay una docena de los más perjudiciales y utilizados, identificados por el Grupo de Trabajo Ambiental en 2013, que incluye:

Bisfenol-A (BPA)

Dioxina

Atrazina

Ftalatos

Perclorato

Retardantes de llama (éteres de dietilo polibromadoso PBDE)

Plomo

Mercurio

Arsénico

Productos químicos perfluorados (PFC)

Pesticidas organofosforados

Éteres de glicol

Diez vías comunes de exposición y cómo evitar los EDC

Según la Red de Salud Hormonal, la cual pertenece a la Sociedad Endocrina, existe un estimado de 1000 químicos artificiales disponibles comercialmente con características de disrupción endócrina. Enseguida se enlistan las diez vías comunes de exposición, así como algunas recomendaciones lógicas sobre cómo evitarlos:

Productos para el cuidado personal — A menudo, los champús, acondicionadores, cremas hidratantes, cosméticos y otros productos para el cuidado personal contienen EDC, incluyendo (entre otros) a los ftalatos, que están relacionados con cáncer testicular, deformaciones genitales, bajo recuento de espermatozoides e infertilidad en un sinnúmero de especies, incluyendo a los osos polares, venados, ballenas y nutrias, solo por nombrar algunos ejemplos.

El triclosán es otro EDC perteneciente a esta categoría, que se encuentra en muchos productos con propiedades antibacterianas.

Evítelos al utilizar productos para el cuidado personal caseros o con certificado orgánico. También, podría tratar de disminuir la cantidad de productos para el cuidado personal que emplea todos los días.

Evite los jabones antibacteriales, toallitas y geles desinfectantes. Todo lo que necesita para eliminar los gérmenes de sus manos es utilizar agua tibia, un jabón suave y una técnica para lavarlas de forma adecuada.

Agua potable — Su agua potable podría estar contaminada con atrazina, glifosato, arsénico, perclorato o químicos retardantes de llama, los cuales pueden alterar el sistema endocrino.

Evítelos al filtrar el agua, tanto en la llave como en la regadera/baño, al utilizar un sistema de filtración de agua de alta calidad.

Productos enlatados y empaques antiadherentes para alimentos — Son fuentes comunes de BPA y EDC similares, como el BPS u otros sustitutos tóxicos, como el PVC. Según una investigación realizada en 2017 por el Centro para la Salud Ambiental, el 38 % de los alimentos enlatados aún contiene BPA.

Evítelos al comprar productos en botellas y frascos de vidrio, en vez de plástico o latas.

Frutas y verduras cultivadas de forma convencional, productos lácteos, aves y carnes CAFO — Los pesticidas, herbicidas y vertidos industriales podrían impregnar de EDC las frutas y verduras cultivadas de forma convencional.

Los animales criados en operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO, por sus siglas en inglés), también suelen contener antibióticos, hormonas y otros químicos industriales que podrían alterar el sistema endocrino.

Evítelos al comprar y consumir productos orgánicos y productos de animales alimentados con pastura para minimizar la exposición a pesticidas, herbicidas y medicamentos veterinarios que pueden alterar el sistema endocrino.

Además, debe lavar las frutas y verduras antes de consumirlas, aún si son orgánicas. Los alimentos orgánicos tienen un riesgo 30 % menor de estar contaminados con pesticidas, pero no se puede garantizar por completo que los productos orgánicos estén libres de pesticidas, ya que algunas veces se encuentran en campos adyacentes a granjas donde se emplean pesticidas.

Las investigaciones sugieren que los residuos de pesticidas en las manzanas pueden eliminarse de forma más efectiva al usar una solución de agua y bicarbonato de sodio al 1%. Los investigadores recomiendan utilizar 1 cucharadita de bicarbonato de sodio por cada 2 tazas de agua y frotar suavemente las frutas y verduras para eliminar los pesticidas de la superficie.

Pescado con alto contenido de mercurio — Los peces contaminados con altos niveles de mercurio y otros metales pesados son problemáticos porque dichos metales también podrían alterar el equilibrio hormonal. El tiburón, pez espada, caballa gigante, marlín, róbalo y atún se encuentran entre las opciones más dañinas.

Tanto la Agencia de Protección Ambiental como la administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, han clasificado al atún enlatado en su lista de "opciones que deben evitar" las mujeres embarazadas y niños pequeños debido a sus altos niveles de mercurio.

Los peces de granja ("CAFO del mar") también son propensos a contener más contaminantes; por lo tanto, lo mejor es evitarlos. El salmón de piscifactoría se encuentra entre las opciones más perjudiciales, por lo que recomiendo evitar todo el salmón criado en granjas.

