En esta entrevista, Steven Kirsch, director ejecutivo del COVID-19 Early Treatment Fund, analiza algunos de los datos sobre las vacunas antiCOVID, que durante varias reuniones presentó ante la Administración de Alimentos y Medicamentos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Por ejemplo, el 17 de septiembre de 2021 durante la reunión con el VRBPAC (Comité Asesor sobre Vacunas y Productos Biológicos Relacionados) de la FDA,1 Kirsch citó datos que sugieren que 1 de cada 317 niños de entre 16 y 17 años desarrollará miocarditis a causa de las vacunas antiCOVID, además de que con la tercera dosis de refuerzo, esa cifra podría convertirse en 1 de cada 2. Igualmente, también citó datos que demuestran que la inyección de Pfizer mata a muchas más personas de las que salva. Más adelante, hablaré a fondo sobre este tema.
Kirsch no quiso entrar en detalles debido a que su opinión sobre las vacunas es más flexible, todos en su familia recibieron ambas dosis de la vacuna antiCOVID. Pero decidió profundizar en los datos cuando comenzó a escuchar sobre los problemas que experimentaron otras personas. Sobre esto explicó lo siguiente:
“Después de vacunarme, una mujer me preguntó: '¿Cree que debería vacunarme?' y yo le respondí: ‘¡Claro que debería! Esta es la cosa más segura que existe. Nadie ha muerto y no causa efectos secundarios. Si tiene esta tecnología a la mano, ¡tómela!’ Solo repetía lo que escuchaba.
Y luego dijo algo que me confundió porque le dije: '¿por qué pregunta algo tan estúpido?' Y me contestó: 'Pues porque tres de mis familiares se vacunaron y murieron en el transcurso de una semana' y le dije: 'No, no, eso no puede ser cierto, es imposible’.
Traté de convencerla que estaba equivocada, que debía haber sido otra cosa. Le escribí diciéndole: 'Estadísticamente, una vacuna que no ha causado ninguna muerte, no puede matar a tres personas en una semana' y me respondió: 'Sí, pero están muertas'.
En ese momento, cambió toda mi perspectiva, aunque todavía estaba en negación. Pensaba que la FDA seguía operando de la misma manera conservadora en la que solían hacerlo en el pasado, pero no es así, tampoco sabía que ahora los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades solo tienen una misión, y es poner una aguja en cada brazo. Confiaba en nuestras agencias gubernamentales.
Pero después, me topé con otro incidente, esta vez con la persona que limpia mis alfombras. Llegó con cubrebocas, entonces le dije: 'Todos deberíamos vacunarnos, al hacerlo, ya no tendremos que usar cubrebocas' y me contestó: 'Pues me vacuné, pero sufrí una reacción grave. Sufrí un ataque cardíaco dos minutos después de que me inyectaron' y también me dijo que su esposa había desarrollado síntomas parecidos al Parkinson. Temblaba de forma incontrolable".
Las consecuencias de decir la verdad
Al final, lo que lo convenció de decir la verdad sobre estas vacunas fueron todos los datos, porque sin la verdad no puede haber consentimiento informado. Decir la verdad le trajo consecuencias, como perder relaciones profesionales e ingresos por millones de dólares.
"En pocas palabras, le puse pausa a mi vida y comencé a buscar en diferentes bases de datos y a hablar con las personas para lograr entender lo que sucedía", dijo Kirsch. “Y en todos los lugares que busqué, la respuesta era la misma y en ese momento todo me quedó muy claro. Entonces, el 25 de mayo de 2021, escribí este artículo de 250 páginas, que tal vez es el artículo más extenso de TrialSiteNews.
Escribí este artículo en una semana y al hacerlo, todos los miembros de mi junta asesora científica [COVID-19 Early Treatment Fund] renunciaron: eran 14 científicos de todo Estados Unidos y de distintos campos con diferente experiencia. Me dijeron que era 'malvado' y que no querían volver a hablar conmigo en su vida.
Les supliqué: 'Miren, si creen que me equivoqué en el análisis solo díganme en donde está mi error' y no me dijeron nada, solo que las vacunas son seguras y que debería sentirme avergonzado por lo que hice".
El 26 de octubre de 2021, Kirsch también hizo una presentación de 177 diapositivas en PDF ante la audiencia VRBPAC, la cual se titula “Questions About the COVID Vaccine".2 Este documento es una fuente de información muy valiosa que se actualiza en tiempo real, así que lo invito a echarle un vistazo, le aseguro que valdrá la pena.
