De acuerdo con un estudio que analizó cómo se otorga el consentimiento informado a los participantes del ensayo de la vacuna contra el COVID-19, los formularios de divulgación no les informan a los voluntarios que, si se exponen al virus, la vacuna podría hacerlos susceptibles a una enfermedad más grave.
El estudio, "Informed Consent Disclosure to Vaccine Trial Subjects of Risk of COVID-19 Vaccine Worsening Clinical Disease", publicado el 28 de octubre de 2020 en en el International Journal of Clinical Practice, señala que "las vacunas contra el COVID-19 diseñadas para provocar anticuerpos neutralizantes podrían sensibilizar a los receptores a una enfermedad más grave".
“Las vacunas para el SARS, MERS y VSR nunca se han probado, y los datos generados en el desarrollo y prueba de estas vacunas sugieren una inquietud, ya que las vacunas diseñadas de forma empírica que siguieron el enfoque tradicional (que consisten en la proteína Spike del virus del coronavirus no modificada o mínimamente modificado para provocar anticuerpos neutralizantes), ya sea que estén compuestos de proteína, vector viral, ADN o ARN e independientemente del método de administración, podrían empeorar el COVID-19 a través de la mejora dependiente de anticuerpos (ADE)”, afirma el documento.
“Este riesgo está muy oculto en los protocolos de los ensayos clínicos y los formularios de consentimiento de los ensayos de la vacuna contra el COVID-19, y es poco probable que el paciente comprenda cual es este riesgo, ya que se les esconde el consentimiento real.
El riesgo específico y significativo del ADE del COVID-19 debió haber sido divulgado de forma destacada e independiente a las personas que participan en los ensayos de vacunas, así como a las que son reclutadas para los ensayos y futuros pacientes después de la aprobación de la vacuna con el fin de cumplir con los requisitos médicos y el estándar ético de comprensión del paciente para el consentimiento informado".
¿Qué es la mejora dependiente de anticuerpos?
Como señalaron los autores de ese artículo en el Journal of Clinical Practice, los esfuerzos anteriores de la vacuna contra el coronavirus, para el coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV), el coronavirus del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV) y el virus sincitial respiratorio (VSR), han demostrado una gran inquietud, ya que las vacunas tienden a provocar una mejora dependiente de anticuerpos.
¿Qué significa eso? En pocas palabras, significa que, en lugar de mejorar su inmunidad contra la infección, mejora la capacidad del virus para ingresar e infectar sus células, lo que causaría una enfermedad más grave.
Esto es lo contrario de lo que se supone que debe hacer una vacuna, y un problema significativo que se ha señalado desde el comienzo en que se empezó a desarrollar la vacuna contra el COVID-19. El artículo de revisión de 2003 "Antibody-Dependent Enhancement of Virus Infection and Disease” señala:
"Los anticuerpos específicos del virus se consideran antivirales y desempeñan un papel importante en el control de las infecciones por virus. Sin embargo, en algunos casos, la presencia de anticuerpos específicos puede ser beneficiosa para el virus. Esta actividad se conoce como mejora dependiente de anticuerpos (ADE) de la infección por el virus.
La ADE de la infección por el virus es un fenómeno en el que los anticuerpos específicos del virus favorecen la entrada del virus, y en algunos casos la reproducción, en monocitos/macrófagos y células granulocíticas al interactuar con Fc o receptores del complemento.
Este fenómeno se ha informado in vitro e in vivo para virus que representan diferentes familias y géneros muy importantes para la salud pública y veterinaria. Estos virus comparten algunas características, como la reproducción preferencial en macrófagos, la capacidad de establecer persistencia y diversidad antigénica. Para algunos virus, la ADE de la infección se ha convertido en una gran inquietud para el control de enfermedades a través de las vacunas”.
