Desde su llegada, los alimentos procesados realmente se han apoderado de las comidas americanas porque son relativamente baratos, saben bien y hacen que la preparación de la cena sea un proceso rápido. Ya no tiene que lidiar con la limpieza o con cortar los vegetales. Simplemente tienen que sacar del congelador las cajas de comida preparada y meterlas al microondas y ya está listo.
Pero recuerde que si piensa que está ahorrando algo, ya sea tiempo o dinero, por utilizar alimentos procesados, más adelante, terminara pagando con creces, cuando su salud empiece a fallar--y es muy probable, si consume por mucho tiempo alimentos procesados.
Entonces, ¿Por qué son tan malos los alimentos procesados? Los alimentos procesados suelen tener poco valor nutricional y son químicamente alterados para aumentar el atractivo de su paladar, por lo que pueden apagar las señales de su cuerpo que de lo contrario le indicarían que es momento de dejar de comer y probar algo diferente. También están cargados de aditivos que son perjudiciales en sí.
- Fructosa
Como la mayoría de ustedes saben, alrededor de 35 años la tecnología para producir este endulzante se hizo disponible en el mercado. Esto redujo radicalmente el precio del azúcar y ahora se ha convertido en la principal fuente de calorías en los Estados Unidos.
La mayoría de los alimentos procesados contienen jarabe de maíz de alta fructosa o alguna variante del mismo. El consumo de fructosa suprime la sensación de saciedad en varias maneras, lo que eventualmente tendrá consecuencias graves en su peso y salud general.
La fructosa disminuye su sensación de saciedad, ya que no estimula el aumento de leptina que es uno de los reguladores de almacenamiento de hambre y grasa más potentes en su cuerpo. La fructosa también reduce la cantidad de leptina al atravesar la berrera hematoencefálica al aumentar los triglicéridos.
La resistencia a la leptina, a su vez, probablemente es uno de los factores subyacentes más importantes de la enfermedad humana. Por ejemplo, desempeña un papel significativo, si no es que primordial en el desarrollo de enfermedades cardiacas, obesidad, diabetes, osteoporosis, enfermedades autoinmunes, trastornos reproductivos y tal vez la tasa de envejecimiento en sí.
Además, mientras que la glucosa suprime la grelina (también conocida como "la hormona del hambre", la cual le pide dejar de comer), una vez más, la fructosa no lo hace.
La fructosa también aumenta los niveles de insulina, lo que interfiere con la comunicación entre la leptina y el hipotálamo, por lo que sus señales de placer no se apagan. Su cerebro sigue sintiendo hambre y le indica que coma más.
Por el bien de su salud, le aconsejo firmemente que mantenga su consumo de fructosa por debajo de los 25 gramos por día, pero esto es prácticamente imposible si come una gran cantidad de alimentos procesados.
- Ingredientes Transgénicos (Genéticamente Modificados)
Alrededor del 75 por ciento de los alimentos procesados contienen ingredientes transgénicos, que cada vez están mas relacionados con los graves problemas de salud.
Apenas el año pasado la Academia Americana de Medicina Ambiental (AAEM) revisó la investigación disponible y publicó un memorándum recomendándoles a todos los doctores recetar dietas libres de transgénicos a todos los pacientes, ya que de acuerdo con estudio de alimentación animal, causalmente están vinculados a:
- Infertilidad
- Problemas del sistema inmunológico
- Problemas gastrointestinales
- Daño en los órganos
- Regulación desequilibrada del colesterol e insulina
- Envejecimiento acelerado
Uno de los primeros pasos para evitar los ingredientes transgénicos es reducir el consumo de alimentos procesados de su alimentación.
- MSG
El glutamato monosódico (MSG), un potenciador del sabor, es agregado a miles de alimentos procesados y alimentos en restaurantes.
El MSG es uno de los peores aditivos alimenticios en el mercado y se utiliza en sopas enlatadas, galletas, carnes, aderezos para ensaladas, comidas congeladas y mucho más. Se encuentra en su supermercado y restaurantes locales, en la cafetería de la escuela de su hijo y, sorprendentemente, incluso en los alimentos para bebés y fórmula infantil.
El MSG es tan popular porque en realidad mejora el sabor de los alimentos, haciendo que las carnes procesadas y comidas congeladas tenga un sabor más fresco y mejor olor, que los aderezos para ensaladas sean más sabrosos y los alimentos enlatados con menos sabor metálico.
Sin embargo, también es una excitotoxina, lo que significa que estimula excesivamente sus células hasta el punto de daño o muerte, causando daño cerebral en diversos grados—e incluso podría potencialmente desencadenar o empeorar los problemas de aprendizaje, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Lou Gehrig y más.
- Aditivos alimenticios
Más de 3,000 aditivos alimentarios—conservadores, aromatizantes, colores y otros ingredientes—son agregados a los alimentos en los Estados Unidos. Si bien el uso de cada una de estas es legal, independientemente que sean o no seguros para el consumo a largo plazo--por sí mismos o en combinación - es una historia completamente diferente.
Muchos de ellos, tales como el nitrato de sodio, BHA, BHT, aspartame, Azul 1, 2, y bromato de potasio, se han relacionado a un mayor riesgo de cáncer. Otros son los xenoestrógenos que imitan al estrógeno que se han vinculado a una serie de efectos en la salud humana, incluyendo conteo reducido de espermatozoides en los hombres y un mayor riesgo de cáncer de mama en las mujeres.
Los estudios también han demostrado que una variedad de comunes colorantes alimenticios y el conservador benzoato de sodio--que se encuentra en muchas soda, jugos de fruta y aderezos para ensaladas—hace que algunos niños se conviertan considerablemente en más hiperactivos y distraídos.
Mientras tanto, los colorantes alimenticios con números y la letra E (como la tartrazina (E102), Ponceau 4R (E124), amarillo anaranjado (E110), carmoisina (E122), amarillo de quinoleína (E104) y rojo allura AC (E129) causan tanto daño en el cerebro de los niños como el plomo en la gasolina, lo que provoca una reducción significativa en coeficiente intelectual.
Afortunadamente, cuando evita los alimentos procesados también evitará automáticamente casi cada uno de estos aditivos alimenticios tóxicos.