Por el Dr. Mercola
Encontrar tiempo para comer juntos, como una familia, es una forma sencilla de mejorar el vínculo familiar, y más allá de eso, para obtener importantes beneficios para la salud y calidad de vida. Contrario a la creencia popular, muchas familias en los Estados Unidos hacen tiempo para tener comidas familiares.
Una encuesta de Gallup reveló que el 53 % de los adultos, quienes tenían hijos menores de 18 años de edad, dijeron que cenaban juntos en casa seis o siete noches a la semana. Esto promedia 5.1 cenas juntos, como una familia, por semana.1
Si su horario o estilo de vida actual no le permite tener comidas familiares (recuerde que obtendrán beneficios al comer juntos a cualquier hora del día, incluso en el desayuno o almuerzo), modificar sus actividades, planificar su agenda de trabajo y comida para poder hacerlo, le aportará grandes beneficios.
¿Por Qué Deben Comer Juntos Como Una Familia?
En los escritos de los archivos de la medicina iraní, los investigadores describieron que la cena familiar es como un "agente de conexión familiar", que podría influir en la salud mental.2 De hecho, los niños que comieron la cena juntos, cinco o más veces por semana, eran menos propensos a sufrir trastornos mentales, así como obesidad.
Ellos escribieron que "Tales recomendaciones simples, para que las familias realicen cenas familiares, podrían ser factibles, sostenibles y eficaces, para promover la salud y las enfermedades". De hecho, no es la primera vez que tales efectos significativos se han vinculado al acto de cenar juntos.3
En 2010, el informe "The Importance of Family Dinners VI" de CASAColumbia en la Universidad de Columbia, reveló que los adolescentes que tenían frecuentes cenas familiares (cinco a siete veces por semana) eran menos propensos a presentar comportamientos riesgosos, en comparación con los que tenían menos de tres cenas familiares por semana.
En concreto, los adolescentes que no tenían frecuentes comidas familiares tuvieron el doble de probabilidad de fumar tabaco, casi el doble del riesgo de beber alcohol y una probabilidad 1.5 mayor de consumir marihuana.4
Los adolescentes que no comían frecuentemente con sus familias, también fueron mucho más propensos a decir que podían acceder y consumir un exceso marihuana o medicamentos prescritos en una hora o menos, mientras que los adolescentes que tenían comidas familiares frecuentes no accedieron a ellos.
Los padres de adolescentes podrían sorprenderse al saber que el 72 % de los adolescentes encuestados dijeron que consideraban que tener cenas familiares frecuentes era muy o sumamente importante.
Una de las razones evidentes es porque esto les permite a los padres sentarse y hablar con sus hijos y adolescentes sobre lo que pasa en sus vidas, con sus amigos y en la escuela. Joseph A. Califano Jr.--fundador y presidente de CASA, y ex Secretario de Salud, Educación y Bienestar de los Estados Unidos--dijo:
"Desde hace mucho tiempo, sabemos que cuanto más a menudo los niños cenan con sus padres, menos probabilidades tienen de fumar, beber o consumir drogas.
Ahora, podemos confirmar otro efecto positivo causado por las cenas familiares--que cuanto más a menudo los adolescentes cenan con sus padres, más probable es que reporten hablar con sus padres sobre lo que acontece en sus vidas...
En el actual mundo ocupado y sobrecargado que vivimos, tomar el tiempo para reunirse para cenar realmente hace la diferencia en la vida de un niño".
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¿Cuáles Son las Barreras a la Hora de Comer en Familia?
Al utilizar los datos de la American Time Use Survey, los investigadores deconstruyeron las comidas familiares en los Estados Unidos para determinar cuáles eran algunos de los factores clave que influyeron en la probabilidad de reunirse para una comida, cuantificados en función de "comer con los niños" o "tener una cena familiar".
Los hombres solteros tenían menos probabilidades de hacerlo, en comparación con los hombres que tenían pareja o estaban casados; y las mujeres casadas eran más propensas a comer con sus hijos o tener una cena familiar, en comparación con los hombres casados.
Además, la situación laboral influyó en las probabilidades de tener una comida familiar, pero solo en el caso de las mujeres, al contrario de los hombres. Los investigadores señalaron que:5
"En los hogares dirigidos por ambos padres, las mujeres tenían menores probabilidades de tener una cena familiar, cuando ambos padres tenían empleo, en comparación [con] un hogar dirigido por ambos padres, donde el hombre tenía empleo, mientras que la mujer no trabajaba.
La estructura de la familia, genero de los padres y estatus laboral, son factores que influyen en la probabilidad de tener una cena familiar".
