Por el Dr. Mercola
El Premio Nobel 2015 de Fisiología o Medicina ha sido otorgado en conjunto a tres doctores, cuyo trabajo ha cambiado fundamentalmente el tratamiento de las enfermedades parasitarias en todo el mundo.
Probablemente, lo más notable es que sus descubrimientos son derivados de productos naturales, lo que muestra una vez más que la naturaleza puede ser una fuente poderosa de medicamentos. La mayoría de los nuevos medicamentos (70 por ciento) lanzados en Estados Unidos son derivados de productos naturales, principalmente de plantas.1
Así que, mientras que el hecho de que el Premio Nobel fuera otorgado por el descubrimiento de medicinas con base en las plantas no sea precisamente sorprendente, es importante reconocer el potencial curativo de la naturaleza. Como afirma el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral:2
“El Premio Nobel 2015 de Fisiología o Medicina ha sido otorgado en conjunto a los doctores Youyou Tu, William C. Campbell y Satoshi Ōmura por sus descubrimientos de los productos naturales de artemisinina y avermectina.
La Dra. Tu recibió el premio por su trabajo con la artemisinina, una sustancia antimalaria proveniente de la Artemisia annua, una planta que ha sido utilizada durante siglos para reducir la fiebre y que está bien documentada en la medicina tradicional china.
Los doctores Campbell y Ōmura descubrieron el antibiótico avermectina cuando analizaron los streptomycetes, microorganismos que comúnmente se encuentran en la tierra, en busca de productos naturales con actividad antiinfecciosa. Ambos productos naturales han tenido un efecto profundo en el tratamiento de las enfermedades parasitarias”.
La Avermectina para Combatir la Ceguera de los Ríos Proviene de Bacterias de la Tierra
William Campbell, de la Universidad Duke en Estados Unidos y Satoshi Ōmura, de la Universidad Kitasato, Japón, comparten la mitad del Premio Nobel de $960,000 por su trabajo para desarrollar la Avermectina.
La Avermectina ha erradicado esencialmente la ceguera de los ríos y ha reducido enormemente casos de filariasis linfática, las cuales son dos enfermedades causadas por gusanos parasitarios.
La ceguera de los ríos, que ocasiona inflamación crónica en la córnea, causa ceguera, mientras que la filariasis linfática causa inflamación crónica y síntomas incapacitantes, como la “elefantiasis”, que es la inflamación desfigurante de la parte inferior del cuerpo.
En la década de los 70, el Dr. Omura, microbiólogo, aisló cepas de un grupo de bacterias de la tierra llamado Streptomyces. Las bacterias eran conocidas por tener propiedades antimicrobianas y el Dr. Omura se concentró en cerca de 50 de los varios miles de cultivos, los cuales creía que eran los más prometedores.
El Comité del Nobel elogió al Dr. Omura por sus "habilidades extraordinarias para desarrollar métodos únicos" por caracterizar productos naturales en las bacterias de la tierra, pero él minimizó su trabajo al afirmar, "Simplemente tomé prestado el poder de los microbios".3
El Dr. Campbell, experto en biología parasitaria, obtuvo los cultivos del Dr. Omura y encontró uno (que había sido tomado de un campo de golf en Japón) que funcionaba para erradicar los parásitos en los animales.
La versión purificada fue nombrada Avermectina y después fue desarrollada en el medicamento antiparasitario Ivermectina, que se utiliza tanto en animales como en humanos para tratar una variedad de parásitos.
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La Artemisinina para Combatir la Malaria fue Inspirada por la Medicina Tradicional China
Youyou Tu, farmacóloga de la Academia China de Ciencias Médicas Chinas, en Beijing, recibió la otra mitad del Premio Nobel por desarrollar el medicamento antimalaria Artemisinina en las décadas de los 60 y 70.
En ese tiempo, la malaria se trataba comúnmente con cloroquina o quinina, pero su efectividad menguaba y la malaria iba en aumento. La Dra. Tu se enfocó en la medicina herbolaria tradicional china y evaluó las hierbas que parecían ser útiles para tratar a los animales infectados con malaria.
Un extracto de la planta Artemisia annua parecía ser prometedor, pero causó resultados inconsistentes. De acuerdo con el comunicado de prensa del Premio Nobel:4
“…Tu volvió a revisar los escritos antiguos y descubrió pistas que la guiaron en su investigación para extraer exitosamente el compuesto activo de la Artemisia annua. Tu fue la primera en demostrar que este componente, después llamado Artemisinina, era altamente efectivo contra el parásito de la Malaria, tanto en los animales como en los humanos infectados”.
En una prueba clínica realizada en la década de los 70, la Artemisinina había tenido efectos sorprendentes en los pacientes con malaria; los 18 pacientes a los que se les había suministrado la hierba se sentían mejor a las pocas horas y se recuperaron en cuestión de días.5 La malaria es causada por un parásito de la especie plasmodium, que se propaga de persona a persona a través de los mosquitos infectados.
El diagnóstico temprano y el tratamiento rápido son necesarios para controlar esta enfermedad y salvar la vida de las personas afligidas por ella. La Artemisinina es capaz de matar rápidamente los parásitos de malaria en una etapa muy temprana del desarrollo, lo que explica por qué es tan efectiva para tratar incluso la malaria severa.
Cuando se utiliza como medicamento combinado, se estima que la Artemisinina reduce las muertes generales por malaria en más del 20 por ciento y más del 30 por ciento en los niños. Estas cantidades representan más de 100,000 vidas salvadas cada año, únicamente en África.6 El comunicado de prensa añadió:
“Los descubrimientos de Avermectina y Artemisinina han revolucionado el tratamiento para los pacientes que padecen enfermedades parasitarias devastadoras. Campbell, Ōmura y Tu han transformado el tratamiento de las enfermedades parasitarias. El impacto global de sus descubrimientos y el beneficio resultante para la humanidad son inconmensurables".
