Por el Dr. Mercola
La mayoría de nosotros sabe poco o nada de cómo, tras bambalinas, las fuerzas controlan los alimentos que compramos, además de la profundidad de la corrupción que existe. Philip Howard, Ph.D., autor de "Concentration and Power in the Food System: Who Controls What We Eat?", estudia los cambios en el sistema alimentario, enfocándose en la observación de estas tendencias.1
"Mi motivación [para escribir el libro] fue descubrir lo que está pasando, con el fin de ayudar a las personas a entender qué le pertenece a quién y todas las estrategias que estas empresas dominantes utilizan para incrementar aún más su poder", dice.
Su trabajo ha sido presentado por muchos medios de comunicación destacados, incluyendo al New York Times, Washington Post y el Chicago Tribune. Es profesor adjunto en el departamento de sustentabilidad de las comunidades en la Michigan State University y tiene un Ph.D. en sociología rural.
El Objetivo: La Monopolización Global
Algo de lo que muchos no se dan cuenta es que sólo unas pocas firmas controlan el sistema alimentario mundial, desde las semillas hasta los supermercados. Como señaló Howard:
"La tendencia en la mayoría de las industrias es que cada vez haya menos y menos empresas para incrementar su poder. Un ejemplo realmente dramático es el de la industria de la cerveza.
Cuatro empresas con sede en Europa fabrican cerca de la mitad de la cerveza del mundo. Y muy pronto se reducirán a tres ya que Anheuser-Busch InBev está adquiriendo a SABMiller.
Incluso si es una empresa muy dominante, está atrapada en este sistema en el que se tiene que crecer o ser adquirido por sus grandes competidores.
Pero resulta que cada vez son menos y menos las personas que toman las decisiones sobre los alimentos que consumimos. Incluso se especula que con esta adquisición InBev no está aumentando sus ventas lo suficiente por lo que van a tener que adquirir una gran empresa de soda, incluso quizás a Pepsi o Coca-Cola".
Al adquirir a SABMiller por $103 mil millones, ahora InBev es una de las tres empresas de alimentos más grandes del mundo. InBev también es propietaria de Anheuser-Busch, que produce Budweiser, una de las marcas de cerveza más famosas. En algunas partes, como África y América Latina, InBev ya tiene establecido su monopolio.
Las normas y regulaciones antimonopolio que fueron promulgadas por el gobierno federal están destinadas a prevenir este tipo de monopolios.
De hecho, cuando las grandes corporaciones quieren comprar otras grandes empresas, se requiere un riguroso proceso de evaluación antes de que se les autorice la fusión. Entonces, ¿cómo es que la construcción de este tipo de monopolios sigue ocurriendo? Howard explica:
"A principios de 1900 se aprobaron varias leyes para evitar estos consorcios y combinaciones que dieron lugar a los monopolios en el mercado.
Eso cambió drásticamente a partir de la década de 1980. Reagan fue elegido como presidente y orientó a los jefes de las agencias federales hacia una visión muy distinta con respecto a las fusiones y adquisiciones.
Al mismo tiempo, los jueces federales estaban siendo adoctrinados en la Escuela de Economía de Chicago. Se les pagó para ir de viaje a Arizona, Florida y otros lugares parecidos. Jugaron al golf.
Luego asistieron a esos seminarios donde aprendieron sobre las fusiones y adquisiciones que, a menos de que aumentaran de inmediato los precios para los consumidores, eran buenas para todos.
A principios de los 90, dos tercios de los jueces federales habían participado en alguno de esos programas. Ahora es básicamente imposible ganar un caso antimonopolio en las cortes federales".
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Los Monopolios No Benefician al Público
La verdad es que los monopolios sólo benefician a las corporaciones implicadas, no a la población en general. Sólo refuerzan el poder de la empresa, incluida su influencia política.
De hecho, muchos ejecutivos de corporativos multinacionales forman parte de los comités consultivos federales y de los grupos de trabajo de acuerdos comerciales mundiales.
Algunos de estos acuerdos comerciales internacionales se mantienen en secreto incluso para el Congreso de Estados Unidos, sin embargo, hay ejecutivos de grandes empresas multinacionales presentes durante esas negociaciones.
Cuando las grandes empresas pueden influir sobre las agencias reguladoras que están autorizadas para controlarlas, son capaces de eludir el proceso normativo y formar lo que en esencia es un cártel.
