Por el Dr. Mercola
A través de datos satelitales, el Instituto sobre los Efectos en la Salud encontró que el 95 % de los habitantes del mundo respira aire contaminado.1 Sus estadísticas se basan en fuentes de contaminación al aire libre, incluyendo vehículos de transporte, actividades industriales y plantas de energía a base de carbón.
Aunque estos números son significativos, es probable que sean conservadores y no consideren la pequeña contaminación causada por partículas del hogar.
En los últimos 50 años, la cantidad de jabones y detergenates se ha incrementado a un ritmo sorprendente a medida que los fabricantes trabajan para satisfacer las demandas de los consumidores que buscan soluciones rápidas y fragantes al problema de la suciedad.2
Sin embargo, utilizar estos productos químicos de limpieza para el hogar aun en raras ocasiones, como una vez por semana, podría conllevar importantes riesgos para la salud.
Por ejemplo, un estudio reciente publicado en la revista de medicina American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine3 demostró que exponerse semanalmente a soluciones de limpieza químicas podría elevar el riesgo de daño pulmonar por contaminación del aire debido a partículas finas.
Los desinfectantes y detergentes pueden incrementar el riesgo de obesidad de su hijo
Otro estudio4 ha vinculado la exposición a productos de limpieza en la primera etapa de la infancia a un mayor riesgo de obesidad. Según una investigación publicada en 2013,5 el 20 % de las muertes de habitantes en los Estados Unidos estaba relacionado con la obesidad, y cuanto más joven era una persona, mayor influencia podría ejercer sobre su riesgo de mortalidad.
En los Estados Unidos, la tasa de obesidad infantil se ha triplicado y la tasa de adolescentes con obesidad se ha cuadruplicado desde 1980.
En este estudio, los investigadores evaluaron el microbioma intestinal de más de 750 bebés entre las edades de 3 y 4 meses que participaron en el Estudio Canadiense de Desarrollo Longitudinal Infantil (CHILD, por sus siglas en inglés). Se recogieron muestras fecales al inicio y término del estudio para evaluar el tipo y cantidad de bacterias.
Durante el estudio, los investigadores encuestaron a los padres para saber con qué frecuencia utilizaban productos de limpieza, y corroboraron las respuestas al visitar sus hogares. La reevaluación se realizó a la edad de 1 y 3 años, incluyendo una medición del peso del niño.6
Los datos revelaron un cambio en el microbioma intestinal de los niños, que difería en función de los productos de limpieza utilizados en el hogar.
Por ejemplo, los niños expuestos a desinfectantes tuvieron mayor cantidad de bacterias Lachnospiraceae, y menor cantidad de Haemophilus. Los niños que vivían en hogares donde se empleaban productos ecológicos tuvieron menor cantidad de Enterobacteriaceae.
Al final del estudio, cuando se midió el peso de los niños, los que habían estado expuestos a desinfectantes presentaron puntajes más elevados de índice de masa corporal (BMI, por sus siglas en inglés), mientras que en las casas donde se utilizaron productos ecológicos, se suscitó una tendencia inversa.
Los investigadores controlaron una amplia variedad de diferentes factores potenciales que influían en los cambios de las bacterias intestinales, como el parto vaginal o por cesárea, lactancia y exposición a antibióticos.7
Si bien, no hubo evidencia de que los cambios en el microbioma intestinal disminuyeran el riesgo de obesidad, el análisis demostró que exponerse a detergentes y desinfectantes aumentaba el riesgo.8 La autora principal y profesora de pediatría de la Universidad de Alberta, Anita Kozyrskyj, comentó los resultados:9
"Una posible explicación es que las madres que utilizaron productos ecológicos durante el embarazo llevaban una alimentación más nutritiva y un embarazo más sano.
Como resultado, su microbioma saludable fue transmitido a sus recién nacidos, lo que conllevó una menor probabilidad de que sus bebés tuvieran niveles más bajos de Enterobacteriaceae tres o cuatro meses después, así como exceso de peso.
Cuando hay bebés involucrados, cambiar la composición del microbioma en un momento crítico del desarrollo podría influir en su sistema inmunológico".
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Las graves consecuencias causadas por la obesidad
En diciembre de 2011, la obesidad severa fue incluida como una discapacidad calificada en virtud de la Ley para Estadounidenses con Discapacidades, lo cual ha incrementado el costo para la sociedad en general.