Publicidad
![Sabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimo]()
![Sabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimo]()
Todos los esfuerzos anteriores sobre la vacuna contra el coronavirus han fracasado
Robert Kennedy Jr. ha hablado sobre la historia del desarrollo de la vacuna contra el coronavirus, que comenzó en 2002, después de tres brotes consecutivos de SARS. En 2012, científicos chinos, estadounidenses y europeos trabajaban en el desarrollo de una vacuna contra el SARS y tenían a casi 30 candidatos prometedores.
Los cuatro mejores candidatos de vacunas se les dieron a los hurones, que son el equivalente más cercano a las infecciones pulmonares humanas. Aunque los hurones demostraron una respuesta de anticuerpos, que es la métrica utilizada para la licencia de vacunas, una vez que el virus los atacó, todos se enfermaron muy grave y murieron.
Lo mismo sucedió cuando intentaron desarrollar una vacuna contra el VSR en la década de 1960. El VSR es una enfermedad de las vías respiratorias superiores muy similar a la causada por los coronavirus. En ese momento, se saltaron las pruebas con animales y pasaron de forma directa a las pruebas con humanos.
Anticuerpos neutralizantes versus anticuerpos de unión
Los coronavirus producen dos tipos diferentes de anticuerpos:
- Anticuerpos neutralizantes, también conocidos como anticuerpos de inmoglobulina G (IgG), que combaten la infección
- Anticuerpos de unión (también conocidos como anticuerpos no neutralizantes) que no pueden prevenir la infección viral
En lugar de prevenir la infección viral, los anticuerpos que se unen provocan una respuesta inmunológica anormal conocida como "mejora inmunológica paradójica". Otra manera de ver esto, es que su sistema inmunológico fracasa, no puede protegerlo, y en realidad lo empeora.
Muchas de las vacunas contra el COVID-19 utilizan ARNm para indicarle a sus células que produzcan la proteína Spike del SARS-CoV-2 (proteína S). La proteína Spike, que es lo que se une al receptor ACE2 de la célula, es la primera etapa del proceso de dos etapas que utilizan los virus para ingresar a las células.
La idea es que al crear la proteína Spike del SARS-CoV-2, su sistema inmunológico comience a producir anticuerpos, sin enfermarlo en el proceso. La pregunta clave es, ¿cuál de los dos tipos de anticuerpos se produce en este proceso?
Si no tiene anticuerpos neutralizantes, es muy probable que sufra una enfermedad más grave
En un tuit de abril 2020, el usuario ‘The Immunologist’ dijo lo siguiente: "Al desarrollar vacunas y considerar los pasaportes de inmunidad, primero debemos comprender el papel que desempeñan los anticuerpos en el SARS, MERS y COVID-19". A continuación, enumera varios estudios de vacunas contra el coronavirus que han planteado inquietudes sobre la ADE.
El primero es un estudio de 2017 en PLOS Pathogens titulado, "Enhanced Inflammation in New Zealand White Rabbits When MERS-CoV Reinfection Occurs in the Absence of Neutralizing Antibody", que investigó si infectarse con MERS protegería a la persona contra la reinfección, como suele ser el caso con muchas enfermedades virales. (Es decir, una vez que se recupera de una infección viral, digamos sarampión, se vuelve inmune y no volverá a contraer la enfermedad).
Para determinar cómo el MERS afecta al sistema inmunológico, los investigadores infectaron a conejos blancos con el virus. Los conejos se enfermaron y desarrollaron anticuerpos, pero esos anticuerpos no eran del tipo neutralizante, es decir, el tipo de anticuerpos que bloquean la infección.
Así que, no estaban protegidos de la reinfección y, cuando se expusieron al MERS por segunda vez, volvieron a enfermarse, y de forma más grave.
"De hecho, la reinfección provocó una mayor inflamación pulmonar, sin un incremento relacionado en los títulos de ARN viral", señalaron los autores. Cabe destacar que, se produjeron anticuerpos neutralizantes durante esta segunda infección, lo que evitó que los animales se infectaran por tercera vez. De acuerdo con los autores:
“Nuestra información sobre el modelo de conejo sugiere que las personas expuestas al MERS-CoV que no desarrollan una respuesta de anticuerpos neutralizantes, o las personas cuyos títulos de anticuerpos neutralizantes disminuyeron, podrían estar en riesgo de sufrir una enfermedad pulmonar grave, si se vuelven a exponer al MERS-CoV".
