Por el Dr. Mercola
El azúcar y los alimentos procesados son un componente importante de la adicción a los alimentos y la incapacidad de seguir una alimentación saludable.
La Dra. Pamela Peeke, médico y experta internacionalmente reconocida, habla de esto y más en su libro bestseller del New York Times, The Hunger Fix: The Three-Stage Detox and Recovery Plan for Overeating and Food Addiction (La Solución para el Hambre: El Plan de Desintoxicación y Recuperación de la Adicción a la Comida y el Exceso).
En esta entrevista, comparte información sobre qué hay detrás de la adicción a la comida y, aún más importante, medidas simples que pueden hacer una dramática diferencia en la capacidad de seguir una alimentación saludable.
Antes de aventurarse en la medicina natural, la Dra. Peeke trabajó en National Institutes of Health (NIH) – probablemente el instituto más prestigioso y respetado en Estados Unidos.
El NIH coordina muchas investigaciones muy buenas y es financiado por el gobierno federal. Fue aquí que la Dra. Peeke entendió la naturaleza de la adicción a los alimentos y el camino para la recuperación.
Sí, La Adicción a la Comida Es Real
Mientras que, como casi todos los doctores, no recibieron ninguna capacitación sobre nutrición en la escuela de medicina, se volvió estudiante de la Fundación Pew en Nutrición y Metabolismo en la Universidad de California, Davis después de haber pasado varios años trabajando en cuidados intensivos y trauma.
“De ahí, vine a el National Institutes of Health donde monté un laboratorio con mi maravilloso mentor, el Dr. George Chrousos para estudiar específicamente la relación entre el estrés y la grasa", dice la Dra. Peeke.
Fuimos los primeros en poner el primer huevo de oro al intentar entender qué sucede cuando se está bajo el estrés tóxico: niveles altos y regulares de estrés se han relacionado a la impotencia, desesperanza y a la derrota.
Cuando comenzamos a unir todo esto, descubrimos que: ¡con razón almacenamos mucha grasa en el vientre! Me he vuelto un tanto conocida como la “doctora de la panza".
Más o menos al mismo tiempo, el NIH estableció la Office of Alternative Medicine (OAM) y el primer director de esa oficina, el Dr. Joseph Jacobs, le pidió que lo acompañara como científica superior de investigación, para estudiar los problemas concernientes a la nutrición.
“Desde ahí, comencé a ver de cerca la relación entre los tipos específicos de comida y qué le hacen al cuerpo”, dice. "Fue ahí donde tropecé con los alimentos refinados y procesados, especialmente los que llamamos “los hiperdeliciosos”.
[Estos son] combinaciones de alimentos dulces, grasosos y salados que parecen robar el centro de recompensas del cerebro y, literalmente, hacen que cambie en formas que son absolutamente idénticas a los cambios que suceden en las adicciones, como con las drogas, el alcohol y otras adicciones de productos procesados.
Con el tiempo, hemos desarrollado suficiente evidencia para poder decir que la adicción a la comida es real”.
Su libro, The Hunger Fix, salió de esta investigación y es la versión para el consumidor de su primer libro sobre el tema, titulado Food and Addiction: A Comprehensive Handbook (La Comida y la Adicción: Un Manual Completo), que fue publicado un mes antes de la publicación de The Hunger Fix.
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El Papel de la Dopamina en la Adicción a la Comida y a las Drogas
La correlación entre la adicción a los alimentos y la adicción recreativa a las drogas es bastante sorprendente y, quizá más fuerte de lo que la mayoría de las personas sospecha. Una pieza clave crítica en todas las formas de adicción es el neurotransmisor dopamina.
El trabajo preliminar de estas revelaciones fue preparado por la Dra. Nora Volkow, actual directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA) y psiquiatra de la adicción con una debilidad compulsiva por el chocolate.
“Ella es delgada como un junco y es alguien que corre seis millas al día, pero siempre ha estado fascinada con esta tentación [comer chocolate]", dice la Dra. Peeke, no hay nada que inicie una gran investigación como cuando el investigador decide estudiar algo que le afecta personalmente.