"Un buen ejemplo de ello es la industria de las semillas, que fue adquirida por grandes compañías químicas a principios de la década de 1980. Se redujeron sólo a seis empresas cuando antes había más de 30.
Estas seis grandes empresas químicas, que también son empresas de semillas, tienen acuerdos de concesión de licencias bilaterales para tecnologías de ingeniería genética (GE).
Los agricultores de productos básicos que desean características transgénicas, como la resistencia a los herbicidas--las empresas de semillas que son independientes no tienen acceso a esas tecnologías--se dejan adquirir por estas empresas o terminan saliéndose del negocio. Justo ahora, es posible que esas seis grandes empresas se reduzcan sólo a tres.
BASF... ha dejado el mercado de las semillas. Bayer está tratando de adquirir a Monsanto, Dow y DuPont planean fusionarse... [y] ChemChina, una empresa china de productos químicos, está adquiriendo a Syngenta".
Los Monopolios de Semillas Fueron Creados por las Empresas Químicas
Monsanto es el ejemplo clásico de la corrupción entre el gobierno y la industria. "Hay personas que sólo van de un lado a otro entre Monsanto y las agencias que se supone que deberían estar regulando esa compañía", señala Howard. Sin lugar a duda, esta influencia es parte del éxito de Monsanto.
La concesión de patentes para las semillas y las restricciones subsiguientes sobre las semillas han dado lugar a lo que básicamente es el control de las empresas químicas sobre la industria agrícola. La patentabilidad de las semillas beneficia a estas empresas de muchas maneras.
Los agricultores no sólo tienen que comprar semillas nuevas cada año, debido a que las patentes no permiten almacenar o intercambiar semillas, estos cultivos transgénicos también requieren la utilización de ciertos productos químicos, lo cuales por supuesto también son elaborados y vendidos por estas compañías.
"Monsanto está utilizando protecciones de propiedad intelectual muy sólidas sobre las semillas de los Estados Unidos y está tratando de extender ese modelo a todo el mundo.
Con los acuerdos comerciales, están obligando a otros países a cambiar sus leyes para proteger a empresas como Monsanto, en lugar de permitir que los agricultores de loa Estados Unidos almacenen y replanten sus semillas, incluso algunos agricultores han ido a prisión por guardar semillas, sin mencionar los millones de dólares en multas", dice Howard.
Hay muchas razones para sospechar que las semillas transgénicas fueron desarrolladas para aumentar las ventas de productos químicos, ya que la mayoría de los beneficios que se afirma que tienen las semillas GE han resultado ser falsos.
Sólo como ejemplo, Monsanto insistió en que era biológicamente imposible que la maleza desarrollara resistencia al glifosato, sin embargo, ahora hay maleza súper resistente apoderándose de más de 60 millones de acres de cultivos en las tierras estadounidenses.2
La respuesta de la industria de la biotecnología química es desarrollar cultivos resistentes a herbicidas más tóxicos, pero cualquier persona con poco cerebro debe saber que esta "solución" sólo agravará el problema y también creará maleza resistente a estas toxinas más fuertes.
Tarde o temprano, tendremos que abandonar la carrera química o los alimentos serán demasiado tóxicos para ser consumidos incluso a corto plazo.
A Pesar de la Profunda Preocupación, los Cambios Beneficiosos También Están en Marcha
En su libro, Howard explora toda la cadena de suministro, desde la semilla y el cultivo, hasta el procesamiento y distribución al mercado minorista, y observa cómo han cambiado las cosas a lo largo de los años.
Por ejemplo, en 1937, había cerca de 6.8 millones de agricultores en Estados Unidos, que en ese momento tenía una población de cerca de 100 millones. Hoy en día, tenemos menos de 2 millones de agricultores y más de 325 millones de habitantes.3
Y lo que es peor, se estima que dos tercios de los productos agrícolas que se venden en los Estados Unidos provienen sólo de 100 000 granjas, y estas granjas de media a gran escala siguen creciendo.
Las razones de esta tendencia son muchas, pero los subsidios gubernamentales desempeñan un papel importante. Alrededor del 85 % de los subsidios federales van al 10 % de las granjas más importantes, lo cual refuerza sus ventajas y les permite extenderse y comprar las granjas vecinas.
