Casi Todos la Consumen, Aunque Es "Terreno Fértil" para las Enfermedades

Azucar

Historia en Breve

  • De acuerdo con el Dr. Robert Lustig, uno de los expertos principales en la obesidad infantil, el azúcar es un veneno y es responsable de la obesidad, en conjunto con algunas enfermedades crónicas y letales
  • Investigaciones recientes muestran que la fructosa puede activar las células del gusto que se encuentran en el páncreas, una reacción que puede aumentar la secreción corporal de insulina y elevar su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2
  • Los productos de la glicación avanzada (AGEs) son un grupo complejo de compuestos que se forman cuando el azúcar reacciona con los aminoácidos. La glicación es uno de los mecanismos moleculares principales a través del cual el daño se acumula en el cuerpo, lo que ocasiona enfermedades y envejecimiento
  • Como recomendación estándar para limitar la glicación, le aconsejo firmemente que mantenga su consumo TOTAL de fructuosa debajo de los 25 gramos al día

Por el Dr. Mercola

Cada vez hay más evidencias de que el azúcar es el factor principal que causa, no solo obesidad, sino también muchas enfermedades crónicas y letales.1

Él cree que ya no pueden ignorarse los efectos negativos sobre El Dr. Robert Lustig, uno de los expertos principales en la obesidad infantil y, se podría decir, el enemigo número uno del grupo de presión a favor del azúcar, ha publicado un artículo bien escrito en la prestigiosa revista científica Nature, en el que argumenta que el azúcar es un veneno. la salud del consumo del azúcar, no más de lo que se podrían ignorar los efectos del tabaco y el alcohol.

De acuerdo con el Dr. Lustig, a través del sitio web Diet Doctor:2

“El problema con el azúcar no es solo el aumento de peso… Evidencias científicas crecientes muestran que la fructosa puede desencadenar procesos que ocasionan toxicidad en el hígado y un sinfín de otras enfermedades crónicas.

Un poco no es un problema, pero una cantidad grande mata – lentamente”.

Por primera vez en la historia, las enfermedades del “estilo de vida” – la diabetes, las enfermedades cardiacas y algunos cánceres – están matando a más personas que las enfermedades transmisibles. Y tratar estas enfermedades completamente evitables cuesta más de un séptimo del PIB de Estados Unidos.

Por lo tanto, es lógico que, con solo evitar estas enfermedades, el sistema de salud de Estados Unidos podría ahorrar cerca de un trillón de dólares al año.

Una de las formas principales, y posiblemente más efectivas, de evitar estas enfermedades sería frenar el consumo escandalosamente excesivo de azúcar.

El Dr. Lustig argumenta legítimamente que el azúcar solía estar disponible para nuestros ancestros tan solo en la fruta o la miel – y, esto también, solo durante algunos meses de año.

El día de hoy, el azúcar (principalmente en forma de jarabe de maíz de alta fructosa) se añade a prácticamente todos los alimentos procesados y bebidas; incluso a productos que por lo general no pensaría que son altos en azúcar.

Trágicamente, ¡muchas fórmulas infantiles incluso contienen más del 50 % de azúcar! “La naturaleza hizo que el azúcar fuera difícil de obtener; el hombre lo ha hecho sencillo”, dice el Dr. Lustig.

La Fructosa NO Es Igual que la Glucosa

La glucosa es el tipo de energía con la que usted está diseñado para funcionar. Cada célula en su cuerpo, cada bacteria – y, de hecho, cada ser viviente en la Tierra – utiliza la glucosa como energía.

La fructosa no es la misma molécula. La glucosa es un ciclo de 6 componentes, mientras que la fructosa es un ciclo de 5 componentes. La sacarosa (azúcar de mesa) es 50 % glucosa y 50 % fructosa, y el JMAF es 42-55 % fructosa.

Si obtuviera su fructosa solo de los vegetales y frutas (donde se origina), como hace un siglo lo hacía la mayoría de las personas, consumiría alrededor de 15 gramos al día.

En la actualidad, el promedio es de 73 gramos al día, lo que es una dosis casi 500 % mayor y nuestro cuerpo simplemente no puede tolerar ese tipo de abuso bioquímico.

Además, en los vegetales y las frutas, la fructosa está mezclada con fibra, vitaminas, minerales, enzimas y fitonutrientes benéficos, todo lo cual ayuda a moderar los efectos metabólicos negativos.

Así que, no es que la fructosa por sí misma sea “venenosa” – son las dosis biológicamente inadecuadas a las que está expuesto lo que la hace peligrosa para su salud y bienestar.