Este fue el caso con la Dra. Volkow, cuya curiosidad acerca de su propia compulsión la llevó a unir las piezas de lo que pasa exactamente en el cerebro durante la adicción. Su primer ensayo en el tema se publicó en el 2002.
El primer descubrimiento llegó con la introducción de los dispositivos de escaneo detallado del cerebro como las resonancias magnéticas (MRI) y las tomografías de emisión de positrones (TEP), que ofrecieron imágenes del cerebro de alta calidad.
Para entender la adicción, primero hay que entender lo básico acerca del placer y las recompensas. Existen dos tipos de placer y recompensas que son muy primitivos. Una es el sexo y la otra es la comida.
El cerebro puede secretar dopamina con tan sólo ver la foto de su pareja o un hermoso atardecer, pero al estudiar el cerebro, la Dra. Volkow se dio cuenta de que usted no sentirá placer o recompensa a menos que la dopamina se una con su receptor, llamado el receptor D2.
Los receptores D2 están localizados en todo el centro de recompensas del cerebro. Cuando la dopamina se une a este receptor, usted experimenta un “golpe” de placer y recompensa.
Ahora, ¿cómo es que comer una deliciosa manzana le hará sentir placer pero no es probable que genere adicción, mientras que comer un pastel puede causar placer y una compulsión de comer más pastel, una, otra y otra vez? La Dra. Peeke explica:
“Si la experiencia tipo-pastel-de-cumpleaños, la cual involucra algo mucho más dulce que una manzana, sucede, el cerebro puede con ello. Pero, ¿qué pasa cuando el pastel de cumpleaños está disponible todo el día, todos los días?
Ahora tenemos un problema. Las personas que tienen problemas de estado de ánimo en conjunto con esto y las personas que tienen un historial de adicciones, ya sea personalmente o en la familia, son mucho más vulnerables a desarrollar un comportamiento adictivo, como comer.
Esto es así especialmente cuando consumen lo que llamamos ‘los hiperdeliciosos’ – azúcares, grasas y sales refinadas y procesadas”.
Cómo Se Desarrolla la Adicción
La principal directriz de la mente y el cuerpo es la sobrevivencia y, estos pueden adaptarse de formas interesantes para sobrevivir. Cuando usted se permite demasiados de estos hiperestímulos – ya sea cocaína, azúcar, alcohol o sexo – el centro de recompensas del cerebro percibe que está estimulado en exceso, lo que no es bueno para usted y lo compensa eliminando su sentido de placer y recompensa.
Hace esto al regular sus receptores D2, básicamente eliminando algunos de ellos. Pero esta estrategia de sobrevivencia genera otro problema, porque ahora usted no siente tanto placer y recompensa cuando toma su dosis, de lo que sea. Como resultado, desarrolla más tolerancia y la adicción se hace más fuerte.
“La Dra. Volkow, a través de su extraordinario trabajo… mostró que la razón por la cual muchas personas que tienen una adicción continúan con ella tiene muy poco que ver con el placer o la recompensa que obtienen de ella; tiene que ver con el dolor y la angustia de la abstinencia y, ellos no quieren esto”, dice la Dra. Peeke.
El trabajo de la Dra. Volkow reveló que los cambios que ocurren en el cerebro de los adictos a las drogas son idénticos a los que suceden en las personas adictas a la comida. Sin importar la fuente de la adicción, prácticamente no hay receptores D2 en el cerebro, ya que han sido disminuidos.
“En el cerebro normal, se puede ver un hermoso color rojo-naranja, porque está todo encendido. Si le muestra un amanecer o algo agradable, puede ver unas hermosas uniones. ¿Qué se ve en un cerebro adictivo? No mucho; casi no hay naranja. Lo que es más, aquellos receptores D2 están tan bajos que estas personas sienten ansiedad. Quieren más y más de la dosis de lo que sea que quieran.
Lo que pudo mostrar la Dra. Volkow fue: 1) la adicción a la comida es real y 2) los cambios que suceden en el centro de recompensas del cerebro son idénticos en todas las adicciones. No importa cuál sea la adicción, siempre y cuando sea una adicción verdadera y cumpla con los requisitos. Esto es sorprendente. También mostró que 3) el centro de recompensas es sólo uno de los centros del cerebro que se ven afectados. El otro es la corteza frontal, justo detrás de la frente.
