Por el Dr. Mercola
Si es como yo, probablemente le hayan preguntado muchos de sus amigos y familiares por qué considera que los alimentos transgénicos (GE, por sus siglas en inglés) no son seguros. La Dra. Judy Carman, una de los pocos investigadores en el mundo que ha evaluado esta cuestión de forma cuidadosa e independiente, lo cual puede ayudar a proporcionar respuestas a sus amigos y familiares.
La Dra. Carman tiene estudios de grado, tanto en epidemiología como en medicina, específicamente en el campo de la bioquímica nutricional en la regulación del metabolismo en relación con el cáncer, y su investigación sobre los alimentos transgénicos proporciona evidencia convincente para evitar este tipo de alimentos, si valora su salud y quiere proteger la salud de sus hijos a medida que crecen.
Su formación incluye tanto a la investigación del cáncer, y el trabajo como epidemióloga principal en el gobierno Australiano, investigando brotes de enfermedades. Actualmente, ella es Profesora asociada adjunta en la Universidad de Flinders en Australia del Sur, y Directora del Instituto de Investigación en Salud y Medio Ambiente (IHER, por sus siglas en inglés) de Australia.
Los Investigadores Independientes en Transgénicos Enfrentan Muchos Obstáculos Desafiantes
Como uno de los pocos investigadores que buscan los efectos de los transgénicos (OMG), la Dra. Carman no es ajena a los muchos retos que este tipo de investigación implica. La industria de la biotecnología ha ideado un sistema de control bastante inteligente y sofisticado que evita en gran medida la investigación independiente de sus productos.
"Sí, hay una serie de problemas para cualquier persona que haga una investigación", señala. "Por lo general, se centra en torno a conseguir el dinero para poder hacer la investigación... Pero también, se necesitan obtener los materiales para hacer las pruebas. En este caso, son las semillas de las plantas transgénicas (GM)... Pero es muy difícil conseguir semillas transgénicas para hacer las pruebas.
Si un agricultor quiere comprar semillas para plantar en el campo, el agricultor tiene que firmar un acuerdo de usuario de la tecnología, lo que significa [que]... no se le permite hacer ninguna investigación sobre esas semillas, y no está permitido dárselas a cualquier otra persona para realizar investigaciones sobre cualquiera de ellas.
Básicamente, tiene que encontrar alguna forma de evitar eso y que sea legal--y lo hicimos, pero nos llevó bastante tiempo. De lo contrario, tiene que ir a la industria a preguntar, '(Con un muy amable, por favor) ¿Sería usted tan amable de proveernos algunas de sus semillas?
' También hicimos eso. Las condiciones que nos impusieron para conseguir esas semillas fueron tales que no podríamos legítimamente tratar de obtener las semillas de la mayoría de las empresas".
Además el obstáculo para obtener las semillas transgénicas, en cuestión, es que están demasiado protegidas por las rígidas leyes de patentes; los investigadores quienes se aventuran en la investigación de transgénicos, también deben estar preparados para sobrevivir el descrédito, y el abuso personal y profesional que viene al entrar en esos terrenos.
En verdad, cualquier persona que hace este tipo de investigación debe estar cerca de la santidad, ya que aquellos que revelan los resultados negativos hablan de sentirse “humillados" por sus esfuerzos. La mayoría tiene que soportar ser atacado personalmente y desacreditado, y durante el proceso a muchos les han arrebatado su carrera por completo.
Por ejemplo, en los últimos seis años, la Dra. Carman ha sobrevivido a seis intentos diferentes de ser retirada de sus diversas posiciones en la universidad. Como señala más adelante en esta entrevista, que estaba en gran medida "protegida" por el hecho de que ella sabía que esto era por la investigación, y optó por dejar de recibir un sueldo y cobrar por su trabajo.
Por supuesto, el financiamiento es otro gran obstáculo. Debido a que la mayoría de las universidades de ciencias agrícolas—las que realizarían estos estudios--obtienen sus fondos de las mismas compañías que hacen las semillas, los cuales no están interesados en una investigación que podría poner en peligro esta relación lucrativa con la industria.
