Por el Dr. Mercola
Se cree que la depresión crónica afecta a aproximadamente una de cada 10 personas en Estados Unidos.1 En 2010, los antidepresivos fueron el segundo tipo de medicamento más comúnmente recetados de en los Estados Unidos,2 empeorando la gravedad del problema.
Contrariamente a la creencia popular, la depresión probablemente no es causada por sustancias químicas que desequilibran el cerebro; sin embargo, hay un número de otros factores biológicos que parecen ser altamente importantes. La inflamación crónica es uno de ellos. Como lo menciona el artículo destacado:3
"George Slavich, un psicólogo clínico de la Universidad de los Ángeles California, ha pasado años estudiando la depresión y ha llegado a la conclusión de que tiene que ver tanto con el cuerpo como con la mente.
‘Yo ni siquiera me refiero a ella como condición psiquiátrica,’ dice. ‘Involucra la psicología, pero también implica a partes iguales de la biología y la salud física.’
La base de este nuevo punto de vista es muy obvio una vez que se señaló: todas las personas se sienten muy mal cuando están enfermas. Esa sensación de estar demasiado cansado, aburrido y enfadado para moverse del sofá y seguir con su vida es conocida entre los psicólogos como un comportamiento enfermizo.
Sucede por una buena razón, nos ayuda a evitar hacer más daño o que la infección se propague aún más. También se parece mucho a la depresión.”
Un investigador incluso va más allá, sugiriendo que la depresión debe ser renombrada como una enfermedad infecciosa, pero no contagiosa,4 mientras que el autor del artículo destacado compara juguetonamente la depresión con una reacción alérgica, en este caso "una alergia a la vida moderna"--considerando los muchos factores ambientales conocidos por causar inflamación, debido a una alimentación cargada de toxinas y estrés.
Los científicos también han encontrado que su salud mental puede verse afectada negativamente por factores como la deficiencia de vitamina D y/o una flora intestinal desequilibrada—ambas desempeñan un papel para mantener bajo control la inflamación, que realmente es el remedio para la depresión.
Inflamación y Depresión
Como se mencionó en un artículo de la Dra. Kelly Brogan, los síntomas depresivos pueden ser vistos como manifestaciones causadas por la inflamación.
"La fuente en sí puede ser un enfoque singular o múltiple ya que el estrés, la alimentación y la exposición a sustancias tóxicas, e infección… Parece ser que la inflamación es un determinante muy relevante de los síntomas depresivos, tales como el estado de ánimo descontrolado, pensamiento lento, alteraciones en la percepción y cambios metabólicos,5” dice ella.
Ciertos marcadores biológicos, como las citocinas en la sangre y mensajeros inflamatorios como el PCR, IL-1, IL-6 y TNF-alfa, parecen ser prometedoras al igual que las nuevas herramientas de diagnóstico, ya que son "predictivos6 y linealmente7 correlativos" con la depresión.
Por ejemplo, los investigadores han encontrado8 que la depresión melancólica, trastorno bipolar, y depresión postparto, están asociados con niveles elevados de citoquinas en combinación con una menor sensibilidad al cortisol (cortisol es una hormona del estrés y es amortiguador de la inflamación). Según lo explicado por la Dra. Brogan:
"Una vez que se activan en el cuerpo, estos agentes inflamatorios envían información al sistema nervioso, normalmente a través de la estimulación de los nervios principales tales como el nervio vago, que conecta9 el intestino con el cerebro. Las células especializadas llamadas microglías en el cerebro representan el centro inmunológico del cerebro y se activan con los estados inflamatorios.
Con la microglia activada, una enzima llamada IDO (indoleamine 2 3-dioxigenasa) ha demostrado10 mover al triptófano de la producción de serotonina y melatonina hacia la producción de un agonista NMDA llamado ácido quinolínico que puede ser responsable de los síntomas de ansiedad y agitación.
Estos son sólo algunos de los cambios que pueden conspirar en el estado de su cerebro pero que su cuerpo puede saber que está mal.”