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Los datos del VAERS probablemente estaban mal por un factor de 41
Kirsch explica3 cómo estimar la mortalidad por las vacunas antiCOVID, lo que él y un equipo de estadísticos han hecho con base en una variedad de fuentes, que incluyen entre otras, el Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS).
Kirsch dice que es probable que los reportes del VAERS se equivoquen por un factor de 41, lo que significa que, hasta el momento, han muerto entre 150 000 y 300 000 personas a causa de las vacunas antiCOVID.
“Analicé ocho fuentes diferentes y el VAERS es solo una de ellas. Entonces, cuando las personas dicen: 'No se puede usar el VAERS para esto, no se puede calcular la causalidad con base en sus datos, yo digo: 'Bueno, obtuvimos la misma respuesta con las otras fuentes.
En el análisis del VAERS, determinamos que las cifras del VAERS están por debajo por factor de 41, que es algo muy razonable. Hace diez años, teníamos un sistema en el que podíamos conocer todas las cosas que no se reportan ante el VAERS, así que descubrieron que las cifras del VAERS están muy por debajo. Las vacunas que pensamos que eran seguras, no lo son en absoluto. Entonces, ¿qué le sucedió? Lo cancelaron.
Entonces, la razón por la que hoy tenemos un sistema tan malo es porque así lo quisieron, ya que, si tuviéramos un buen sistema, mostraría todos los defectos de todas estas vacunas que han terminado en el brazo de las personas".
Así que, desde un punto de vista técnico, el sistema se diseñó con el fin de disminuir de manera radical el número de casos que ingresan. Se necesitan más de 30 minutos para completar un solo reporte y no puede guardarlo hasta que se complete, por lo que si por alguna razón se le acaba el tiempo debe comenzar de nuevo.
Kirsch conoce a una neuróloga en California que afirma tener 2000 pacientes con lesiones causadas por alguna vacuna antiCOVID, pero presentó dos reportes ante el VAERS, porque no le ha dado tiempo presentar los demás. Por lo que, en su caso, hay una imprecisión por un factor de 1000, y aunque la ley exige que los médicos deben presentar los reportes de eventos adversos, no los obligan, ni los castigan por no hacerlo.
También es importante considerar que nadie recibe dinero por ingresar estos datos. Entonces, si los médicos reportaran de manera responsable todos los efectos secundarios y las muertes, les tomaría bastante tiempo por el que no les pagan.
Las vacunas antiCOVID han causado más muertes que la infección en sí
En general, los cálculos de su equipo sugieren que estamos matando a 411 personas por millón de dosis (y recuerde que Moderna y Pfizer son regímenes de dos dosis) en todo el mundo. Y esa es solo la mortalidad a corto plazo. Todavía no tenemos idea de cómo estas vacunas podrían afectar la mortalidad a largo plazo.
Para que lo entienda mejor, el 21 de octubre de 2021, una investigación italiana descubrió que si se cambiaba la definición de mortalidad por COVID para solo incluir aquellos casos en los que el COVID-19 era la causa real de muerte, la tasa de mortalidad por COVID reduciría en un 97 %, es decir, de 130 000 a menos de 4000 muertes.
Kirsch cree que, en los Estados Unidos, el recuento real de muertes por COVID-19 podría ser de casi el 10 % del número reportado. Esto significa que alrededor de 75 000 personas murieron por COVID-19, mientras que la “vacuna” antiCOVID ha matado a más de 150 000, quizás hasta 300 000 personas. En otras palabras, es probable que las vacunas hayan matado de dos a cuatro veces más personas que el COVID-19.
La vacuna antiCOVID es la "vacuna" más mortífera de la historia de la humanidad
Pero se pone peor. En el ensayo de Pfizer para niños, uno de los participantes sufrió una serie de eventos devastadores, incluyendo parálisis. Sin embargo, este efecto secundario se reportó de manera errónea y se clasificó como "dolor abdominal", mientras tanto ni la FDA ni los CDC han investigado el caso.
En este ensayo, 1 de cada 1000 niños sufrió parálisis. Mientras tanto, Pfizer afirma que la vacuna salva la vida de 1 de cada 22 000 personas. Entonces, para salvar una vida del COVID, ¿estamos dispuestos a causarle una discapacidad permanente a 22 niños? Además, no hay un solo reporte de algún niño sano que haya muerto a causa del SARS-CoV-2.