Hay algunas preocupaciones muy claras y reales acerca de nuestro sistema de distribución de alimentos. Pero, aunque la situación puede parecer deprimente, también se están produciendo cambios beneficiosos. Como señaló Howard:
"Hay muchos esfuerzos por resistir a estas tendencias... Las grandes empresas se están haciendo más grandes... porque no tienen otra forma de crecer.
Por ejemplo, las ventas de cerveza en los Estados Unidos, en realidad están equilibradas, excepto por el sector de la cerveza artesanal. Ha habido un aumento dramático en el número de cervecerías en, ahora son miles y miles.
Su porcentaje de ventas supera el 10 %. Si observa sólo el pasillo de cervezas en el supermercado, en definitiva, hay muchas más opciones de las que había hace 10 o 20 años. Una solución que los grandes productores de cerveza han probado, apenas en los últimos años, es comprar algunas de esas cervecerías artesanales.
Pero el problema ya se salió de control. Las personas se han alejado de las grandes empresas productoras de cerveza y éstas no están aumentando sus ventas en absoluto--es por eso que tienen que mirar hacia otras partes del mundo para crecer.
Hay muchos [otros] ejemplos como [los] de otras partes del sistema alimentario. Por ejemplo, la crianza de pavos de raza.
Los números han aumentado mucho, aunque para el año 2000, había menos de 2000 pavos que no eran blancos de pechuga ancha, en todo el país. Las personas están creando más y más de estas alternativas. Es difícil encontrarlas y apoyarlas".
Sin duda, una alternativa es cultivar algunos de sus propios alimentos. No todos podemos cultivar todo tipo de alimentos o criar nuestro propio ganado, pero la mayoría de las personas pueden plantar algo.
En la actualidad, yo cultivo cerca de la mitad de todos los alimentos que consumo en una semana. Como señaló Howard:
"Por ejemplo, incluso si no tiene espacio, puede plantar algunos germinados. De esa manera se hace un poco autosuficiente. Si no tiene ningún espacio para tener un jardín con macetas, entonces puede establecer vínculos con los agricultores locales.
Cada vez hay más granjas y cooperativas agrícolas que son apoyadas por la comunidad, en las cuales una vez al mes los agricultores y clubes de compra se reúnen en un punto de entrega.
Es bastante alentador ver que las personas están verdaderamente hartas del sistema alimentario industrial y están encontrando todas estas alternativas y crean más espacios donde sean exitosas".
Cómo las Fusiones y Adquisiciones Corporativas Impactan la Calidad de los Alimentos
En su libro, Howard presenta muchos ejemplos de casos interesantes, como el de la leche de soya Silk, que es una gran muestra de cómo se ve afectada la calidad de los alimentos cuando una pequeña marca íntegra es adquirida por una gran entidad convencional.
En lo personal, no recomiendo beber leche de soya. No es saludable por varias muy buenas razones, su contenido de lectinas es una gran desventaja.
Sin embargo, Steve Demos, que fundó la marca Silk creía sinceramente que la leche de soya era un producto saludable.
Una de las limitaciones que enfrentó fue llegar a los supermercados convencionales debido a que cobran tarifas de asignación de miles de millones de dólares al año. Colocar un solo producto en una cadena regional de supermercados puede costar decenas de miles de dólares. La forma en que Demos fue capaz de hacer realidad su visión fue acercándose a grandes empresas como Coca-Cola.
Dean Foods fue una de las compañías de las que obtuvo financiamiento. Ellos pagaron los costos de asignación de espacio para lograr que la leche de soya Silk entrara a los supermercados.
La marca creció exponencialmente, y en un momento, Silk fue dueña de más de tres cuartas partes del total de ventas de leche de soya, que es más o menos un monopolio.
El precio que Demos pagó fue perder el control de su compañía en manos de sus inversionistas. Con el tiempo, Dean Foods adquirió el 100 % de la compañía, y Demos no pudo bloquear la operación.
"No es de sorprender que Dean Foods redujera su compromiso con el uso de ingredientes orgánicos y redujera el convenio de emplear soya norteamericana. Comenzaron a comprar soya de China y Brasil, y dejaron de ser una empresa 100 % orgánica a ser quizás 6 % orgánica hoy en día", dice Howard.
