El conocimiento nos ayuda a tomar decisiones informadas respaldadas por la evidencia. Un banco no le prestará dinero a un emprendedor sin un plan de negocios. Las empresas que operan sin presupuesto no tendrán éxito.
No permitiría que un piloto sin licencia vuele su avión. No contraria a abogado que no esté acreditado por la barra de abogados. No se subiría a un taxi cuyo conductor no sepa conducir.
Sin embargo, muchos han estado tomando decisiones de salud basadas en conceptos erróneos, información errónea y, en muchos casos, mentiras descaradas. Un informe1 publicado en 2020, seis meses después de la pandemia, reveló que la mayoría de las personas en los Estados Unidos tenían un mal concepto sobre el riesgo que involucra el COVID-19. La evidencia sugiere que eso no ha cambiado mucho.
La empresa dice que los resultados son 'increíblemente impactantes'
Seis meses después del inicio de la pandemia, la organización de gestión de inversiones Franklin Templeton Investments, en colaboración con Gallup,2 publicaron un informe sobre el conocimiento de las personas entorno a la infección por COVID-19. La investigación se centró en datos fundamentales e indiscutibles sobre el riesgo para las personas, pero no abordó ninguna información que pudiera considerarse controvertida, como las opciones de tratamiento y el confinamiento. En el informe, la firma declaró:3
"Seis meses después de esta pandemia, las personas en los Estados Unidos todavía malinterpretan el riesgo de morir por COVID-19. Estos resultados son muy impactantes. Desde el principio, los datos sobre la tasa de mortalidad han demostrado que el virus del COVID-19 afecta a cierto grupo de personas, ya que la mayoría de las defunciones son de personas de edad avanzada y con comorbilidades.
Esta es quizás la única prueba indiscutible que tenemos sobre este virus. Casi todas las muertes en Estados Unidos han ocurrido entre personas mayores de 55 años; sin embargo, un gran número de personas en los Estados Unidos sigue creyendo que el riesgo para los menores de 55 años es casi similar al de las personas de edad avanzada".
El estudio sobre la recuperación de economía de las personas en los Estados Unidos realizada por Franklin Templeton-Gallup descubrió que la población general tenía mucha confusión sobre el riesgo entorno a la infección. Posteriormente los analistas separaron las opiniones y las compararon con los datos reales. Conclusión del informe:4
- En promedio, las personas de los Estados Unidos creen que las personas de 55 años o más representan un poco más de la mitad del total de muertes por COVID-19; pero la cifra verdadera es del 92%.
- Las personas en los Estados Unidos creen que las personas de 44 años o menos representan alrededor del 30% del total de las muertes; la cifra verdadera es del 2.7%.
- Las personas en los Estados Unidos sobreestiman el riesgo de muerte por COVID-19 en las personas de 24 años o menos en un factor de 50; y creen que el riesgo para las personas de 65 años o más es la mitad de lo que es en realidad (40% frente al 80%).
Cuando los datos se dividieron por grupos de edad, encontraron que la mayoría de las personas menores de 65 años en realidad no tenían idea del número real de muertes en su grupo de edad:5
Edad |
Promedio de edad de personas preocupadas por efectos graves |
Porcentaje de las muertes totales y reales |
18-24 |
59.1% |
0.1% |
25-34 |
67.1% |
0.7% |
35-44 |
69.3% |
1.9% |
45-54 |
67.9% |
5.0% |
55-64 |
69.8% |
12.2% |
65+ |
77.6% |
80.0% |
"Es muy impactante la discrepancia sobre los datos de mortalidad verdaderos: para las personas de 18 a 24 años, la cantidad de personas preocupadas por las consecuencias graves es 400 veces mayor que la cantidad real de muertes por COVID; para las personas de entre 25 y 34 años, es 90 veces mayor".