Los datos recopilados de miles de canadienses también confirmaron que la obesidad podría superar el tabaquismo ─en términos de generar problemas de salud─ y los investigadores holandeses han predicho que la obesidad e inactividad podrían superar al tabaquismo como una de las principales causas de muerte por cáncer.
Un estudio10 examinó datos de más de 170 países, que medían los efectos de salud relacionados con el índice de masa corporal y encontró que el 12 % de los adultos, en el mundo, padecía obesidad.
Si se incluyeran los que tenían exceso de peso sin obesidad, la tasa global sería de casi 30 %. Esto refleja estudios previos y sugiere que ahora hay más personas con exceso de peso, que personas con bajo peso.11
Muchas de las personas con obesidad desarrollan diabetes tipo 2, un padecimiento causado por la resistencia a la leptina e insulina.
Las personas con diabetes tipo 2 están en mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedad vascular periférica, derrames cerebrales, ataques cardíacos y problemas de salud negativos relacionados con el daño a la microvasculatura, incluyendo a la ceguera y enfermedad renal.
Además, la obesidad puede elevar el riesgo de desarrollar cálculos biliares, depósitos de cristales creados dentro de la vesícula biliar.12
En el caso de las personas con obesidad, las piedras podrían estar hechas de colesterol, y el tamaño podría variar desde un grano de arena hasta el tamaño de una pelota de golf. Si bien, no siempre causan síntomas, pueden bloquear el conducto pancreático y producir un dolor notable durante varias horas.
Un estudio publicado en la revista Neurobiology of Aging también ha descubierto cambios estructurales en los cerebros de personas con exceso de peso que generalmente se observa en personas de edad más avanzada.13
Los investigadores encontraron que las personas con exceso de peso presentaban una aceleración en la pérdida de sustancia blanca cerebral, y calcularon que el volumen perdido en un adulto con exceso de peso de 50 años de edad era comparable al mismo volumen perdido en una persona delgada de 60 años de edad.
Esta pérdida podría estar relacionada con una mayor respuesta inflamatoria, pero la razón exacta continúa siendo desconocida. Una mayor cantidad de grasa corporal podría contribuir a diversas formas de cáncer.
Si bien, la relación no está clara, los médicos creen que con el tiempo la inflamación de bajo nivel causada por la obesidad podría dañar el ADN de forma gradual, lo que podría originar cáncer. Los siguientes tipos de cáncer han estado relacionados con la obesidad:
Cáncer de endometrio |
Adenocarcinoma esofágico |
Cáncer de mama |
Cáncer cardio gástrico |
Cáncer de hígado |
Cáncer de riñón |
Cáncer de páncreas |
Cáncer colorrectal |
La importante conexión entre el microbioma intestinal y el peso
La relevancia del microbioma intestinal humano para la salud apenas ha comenzado a explorarse. Varios estudios han descrito la estructura y capacidad del microbioma en un estado saludable y diversos estados de enfermedad.14
Los esfuerzos actuales para caracterizar la función y mecanismo continúan proporcionando una mejor comprensión del papel que desempeña el microbioma en la salud y enfermedades.
El microbioma intestinal podría cambiar rápidamente durante el primer o segundo año de vida y es creado por la leche materna, entorno y otros factores. Sin embargo, la cantidad y el tipo de bacterias tienden a estabilizarse cuando el niño tiene 3 años de edad.15
Dicho lo anterior, estar expuesto a antibióticos, productos de limpieza, estrés, alimentos procesados y medicamentos podría afectar la salud del microbioma intestinal.
Las bacterias se han relacionado con la forma en que las personas responden a los medicamentos, y se ha sugerido que podría estar vinculado con la calidad del sueño. El tipo de bacteria que vive en el intestino también podría afectar otra área de la salud; es decir, el control del peso.
Las bacterias intestinales pueden influir en el apetito, inflamación y eficiencia del metabolismo, e impactar significativamente en el sistema inmunológico.