Publicidad
![Sabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimo]()
![Sabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimo]()
El Uso de Escáneres Cerebrales Podría Ser Útil para Elegir el Tipo de Tratamiento
Hablando de biomarcadores, la investigación11 hecha por la Dra. Helen Mayberg, profesora de psiquiatría en la Universidad de Emory, también podría preparar el camino hacia un plan de tratamiento más refinado y personalizado.
La Dra. Mayberg ha identificado un marcador biológico en el cerebro que puede ser utilizado para predecir si un paciente deprimido es un buen candidato para la medicación, o si la psicoterapia es una mejor opción. Como lo mencionó el New York Times:12
"Los pacientes que tenían una baja actividad en una región del cerebro llamada la ínsula anterior antes del tratamiento respondieron muy bien a la terapia cognitivo-conductual pero respondieron negativamente al Lexapro, por el contrario, los que tenían una alta actividad en esta región tuvieron una excelente respuesta a Lexapro, pero no con la terapia cognitivo-conductual...
La ínsula está centralmente involucrada en la capacidad de auto-conciencia emocional, el control cognitivo y toma de decisiones, todos los cuales tienen problemas por la depresión. Tal vez la terapia cognitivo-conductual tiene un efecto más poderoso que un antidepresivo en pacientes con una ínsula poco activa, ya que les enseña a los pacientes a controlar sus pensamientos emocionalmente perturbadores de una manera mejor que un antidepresivo."
Relación Entre el Intestino y Salud Mental
Un gran número de estudios han confirmado que la inflamación gastrointestinal puede especialmente desempeñar un papel crítico en el desarrollo de la depresión, lo que sugiere que las bacterias benéficas (probióticos) pueden ser una parte importante del tratamiento. Por ejemplo, un estudio científico húngaro13 publicado en 2011 hizo las siguientes observaciones:
- La depresión se encuentra a menudo adjunto a las inflamaciones gastrointestinales y enfermedades autoinmunes, así como con las enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurodegenerativas, diabetes tipo 2 y también en el cáncer, en donde la inflamación crónica de bajo grado es un importante factor contribuyente.
Por lo tanto, los investigadores sugirieron que "la depresión puede ser una manifestación neuropsiquiátrica del síndrome inflamatorio crónico."
- Un creciente número de estudios clínicos han demostrado que al tratar la inflamación gastrointestinal con probióticos, vitamina B, vitamina D y grasas omega-3 también puede mejorar los síntomas de la depresión y la calidad de vida al aliviar los estímulos pro-inflamatorios en su cerebro.
- La investigación sugiere que la principal causa de inflamación puede ser la disfunción del "eje entre el intestino y el cerebro."
Su intestino es, literalmente, su segundo cerebro--creado del mismo tejido idéntico que del cerebro durante la gestación--y contiene altos niveles del neurotransmisor serotonina, que se asocia con el control del estado de ánimo.
Es importante entender que sus bacterias intestinales son una parte activa e integrada para regular la serotonina y de hecho produce más serotonina que su cerebro. Optimizar su flora intestinal es una parte clave con el fin de optimizar sus niveles.
Si usted consume bastantes alimentos procesados y azúcares, sus bacterias intestinales se verán seriamente comprometidas porque los alimentos procesados tienden a afectar la microflora saludable. Esto deja un vacío que es llenado por bacterias que causan enfermedades, levaduras y hongos que promuevan la inflamación y disminuyen la salud de su segundo cerebro.
La Dieta Baja en Azúcar Es una Herramienta Contra la Depresión
Además de distorsionar su microflora, el azúcar también desencadena una cascada de otras reacciones químicas en su cuerpo conocidas por promover tanto la inflamación crónica como la depresión. Para empezar, el consumo excesivo de azúcar provoca niveles elevados de insulina. Eso puede tener un impacto negativo en su estado de ánimo y salud mental, causando mayores niveles de glutamato que se secreta en el cerebro, el cual se ha relacionado con la agitación, depresión, ira, ansiedad y ataques de pánico.