Con base en sus hallazgos, esto es lo que escribió Mark Glennon en Wirepoints:6 "La única noticia buena es que las personas de 65 años o más tienen más conocimiento sobre el riesgo elevado en su grupo de edad".7
El informe8 identificó dos factores principales sobre el malentendido fundamental en cuanto a los datos básicos de la infección por COVID-19. Esos factores fueron: información errónea compartida principalmente en las redes sociales y el sesgo partidista de los demócratas que "exageraron por mucho el riesgo de muerte por COVID-19 en las personas más jóvenes". Esto fue lo que comento la directora de inversiones en Templeton, Sonal Desai, Ph.D.:9
"Me da tristeza decirlo, pero esto no es ninguna sorpresa. El miedo y la ira son los factores más fiables; historias de miedo de jóvenes víctimas de la pandemia que insinúan que todos corremos el riesgo de morir, rápidamente se hicieron virales; al igual que las historias que culpan a los adversarios políticos.
Tanto las redes sociales como los medios de comunicación han estado generando ambos tipos de narrativas para generar más clics y aumentar su audiencia".
Publicidad
![Sabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimo]()
![Sabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimo]()
La evidencia reciente sugiere que todo sigue igual
Los datos para el estudio Templeton-Gallup se recopilaron entre el 2 de julio de 2020 y el 14 de julio de 2020, e incluyo un total de 10 014 adultos de los Estados Unidos.10 Por inquietantes que hayan sido estas ideas erróneas reportadas en las noticias y compartidas en las redes sociales en los primeros seis meses de la pandemia, la evidencia posterior sugiere que las cosas casi siguen igual.
10 de febrero de 2021, CNN11 reportó que el 25% de las personas encuestadas creia que regresar a los niveles de actividad antes de la pandemia involucra un riesgo minimo y el 66% dijo que el riesgo era grande o moderado. La encuesta se realizó entre el 5 de febrero y el 8 de febrero de 2021 e "incluyo un total 1 030 personas mayores de 18 años como muestra representativa de la poblacion nacional".12
Con base en esta encuesta que involucro pocas personas, el canal de noticias CNN descubrió que el grupo de persona menos propensas a considerar al COVID-19 como un riesgo fue el 18 a 29 años. Sin embargo, el porcentaje de personas en este grupo de edad fue casi igual que lo que se descubrio en el Estudio Templeton-Gallup realizado siete meses antes.13
En el estudio de Templeton-Gallup,14 El 59.1% de los jóvenes de 18 a 24 años estaban preocupados por los efectos secundarios graves, mientras que, en la encuesta de CNN,15 El 58% de los jóvenes de 18 a 29 años estaban preocupados por los efectos secundarios graves. Sin embargo, el porcentaje de muerte en ese grupo de edad también es casi idéntico: 0.1% en julio de 202016 y 0.4% en agosto de 2021.17
La división partidista identificada en el estudio de Templeton-Gallup también se puede encontrar en las tasas de vacunación en todo el país. En otras palabras, a diferencia de los republicanos, es más probable que los demócratas estén completamente vacunados.18 Esto continua con los datos encontrados en la encuesta de CNN,19 que reveló que el 76% de las personas que habían sido vacunadas siguen considerando al COVID-19 como un riesgo alto.
Con base en el porcentaje de personas que están vacunadas en los Estados Unidos. Aún hay muchas personas que siguen pensando que la infección tiene un efecto amplio en todos los grupos de edad. Según el rastreador COVID-19 de la Clinica Mayo20 para el 31 de Agosto 2021, alrededor del 52.7% de los adultos en los Estados Unidos estaba completamente vacunado.
El 2 de agosto 2021, el Washington Post21 reportó que el 70% de los adultos había recibido al menos una dosis. Para comprender dicha información, si el 76% de las personas vacunadas cree que el COVID es un riesgo general para la población, esto significa que entre el 40% y el 53.2% de la población aún tiene esa idea.
Con base en el estudio de CNN22 que involucro una pequeña muestra, parece que el porcentaje de personas preocupadas por los efectos secundarios graves en un amplio rango de edad probablemente no disminuyo enormemente desde los primeros seis meses de la pandemia, y 18 meses después las personas siguen operando bajo ideas erróneas.