En otras palabras, si la vacuna no tiene la capacidad de neutralizar los anticuerpos, es posible que corra el riesgo de sufrir una enfermedad pulmonar más grave si se infecta con el virus.
Y aquí hay un punto importante, las vacunas contra el COVID-19 no tienen la capacidad de prevenir infecciones. Como se detalla en el artículo "Cómo se manipulan los ensayos de la vacuna contra el COVID-19", una vacuna "exitosa" tienen que reducir la gravedad de los síntomas. Y ésta vacuna ni siquiera tiene la intención de reducir las tasas de infección, hospitalización o muerte.
La ADE en infecciones por dengue
También se sabe que el virus del dengue causa ADE. Como se explica en un artículo del Swiss Medical Weekly publicado en abril de 2020:
“Actualmente se cree que la patogénesis del COVID-19 se lleva a cabo a través de mecanismos, tanto citotóxicos como inmunomediados. Un mecanismo adicional que facilita el ingreso de las células virales y el daño subsiguiente, podría involucrar la llamada mejora dependiente de anticuerpos (ADE).
La ADE es una cascada de eventos muy conocida en la que los virus podrían infectar células susceptibles al interactuar con los viriones complejos con anticuerpos o componentes del complemento y, respectivamente, receptores Fc o de complemento, lo que incrementaría su reproducción.
Este fenómeno es muy relevante para comprender la patogenia viral y el desarrollo de estrategias antivirales, en particular las vacunas...
Existen cuatro serotipos del virus del dengue y todos provocan inmunidad protectora. Sin embargo, aunque la protección homotípica es duradera, los anticuerpos neutralizantes cruzados con diferentes serotipos tienen un corto periodo de vida y podrían durar solo hasta 2 años.
En la fiebre del dengue, la reinfección con un serotipo diferente tiene un curso más severo cuando el título de anticuerpos protectores disminuye. Aquí, los anticuerpos no neutralizantes reemplazan a los neutralizantes, se unen a los viriones del dengue y estos complejos equilibran la infección de las células fagocíticas al interactuar con el receptor Fc, en una ADE típica.
En otras palabras, los anticuerpos heterotípicos en títulos subneutralizantes representan la ADE en personas infectadas con un serotipo del virus del dengue que es diferente al de la primera infección.
Los anticuerpos neutralizantes de reacción cruzada se relacionan con menos probabilidades de una infección secundaria sintomática, y cuanto mayor es el título de dichos anticuerpos después de la infección primaria, mayor es el retraso de la infección secundaria sintomática".
El documento detalla los resultados de las investigaciones de seguimiento de la vacuna contra el dengue, que revelaron que la tasa de hospitalización por dengue entre los niños vacunados menores de 9 años era mayor que la tasa entre los controles.
La explicación de esto es que al parecer la vacuna imitó una infección primaria y, cuando esa inmunidad disminuyó, los niños se volvieron susceptibles a la ADE cuando volvieron a exponerse al virus por segunda vez. El autor explica:
“Un análisis post hoc de los ensayos de eficacia, utilizó un analisis de inmunoglubina (IgG) inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA) para distinguir los anticuerpos provocados por la infección de tipo natural después de la vacunación, demostró que la vacuna era capaz de proteger contra el dengue grave [en] personas que habían estado expuestas a la infección natural antes de la vacuna, y que el riesgo de un resultado grave incrementó entre las personas seronegativas.
Con base en esto, un Grupo de Expertos Asesores Estratégicos convocado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que solo las personas seropositivas al dengue se deben vacunar siempre que se planifiquen programas de control del dengue que incluyan la vacuna”.