El azúcar suprime la actividad de una hormona de crecimiento clave llamada BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), que promueve las neuronas sanas del cerebro. Los niveles de BDNF son excesivamente bajos en la depresión y la esquizofrenia, que los modelos animales sugieren que esto en realidad podría ser causal.
Por el contrario, los alimentos cultivados y fermentados ayudan repoblar su intestino con una amplia variedad de bacterias saludables que promuevan la salud mental y física, siempre y cuando su consumo de azúcar y alimentos procesados sea bajo. Por ejemplo, un estudio14 en 2014 encontró que el probiótico Lactobacillus rhamnosus tiene un efecto marcado en los niveles de GABA en ciertas regiones del cerebro y reduce la hormona corticosterona inducida por el estrés, causando así menos comportamientos de ansiedad y depresión. Así que la respuesta a la alimentación dividida en tres partes para tratar la depresión es:
- Limite severamente los azúcares, sobre todo fructosa y también los granos, al igual que todas las formas de azúcar que alimentan las bacterias patógenas en el intestino. La forma más sencilla de hacer esto es evitando los alimentos procesados y empezar a cocinar desde cero utilizando ingredientes enteros. Como recomendación estándar, le recomiendo limitar su consumo de fructosa al día de todas las fuentes a 25 gramos por día o menos.
- Evite los alimentos que contengan ingredientes modificados genéticamente, ya que ellos también han sido implicados en la destrucción de la flora intestinal, dado que también promueven la inflamación crónica. Tenga en cuenta que los alimentos convencionales, también pueden estar contaminados con glifosato, que ha mostrado destruir selectivamente las bacterias intestinales benéficas que promueven la salud, por lo que lo ideal sería que se asegurara consumir la mayor cantidad de alimentos en forma orgánica para evitar la exposición a los pesticidas.
- Introduzca alimentos fermentados en su alimentación para repoblar su flora intestinal.
Tenga en cuenta que sus bacterias intestinales también son muy sensibles y pueden ser dañadas por los siguientes productos, que en realidad debería evitar:
Antibióticos, al menos que sean definitivamente necesarios (y cuando los tome, asegúrese de repoblar su intestino con alimentos fermentados y/o con un suplemento probiótico) |
Carnes de animales convencionalmente criados y otros productos cárnicos, ya que los animales en CAFO son alimentados rutinariamente con dosis bajas de antibióticos y granos transgénicos |
Agua fluorada y/o clorada |
Jabón antibacterial |
La Deficiencia de Vitamina D lo Predispone a la Depresión
La deficiencia de vitamina D es otro importante factor biológico que puede desempeñar un papel importante en la salud mental. En un estudio en 2006,15 se encontró que las personas mayores con niveles de vitamina D inferiores a los 20 ng/ml son 11 veces más propensas a estar deprimidas que las personas con niveles más altos.
Vale la pena señalar que el nivel medio de vitamina D era un poco menos de 19 ng/ml, que es un estado de deficiencia grave. De hecho, el 58 por ciento de los participantes tenían niveles inferiores a los 20 ng/ml. Un estudio en 200716 sugirió que la deficiencia de vitamina D es responsable de los síntomas de depresión y ansiedad en pacientes con fibromialgia. La deficiencia de vitamina D también es una causa bien reconocida en el Trastorno Afectivo Estacional17 (SAD). Un ensayo aleatorio a doble ciego18 publicado en 2008 también llegó a la conclusión de que:
"Parece haber una relación entre los niveles séricos de 25 (OH) D y los síntomas de la depresión. La suplementación con altas dosis de vitamina D parece mejorar estos síntomas, indicando una posible relación causal.”