Esto significa que tiene un ‘jefe del cerebro’ discapacitado en su habilidad de controlar los impulsos, la irritabilidad, impaciencia y todo aquello relacionado con la abstinencia y la adicción. No puede mantenerse alerta. Es difícil poner atención. No puede estar consciente. No puede planear, organizar o trazar estrategias. Básicamente, está fuera de control. Ahora, el jefe de su cerebro está fuera de control y su centro de recompensas ha sido robado. Lo que tiene, es una adicción intensa”.
El Trauma a Temprana Edad 'Prepara’ al Cerebro Para la Adicción Futura
El abuso, la negligencia y otros traumas durante los años formativos de la niñez y la adolescencia pueden afectar la corteza frontal, lo que ocasiona que sea más susceptible a la adicción.
La Dra. Susan Mason de la Universidad de Harvard, al trabajar con el Nurses’ Health Study II, mostró que las mujeres con los niveles más altos de abuso durante la niñez tuvieron una incidencia 90 por ciento mayor de ser adictas a la comida. En su libro, la Dra. Peeke también habla del papel de la epigenética y afirma que hay un “momento dulce” entre los 8 y los 13 años, cuando el genoma es especialmente vulnerable a la influencia epigenética.
“Esto significa que cada uno de los genes tiene algo parecido a un interruptor de encendido y apagado, un interruptor regulador. Usted enciende y apaga y, deja marcadores moleculares basados en lo que le sucede. Mucho de esto influencia después la forma en la que se autotranquiliza y, si es autodestructivo o no. Esto permanece hasta que es un adulto, lo cual es precisamente la razón de que sea tan importante recordar que necesita afrontar todos estos problemas. Usted no es un robot. Es por ello que tiene que observar la dinámica mental, espiritual y psicológica de todo esto. Ahí reside mucho de lo que sucede.
Por ejemplo, la Dra. Volkow dice que, aun cuando tiene niveles muy altos de autoregulación, es compulsiva… Cuando se estresa o cuando carece de sueño – los dos fundamentos - cederá al antojo. También ha mostrado que, aunque no lo crea, no es el acto de consumir los alimentos lo que ocasiona en realidad la liberación de altos niveles de dopamina en el cerebro; son las señales y los detonantes… sólo con mostrale imágenes a las personas o detonarlos, tienen niveles altos de liberación de dopamina. La cosa es que, cuando en realidad lo consumen, no obtienen el ir y venir de la recompensa [placentera]".
Además de la adición “real”, muchas personas que no llegan a satisfacer los requisitos de la Escala de Adicción a los Alimentos de Yale están muy cerca de cumplirlos. De acuerdo con la Dra. Peeke, la mayoría de las personas que luchan con problemas de peso entran en este grupo y, ciertamente hay una fuerte correlación entre los atracones y los comportamientos alimentarios parecidos a la adicción, ya que cuando usted se atraca, casi siempre es con alimentos hiperdeliciosos o altos en azúcar y altos en grasa.
“Actualmente es un objetivo en movimiento. La gran mayoría de las personas que se atracan subjetivamente no cumplen con los requisitos del trastorno por atracón. Creo que hay una cantidad muy grande de personas que luchan con un comportamiento alimentario parecido a la adicción y, de hecho, algunas satisfacen todos los criterios de la adicción a los alimentos", dice.
El Ayuno Intermitente Puede Ayudarle a Cortar la Relación con la Comida
Por experiencia propia, he visto que el ayuno intermitente puede ser una herramienta altamente efectiva que le ayuda al cuerpo a quemar grasa y no azúcar como su combustible principal y, con ese cambio, los antojos tienden a desaparecer. ¿Así que es posible diferenciar entre un antojo ocasionado por una disfunción metabólica (resistencia a la insulina) en comparación con una adicción más profunda a la comida que podría no responder al ayuno intermitente?
Esta pregunta sigue sin respuesta, por el momento, ya que no se ha probado el ayuno intermitente específicamente en personas que cumplan con los requisitos de una adicción a los alimentos. Sin embargo, la Dra. Peeke está de acuerdo en que los resultados son “provocadores y convincentes” y, desde mi perspectiva, si usted está luchando contra la adicción a los alimentos, creo que valdría la pena intentarlo.