La ADE en infecciones por coronavirus
Esto podría volverse importante para la vacuna contra el COVID-19. En teoría, si el SARS-CoV-2 funciona como el dengue, que también es causado por un virus de ARN, entonces cualquier persona que no haya dado positivo al SARS-CoV-2 podría tener un mayor riesgo de contraer COVID-19 grave después de la vacuna, y solo los que ya se hayan recuperado de un ataque de COVID-19 estarían protegidos contra una enfermedad grave con la vacuna.
Para ser claros, no sabemos si ese es el caso, pero estas son áreas importantes de investigar y los ensayos de vacunas actuales no podrán responder a esta importante pregunta.
El artículo del Swiss Medical Weekly también revisa la evidencia de la ADE en infecciones por coronavirus, y citan investigaciones que demuestran que inocular gatos contra el virus de la peritonitis infecciosa felina (FIPV), un coronavirus felino, incrementa la gravedad de la enfermedad cuando se desafía con el mismo serotipo de FIPV que en la vacuna.
El documento también cita investigaciones que demuestran que "los anticuerpos provocados por una vacuna contra el SARS-CoV potenciaron la infección de las líneas de células B a pesar de las respuestas protectoras en el modelo del hámster". Otro artículo titulado, "Antibody-Dependent SARS Coronavirus Infection Is Mediated by Antibodies Against Spike Proteins", publicado en 2014, descubrió que:
“Las concentraciones más altas de antisueros contra el SARS-CoV neutralizaron la infección por el SARS-CoV, mientras que los antisueros altamente diluidos incrementaron la infección por el SARS-CoV e indujeron niveles más altos de apoptosis.
Los resultados de los ensayos de infectividad indican que la ADE del SARS-CoV está mediada por anticuerpos diluidos contra las proteínas Spike en lugar de las proteínas de la nucleocápside. También generamos anticuerpos monoclonales contra las proteínas Spike del SARS-CoV y observamos que la mayoría de ellos favorecía la infección por el SARS-CoV.
En conjunto, nuestros resultados sugieren que los anticuerpos contra las proteínas Spike del SARS-CoV podrían provocar efectos de la ADE. Los datos plantean nuevas preguntas sobre una posible vacuna contra el SARS-CoV".
Un estudio que se relaciona con esto se publicó en la revista JCI Insight en 2019. Aquí, los macacos vacunados con un virus vaccinia Ankara (MVA) modificado que codifica la proteína Spike del SARS-CoV de longitud completa, terminaron con una patología pulmonar más grave cuando fueron expuestos al virus del SARS.
Y, cuando transfirieron anticuerpos IgG anti-spike a macacos no vacunados, desarrollaron un daño alveolar difuso agudo, probablemente al "sesgar la respuesta que calma la inflamación".
La vacuna contra el SARS empeoró la infección cuando se enfrentó al SARS-CoV
Un interesante artículo de 2012 titulado "Immunization with SARS Coronavirus Vaccines Leads to Pulmonary Immunopathology on Challenge with the SARS Virus", demuestra lo que muchos investigadores ahora temen, es decir, que las vacunas contra el COVID-19 podrían hacer que las personas sean más propensas a tener complicaciones por la infección del SARS CoV-2.
El documento revisa los experimentos que demuestran que la inmunización con una variedad de vacunas contra el SARS causó inmunopatología pulmonar una vez que se enfrentó con el virus del SARS. Como indicaron los autores:
“Las vacunas de virus completo inactivados, ya sean inactivadas con formalina o beta propiolactona, independientemente que se hayan administraron con o sin adyuvante alumbre, exhibieron un inmunopatología tipo Th2 en los pulmones después de la exposición.
Como se indicó, dos informes atribuyeron la inmunopatología a la presencia de la proteína N en la vacuna; sin embargo, encontramos la misma reacción de inmunopatología en animales que solo recibieron la vacuna de proteína S, aunque pareció ser de menor intensidad.
