Por el Dr. Mercola
Los índices de consumo de fructuosa continúan en aumento en todo el mundo, a pesar de que cada vez hay más estudios que demuestran claramente que el consumo excesivo de fructuosa (principalmente en la forma de jarabe de maíz alto en fructuosa) es la manera más rápida de destruir su salud.
La mitad de la población de Estados Unidos, mayor a los dos años, consume bebidas azucaradas diariamente y, esto es sólo la punta del iceberg conocido. Las calorías innecesarias de las bebidas cargadas de fructuosa y los alimentos procesados de todo tipo pueden añadir a su peso varias libras al año y robarle su salud.
Durante varios años, la fructuosa ha sido puesta al descubierto como el mayor culpable o factor agravante de:
Presión arterial alta e hipertensión nocturna |
Resistencia a la insulina / Diabetes tipo 2 |
Enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) |
Niveles elevados de ácido úrico, que pueden ocasionar gota o síndrome metabólico |
Progresión acelerada de la enfermedad crónica renal |
Atoresclerósis intracranial (estrechamiento y endurecimiento de las arterias del cráneo) |
Anormalidades cardiacas exacerbadas si se padece deficiencia de cobre |
Efecto genotóxico en el colon |
Metástasis en pacientes de cáncer de seno y crecimiento cancerígeno pancreático |
Lesiones tubulointersticiales (lesiones en los túbulos y en el tejido intersticial del riñón) |
Obesidad y problemas de salud y enfermedades relacionados |
Artritis |
Una Caloría No Es Una Caloría
El Dr. Lustig, profesor de pediatría clínica de la división de endocrinología en la UC San Francisco, ha estado a la vanguardia del movimiento para educar a las personas acerca de los peligros a la salud del azúcar. Es un orador convincente y hace un gran trabajo al exponer los hechos de una forma sencilla y fácil de entender.
Uno de los principales problemas de la fructuosa es que es isocalórica pero no isometabólica, lo que significa que, mientras que se puede consumir la misma cantidad de calorías de la fructuosa o de cualquier otro nutriente, incluso de glucosa, el efecto metabólico será completamente diferente a pesar del conteo idéntico de calorías. Esto explica por qué contar calorías no funciona. Simplemente, usted debe tomar en cuenta la calidad o la fuente de esas calorías para poder perder peso exitosamente.
El metabolismo de la fructuosa es bastante diferente al de la glucosa (dextrosa), ya que coloca toda la carga en el hígado y, esto explica muchos de sus efectos devastadores para la salud. Además, las personas consumen enormes cantidades de fructuosa estos días, lo que ha hecho que los efectos negativos sean mucho más profundos.
Sin entrar en la bioquímica bastante compleja del metabolismo de los carbohidratos, es importante entender en general cómo el cuerpo lidia con estos azúcares. Más adelante hay un resumen de las diferencias más importantes entre el metabolismo de la glucosa y el de la fructuosa, que explica porque repito tanto que la fructuosa es por mucho el peor tipo de azúcar que existe:
- Después de consumir fructuosa, el 100 por ciento de la carga metabólica descansa en el hígado. Sin embargo, con la glucosa, el hígado sólo tiene que procesar el 20 por ciento.
- Cada célula del cuerpo, incluso del cerebro, utiliza glucosa. Por lo tanto, mucha se “quema” inmediatamente después de consumirla. En cambio, la fructuosa se convierte en ácidos grasos libres (FFA), VLDL (la forma dañina del colesterol) y triglicéridos, que se almacenan como grasa.
- Los ácidos grasos creados durante el metabolismo de la fructuosa acumulan gotitas de grasa en el hígado y en los tejidos musculares esqueléticos, lo que ocasiona la resistencia a la insulina y la enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA). La resistencia a la insulina se desarrolla en síndrome metabólico y diabetes tipo 2.
- La fructuosa es el carbohidrato más lipofílico de todos. En otras palabras, la fructuosa se convierte en glicerol activado (g-3-p), que se usa directamente para convertir los FFA en triglicéridos. Mientras más g-3-p tenga, se almacenará más grasa. La glucosa no hace esto.
- Cuando se consumen 120 calorías de glucosa, menos de una caloría se almacena como grasa. 120 calorías de fructuosa son 40 calorías almacenadas como grasa. ¡La fructuosa esencialmente se consume grasa!
- El metabolismo de la fructuosa por el hígado genera una larga lista de productos de desperdicio y toxinas, como una gran cantidad de ácido úrico que, aumenta la presión arterial y ocasiona gota.
- La glucosa reprime la hormona del hambre ghrelina y estimula la leptina, que reprime el apetito. La fructuosa no tiene ningún efecto en la ghrelina e interfiere en la comunicación del cerebro con la leptina, lo que ocasiona que se coma de más.
Es bastante interesante que, se ha encontrado que la glucosa acelera más la absorción de fructuosa, así que si se MEZCLA glucosa con fructuosa, ¡se absorbe más fructuosa que si se hubiera consumido sola! Este es otro dato importante para aquellas personas que desean hacer un mejor esfuerzo para controlar su peso.