En el caso de la Dra. Carman, su equipo tuvo la suerte de obtener el financiamiento para su investigación por parte del gobierno de Australia Occidental.
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¿Por Qué las Evaluaciones de Seguridad Industrial Casi Nunca Revelan la Verdad?
En la actualidad, la mayoría de los cerdos criados en granjas porcinas estadounidenses son alimentados con una comida transgénica; usualmente, es una mezcla de soya y maíz transgénico.
Howard Vlieger, quien es el segundo co-autor del estudio, ha notado diferencias en los cerdos alimentados con comida transgénica, en comparación con los que recibieron alimentación libre de transgénicos, y él fue uno de los principales incitadores de la investigación. La Dra. Carman explica que es lo que iniciaron:
"Las dos cosas principales que observaron fue mayores problemas intestinales en los cerdos alimentados con piensos transgénicos, en particular un aumento en la inflamación estomacal.
También, observaron cosas tales como adelgazamiento de las paredes intestinales, y la enfermedad hemorrágica intestinal, donde un cerdo puede... sangrar durante las evacuaciones intestinales, en los siguientes 15 minutos más o menos.
La otra cosa que observaron en las cerdas, fue una menor capacidad para concebir y mayores tasas de aborto involuntario en las que fueron alimentadas con cultivos transgénicos. [En] comunidades en los Estados Unidos que todavía utilizan verracos para inseminar a sus cerdas... también se observó un menor número de lechones nacidos".
Decidieron hacer un estudio apropiado de estos fenómenos. La Dra. Carman ha criticado abiertamente los protocolos utilizados por la industria de los alimentos transgénicos por sus evaluaciones de seguridad, por lo que ella tuvo cuidado al diseñar su propio estudio. Generalmente, los protocolos de seguridad industriales caen en dos campos principales:
1. Lo que la industria llama una "evaluación de seguridad" realmente no es más que un estudio de producción animal, señala la Dra. Carman. Al utilizar un número significativo de animales, alimentan a algunos con los cultivos transgénicos, y a otro grupo con piensos libres de transgénicos.
Pero los resultados que los investigadores de la industria buscan, usualmente son irrelevantes para la salud humana. Estos estudios se realizan básicamente para asegurar a los productores principales de ganado, de que si alimenta con transgénicos a sus animales, van a vivir lo suficiente para llegar al mercado y producir una buena rentabilidad.
2. El segundo tipo de estudios realizados, son los estudios en animales para determinar si un producto va a dañar la salud humana. Estos son muy raros en la industria de los transgénicos. Usualmente, aquí se utiliza un número muy pequeño de animales, que luego son alimentados con piensos transgénicos.
Sin embargo, a veces es posible que ni siquiera alimenten a los animales con el cultivo transgénico en cuestión. En lugar de esto, puede ser que solo utilicen el "ingrediente activo" o en este caso la proteína vegetal en particular, la cual se ha insertado en la planta.
Por ejemplo, un pequeño número de animales podría recibir una proteína transgénica, y los efectos de una dosis singular posteriormente se presentan en el transcurso de 7 a 14 días. Si el animal (usualmente una rata) no muere, se presume que todo está bien. Tan loco como parece, a veces estas son las principales evaluaciones de seguridad realizadas por la industria.
A veces, incluso es más notable que la proteína analizada ni siquiera proviene de la verdadera planta transgénica, sino más bien de las bacterias transgénicas para producir lo que pretenden es la misma proteína.
Como señala la Dra. Carman, este tipo de pruebas no van a revelar los resultados de salud a largo plazo asociados con el consumo de los alimentos transgénicos a lo largo de años o toda la vida.
En Busca de un Significado Estadístico
El equipo de la Dra. Carman decidió utilizar cerdos en lugar de ratas. Ya se han observado efectos adversos en los cerdos criados con alimentos transgénicos, y los órganos digestivos de los cerdos son muy similares a los de los humanos. También decidieron darles de comer lo suficiente para conseguir realmente que aparecieran los efectos adversos.
Tan pronto como se destetó a los lechones, fueron asignados al azar para recibir alimentos transgénicos o piensos libres de transgénicos, y fueron alimentados con la misma comida durante toda su vida útil comercial, que es de aproximadamente cinco meses.