Si su horario de trabajo no le permite tener una cena familiar, debe ajustar la hora de la comida familiar a una hora más temprana del día--incluso un desayuno temprano por la mañana.
Además, esta es una estrategia útil para las familias que tienen múltiples actividades después de la escuela o por la noche, y de hecho es algo que recomiendo para todas las familias que buscan optimizar su salud.
Agende la 'Cena' Familiar Tan Temprano Como Pueda
En términos de su salud, cuanto antes cene será mejor—lo ideal es que, esto sea por lo menos tres horas antes de dormir, si es posible; y si no puede, entonces lo ideal es que consuma una cena muy ligera.
De hecho, en el caso de los adultos, consumir dos comidas al día podría estar más cerca de lo ideal, y en particular, si lo hace en un rango de tiempo de seis a ocho horas consecutivas (tales como el desayuno y el almuerzo, o almuerzo y cena).
Como se mencionó anteriormente, si decide cenar, es importante evitar comer tarde, lo ideal es terminar de comer por lo menos tres horas antes de dormir, ya que este es el momento donde está menos activo, en términos metabólicos. Eso promoverá una buena salud mitocondrial y general, mientras que evita un daño celular.
En resumen, ya que su cuerpo utiliza la menor cantidad de calorías al dormir, agregar--en ese momento--combustible en exceso, generará una excesiva cantidad de radicales libres, que dañarán sus tejidos, acelerarán el envejecimiento y contribuirán a la aparición de enfermedades crónicas.
Si bien, los niños y adolescentes también se benefician al evitar consumir los alimentos a última hora del día, no necesitan limitarse a consumir dos comidas por día; es probable que necesiten consumir tres comidas completas por día, a menos que tengan un exceso de peso.
En el caso de los niños y adolescentes, la consideración principal sería el tipo de alimento que consumen. Lo ideal es que, todas sus comidas estén principalmente constituidas por alimentos verdaderos--no alimentos procesados, comida rápida, ni snacks dulces.
Otra consideración fundamental es beber mucha cantidad de agua pura y evitar las bebidas endulzadas. En resumen, ¡no consuma mucha cantidad de alimentos antes de dormir! Si bien, el valor social de comer juntos como una familia es sustancial, podría tener la misma conexión al comer en cualquier momento del día.
Las Comidas Familiares Son Beneficiosas Para Su Cintura y Bienestar Emocional
Volviendo a la razón por la qué es tan importante comer en familia, la investigación publicada en la revista Journal of Nutrition Education and Behaviour reveló que las comidas familiares que son frecuentes podrían tener un efecto protector sobre la salud mental de los adolescentes.6
Los que compartieron cinco o más comidas familiares por semana tuvieron menos síntomas depresivos y dificultades emocionales, aunado a un mejor bienestar emocional. En el caso de los síntomas depresivos que presentaron las niñas, el vínculo protector fue particularmente fuerte.
Mientras tanto, tener frecuentes cenas familiares, junto con rutinas consistentes, a la hora de cenar, estuvo asociado con una menor puntuación en el índice de masa corporal (BMI, por sus siglas en inglés) en los niños, lo que sugiere que esto podría ayudar a prevenir la obesidad infantil.7
Una vez más, lo que cuenta es comer juntos, no la hora de la comida. Como tal, la investigación también demuestra que consumir el desayuno juntos proporciona beneficios.
Los investigadores concluyeron que "La frecuencia del desayuno familiar estuvo relacionada con varios indicadores de mejor calidad en la alimentación... y un menor riesgo de sobrepeso u obesidad en los adolescentes".8 Además:
• Las investigaciones demuestran que los niños que comparten comidas familiares, tres o más veces por semana, tienen más probabilidades de estar en un rango de peso saludable y de hacer mejores elecciones alimenticias; asimismo, son más propensos a consumir alimentos saludables y menos propensos a comer alimentos poco saludables, y a desarrollar trastornos alimenticios.9
• Un estudio de la Universidad de Cornell encontró que las familias (tanto los adultos como los niños) que cenaban en la cocina o comedor tenían índices de masa corporal significativamente menores, en comparación con las familias que comían en otro lugar.