Por lo tanto, se ha producido una reacción de inmunopatología tipo Th2 tras la exposición a animales vacunados en tres de los cuatro modelos animales (no en hámsteres), incluyendo dos cepas de ratones endogámicos diferentes con cuatro tipos diferentes de vacunas contra el SARS-CoV con y sin adyuvante de alumbre.
Hasta el momento, no se ha registrado ninguna preparación de vacuna inactivada que no induzca este resultado en ratones, hurones y primates no humanos.
Esta experiencia combinada genera inquietud para los ensayos con vacunas contra el SARS-CoV en humanos. Se han realizado ensayos clínicos con vacunas contra el coronavirus del SARS y han reportado ser seguras, además de inducir respuestas de anticuerpos. Sin embargo, la evidencia de seguridad es por un corto período observacional.
La inquietud que surge del presente informe es por una reacción de inmunopatología que se produce entre las personas vacunadas al exponerse al SARS-CoV, que es la base para el desarrollo de una vacuna contra el SARS.
Otros problemas de seguridad se relacionan con la eficacia y la seguridad contra las variantes antigénicas del SARS-CoV y con la seguridad de las personas vacunadas expuestas a otros coronavirus, en particular los del grupo de tipo 2".
La mejora inmunológica es una inquietud seria
Otro artículo que vale la pena mencionar es la minirevisión de mayo de 2020 titulado "Impact of Immune Enhancement on COVID-19 Polyclonal Hyperimmune Globulin Therapy and Vaccine Development". Como en muchos otros artículos, los autores señalan que:
“Aunque el desarrollo tanto de la terapia con globulina hiperinmune como de la vacuna contra el SARS-CoV-2 es prometedora, ambos plantean un problema de seguridad. Los estudios experimentales han sugerido la posibilidad de una enfermedad inmuno-mejorada de infecciones por SARS-CoV y MERS-CoV, que de esa manera podrían ocurrir de manera similar con la infección por el SARS-CoV-2.
En teoría, la mejora inmunológica de la enfermedad puede ocurrir de dos maneras. En primer lugar, los niveles de anticuerpos no neutralizantes o subneutralizantes pueden potenciar la infección por SARS-CoV-2 en las células.
En segundo lugar, los anticuerpos podrían potenciar la inflamación y, por tanto, la gravedad de la enfermedad pulmonar. En la figura 1 se resume una descripción de estas infecciones dependientes de anticuerpos y los efectos de la mejora de la inmunopatología.
Hoy en día, existen muchos candidatos a vacunas contra el SARS-CoV y MERS-CoV en ensayos preclínicos o de fase inicial. Los estudios en animales sobre estos CoV han demostrado que las vacunas basadas en proteínas Spike (S) (específicamente el dominio de unión al receptor, RBD) son muy inmunogénicas y protectoras contra la exposición al CoV de tipo natural.
Las vacunas que atacan otras partes específicas del virus, como la nucleocápside, sin la proteína S, no han demostrado proteger contra la infección por CoV y han incrementado la patología pulmonar. Sin embargo, la inmunización con algunas vacunas de CoV basadas en la proteína S también ha demostrado signos de patología pulmonar mejorada cuando se pone a prueba contra el virus.
Por lo tanto, además de elegir el antígeno, la eficacia de la vacuna y el riesgo de inmunopatología podrían depender de otros factores auxiliares, incluyendo la fórmula del adyuvante, la edad en el momento de la vacuna y la vía de inmunización".
Figura 1: Mecanismo de inmunopatología mediada por anticuerpos y ADE. Panel izquierdo: para la ADE, la internalización de los complejos inmunológicos se lleva a cabo al activar los receptores Fc en la superficie celular. La coligación de los receptores inhibidores inhibe las respuestas antivirales que provoca una mayor reproducción aviral. Panel derecho: los anticuerpos pueden causar inmunopatología al activar la vía del complemento o la citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos (ADCC). Para ambas vías, activar excesivamente el sistema inmunológico provoca la liberación de citoquinas y quimioquinas, lo que provoca una patología que mejora la enfermedad.