En ese momento, los animales ahora totalmente maduros (y muy grandes) fueron sacrificados de acuerdo a los estándares de la industria. Se evitó que todo el personal involucrado en el estudio pudiera observar, incluyendo a los veterinarios que realizaron las autopsias al final del estudio, lo que significa que nadie sabía de antemano qué animales estaban recibiendo que tipo de alimento.
Hace dos años, el primer estudio de alimentación animal de por vida que implicaba maíz transgénico, reveló los principales problemas de salud, incluyendo tumores mamarios masivos, daño renal y hepático, y muerte temprana. Ese estudio, dirigido por Gilles-Eric Séralini, también trató de separar los efectos del glifosato.
Para ello, a algunas ratas se les alimentó con maíz transgénico que no había sido rociado con glifosato, mientras que a otras se les dio maíz transgénico convencional que si había sido rociado con glifosato. Sin embargo, otro grupo recibió glifosato en agua, pero no se le alimentó con comida transgénica. Todos sufrieron consecuencias graves para la salud, aunque la combinación de glifosato con maíz transgénico fue la peor.
"En mi opinión, necesitaba tener más animales para ser capaz de encontrar un significado estadístico", dice la Dra. Carman. "Eso es lo que hicimos en el estudio con cerdos. Nos aseguramos de que teníamos un gran número de cerdos, de modo que si había algo que sucediera biológicamente importante, lo recogeríamos en las estadísticas.
Tuvimos 168 cerdos apenas destetados. Los dividimos en dos grupos: uno se alimentó con pienso transgénico y otro con pienso libre de transgénicos. Tuvimos 84 cerdos por grupo. Eso hizo una gran diferencia. Hemos sido capaces de hacer algunas estadísticas más elaboradas y de hecho perseguir algunas hipótesis dentro de las estadísticas que utilizamos".
El Estudio en Cerdos Revela una Significativa Inflamación Estomacal
Sin embargo, la triste realidad es que los cerdos no son alimentados con solo un cultivo transgénico a la vez. Como se mencionó anteriormente, son alimentados con combinaciones de cultivos transgénicos, por lo general, soya y maíz transgénico.
La Dra. Carman utiliza la soya Roundup Ready--diseñada para ser resistente al herbicida Roundup, de manera que el herbicida sólo mata las hierbas malas circundantes--junto con un par de diferentes variedades de maíz transgénico. "En efecto alimentábamos a estos cerdos con tres genes transgénicos y sus productos proteicos, al mismo tiempo", explica ella.
También, esto se hizo con el fin de simular la alimentación de un típico habitante en los Estados Unidos que, al igual que los cerdos criados en una granja convencional de cerdos, consumirá una variedad de diferentes cultivos de maíz transgénico, no solo uno en especial a la vez.
Además, el hecho de que hay diferentes tipos de cultivos transgénicos, tales como el Roundup Ready y el Bt, más del 37 % de los cultivos transgénicos cultivados en los Estados Unidos son genes cultivos “acumulados”, lo que significa que no solo son resistentes al Roundup, también tienen uno o dos genes de Bt.
Por lo que comer alimentos que tienen dos o más genes modificados genéticamente, es bastante común en términos de lo que contiene una típica alimentación estadounidense.
“Estos cerdos se alimentaban con el gen Roundup-Ready, su producto proteico, dos proteínas Bacillus thuringiensis (Bt, por sus siglas en inglés), y las proteínas de los dos genes Bt, los cuales están diseñados para producir proteínas insecticidas.
Sospecho que la razón por la que tuvieron una inflamación estomacal tan fuerte fue por la interacción entre las proteínas que los animales comían", dice ella.
Al final del estudio, el equipo de la Dra. Carman descubrió una mayor y significativa inflamación estomacal en los cerdos alimentados con comida transgénica. En general, los niveles de inflamación fueron 2.6 veces mayores en los cerdos alimentados con comida transgénica que aquellos alimentados con una alimentación que no era transgénica, y los cerdos macho les fue peor que a las hembras.