Stonyfield es otro ejemplo de una empresa cuyo fundador era una persona idealista y altruista dedicada a ofrecer el mejor producto posible, pero que finalmente perdió el control de su empresa en un esfuerzo por crecer. En el proceso, la calidad del producto también se redujo.
"Stonyfield fue un caso interesante porque Gary Hirshberg, el fundador, tuvo que pagar a todos sus inversores, amigos y familiares que lo habían ayudado a crear esta empresa, y también quiso que sus productos estuvieran disponibles a más consumidores.
Pasó mucho tiempo negociando una compra con Danone, la compañía francesa de yogur. Pero su discordia fue con respecto al aumento de las ventas, por lo que tuvieron que aminorar algunos de sus ideales, como su compromiso con los ingredientes orgánicos con el fin de incrementar las ventas. Ahora, están muy vulnerables y podrían llegar a ser parte de una empresa extranjera".
Ejemplos de Empresas que se Negaron a ser Compradas
En un tono más positivo, algunas compañías han resistido grandes ofertas de compra, debido a que se rehúsan a sacrificar sus ideales. Un ejemplo es Clif Bar.
En el último minuto, Gary Erickson rechazó una oferta de $ 60 millones de Quaker Oats, una sección de Pepsi, porque vio que no se estaban cumpliendo muchas de las promesas que le habían hecho al principio de las negociaciones.
No se sentía seguro de estar manteniendo su compromiso con sus ideales. Por lo tanto, Clif Bar sigue siendo independiente, y está dándole dinero a varias causas ambientales.
Otro ejemplo intrigante es el de Eden Foods, que desde el principio ha mantenido estándares orgánicos muy altos--tan altos que de hecho se negaron a poner la etiqueta de producto orgánico del USDA, a pesar de ser orgánicos, ya que pensaron que el etiquetado de productos orgánicos podría estar comprometido. Según Howard:
"Son una empresa que tiene el compromiso de comprar a proveedores locales y no [utilizar] demasiados agentes de tecnológicos de transformación. Se opusieron a reducir los estándares de sus procesos orgánicos para no permitir los sintéticos. Siguen si colocarle la etiqueta orgánica del USDA a sus productos. Fueron muy afortunados.
Han estado vigentes durante tanto tiempo--desde los años 70--que su integridad es bien conocida por cierto número de consumidores. Fueron capaces de entrar en un sistema de distribución.
Es muy probable que, si estuvieran tratando de comenzar hoy, no lo lograrían. Es lamentable que muy pocas personas sepan qué compañías son independientes, tales como Nature's Path y Bob's Red Mill.
En realidad, Bob contrató a alguien específicamente para defenderse de las ofertas de compra. Sólo para decirle 'no' a quienes pregunten. Bob ni siquiera escuchaba las cantidades que le ofrecían. Bob's Red Mill y Clif Bar han participado en un programa de acciones para empleados, en lugar de venderse al mejor postor".
Monopolios de Distribución
Las partes de fabricación y distribución de la cadena de suministro son elementos misteriosos que están detrás del sistema alimentario al cual pocas personas entienden por completo.
En primer lugar, los ingredientes base tienen que ser elaborados, y después alguien tiene que combinarlos y ponerlos en un empaque. Con frecuencia, se contrata a diferentes empresas para realizar ciertas etapas del proceso.
Cuando delega estas responsabilidades a otras compañías, puede meterse en problemas con facilidad, incluso si tienen buenas intenciones debido a que todos están buscando maneras de reducir costos. Por ejemplo, algunas compañías de ética cuestionable podrían venderle ingredientes mediocres.
Sin embargo, incluso cuando los ingredientes son de alta calidad, el producto todavía es procesado, lo cual afecta el valor nutricional del alimento. Parte de la solución es preparar sus alimentos desde cero. Y con ello evitar estos peligros ocultos.
Después, el producto tiene que ser distribuido desde la planta de producción hacia las instalaciones de almacenamiento y, en última instancia, a las tiendas. Howard explica algunas de las complejidades que eso implica, y el problema con la monopolización en esta área:
"A veces se trasladan cosas del punto A al punto B con refrigeración. Tuvimos un sistema cooperativo de distribución en los años 80.