Las personas que no se pusieron la vacuna piensan que el riesgo es muy alto
Otra encuesta23 que se realizó entre el 15 de julio de 2021 y el 27 de julio de 2021, encontró que el 67% de los adultos han recibido la vacuna antiCOVID y el 3% dice que piensa ponérsela lo antes posible. Este número casi no ha cambiado desde una encuesta previa que se realizó en junio de 2021,24 en la que el 10% respondió que quieren "esperar y ver" cómo funciona la vacuna y el 14% dijo estar seguro de que no se vacunará. Este número también se ha mantenido relativamente estable desde diciembre de 2020.
Cuando una cuarta encuesta25 descubrió que a las personas vacunadas les preocupan más las nuevas variantes del COVID que a las que no estaban vacunadas. Además, la misma encuesta demuestra que muchos de los adultos no vacunados creen que la inyección es un riesgo mayor que la infección, lo que es opuesto al 88% de los adultos vacunados que creen que la infección es un riesgo mayor que la vacuna.
La mayoría de los adultos no vacunados cree que los medios de comunicación han "exagerado" la gravedad de la pandemia, lo que podría deberse a la publicación de una gran cantidad de datos que no representan con precisión el número de personas que se han enfermado de gravedad o que han fallecido.
The Washington Post26 cita al presidente Biden, al reiterar los mismos datos de expertos en salud:27 "si no está vacunado, es mucho más probable que: 1. contraiga COVID-19; 2. sea hospitalizado; y 3. muera a causa de esta enfermedad. Esto es una tragedia".
Pero esto es todo lo contrario a lo que señalan los datos de otros países como Israel y Escocia, donde la mitad o más de las personas hospitalizados entre agosto y septiembre de 2021, ya estaban vacunadas.28,29,30,31
Al ver que difunden tanta información errónea, es fácil entender por qué en los Estados Unidos aún creen que la infección está matando a casi el mismo número de personas en todos los grupos de edad. Pero es importante mencionar que cualquier muerte por esta infección es igual a otras, como lo es cualquier muerte por enfermedad cardíaca, cáncer de pulmón, accidentes automovilísticos y ahogamientos.
Pero no por eso las personas han dejado de comer mal, fumar, conducir automóviles y nadar. El gobierno tampoco ha ordenado que se dejen de hacer estas actividades.
Si la pandemia es tan grave, ¿por qué censurar las redes sociales?
El debate sobre la censura de las redes sociales está más candente que nunca.32,33,34 Jamás nos habríamos imaginado que pudiéramos llegar a vivir este nivel de censura y menos en un país que se construyó con base en la libertad de expresión.35 Sus derechos a la libertad de expresión y a "reunirse pacíficamente y el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente y pedir al gobierno la reparación de agravios"36 son sus derechos de la Primera Enmienda. Sin embargo, algunos medios de comunicación y escritores de opinión tienen largas listas de ventajas utópicas para la censura que incluyen:3738,39
- Reducir los conflictos y evitar el pánico en situaciones de emergencia
- Reforzar la seguridad de las plataformas de Internet
- Detener el contenido percibido como "falso" e influir en la opinión pública
- Mantener a la población local bajo control
- Proteger a los usuarios de las redes sociales
El problema con estas supuestas ventajas es que alguien debe ser el responsable de determinar qué se debe censurar, qué es información falsa y en qué dirección se debe influir en la opinión pública, sin mencionar cómo decidir qué eventos justificarían "controlar" a la población, y cuáles podrían ser las medidas de control. En otras palabras, la censura garantiza que la opinión de unos pocos influirá en la mayoría. Y eso es lo que ha sucedido estos últimos 18 meses.
Como se ha demostrado, muchas personas desconocen las cifras reales detrás de la pandemia del COVID-19. Pero, al parecer, las únicas personas que están siendo censuradas en las redes sociales son aquellas que se oponen a la vacuna, que quieren garantizar un tratamiento adecuado para las personas que contraen la infección y que comparten su experiencia sobre los problemas de salud que desarrollaron tras recibir esta inyección de terapia genética.