Mientras que las cerdas eran 2.2 veces más propensas a tener una severa inflamación estomacal con una alimentación transgénica, los cerdos macho fueron cuatro veces más propensos a tener una severa inflamación estomacal.
"Y cuando digo 'severa', me refiero a un estómago que está hinchado y de color rojo cereza en casi toda su superficie. Este no es el tipo de estómago que alguien quisiera tener de ninguna manera", dice ella.
Para ver los resultados por sí mismo, visite GMOJudyCarman.org. También, el útero fue 25 % más pesado, en las cerdas alimentadas con piensos transgénicos. Ambos hallazgos fueron biológica y estadísticamente significativos. En su artículo, la Dra. Carman y su equipo hablaron de que la enfermedad indica que podría representarse este tipo de agrandamiento uterino.
"Las dos principales situaciones que observamos aquí y las dos principales situaciones que Howard Vlieger marcó como un problema--las situaciones que se observaron en el ganado, especialmente en los cerdos—fueron las situaciones en la cuales encontramos significado estadístico:
(1) problemas de salud digestivos, especialmente la inflamación estomacal, y también (2) problemas reproductivos. En esta cuestión, hemos encontrado que el peso del útero es mayor", dice ella.
¿Podemos Regresar el Genio a la Botella?
Sinceramente, considero que si se expone a las personas a los alimentos transgénicos durante un tiempo lo suficientemente largo, vamos a ver un mayor y dramático desarrollo de la enfermedad. Mis propios esfuerzos están orientados completamente en reducir el número de personas afectadas.
Y mi recomendación es clara: evite los alimentos transgénicos, y mientras no se requiera que tales alimentos sean etiquetados, evítelos al comprar de alimentos orgánicos. Sin etiquetado, esta es la única solución alternativa a su disposición.
Como ha señalado la Dra. Carman, la industria de la tecnología química NO hace un buen trabajo en garantizar la seguridad antes de poner sus productos transgénicos en el sistema alimenticio. Por desgracia, ya han sido expuestos a cientos de millones. Y sin saberlo, cada día, han alimentado a sus hijos con alimentos transgénicos de seguridad altamente cuestionable, tal vez desde hace años.
¿Han contribuido los cultivos transgénicos a tener una mayor carga de enfermedades crónicas en los habitantes de los Estados Unidos, especialmente en los niños? Mientras que la industria dice que "de ninguna manera", considero que la evidencia sugiere lo contrario.
Tenemos que recordar que los seres humanos vivimos alrededor de 80 años, y este experimento de alimentos transgénicos a gran escala apenas comenzó formalmente hace menos de 20 años--incluso menos si se empieza a contar desde que los transgénicos se hicieron prevalentes en los alimentos procesados.
Por lo tanto, podemos estar a décadas de distancia de tabular la pérdida de vidas humanas. Esta es la razón por la que los estudios de seguridad a largo plazo en los animales son tan vitales, ya que las ratas y los cerdos tienen una vida mucho más corta que los seres humanos.
Como Silenciar la Disidencia Científica
La investigación de la Dra. Carman, así como la de Seralini, realmente sugieren que necesitamos ejercer el principio de la precaución y evitar estos alimentos. No obstante, sobra decir que las empresas de la tecnología química que crearon estos cultivos tienen la actividad de proteger y expandir los negocios, no encerrarse voluntariamente, y que han demostrado que están dispuestos a hacer un gran esfuerzo para proteger sus ganancias.
Arruinar la reputación y el medio de vida de un investigador no significa nada en comparación con el gran esquema de las cosas para un gigante multinacional como Monsanto.
El Informe Corbett anterior analiza algunos de los métodos menos honorables utilizados por la industria para silenciar a los disidentes--especialmente a los científicos cuya investigación no concuerda con las decisiones preconcebidas de la industria. La lista de víctimas--investigadores que publicaron la investigación perjudicial para las finanzas de la industria--es larga, y sigue creciendo.
Como se mencionó anteriormente, los resultados del estudio de alimentación de por vida, de Séralini, publicados en la revista evaluada por expertos de Elsevier, Food and Chemical Toxicology, fue una bomba absoluta. El estudio fue, y sigue siendo, una de las mejores pruebas de los efectos tóxicos de los alimentos transgénicos.