Teníamos docenas de distribuidores pertenecientes a la cooperativa de propietarios recorriendo los Estados Unidos, quienes distribuían alimentos orgánicos y naturales. Pero a medida que creció la industria, no pudieron mantener el ritmo, no tenían el capital para comprar más camiones y almacenes y así sucesivamente.
En el año 2002 una empresa llamada United Natural Foods se precipitó y adquirió los dos mayores distribuidores cooperativos que quedaban. Ahora comercializan al público. Su principal cliente es Whole Foods. Para una distribución de alimentos más amplia a nivel nacional, está Sysco. En casi como cualquier restaurante, verá un camión Sysco.
Tienen un competidor importante-- U.S. Foods. Para el momento en que escribí el libro, Sysco planeaba adquirirU.S. Foods. Es decir, todas las personas que luchan entre sí para obtener mejores ofertas ya no tendrían esa opción.
Esta es una de esas cosas que no me esperaba, pero estaba tan claro que sólo había dos empresas a esa escala que en realidad el gobierno de Estados Unidos deshizo la adquisición. Por lo tanto, aún hay dos, aunque ambas continúan adquiriendo varios distribuidores más pequeños".
Recursos Útiles
A pesar de que los hechos son muy desalentadores, hay algo que usted, su familia y amigos pueden hacer para cambiar esta triste situación. Recuerde, tiene un recurso muy poderoso--puede elegir con su bolsillo, el cual es el árbitro final del comportamiento corporativo.
Howard termina su libro con recursos que puede usar para ayudarle a tomar decisiones más informadas, incluyendo las siguientes:
• GoodGuide.com, que también está disponible como aplicación, tiene una base de datos que abarca 75 000 productos.
Puede tomar una foto del código de barras o escribir el nombre del producto y obtener una puntuación del impacto que tiene la compañía en el medio ambiente, la sociedad y la salud, en comparación con otros productos de esa categoría. También le proporcionará información sobre la propiedad para que pueda saber a qué empresa matriz está apoyando con su compra.
• Buycott.com tiene un sitio web y una aplicación que le permiten decidir con su bolsillo al conocer la historia y propiedad del producto, y con ello evitar las compañías que están siendo boicoteadas por diversas razones, como las que usan chocolate producido por niños esclavos o aquellas que emplean ingredientes genéticamente modificados
Más Información
Para obtener más información, consiga una copia del libro de Howard, "Concentration and Power in the Food System: Who Controls What We Eat?" Si está interesado en mayores detalles, todos los encontrará ahí. La moraleja es que necesita elegir con su bolsillo y realmente comprometerse a consumir alimentos reales, sin procesar. En última instancia, así es como cambiaremos este sistema alimentario corrupto y distorsionado.
Como destacó Howard, depende de todos y cada uno de nosotros averiguar a quiénes estamos apoyando con nuestro dinero que fue duramente ganado. En el mejor de los casos y en un escenario ideal, todos empezaríamos a reducir nuestro consumo de alimentos procesados. En realidad, esa es la clave, porque si lo hacemos, no es probable que vaya a apoyar a una gran empresa, sobre todo si compra productos locales.
"Realmente necesitamos empezar a evitar esas grandes compañías, a esas 10 empresas que controlan un tercio de las ventas de alimentos y bebidas en los Estados Unidos y a estar dispuestos a gastar más en algunos casos, si eso significa obtener un producto de mayor calidad, o a usar menos producto, y apoyar empresas más pequeñas, locales e independientes", dice Howard.
Es importante darnos cuenta de que PODEMOS cambiar la conducta de estas corporaciones. Están controladas por los inversores y los inversores quieren ganancias. Si sus beneficios bajan, tienen que responder a la presión pública.
Así es como podemos eliminar muchos de los aditivos tóxicos de nuestro suministro de alimentos, y la manera en que evitaremos los ingredientes transgénicos. Lo único que tiene que hacer es no comprar ese tipo de productos.
Pueden tener establecidos todos esos elaborados sistemas y controlar a todas las agencias federales reguladoras, pero si las personas no están comprando, nada de eso va importar. Además:
"Muchas de estas grandes compañías reciben subsidios enormes, directos e indirectos." Una de las maneras en que podemos cambiar las cosas, no sólo es al buscar y apoyar alternativas, sino también presionando al gobierno para que ponga fin a estos grandes subsidios y nivele el terreno de juego", Dice Howard.