Haga un análisis de riesgo-beneficio antes de tomar una decisión
Es muy probable que pronto esté disponible la vacuna contra el COVID-19, independientemente de su tasa de efectividad, muchos dicen que una o más vacunas estarán listas a partir del 2021.
De manera irónica, los datos que ahora tenemos ya no respaldan la orden judicial sobre las vacunas masivas, ya que, en las personas menores de 60 años, la letalidad por COVID-19 es menor que la gripe. Si tiene menos de 40 años, su riesgo de morir a causa del COVID-19 es solo del 0.01 %, lo que significa que tiene una alta probabilidad de sobrevivir a la infección. Y podría mejorarlo si es metabólicamente flexible y tiene niveles óptimos de vitamina D.
Entonces, ¿de qué nos protege la vacuna contra el COVID-19? Como se mencionó antes, las vacunas ni siquiera están diseñadas para prevenir infecciones, únicamente minimizan la gravedad de los síntomas. En cambio, podrían enfermarlo más una vez que esté expuesto al virus. Es mucho riesgo para un beneficio que en realidad es cuestionable.
Volviendo a donde comenzamos, a los participantes de los ensayos actuales de la vacuna contra el COVID-19 no se les informa sobre el riesgo que corren al recibir la vacuna, ni tampoco que podrían terminar con un caso de COVID-19 más grave, en caso de contraer un virus.
Los adultos mayores son más vulnerables a la ADE y la inmunopatología letal Th2 es otro riesgo potencial
Además de todas estas inquietudes, existe evidencia que demuestra que los adultos mayores, que son los más vulnerables al COVID-19, también son los más vulnerables a la ADE. Los hallazgos preliminares de la investigación, que fueron publicados en el servidor de preprint medRxiv a finales de marzo de 2020, reportaron que, a diferencia de los jóvenes, los pacientes de mediana edad y adultos mayores con COVID-19 tienen niveles mucho más altos de anticuerpos anti-spike, que, de nuevo, contribuyen más a la infectividad.
Para terminar, considere lo que dice este artículo de noticias de PNAS sobre el riesgo de mejoramiento y disfunción inmunológica inducida por la vacuna, en especial para los adultos mayores, que es grupo de personas que más necesitarían la protección que ofrece la vacuna:
“Desde la década de 1960, las pruebas de vacunas candidatas para enfermedades como el dengue, el virus respiratorio sincitial (VRS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) han mostrado un fenómeno paradójico:
Algunos animales o personas que recibieron la vacuna y luego estuvieron expuestos al virus desarrollaron una enfermedad más grave que aquellos que no fueron vacunados. El sistema inmunológico vacunado, en ciertos casos, pareció desencadenar una respuesta pésima a la infección natural.
Este fracaso inmunológico, o la llamada mejora inmunológica, se podría manifestar de diferentes formas, como la mejora dependiente de anticuerpos (ADE), un proceso en el que un virus aprovecha los anticuerpos para favorecer la infección; o la mejora basada en células, una categoría que incluye la inflamación alérgica causada por la inmunopatología Th2. En algunos casos, los procesos de mejora pueden traslaparse.
Algunos investigadores argumentan que, aunque la ADE ha recibido la mayor atención hasta la fecha, es menos probable que las otras vías de mejora inmunológica provoquen una respuesta desregulada al COVID-19, dado lo que se sabe sobre la epidemiología del virus y su comportamiento en humanos.
"Existe la posibilidad de que se presente la ADE, pero tal vez el problema más grande es la inmunopatología Th2", dice Ralph Baric, epidemiólogo y experto en coronavirus de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
En estudios previos sobre el SARS, se encontró que los ratones viejos tenían riesgos altos de inmunopatología Th2 potencialmente mortal, en el que una respuesta defectuosa de las células T desencadena una inflamación alérgica y anticuerpos disfuncionales que forman complejos inmunes, lo que activa el sistema del complemento y, que posiblemente dañe las vías respiratorias”.