El estudio de Séralini, de vital importancia, demostró que el principal ataque de enfermedades realmente se establece al año y un mes del experimento, lo que sugiere fuertemente que los estudios financiados por la industria simplemente han sido demasiado cortos para que se detecten los problemas.
Considere esto: si los 24 meses de vida de una rata equivalen a cerca de los 80 años de su hijo, el objetivo de un año y un mes sería más o menos equivalente a los primeros años de la década de los 40 de su hijo.
Inmediatamente, la industria se puso a la ofensiva. Posteriormente, en lo que parece haber sido un último esfuerzo para deshacerse de este estudio tenazmente incriminatorio, el editor (Elsevier) simplemente se retractó, por ninguna otra razón excepto que sus conclusiones se consideraron inconclusas.
La cuestión es que, los resultados inconclusos no son un motivo válido para una retractación1... Las acciones de Elsevier causaron una importante respuesta negativa, y sin duda ha abierto más de un par de ojos a la realidad de la censura de la investigación "no deseada".
Incluso los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) le llamaron la atención a Elsevier en una editorial2 titulada: " Inconclusive Findings: Now You See Them, Now You Don't" (Resultados inconclusos: ¡Ahora los ves, ahora no!"
El Hostigamiento, Algo Show
Otro ejemplo modelo de los investigadores acosados al borde de la desesperación es Tyrone Hayes,3 cuya investigación acerca de la Atrazina ha convertido su vida en una pesadilla paranoica.
Rachael Aviv contó su historia en un artículo publicado el 10 de febrero en The New Yorker.4 A finales de la década de 1990, Hayes llevó a cabo experimentos sobre el herbicida para su fabricante, Syngenta. Según informó Aviv:
"... Cuando Hayes descubrió que la Atrazina podría impedir el desarrollo sexual de las ranas, su relación con Syngenta se volvió tensa, y, en noviembre de 2000, terminó su relación con la compañía.
Hayes continuó el estudio de la Atrazina por su cuenta, y pronto se convenció de que los representantes de Syngenta le seguían a conferencias en todo el mundo. Le preocupaba que la compañía estaba orquestando una campaña para destruir su reputación".
Hace dos años, su trabajo sobre la Atrazina proporcionó la base científica para dos demandas colectivas presentadas contra Syngenta por 23 municipios de los Estados Unidos, acusando a la empresa de tecnología química de contaminar el agua potable y "ocultar la verdadera naturaleza peligrosa de la Atrazina".
Los documentos descubiertos durante estos procesos judiciales revelaron que las sospechas de Hayes eran verdaderas—realmente, Syngenta lo había estado estudiándole tan profundamente, ya que había estudiado su herbicida tóxico en los últimos 15 años.
Lo que sigue alcanza un nivel espeluznante que nadie debería tener que soportar--y menos aún un científico que está trabajando para aprender y compartir la verdad acerca de un producto químico agrícola ampliamente utilizado, que tiene el poder de afectarnos a todos nosotros, y nuestra ecología. Aviv escribe:
"El equipo de relaciones públicas de Syngenta había elaborado una lista de cuatro objetivos. El primero fue 'desacreditar a Hayes. En un cuaderno de espiral, la gerente de comunicaciones de Syngenta, Sherry Ford, quien se refirió a Hayes por sus iniciales, escribió que la compañía podría 'evitar citar los datos de TH mostrándolo como alguien no creíble...
'Syngenta buscó la manera de 'explotar las fallas/problemas de Hayes'. 'Si TH se hubiera involucrados en un escándalo, Enviros lo abandonaría', escribió Ford. Ella observó que Hayes creció en un mundo (S.C.) que no lo aceptaría', 'necesita adulación', 'no duerme', estaba 'marcado de por vida'. Ella escribió, 'pregunta básica--¿Qué motiva a Hayes?'".
¿A Quién Escucharía: a Alguien con Influencias, o a un Investigador Que Trabaja Casi Gratuitamente?