Esto significa que el número necesario para vacunar y salvar a un niño sano de la muerte por COVID es infinito, ya que, para empezar, no están muriendo de COVID. Así que no cabe la menor duda que en el caso de los niños, la vacuna antiCOVID solo representa riesgos y ningún beneficio. Kirsch señala:
"Hace 20 años, en el programa 'CBS 60 Minutes' entrevistaron al Dr. Paul Offit y dijo que la vacuna antivariólica es tan peligrosa que no podría cometerse el mismo error en el futuro. La consideró la vacuna más peligrosa que se ha creado, y eso que solo mata a una persona por cada millón de personas vacunadas, una cifra que se considera bastante alta.
Si 300 millones de personas reciben la vacuna, 300 morirán. Según Offit, eso es algo inaceptable, sin importar sus palabras, acaba de votar a favor de una vacuna que mata a 822 personas por millón (si consideramos que tiene su esquema de vacunación completo, es decir, ambas dosis).
Eso significa que estas vacunas antiCOVID son más de 800 veces más mortales que la que se considera la vacuna más mortífera en la historia de la humanidad. Así que no cabe la menor duda. Se trata de las vacunas más mortales que ha creado el hombre y que se promocionan como seguras y efectivas".
A menor edad, más mortales
Con base en los comentarios del Dr. Peter McCullough, Kirsch también analizó la tasa de mortalidad de las vacunas antiCOVID según la edad. En el caso de las personas de 80 años, matamos a dos para salvar a uno. Para las personas de 20 años, matamos a seis para salvar a uno. Como puede ver, existe una correlación lineal clara entre la edad y la mortalidad de estas "vacunas".
Cuanto más joven sea, mayor es la probabilidad de morir. El análisis de Kostoff4 encontró este mismo patrón. Ronald N. Kostoff es un afiliado de investigación en Gainesville, Virginia, que en el 2016 escribió una revisión pericial sobre la falta de reportes de eventos adversos en la literatura biomédica.5
En una revisión que se publicó en octubre de 2021, Kostoff descubrió que por cada persona de edad avanzada que salvan las vacunas, mueren cinco, y las proporciones empeoran a medida que disminuye la edad. Dicho esto, "las vacunas en realidad no benefician a ningún grupo de edad", dijo Kirsch.
“Nadie debería recibir estas vacunas. Ninguno de los análisis de riesgo-beneficio demuestra que produzcan algún beneficio. A lo que me refiero es que nadie aceptaría una intervención que tiene la misma probabilidad de matarlo que de salvarlo. Para que la intervención valga la pena, debe tener al menos 10 veces más probabilidades de salvarlo que de matarlo, porque es una intervención opcional. ¿Cuál es el beneficio de una intervención que solo ofrece el 50/50?
Otra cosa de la que quiero hablar es que, en el argumento del beneficio social, las personas afirman: 'Si alguien no se vacuna, es un egoísta". Bueno, eso es completamente irracional.
¿Alguna vez ha visto un análisis de los CDC que demuestra un beneficio social por vacunarse? No, porque no existe. Y no existe por una razón, el beneficio es tan bajo que parecería ridículo. Y aunque admitiéramos que no es de cero, la cifra sería tan pequeña que se consideraría insignificante.
Si estas vacunas no representaran un riesgo para la salud, se podría decir que producen algún beneficio social. Podría aceptar eso. Pero no, ponen su vida en riesgo, ya que 1 de cada 1000 personas morirá a causa de estas vacunas. Entonces, si digo, suponga que sacrificar su vida podría salvar a 100 personas por año (por ejemplo, a 10 personas se les da otros 10 años de vida).
Cuando hice esta pregunta en una casa club, nadie quiso levantar la mano para ofrecerse como voluntario: sacrificar su vida para salvar 100 personas por año. Entonces dije: 'Está bien, ¿qué opinan de 1000 personas por año? Entonces, si digo, suponga que sacrificar su vida podría salvar a 1000 personas por año, ¿lo haría? Nadie haría eso, no tiene sentido.
Tenemos un derecho constitucional a la vida. Y no creo que aferrarse a la vida lo haga una persona egoísta. Tiene familia, tiene amigos, tiene seres queridos, tiene personas con las que interactúa. ¿Por qué le pediría que sacrifique su vida?
Todos y cada uno de nosotros contribuimos con la sociedad de una forma u otra. ¿Por qué le pediríamos a alguien que sacrifique su vida por un posible beneficio social? Tal vez deberíamos preguntarle a Joe Biden: 'Joe, si pudieras dar tu vida para salvar a 1000 personas, ¿lo harías?', sería muy interesante ver qué contesta".