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Cómo Ha Diezmado la Salud Humana el Jarabe de Maíz de Alta Fructosa

Ahora sabemos, sin duda alguna, que es el contenido excesivo de azúcar en la alimentación moderna lo que está causando tantos daños en la salud de las personas. De acuerdo con GreenMedInfo.com, estudios científicos han relacionado a la fructosa con cerca de 78 enfermedades y problemas de salud diferentes.3 Seleccione los enlaces para analizar cómo la fructosa podría:

Elevar su presión arterial y causar hipertensión nocturna

Causar Resistencia a la insulina / diabetes tipo 2

Causar Enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA)

Elevar sus niveles de ácido úrico, lo cual puede ocasionar gota o síndrome metabólico

Acelerar la progresión de la enfermedad renal crónica

Aterosclerosis intracraneal (estrechamiento y endurecimiento de las arterias del cráneo)

Empeorar las anormalidades cardiacas, si tiene deficiencia de cobre

Tener un efecto genotóxico en el colon

Promover la metástasis en los pacientes con cáncer de seno

Causar daño tubulointersticial (daño en los túbulos y en el tejido intersticial del riñón)

Promover la obesidad y los problemas de la salud y enfermedades relacionados a ella

Promover el desarrollo del cáncer pancreático

El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) se inventó en 1966 en Japón y en 1975 entró al mercado de Estados Unidos.

Los fabricantes de alimentos y bebidas comenzaron rápidamente a cambiar sus endulzantes de sacarosa (azúcar de mesa) por jarabe de maíz, tras descubrir que el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) podía ahorrarles mucho dinero.

La sacarosa cuesta aproximadamente tres veces más que el JMAF. El JMAF también es cerca de 20 % más dulce que el azúcar de mesa, así que se necesita menos para lograr la misma cantidad de dulzura.

A mediados de la década de los 70, culpábamos a las grasas alimenticias de las enfermedades cardiacas, lo que dio pie a la “moda de lo bajo en grasa”, la cual ocasionó una explosión de alimentos preparados sin grasa y bajos en grasa – la mayoría de los cuales sabían a aserrín, a menos de que se les añadiera azúcar.

Entonces, se comenzó a añadir fructosa para hacer que todos estos productos sin grasa fueran más sabrosos. Sin embargo, conforme se difundió la moda de lo bajo en grasa, subieron como espuma los índices de las enfermedades cardiacas, la diabetes y la obesidad…

Claramente, había una gran falla en el plan y no es difícil ver que, cambiar grasa por azúcar no es un movimiento inteligente.

El problema es que el consumo excesivo de fructosa ocasiona resistencia a la insulina, y la resistencia a la insulina parece ser el origen de muchas, si no de todas, las enfermedades mencionadas anteriormente. Incluso se ha encontrado que la resistencia a la insulina es un factor subyacente del cáncer.

Cómo Aumenta la Fructosa la Secreción de Insulina y Empeora la Sensibilidad a Ella

Curiosamente, investigaciones recientes publicadas en Proceedings of the National Academy of Sciences muestran que la fructosa puede activar las células del gusto que se encuentran en el páncreas, una reacción que puede aumentar la secreción corporal de insulina.4

Y, mientras que lo anterior es particularmente importante para las personas propensas a la diabetes, si las estadísticas indican algo, es que esto incluye prácticamente a todos.

Actualmente, una de cada cuatro personas en Estados Unidos ya padece prediabetes o algún tipo de diabetes, y la diabetes tipo 2 está relacionada directamente con nuestra alimentación, así que, cualquier persona que lleve una alimentación alta en fructosa puede correr el riesgo.

En este estudio, los investigadores pudieron demostrar que la fructosa activa las mismas proteínas en las células pancreáticas que la lengua utiliza para saborear lo dulce.

Y cuando estas células se ven expuestas tanto a la glucosa como a la fructosa, secretan más insulina que cuando solo se exponen a la glucosa. De acuerdo con Science News:5

“La mayoría de los azúcares se integran a la [cadena metabólica de montaje] en un momento en el que la enzima de supervisión puede controlar el flujo de los productos.

Pero la fructosa entra mucho más abajo, donde puede ocasionar una producción excesiva de grasa. Y ya que la fructosa… no estimula la misma respuesta de insulina que la glucosa, la hormona no hace las otras actividades regulatorias que generalmente realiza, como moderar el apetito”.

Limitar el Azúcar También es Vital para la Longevidad

Al aumentar sus niveles de insulina y leptina (y disminuir subsecuentemente la sensibilidad del receptor hacia estas dos hormonas vitales), el consumo excesivo de azúcar/fructosa no solo aumenta su riesgo de diabetes tipo 2, sino que también acelera el envejecimiento en general.

De hecho, limitar el azúcar en su alimentación es una clave bien conocida para la longevidad, ya que, de todas las moléculas capaces de infligir daño en el cuerpo, las moléculas de azúcar probablemente son las más dañinas.