En efecto, ¿qué podría motivar a alguien para llevar a cabo el trabajo que está obligado a alejarlo de sus colegas, manchar su reputación personal y profesional, y tal vez incluso arruinar su futuro financiero? En el caso de la Dra. Carman, era una pasión por la verdad. Y una profunda preocupación por el prójimo—incluyendo sus hijos y los nietos que usted aún no tiene.
Ella es un magnífico ejemplo a seguir para todos nosotros, ya que sacrificó su ingreso y soportó el abuso profesional en honor a la verdad.
Ella fue lo suficientemente inteligente como para comprender los riesgos de tal compromiso. Ella sabía que las personas en este campo tienden a ser despedidos de sus puestos de trabajo una vez que se publican los resultados negativos.
Son avergonzados públicamente y pierden sus trabajos, a muchos de estos científicos se les impide hacer alguna investigación adicional. Para sortear esta posibilidad, la Dra. Carman tomó algunas medidas proactivas para asegurar que el contragolpe no la obligara a interrumpir su trabajo.
"Desde el principio, se hizo evidente que en realidad no había dinero. No se podía ir a una organización de financiamiento y pedir dinero para poder hacer investigación en esta área.
Estaba preocupada por la posibilidad de los efectos dañinos para la salud que ocurren en las personas. Decidí que tenía que ir a investigar. Tenía que hacer algunos estudios adecuados con animales para ver si ocurrían efectos adversos que pudieran trasladarse a las personas.
Me di cuenta de que tenía que dejar un trabajo remunerado para poder hacerlo. Realmente, no tengo apoyo financiero en este trabajo. A la edad de 45 años, tenía suficiente ingreso de inversiones para ser capaz de hacer el trabajo en esta área, básicamente de forma gratuita, y con muy poco dinero.
Desde hace algunos años hasta hoy, he tenido pocos recursos monetarios. Pero me pareció que era imperativo investigar; yo tenía una pregunta importante acerca de si era seguro o no para las personas consumir alimentos transgénicos...
Probablemente, la mayoría de las personas elijan cuidar a sus familias [en lugar] de continuar con la investigación. No solo es muy difícil conseguir dinero para poder hacer la investigación, sino que también hay que ser capaz de sobrevivir el abuso posterior y las posteriores amenazas a su medio de supervivencia.
De hecho, una gran cantidad de personas que trabajan en esta área son las personas que se dan de baja de empleos remunerados, porque una vez más, no pueden permitirse ser amenazados con perder sus medios de subsistencia".
En Busca de Dinero...
Desde la introducción de semillas transgénicas hace unos 20 años, el mercado de estos cultivos químicamente dependientes ha dado lugar a una industria multimillonaria. Los fondos para el desarrollo de más variedades de cultivos transgénicos han llegado principalmente de la propia industria de los plaguicidas de propiedad privada.
Durante los últimos 15 años, los conflictos de interés dentro de la ciencia se han incrementado exponencialmente, y en este punto, es claramente evidente que los conflictos de intereses económicos juegan un papel importante cuando se trata de qué tipo de investigación se lleva a cabo; lo que se publica, y lo que no se hace.
Prácticamente la totalidad de la investigación realizada acerca de transgénicos se lleva a cabo por la propia industria o científicos patrocinados por ellos, ya sea directa o indirectamente a través de subsidios a las universidades de ciencias agrícolas.
Los resultados, por lo tanto, son predecibles. Son pocos los que tienen tanto las calificaciones adecuadas como la voluntad de "cargar la cruz", por así decirlo, lo cual parece ser algo usual cuando se es un investigador independiente y está investigando a los transgénicos.
Mi sincero agradecimiento a la Dra. Carman por sus sacrificios personales para realizar este importantísimo trabajo. Sin esas investigaciones, no tendríamos idea de lo que estos alimentos podrían estar haciéndonos a largo plazo.
Con esto, podemos hacer conjeturas con mucho más conocimiento acerca de las consecuencias reales de este experimento humano masivo e inesperado, y decidir por nosotros mismos si realmente queremos participar en él o no. ¿Cuál sería mi recomendación? Evitarlo, lo mejor que pueda.