“Una de las cosas… Sobre las que escribo en The Hunger Fix, [es crear] una plataforma para ser capaz de entender mejor cómo alimentarse más satisfactoriamente - haga sus actividades físicas, su chequeo espiritual, meditación, etc. Una de las cosas que me gusta hacer es simplemente decir, 'Okay, hay que respirar. Facilitar las cosas', ¿no? La mayoría de las personas allá afuera simplemente están perdidas.
Son golpeadas por la tentación, las señales y los disparos del comer autodestructivo. De una forma, la adicción a la cocaína es un poco más fácil. No le puedo dar una dieta moderada de cocaína; usted ya no consumirá [cocaína] y punto. Mientras que, cuando se trata de los alimentos y bebidas, todo es un poco más complejo, especialmente debido a que el azúcar refinada está en todas partes. Está en el aderezo de las ensaladas. En la cátsup. Están en todos lados. Usted tiene que estar mucho más alerta y poner atención.
En el libro de Michael Moss, Salt Sugar Fat: How the Food Giants Hooked Us (Sal, Azúcar y Grasa: Cómo nos Atraparon los Gigantes de los Alimentos), observó a los corporativos de Estados Unidos y la industria de los alimentos. Fue capaz de descubrir algo llamado ‘el punto de la felicidad’. Se han gastado millones de dólares para lograr descubrir cuál es el punto de la felicidad. Esto es, por cada alimento refinado y procesado que se encuentra en el mercado, ¿cuál es la forma más rápida de encender el centro de recompensas del cerebro?".
¿Es Adicto a los Alimentos?
Una síntesis corta de la Escala de Adicción a los Alimentos de Yale, utilizada para diagnosticar la adicción a los alimentos, es la siguiente. Simplemente responda estas dos preguntas acerca de cualquier alimento o bebida con la que cree tener un problema:
- Si lo consume, ¿siente que pierde el control?
- Si lo consume, ¿siente vergüenza, culpa y remordimiento?
“Comer en exceso y atracarse están altamente relacionados con los sentimientos de vergüenza, culpa y remordimiento, así que si su respuesta es sí, una de las cosas que debe hacer es decir estas simples palabras: ‘Simplemente no me sirve. No se qué es, pero no me sirve’”, dice la Dra. Peeke.
“Tómelo y póngalo en un estante virtual. Regresaremos a esto cuando la parte inteligente de su cerebro, la corteza frontal, esté más iluminada, educada y haya tenido más práctica para ser capaz de funcionar con alimentos enteros y, con mejores formas de alimentarse, ya sea con el ayuno intermitente o con cualquier otra cosa. Pero usted pondrá más herramientas en esa caja de su corteza frontal.
¿Recuerda que dije que los receptores D2 eran disminuidos y que la población de receptores D2 se veía reducida? Bueno, le tengo una muy buena noticia: crece de nuevo.
Usted es capaz de sentir en realidad más recompensa al ver un atardecer o al tener una relación con alguien [una vez que haya terminado con su adicción], ya que las personas con una adicción intensa casi no sienten alegría ni tienen un sentimiento de recompensa o placer por nada. Después de los primeros seis meses o del primer mes, usted será capaz de sentir que éste regresa. Es parte del proceso de curación”.
Ejercicio y Consciencia – Dos Auxiliares Útiles en el Camino a la Recuperación
La actividad física promueve la neurogénesis y neuroplasticidad, así que al hacer ejercicio usted permite que la curación de la corteza frontal y del centro de recompensas sea más rápida. De forma similar, la meditación ha demostrado apagar de forma epigenética los grupos de genes inflamatorios y encender los genes que incrementan la neurogénesis. Así que ambos pueden ser valiosos al enfrentar cualquier tipo de adicción.
“Todo esto va de la mano con la sanación del microbioma y el intestino”, dice la – Dra. Peeke. “Va de la mano con la curación general del cuerpo, para reducir la sensibilidad a la insulina, para disminuir todas las señales y los síntomas del síndrome metabólico y para revertirlos. Cuando usted hace lo que llamo "mente, boca y músculo", - los tres pilares que utilicé al establecer este programa en The Hunger Fix - usted puede hacer un acercamiento integrativo más holístico.