Los CDC vuelven a manipular las estadísticas
Para contrarrestar todos estos datos, hace poco los CDC publicaron un análisis,6 que concluyó que las personas que reciben la vacuna antiCOVID tienen una probabilidad dos tercios menor de morir por cualquier causa.
“Le envié a Janet Woodcock mis 180 preguntas y le dije: 'Janet, apuesto a que no puedes responder ninguna de estas 180 preguntas. ¿No es algo que te preocupe? a lo que ella contestó por correo electrónico: 'Sí, pero ve el análisis de los CDC, que demuestra que después de recibir la vacuna, la tasa de mortalidad se redujo a dos tercios’.
Cuando mis amigos y yo lo vimos en el periódico, nos moríamos de risa. Las estadísticas sobre personas de 18 a 44 años demuestran que el 35 % muere a causa de accidentes. El resto muere por alguna enfermedad: cáncer, enfermedad cardíaca, lo que sea. Por lo tanto, lo que significa que, si obtiene una reducción de dos tercios, ahora debe reducir la cantidad de accidentes que sufren las personas. Es decir, ya no pueden morir a causa de ninguna enfermedad y también es menos probable que sufran accidentes.
La única forma de conseguir una reducción de dos tercios en la tasa de mortalidad por cualquier causa es que ya nadie muera por ninguna causa, ninguna enfermedad, lo que también reduce el número de accidentes que sufren las personas. Entonces, esta vacuna los hace inmortales. Pero si dejamos de lado las bromas, no hay ningún mecanismo de acción que pueda justificar que las personas estarán mejor después de recibir estas vacunas.
No producen ninguna mejoría. No lo hacen inmortal. Todo lo contrario, debilitan su sistema inmunológico. Lo hacen más susceptible al COVID. En el Reino Unido, demostraron que las personas de 40 años que recibieron la vacuna tenían el doble de probabilidades de infectarse tras finalizar el periodo de protección.
En los Estados Unidos, hay hospitales con una tasa de vacunación comunitaria del 50 %, mientras que el 90 % de los ingresos hospitalarios son de personas vacunadas. Esas estadísticas no se pueden inventar.
De hecho, los CDC recibieron estas estadísticas y decidieron ignorarlas. Entonces, inventan y manipulan las cosas, y este artículo es una prueba de que los CDC pueden sacarse de la manga cualquier cosa, pero mientras tenga el logo de los CDC impreso, las personas lo creerán ciegamente".
El mayor fraude de la historia de la medicina
A fin de cuentas, la campaña de vacunación contra el COVID es el mayor fraude médico en la historia moderna. Como dice Kirsch, se trata de algo que está destinado al fracaso. Algo que ha durado tanto tiempo porque muchas personas no quieren ver la realidad.
“Jamás había visto, ni escuchado de algo como esto porque los conspiradores que cuentan esta narrativa falsa son todas las agencias de tres letras del Departamento de Salud y Servicios Humanos: la FDA, los CDC y los NIH.
Todos están coludidos, el Congreso, los medios de comunicación y la comunidad médica, todos son cómplices. Entonces, se trata de un ataque masivo. No tienen ni un poco de credibilidad.
La reputación de los principales medios de comunicación, la academia médica, el Congreso y las agencias gubernamentales será destruida porque al igual que yo, muchas personas han levantado la voz: 'Lo único que pedimos es que vean los datos, pero en lugar de escucharnos y entablar un dialogo, han decidido ignorarnos y censurarnos.
Por cierto, la estrategia para cambiar esto es que vamos a publicar una serie de anuncios. Cada uno de los anuncios contará con una personalidad única, como un Dr. Peter McCullough, una figura deportiva, quien sea. En estos anuncios relatarán sus experiencias con las vacunas. Y dirán: 'antes de vacunarse, infórmese. no se cierre, escuche el otro lado de la historia.’
Esto es muy razonable porque las personas no están escuchando el otro lado de la historia, porque los CDC se han encargado de eso. Es muy obvio. Cuando la Casa Blanca tiene una lista de objetivos de censura, todo queda bastante claro. Y los principales medios de comunicación, como CNN, ¿alguna vez ha visto a McCullough en CNN? No, porque no quieren que conozca el otro lado de la historia.
Estados Unidos solía ser un país lleno de diversidad de opiniones, en el que había libertad de expresión, un país en donde podía expresar su opinión con libertad. Pero ahora todo es diferente, esa libertad quedó atrás. Si no está de acuerdo con la narrativa principal, lo censuran. Entonces, lo que vamos a hacer es publicar una serie de anuncios y solo podremos publicarlos en medios alternativos, porque los medios principales jamás apoyarían esta iniciativa".