Las Enfermedades Parasitarias Matan a Más de 1 Millón de Personas Cada Año
Las infecciones parasitarias son las responsables de un número creciente de muertes en el mundo entero. La malaria es una de las más conocidas. Cada año, ocasiona cerca de 1 millón de muertes.
Es un problema tan enorme en África, que cada niño africano tiene en promedio entre 1.6 y 5.4 episodios de fiebre por malaria cada año.
Además, las enfermedades tropicales desatendidas (NTD, por sus siglas en inglés), entre las cuales encontramos enfermedades parasitarias como la filariasis linfática, la oncocercosis y la lombriz de Guinea, matan cerca de 500,000 personas cada año, principalmente en las áreas rurales o en países de bajos ingresos.
Incluso en los países desarrollados, los parásitos pueden contribuir a enfermedades como el síndrome del intestino irritable y otros problemas digestivos, y posiblemente incluso al cáncer. Algunos síntomas y señales de que usted ha sido infectado con un parásito intestinal de la variedad dañina (algunos parásitos podrían ser benéficos) son:
Nódulos subcutáneos |
Inflamación ocular (conjuntivitis y rinitis) |
Ceguera |
Disentería |
Comezón (urticaria) |
Diarrea |
Toser o estornudar |
Expansión del hígado y del bazo (hepatoesplenomegalia) |
Fiebre y dolor abdominal |
Muchos de estos síntomas podrían también ser producto de otras condiciones, así que si sospecha que ha sido infectado, busque la ayuda de un médico natural experto para el diagnóstico y tratamiento adecuados.
Por ejemplo, el Dr. Dietrich Klinghardt, una de las autoridades en la enfermedad de Lyme, trata primero las infecciones parasitarias, como parte de su tratamiento. El “coctel antimicrobiano de Klinghardt” en el que encontramos ajenjo (Artemisinina), fosfolípidos, vitamina C y varias hierbas, es una parte integral de su tratamiento.
Mientras tanto, comer ajo crudo (primero aplastar los dientes de ajo para activar sus propiedades) y semillas de calabaza crudas podría ayudarle a deshacerse de ellos. Mantener un intestino saludable al consumir alimentos fermentados de forma natural (como vegetales fermentados) o tomar un probiótico de alta calidad, también puede ayudar a prevenir y erradicar las infecciones parasitarias.
Cómo Utilizar el Poder de las Plantas Medicinales
No es para sorprenderse que el Premio Nobel 2015 de Fisiología o Medicina haya sido otorgado a tratamientos derivados de la naturaleza, como plantas. Las civilizaciones antiguas dependían de las plantas para tratar las enfermedades. El antiguo Papiro Egipcio Ebers, un pergamino de 1550 a.C. de más de 100 páginas, detalla 700 hierbas medicinales y cómo usarlas. Los tratados hipocráticos griegos, del siglo 16 a.C., también detallan el uso de la medicina herbolaria.7
Luego, durante el siglo XIX y principios del XX, el conocimiento de la medicina herbolaria era pasado de generación en generación. Generalmente, la mujer de la casa era versada en el uso de las hierbas para curar y actuaría como el médico familiar, no sólo para tratar las enfermedades, sino también para preparar varios tónicos herbales saludables y otros remedios.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés) estima que el 80 por ciento de la población mundial utiliza remedios tradicionales, como las plantas, como método principal de tratamiento de las enfermedades.8
En el pasado, he hablado de las hierbas, en muchos casos, como una alternativa más segura a los medicamentos, los cuales son útiles para tratar varios síntomas, pero no para aliviar la causa subyacente. Desde entonces he revisado bastante significativamente mi opinión al respecto y ahora me doy cuenta de que las hierbas pueden ayudar a su salud desde un nivel muy básico, de la misma forma que los alimentos.
A finales del siglo XIX y principios del XX, las personas podían entrar a una botica y encontrar cientos de extractos herbales a la venta. Más del 90 por ciento de la población de ese tiempo sabía cómo usar las plantas medicinales que crecían en su patio trasero para tratar las enfermedades y lesiones comunes; tenían que hacerlo, pues esta era prácticamente la única “medicina” disponible.
Con el crecimiento de lo que se conoce como medicina alópata convencional, poco antes de la primera guerra mundial, la herbolaria perdió prestigio y comenzó a ser conocida como medicina popular. En vez de ver a la naturaleza como la fuente de la curación, como había sido durante siglos, las personas comenzaron a percibir a los medicamentos y otros métodos "modernos" de curación como superiores. Si le gustaría comenzar a usar más seguido las plantas medicinales, he aquí nueve consejos para hacerlo:9
- Aprenda a identificar tres plantas medicinales que no conozca y que crezcan en la región y aprenda sus usos.
- Añada al menos una de estas a su jardín o a las macetas en su ventana.
- Prepare una tintura, té, jarabe o ungüento. ¡O haga uno de cada uno!
- Cultive y seque menta, bálsamo de melisa, caléndula, ortigas o cualquier otra planta que crezca en su región.
- Encuentre una planta con la que pueda sentarse en silencio cada mañana durante una semana; dibuje la planta.
- Identifique una habilidad curativa que le gustaría tener, pero que no posee y encuentre una forma de aprenderla – quizá en una clase de herbolaria o de aromaterapia.
- Prepare un botiquín de primeros auxilios herbales.
- Organice a los curanderos locales para una respuesta de emergencia en su comunidad.
- Con las plantas medicinales que crecen en su región, aprenda cómo tratar una condición que padezca usted o alguien de su familia.