Cualquier persona que aún le diga que “el azúcar es azúcar” en un esfuerzo de defender el jarabe de maíz alto en fructuosa está bastante desinformado de las investigaciones actuales, que demuestran claramente que hay grandes diferencias en cómo el cuerpo procesa estos azúcares.
En conclusión, la fructuosa ocasiona aumento de la grasa del vientre, resistencia a la insulina, síndrome metabólico y diabetes, además de una larga lista de enfermedades crónicas relacionadas.
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¿Debería el Consumo de Fructuosa Ser Controlado por el Gobierno?
El Dr. Lustig nos explica sus ideas de cómo frenar el consumo de azúcar. De acuerdo con el Dr. Lustig, los esfuerzos para educar a las personas han fallado y, cree que el gobierno debería intervenir y forzar, esencialmente, a que se cambien los hábitos. En respuesta a ello, De Coster afirma en LewRockwell:
“Él cree que una política masiva de impuestos, regulación y prohibición, tanto a un nivel social como individual, es necesaria para obligar a que se reduzca el consumo de azúcar. De hecho, ha pedido una política global para erradicar la adicción al azúcar. Lustig no pide unas pocas leyes mal colocadas, aquí y allá, para protegerlo a usted de sí mismo.
En cambio, está tratando de justificar una cruzada global contra la libertad del consumo de alimentos basándose en que “nuestro medio ambiente tóxico no puede ser cambiado sin la intervención gubernamental y social”.
Entre las intervenciones sugeridas por Lustig encontramos controles en la publicidad y el marketing, campañas gubernamentales contra el consumo (con fondos de los contribuidores de impuestos y propaganda del gobierno) y elevar los precios a través de fijar realmente los precios o impuestos.
Además, propone una política que imite la ley de hierro de las regulaciones del alcohol – reducir la disponibilidad de productos fundamentalmente de azúcar al limitar la venta a ciertas edades (“pedir identificación a los menores para que puedan comprar coca-cola”), emitir licencias de venta y reglamentos de zonificación en los puntos de venta y, regular las horas de operación y la densidad de puntos de venta de comida rápida a través de permisos emitidos por el gobierno”.
¿La intervención gubernamental es la solución para este problema? ¿Qué piensa usted? Me encantaría saber qué piensa de este artículo, así que, por favor comparta sus pensamientos y sus ideas al final de este artículo.
Personalmente, tengo que estar de acuerdo con De Coster, acerca de que las ideas del Dr. Lustig suenan bastante como una invocación que pide una Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria, que estaría condenada a causar más daño que bien. Creo que hay un peligro real en tratar de regular o poner impuestos sobre CUALQUIER tipo de alimentos para hacerlos desaparecer.
Después de todo, no es el azúcar la que es tóxica, son las dosis MASIVAS que consumen las personas y, honestamente… la responsabilidad individual y la elección informada deben entrar en escena tarde o temprano. Después de todo, su alimentación es lo más importante al tratar de tomar el control de su salud, que es lo que todos deben hacer si quieren realmente vivir una vida larga y saludable.
Creo que la situación actual puede cambiar, pero suficientes personas tienen que entender las simples verdades acerca de comer sanamente y reusarse a comprar alimentos procesados cargados de azúcar y eliminar las sodas.
A principios del año, el Dr. David Ludwig, pediatra afiliado a Harvard, escribió un comentario en JAMA, donde ofrece sus sugerencias sobre cómo voltear esta moda alimenticia causante de enfermedades. Son ideas razonables, pero no creo que podamos sentarnos a esperar a que el gobierno arregle este desastre. En cambio, haga lo que pueda para ayudar a informar a los demás. Estas son algunas de sus sugerencias:
- Restructurar los subsidios agrícolas
- Regular la venta de alimentos a los niños
- Financiar adecuadamente los programas de alimentación escolar
- Utilizar las tecnologías existentes y futuras para permitir que la industria alimentaria observe ganancias al producir más productos saludables
Cómo Revertir la Obesidad – y las Tendencias de las Enfermedades Crónicas Relacionadas a Ésta
Creo que hay dos recomendaciones alimenticias principales que pueden hacer la gran diferencia para la mayoría de las personas, que ocasionarán un rápido retroceso en las horribles tendencias de enfermedades a las que nos enfrentamos actualmente:
- Restringir seriamente los carbohidratos en su alimentación (azúcares, fructuosa y granos)
- Incremente su consumo de grasa saludable
Recientemente escribí más profundamente acerca de esta recomendación. Si desea eliminar el exceso de libras y mantener un peso saludable a largo plazo y reducir RADICALMENTE (y en muchos casos, prácticamente eliminar) el riesgo a padecer diabetes, enfermedad cardiaca y cáncer, entonces tómese en serio la restricción del consumo de fructuosa a no más de 25 gr al día, con un máximo de 15 gr al día de fruta fresca.
Si ya tiene sobrepeso, o padece alguna de estas enfermedades o tiene un alto riesgo de padecerlas, entonces probablemente le convenga restringir su consumo de 10 a 15 gr al día; incluyendo las frutas.
Ese es el primer paso. Mi plan nutricional explica el resto de una manera fácil de seguir paso a paso. Si no se ha tomado el tiempo para revisarla, le recomiendo ampliamente que lo haga. No tiene nada que perder y todo por ganar. Y la información es gratuita.