En el caso de los niños varones, permanecer en la mesa hasta que todos hayan terminado de comer, también estuvo asociado con un menor BMI.10
• Los investigadores de la Conferencia Europea Sobre la Obesidad informaron que los niños que no comían con sus padres, al menos dos veces por semana, tenían 40 % más probabilidades de padecer un exceso de peso, en comparación con los que sí lo hacían.11
Otras investigaciones demuestran que, con cada cena familiar adicional, los adolescentes tuvieron:12,13
- Mayor autoestima y satisfacción con la vida
- Conductas más confiables y útiles hacia los demás, y una mejor relación con sus padres
- Mejor vocabulario y rendimiento académico
- Menores tasas de embarazo en adolescentes y absentismo escolar14
- Mayor resiliencia al estrés
Para Tener una Exitosa Comida Familiar Deben Evitarse los Dispositivos Electrónicos
Además, una menor incidencia en el uso de medios de comunicación a la hora de comer—ocasionado por el control parental--también estuvo relacionado con mejores resultados de salud en los niños,15 que es la razón por la que es importante que durante la comida familiar no haya acceso a teléfonos celulares, televisión ni otras formas de medios de comunicación. Utilice el tiempo para hacer un vínculo con sus hijos, y realmente escuchar lo que tienen que decir.
También, trate de involucrar a sus hijos en el proceso de elaborar la cena (así como en la planificación de las comidas), y luego haga preguntas simples, como por ejemplo, qué fue lo mejor en el día de su hijo o qué fue lo que hizo que su hijo se sintiera estresado.16
Incluso, en la revista Journal of Marriage and Family, los investigadores concluyeron que, "Los efectos de las cenas familiares en los niños dependen del grado en que los padres utilizan el tiempo para hacer un vínculo con sus hijos y aprender sobre sus vidas diarias.17,18
Si no sabe de qué hablar, el proyecto The Family Dinner Porject tiene una gran cantidad de iniciadores de conversación agrupados por edades.
Ellos indican que, "Una pregunta bien formulada es la forma más rápida de conectarse, después de un largo día". "Los denominamos iniciadores porque imaginamos que estimularán a que surja una conversación más profunda sobre las cuestiones que son relevantes". Por ejemplo:19
- Edades de 2 a 7 años: ¿Cuál sería tu mueca chistosa favorita? Nombra tres cosas que son divertidas.
- Edades 8 a 13 años: ¿Cuáles serían las tres nuevas tradiciones chistosas que sugerirías para nuestra familia? ¿Qué más esperas que suceda en el nuevo año escolar (u otoño)?
- De 14 a 100 años: ¿Cuál sería tu talento más inusual? ¡Demuéstralo! Si pudieras crear una escuela dedicada a la diversión, ¿cómo sería? ¿Qué clases se enseñarían allí?
La Planeación de las Comidas es el Primer Paso, Antes de las Comidas Familiares
Las buenas intenciones de sentarse a compartir una comida familiar podrían desparecer rápidamente si no se ha planeado algo concreto para cenar.
Hacer una planeación de las comidas podría evitar toda esta situación, al ayudarle a programar aproximadamente una semana--por adelantado--lo que comerá durante la misma.
Esto no solo le ayudará a comer más sanamente, sino que (habrá menos probabilidad de recurrir a comprar comida rápida), podría reducir el desperdicio de alimentos, mientras que disminuye el estrés de averiguar qué comer.
Y aunque podría parecer complicado tomar tiempo para planificar sus comidas, en realidad al hacer esto, ahorrará tiempo a largo plazo.
La planificación de las comidas podría ser tan simple o compleja como lo desee (desde anotar sus comidas básicas en un calendario, hasta crear hojas de cálculo completas con todos los ingredientes necesarios).
Elija un formato que le funcione, enseguida, reserve un poco de tiempo como, por ejemplo, en las mañanas de los domingos o las noches de los viernes, para determinar lo que su familia comerá la siguiente semana.
Asegúrese de considerar una gran variedad de ellas en función de su sabor y nutrición, y elija las recetas que incluyan alimentos verdaderos, no los que requieren ingredientes procesados.
Probablemente observe que, cuantas más veces coman juntos todos los miembros de la familia, más querrán continuar haciéndolo.
Una ventaja adicional es que podría enseñarles a sus hijos los fundamentos de la cocina y trasmitir los métodos de cocina tradicionales, conforme prepara los alimentos. Cada niño podría desempeñar un rol, desde poner la mesa, hasta lavar los platos, lo cual ayuda a establecer un ambiente de confianza y responsabilidad.
Finalmente, si valora la importancia que tiene una comida familiar, debe convertirla en una prioridad. Esto podría significar preparar una comida saludable para hacer un picnic, durante algunas noches, después de la práctica de fútbol, o levantarse temprano para sentarse y consumir una comida en la mesa, antes de que todos continúen con sus tareas diarias.
Haga el esfuerzo de comer juntos, tan a menudo como le sea posible, programe actividades no tan esenciales, en función de las comidas, y no al revés.