Los datos de un estudio danés16 revelaron que el microbioma intestinal podría ser responsable de las circunstancias y cantidad de pérdida de peso. El coautor del estudio, Arne Astrup, Ph.D., indicó:17
"Las bacterias intestinales humanas se han relacionado con el incremento en la prevalencia de la obesidad y exceso de peso, y los científicos han comenzado a investigar si las bacterias intestinales podrían desempeñar un papel en el tratamiento del exceso de peso.
Pero apenas ahora hemos tenido un avance que demuestra que ciertas especies bacterianas podrían desempeñar un papel decisivo en la regulación y pérdida de peso".
En estudios de comparación entre las bacterias intestinales de personas con obesidad y delgadas, los investigadores encontraron que las personas delgadas tenían una comunidad bacteriana rica y con una amplia variedad de especies, en cambio las personas con obesidad tenían un microbioma con menor variedad de bacterias.18
Si bien, al documentar las diferencias no se indicó que las discrepancias fueran responsables de la obesidad, otras investigaciones de estudios realizados con animales19 y el estudio presentado indicaron que los cambios en el microbioma intestinal podrían ser una pista importante para el control del peso.
Por ejemplo, en un pequeño estudio,20 se encontró que restringir las calorías y hacer actividad física podría influir en la composición del microbioma intestinal.
El objetivo del estudio fue determinar la influencia de un programa de tratamiento en el microbioma intestinal, lo cual demostró que las personas que estaban en el grupo con mayor pérdida de peso habían experimentado el mayor cambio en el desarrollo y diversidad bacteriana total, en comparación con las personas en el grupo con menor pérdida de peso.
El uso semanal de limpiadores químicos podría ser comparable a fumar una cajetilla de cigarrillos por día
Como mencioné anteriormente, exponerse a soluciones de limpieza aun en raras ocasiones, como una vez por semana, podría acelerar el deterioro de la función pulmonar, como lo demuestra la investigación de University of Bergen, en Noruega.21
Los investigadores encontraron que emplear soluciones de limpieza una vez por semana durante 20 años había producido un daño en el tejido pulmonar equivalente a fumar 20 cigarrillos por día durante 10 o 12 años.
Los investigadores utilizaron datos de más de 6 000 participantes cuya edad promedio era de 34 años al momento de registrarse en el estudio.
Después de 20 años de monitoreo, las mujeres que habían utilizado soluciones de limpieza comerciales presentaron deterioro en la función pulmonar, medido por medio del esfuerzo en la capacidad vital y volumen espiratorio a un ritmo mucho más veloz, en comparación con las personas que los utilizaron con menor frecuencia o no los usaron en lo absoluto.
Los limpiadores atóxicos son más seguros para su salud y el medioambiente
El trabajador promedio de los Estados Unidos invierte casi una hora en tareas domésticas diarias.22 Sin embargo, existe la idea errónea de que, para tener un hogar verdaderamente limpio, debe ponerse guantes de plástico y rociar productos químicos agresivos.
Una de las principales razones de realizar una limpieza regular es eliminar muchos de los productos químicos tóxicos que podrían acumularse en el polvo del hogar, incluyendo retardantes de llama y ftalatos.23 Sin embargo, utilizar aerosoles comerciales, toallitas y exfoliantes en realidad podría agregar más toxinas en su entorno.
Si alguna vez se sintió enfermo, mareado o con dolor de cabeza después de limpiar su casa con productos químicos, es probable que se deba a los compuestos orgánicos volátiles (VOC, por sus siglas en inglés) que contienen. El uso de estos productos químicos a largo plazo podría dañar el hígado, riñones, sistema nervioso central e incluso causar cáncer.24
Después de evaluar 25 productos para el hogar, incluyendo aromatizantes y productos de limpieza multiusos, los investigadores encontraron que el producto promedio contenía 17 VOC.25
Los productos con fragancia son particularmente problemáticos y los estudios revelan que casi el 35 % de las personas en los Estados Unidos ha presentado problemas de salud por la exposición.26 Mientras tanto, un típico producto de limpieza podría contener más de 132 productos químicos diferentes, entre ellos fragancias, surfactantes, fosfatos, detergentes y otros.
Si está listo para cambiar a productos de limpieza efectivos, eficaces y atóxicos, descubra a través de mi artículo anterior, "Mantenga su casa limpia con productos que no son tóxicos", cómo puede elaborarlos en casa al utilizar gran parte de las típicas sustancias que tiene en sus gabinetes.