Evítelos al seleccionar cuidadosamente los productos del mar que tengan bajo contenido de mercurio y otros contaminantes. Algunas de las opciones más seguras y saludables incluyen a los peces más pequeños, como sardinas, anchoas, caballa y arenque. El salmón silvestre de Alaska es otra excelente opción.

Para obtener más información sobre el contenido de mercurio en el pescado, le recomiendo consultar el sitio web Mercury and Fish: The Factsde Mercury Policy Project.

Cuentan con una guía útil que puede imprimir para tener alguna referencia. Un artículo realizado en 2015 en Investigate West también abordó este problema e incluye una guía de cuántos alimentos por semana puede consumir de manera segura según el nivel de contaminación de cualquier marisco.

Utensilios para cocina — Los recipientes y botellas de plástico pueden contener BPA u otros químicos disruptores endocrinos que pueden filtrarse en sus alimentos, en especial si el plástico es expuesto a altas temperaturas.

Las sustancias poli- y perfluoroalquílicas (PFAS, por sus siglas en inglés) utilizadas para crear superficies antiadherentes, resistentes a las manchas y repelentes al agua también son tóxicas y altamente persistentes, tanto en el cuerpo como en el medio ambiente.

Cuando son expuestas a altas temperaturas, los utensilios para cocina antiadherentes liberan ácido perfluorooctanoico (PFOA, por sus siglas en inglés), que se ha relacionado con enfermedades tiroideas, infertilidad, así como problemas en el desarrollo y reproductivos.

Evítelos al emplear recipientes de vidrio y utensilios para cocina de hierro fundido esmaltado, ambos son duraderos, fáciles de limpiar (incluso los alimentos cocinados más difíciles de quitar pueden limpiarse después de sumergirlos en agua tibia), y completamente inertes, lo que significa que no liberarán ningún químico dañino en su hogar.

Si utiliza recipientes de plástico, no caliente los alimentos en el microondas.

Productos para limpieza — Las soluciones comerciales que se emplean para limpiar pisos, inodoros, hornos, ventanas y que, por lo general, contienen sustancias químicas industriales que pueden ocasionar un descontrol hormonal. Además, muchos EDC se encuentran ocultos en las fragancias, y esto también se aplica a los productos para el cuidado personal.

Evítelos al crear sus propios productos para limpieza con diferentes combinaciones de vinagre, bicarbonato de sodio, aceites esenciales e incluso aceite de coco. Para comenzar, puede consultar mi artículo “Mantenga su casa limpia con productos que no son tóxicos”.

Evite los productos con aroma, incluyendo a los aromatizantes, bolsas de basura perfumadas, entre otros.

Polvo doméstico — A menudo, los químicos retardantes de llamas se encuentran latentes en el polvo doméstico conforme se desprenden de los muebles tratados, como los sofás, colchones y acolchado de alfombras.

Evítelos al comprar muebles, colchones y materiales para construcción "ecológicos", que no sean tóxicos, siempre y cuando le sea posible, y utilice un filtro HEPA en su aspiradora. Cuando trapee y limpie el polvo, utilice un trapeador o trapo húmedo para evitar esparcirlo,

Productos para oficina — Los cartuchos de tinta, tóneres y solventes comunes en oficinas son otras fuentes comunes de EDC.

Evítelos al manipular dichos productos con cuidado, y minimice su exposición tanto como le sea posible.

Recibos de caja registradora — Por lo general, el papel térmico contiene BPA, y las investigaciones demuestran que el manejo de este tipo de papel es suficiente para aumentar el nivel de BPA en el cuerpo.

Sostener el papel tan solo por cinco segundos fue suficiente para transferir BPA a la piel de una persona, y la cantidad de BPA transferida se incrementó en alrededor de 10 veces si los dedos estaban mojados o con grasa (por ejemplo, si acababa de aplicarse una loción o comió algún alimento grasoso).

Finalmente, dado que con frecuencia los recibos se almacenan junto con los billetes en las billeteras de las personas, también pueden estar contaminados con BPA.

En un estudio publicado en Environmental Science and Technology, los investigadores analizaron billetes de 21 países para detectar la presencia de BPA, y el químico fue detectado en todas las muestras.

Evítelos al utilizar recibos sin papel, por correo electrónico o mensajes de texto. Evite llevar recibos en su billetera o cartera, ya que al parecer este químico puede transferirse a otras superficies.

También sería prudente lavarse las manos después de entrar en contacto con recibos y dinero, y evitar manipularlos, en especial si se ha puesto una loción o tiene alguna otra sustancia grasa en las manos, ya que esto podría aumentar su exposición.

Si es cajero de banco o cajero que tiene contacto frecuente con este tipo de materiales, puede emplear guantes, en especial si es una mujer embarazada o en edad fértil.


Fuentes y Referencias