Más recientemente, los investigadores19 encontraron que las personas mayores con depresión tenían niveles de vitamina D que eran 14 por ciento más bajos que los que no estaban deprimidos. Aquí, los que tienen niveles de vitamina D inferiores a 20 ng/ml tenían un riesgo 85 por ciento más de depresión, en comparación con aquellos con niveles por encima de los 30 ng/ml. Sin embargo, otro estudio20 publicado en 2011 señaló que:
"Detener y tratar efectivamente los niveles inadecuados de vitamina D en las personas con depresión y otros trastornos mentales, podría ser un tratamiento fácil y rentable que podría mejorar los resultados de salud a largo plazo de los pacientes, así como su calidad de vida."
Según la evaluación de poblaciones sanas que reciben mucha exposición natural al sol, el rango óptimo para la salud física y mental general parece ser de alrededor de 50 y 70 ng/ml. Así que, si está deprimido, sería recomendable revisar sus niveles de vitamina D con el fin de solucionar cualquier insuficiencia o deficiencia.
El D * Proyecto de Acción por GrassrootsHealth cuenta con prueba económica. En cuanto a optimizar sus niveles, la exposición al sol es la forma ideal. También puede utilizar una cama de bronceado con un balasto electrónico y/o un suplemento de vitamina D3 oral. GrassrootsHealth tiene una tabla útil que muestra la dosis adulta promedio requerida para alcanzar los niveles de vitamina D saludables basados en su nivel inicial. Tenga en cuenta que si se opta por un suplemento de vitamina D, también es necesario tomar vitamina K2 y magnesio, ya que estos nutrientes trabajan en conjunto.
![niveles de vitamina d]()
Fuentes
Existen Muchas Alternativas a los Tratamientos con Medicamentos
Los medicamentos antidepresivos portan una lista larga de riesgos y por lo tanto lo mejor sería dejarlos como última opción, en caso de que todo lo demás no funcione. El periodista médico y nominado al premio Pulitzer, Robert Whitaker ha detallado los muchos inconvenientes y beneficios de los diversos tratamientos en sus dos libros: Mad in America, y Anatomy of an Epidemic: Magic Bullets, Psychiatric Drugs, and the Astonishing Rise of Mental Illness in America, señalando que el ejercicio físico sobresalió en la mayoría de los estudios, incluso cuando se comparó con los medicamentos antidepresivos.
El ejercicio trabaja principalmente al ayudarlo a normalizar los niveles de insulina, mientras que al mismo tiempo impulsa las hormonas del cerebro que lo hacen "sentirse bien." Pero los investigadores también han descubierto que el ejercicio permite que su cuerpo elimine la quinurenina, una proteína perjudicial asociada con la depresión.21 Y, una vez más muestra el vínculo entre la inflamación y la depresión, su cuerpo metaboliza la quinurenina en primer lugar a través de un proceso que se activa por los factores del estrés e inflamatorios... Mientras aborde varios factores en la alimentación para restaurar la salud de su intestino, también recomendaría complementar su alimentación con grasas omega-3 de origen animal, como el aceite de kril. Este puede ser el nutriente más importante para un óptimo funcionamiento del cerebro, aliviando así los síntomas de la depresión. La deficiencia de vitamina B12 también puede contribuir a la depresión y esta afecta a una de cada cuatro personas.
Por último, pero no menos importante, asegúrese de dormir lo suficiente. El vínculo entre la depresión y la falta de sueño está bien establecido. De los 18 millones aproximadamente de personas en Estados Unidos que sufren de depresión, más de la mitad de ellos tienen problemas de insomnio. A pesar de que por mucho tiempo se pensó que el insomnio era un síntoma de la depresión, ahora parece que el insomnio puede ser un antecedente de la depresión en algunos casos.22 La reciente investigación también encontró que la terapia del sueño provocó mejoras notables en los pacientes deprimidos. El mensaje final es que uno o más factores de estilo de vida pueden ser el centro de su depresión, por lo que sería aconsejable abordar los factores que se mencionan en este artículo antes de recurrir al tratamiento con medicamentos --que según la ciencia no son más efectivos que el placebo, mientras que están cargados con efectos secundarios potencialmente peligrosos.