Hace dos años, la revista Nutrients publicó un reporte excelente acerca del impacto de la fructosa en el envejecimiento6 La fructosa es una sustancia proinflamatoria particularmente poderosa que genera productos de la glicación avanzada, conocidos comúnmente como “AGES”.

Los AGEs son un complejo grupo de compuestos dañinos que se forman cuando el azúcar reacciona con los aminoácidos.

Además de la oxidación, la glicación y la formación subsecuente de AGES es uno de los mecanismos moleculares principales que ocasionan daño continuo en el cuerpo, el cual causa enfermedad, envejecimiento (prematuro) y, eventualmente, la muerte. De acuerdo con los autores:

“[L]a información apoya que los AGEs endógenos están relacionados con el deterioro del funcionamiento de los órganos. Parece que los PGA alimenticios también podrían estar relacionados… Hasta ahora, la restricción en el consumo de AGEs y el ejercicio han demostrado reducir de forma segura los PGA circulatorios, reduciendo aún más el estrés oxidativo y los marcadores inflamatorios”.

En pocas palabras, si desea vivir una vida larga y saludable, necesita restringir su consumo de azúcar, particularmente de fructosa. Como recomendación estándar para limitar la glicación, le aconsejo firmemente que mantenga su consumo TOTAL de fructuosa debajo de los 25 gramos al día.

Sin embargo, para la mayoría de las personas sería ideal limitar su consumo de fructosa a 15 gramos o menos, especialmente si tiene niveles elevados de ácido úrico, el cual puede utilizarse para predecir la toxicidad de la fructosa.

Esto involucra monitorear su consumo de fructosa proveniente de las frutas enteras. Para evaluar el contenido de fructosa de muchas frutas comunes, vea esta útil tabla de la fructosa.

Yo recomiendo este nivel más bajo de 15 gramos al día, simplemente porque si consume alimentos procesados o bebidas endulzadas, prácticamente está garantizado que consumirá fuentes "ocultas" de fructosa que pueden tener un gran impacto en su salud.

Cuando he mencionado esto en el pasado, muchas personas han estado muy en desacuerdo conmigo, ya que creen que la fruta está bien porque es natural. Y podría estar bien para algunas personas, especialmente para aquellas que realizan sesiones largas e intensas de ejercicio.

Sin embargo, hay una forma fácil para que usted descubra su riesgo. Si su ácido úrico es mayor a 5.0 sería sensato seguir esta regla. Mientras más por encima de 5.0 esté su ácido úrico, será peor su riesgo de daño. Si su ácido úrico está entre 3.5 y 5, estará bien.

Yo creo que debo tener un polimorfismo genético hacia el ácido úrico, ya que el mío siempre está más arriba de 5.5, incluso con ejercicio intenso y menos de cinco gramos de fructosa al día, así que casi siempre evito la fruta.

Los autores de ese estudio ofrecen un análisis a fondo de los muchos peligros que presenta la fructosa para la salud, debido a sus acciones proinflamatorias:

“Se ha encontrado acumulación de AGEs en personas que envejecen de forma saludable y esta acumulación es mayor durante las concentraciones altas de glucosa.

El daño microvascular y macrovascular, visto en la diabetes, se atribuye a la acumulación de AGEs en los tejidos, aunque también está relacionado con la aterosclerosis, Alzheimer, enfermedad renal en etapa terminal, artritis reumatoide, sarcopenia, cataratas y otras enfermedades oftálmicas degenerativas, mal de Parkinson, demencia vascular y muchas otras enfermedades crónicas.

Por ejemplo, Bar y otros, han demostrado aumentos diferenciales de productos AGEs en la demencia del Alzheimer y demencia vascular, en comparación a los controles. También se ha sugerido que los AGEs están involucrados en la pérdida de la densidad ósea y la masa muscular, relacionada al envejecimiento”.

Cómo Controlar su Antojo de Azúcar

Si sufre de adicción al azúcar, le recomiendo probar una técnica de psicología energética llamada Turbo Tapping, que ha ayudado a muchos “adictos a la soda” a dejar su dulce hábito. Si desea ocasionalmente usar un endulzante, he aquí lo que yo recomiendo en vez del azúcar:

  1. Use la hierba dulce stevia.
  2. Use caña de azúcar orgánica con moderación.
  3. Use miel sin procesar con moderación.

Evite TODOS los endulzantes artificiales, que pueden dañar su salud incluso más rápido que la fructosa. Muchas personas han promocionado el jarabe de agave como una alternativa saludable, pero no caiga en la trampa.

Es una savia altamente procesada que es casi completamente fructosa y por lo tanto hay que evitarla.