En la mente, se observa a usted mismo, lo que hace posible que aumente la capacidad mental para poder decir sí o no. Organizarse. Trazar estrategias. Ser capaz de disminuir los impulsos, la irritabilidad y la impaciencia. Ser capaz de aumentar el estado de alerta y la consciencia. La consciencia es la reina en esto. Cuando usted está consciente, va de hora en hora, momento en momento y, así es capaz de mantenerse en el buen camino. Las personas que tienen hábitos parecidos a la adicción quieren acelerarlo todo. Piensan, “vamos, terminemos con esto”. Usted no puede hacer eso. Respire. Usted puede hacerlo.
Con la actividad física, con cada paso que tome es capaz de cambiar la expresión genética en el espectro entero del síndrome metabólico para ser capaz de aumentar la salud cerebral y sanar el cerebro de todo el proceso adictivo. Ahora, en cuanto a la nutrición, no cabe duda, usted no puede en absoluto seguir dañándose a sí mismo con estos productos a los que les dice sí todo el tiempo. En su lugar, los sustituirá con dosis saludables”.
Por ejemplo, si es adicto a la soda, elimine todas las sodas y reemplácelas con hermosas garrafas de agua llenas de agua natural y pequeños pedazos flotantes de frutas, moras y hojas de menta. “Todo el mundo puede hacer esto en casa”, dice la Dra. Peeke. Su libro está lleno de muchas otras opciones y sustitutos como éste, que ha desarrollado durante años de experimentación en las clínicas de adicción.
También puede experimentar con visualizaciones, lo cual puede ser muy poderoso. Tenga en cuenta que mientras que a algunas personas les va bien con las visualizaciones negativas, como visualizar una calavera y huesos cruzados en los alimentos adictivos. Otros responden mejor con visualizaciones positivas unidas a los alimentos saludables de su elección. He aquí otro ejercicio útil:
“Le pido a cada persona que se siente y desarrolle algo que llamo ‘El Por Qué Poderoso’. ¿Por qué quiero hacer esto? ¿Por qué no sólo continúo con el comportamiento adictivo, cualquiera que sea? ¿Por Qué? Y luego escarbe profundamente. No puede simplemente decir, ‘Bueno, quiero estar saludable'. ¿Qué más es imporante en su vida? ¿Qué es lo que quiere hacer estando aquí? ¿Qué le molesta? Realmente necesita tomarse un momento. Cierre los ojos e indague profundamente.
Le daré un ejemplo. Una de mis mujeres más exitosas era una mujer de 300 libras. Peleó con todo esto. Un día, le dijeron que recibiría un premio por el trabajo que había hecho en la comunidad. Es una gran activista en la comunidad. Iba a subir al escenario a recibir el premio y toda su familia iba a estar ahí. Iba a ser un año después. Algo cambió en su cerebro. Dijo, ‘Quiero sentirme orgullosa de mí misma. Quiero lograr mis ideales. Si promuevo la salud y el bienestar, debo vivirlo’. Y eso fue lo que hizo”.
Más Información
Si padece problemas de peso y sospecha que la adicción a los alimentos podría ser el problema, le recomiendo ampliamente leer el libro de la Dra. Peeke, The Hunger Fix: The Three-Stage Detox and Recovery Plan for Overeating and Food Addiction (La Solución para el Hambre: El Plan de Desintoxicación y Recuperación de la Adicción a la Comida y el Exceso).
Creo que le ayudará a muchas personas a dejar sus adicciones a la comida y a llevar una vida más gratificante. Ya que no sólo se trata de entender la comida; sino también de tener estrategias prácticas que en verdad le permitan aplicar sus conocimientos, romper el ciclo adictivo y hacer los cambios necesarios. También es importante darse cuenta de que no tiene que tener un sobrepeso severo para ser adicto a la comida.
“No sólo se trata del peso. Algunas de mis pacientes con comportamientos adictivos hacia los alimentos más fuertes son personas muy pequeñas”, dice la Dra. Peeke. “Luchan todos los días. La conducta alimentaria parecida a la adicción cubre el espectro entero del peso".