En otras palabras, en los Estados Unidos, la información que se púbica en las redes sociales o medios de comunicación sobre la cantidad de personas que murieron a causa de la infección por COVID-19 y sobre el tratamiento adecuado, lo único que hace es confundir a la población. La información censurada, que decidieron denominar contenido falso, le ha permitido al gobierno reducir el conflicto al limitar el debate sobre vacunas, cubrebocas y protocolos de tratamiento, además de ayudar a mantener bajo control a las poblaciones locales.
Además de que las mismas "ventajas" enumeradas para la censura, también se han utilizado para manipular su comportamiento e influir en sus pensamientos. De manera irónica, uno de los argumentos en contra de la censura es que:40
"Reduce el conocimiento general del público. La censura requiere que la población esté bajo control para que, en todo momento, se puedan obtener los resultados deseados. Es un intento por evitar que las personas conozcan la verdad sobre cualquier situación.
Incluso un intento por sugerir que el contenido es falso o poco confiable, también es una forma de crear censura desde un carácter oficial".
Por desgracia, es evidente que gran parte de la población no comprende las consecuencias de aceptar la censura. Pero no solo se trata de perder la libertad de expresión y el derecho a pensar libremente; sino que, al permitir este nivel de censura, les damos el poder de controlarnos y evitamos que las personas puedan ver la verdad, una verdad que podría salvarles la vida.
Ocultan la ciencia y la verdad
Como se escribió en el reporte del Estudio Franklin Templeton-Gallup, en los Estados Unidos han "ocultado la ciencia real" y, en la mayoría de los casos, lo han hecho a base de mentiras. De hecho, los expertos en salud tienen el atrevimiento de hacer declaraciones incoherentes en entrevistas o comunicados oficiales.
Por ejemplo, en una entrevista para MSNBC, el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y principal asesor médico del presidente de los Estados Unidos, se justifica sobre el virus y el programa de vacunación como solo él sabe hacerlo, al declarar que:41
"La variante delta es la variante que predomina en este país. Al representar del 80 u 85%, y en algunas áreas incluso el 95%, pero lo que es aún más importante, han surgido infecciones irruptivas, es decir, personas vacunadas que se infectan con la variante delta, lo que sucede porque ninguna vacuna es 100% efectiva.
Ahora sabemos, sin lugar a dudas, que las personas vacunadas que contraen una infección irruptiva, en realidad tienen suficiente virus en la nasofaringe, que pueden transmitirlo a otras personas, de hecho, se ha documentado la transmisión a otras personas".
Y recomienda que todas las personas que se hayan vacunado deben utilizar cubrebocas en interiores para evitar la propagación de la infección. Su explicación es que la variante Delta ha "cambiado todo el paisaje". Sin embargo, como sabemos por otros virus, el coronavirus continuará mutando y cambiando, lo que significa que, según la explicación de Fauci, las personas siempre usarán cubrebocas para evitar la propagación de un virus en mutación continua.
El entrevistador señala que a medida que el virus siga cambiando, significa que no podremos "pasar página sobre el coronavirus, porque puede haber nuevas variantes"42 a lo que Fauci responde: "no será así, siempre y cuando, la mayoría de las personas se vacunen y al hacerlo, podríamos acabarlo".43
Entonces, en el espacio de cuatro minutos, Fauci dijo que, sin duda, las personas pueden infectarse después de la vacunación y portar suficiente virus para transmitir la infección, PERO, si la gran mayoría de las personas se vacunan, acabaríamos con el virus.
Este tipo de declaraciones, nos demuestra que es muy importante buscar informes de noticias verificables y evidencia de investigación independiente. Sin embargo, no es suficiente que usted lo sepa En este período de la historia, es responsabilidad de todos compartir la verdad de una manera no conflictiva que ayude a educar a su familia, amigos y vecinos sin que haya separación.