Su Intestino Puede Ayudar a Combatir La Depresión y Presión Arterial

Intestino-Cerebro

Historia en Breve

  • El eje entre el cerebro, intestino y médula espinal puede influir en la presión arterial, humor y más.
  • Las células autoinmunes de la médula ósea desempeñan un importante papel en emitir las señales entre el cerebro y la barriga.
  • Manipular la microbiota intestinal, con el uso de probióticos o comer alimentos fermentados, puede ayudar a tratar la presión arterial y otras enfermedades crónicas.

Por El Dr. Mercola

Trillones de bacterias que influyen en la homeostasis de su cuerpo diariamente viven en su intestino. Más que restringirse a los confines de su tracto intestinal, su microbiota intestinal está intrínsecamente ligada a otros sistemas corporales a través de una serie de vías complejas, que abarcan el eje cerebro-intestino y un eje que, como se reveló recientemente, el eje de médula espinal que conecta el cerebro y el intestino, lo que posteriormente puede influir en su presión arterial, estado de ánimo y mucho más.

Cada vez es más claro que su cerebro, su sistema inmunológico y sus microbios intestinales están estrechamente vinculados, por lo que no es exagerado añadir a la médula ósea a la lista de conexiones.

Las células inmunes proceden de la médula ósea y la inflamación de la médula ósea, que puede resultar de la presión arterial alta, que se sabe es provocada por una señal del cerebro.

En un estudio publicado en la revista “Frontiers in Physiology”, los investigadores posteriormente revelaron que las células inmunes en la médula ósea desempeñan un importante rol en la señalización entre el cerebro y el intestino.1,2

Se Revela la Conexión Entre la Médula Espinal, el Intestino y el Cerebro

En un estudio realizado en animales, los investigadores reemplazaron la médula ósea natural de los ratones con células de médula ósea de ratones genéticamente modificados (GM). La médula había sido modificada para ser deficiente en el receptor adrenérgico beta, haciéndolo menos receptivo a los mensajes del cerebro.

"De esta manera, podríamos investigar cómo la comunicación inmune cerebral del huésped modificará la microbiota intestinal", escribieron los investigadores en The Conversation.

De hecho, al estudiar este nuevo modelo con ratones, determinamos que nuestro sistema nervioso--dirigido por nuestro cerebro--puede modificar la composición de la microbiota intestinal al comunicarse directamente con las células inmunes de la médula ósea.

Por lo tanto, el cerebro puede cambiar nuestra microbiota intestinal al comunicarse indirectamente con el hueso."3

En resumen, cuando la médula ósea era menos capaz de comunicarse con el cerebro, se observó una "ligera respuesta inflamatoria" en el intestino, que a su vez dio lugar a un microbioma más diverso (es decir, más saludable). El estudio da a conocer una de las complejas formas en la que su salud intestinal puede estar relacionada con la de su corazón y cerebro, los investigadores señalaron:4

“En el marco de una enfermedad cardiovascular, esta ligera respuesta inflamatoria resulta ser beneficiosa ya que lleva a una favorable disminución de la presión arterial en los ratones del experimento.

Lo más interesante es que recientemente un vínculo entre la microbiota y nuestra salud mental ha quedado más claro.

En particular, algunos han sugerido que la microbiota intestinal influye en las vías de estrés y ansiedad en el cerebro, de esta forma puede alterar el estado de ánimo y el comportamiento tanto positiva como negativamente, dando un nuevo significado a la expresión "corazonada".

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El Desequilibrio de los Microbios Intestinales Desempeñan un Papel en la Hipertensión Arterial

El desequilibrio de los microbios intestinales conocido como disbiosis intestinal, ha sido previamente vinculado a las enfermedades cardiacas e hipertensión, pero un reciente estudio en animales, permitió aclaró la única conexión.5

Los investigadores dieron a las ratas antibióticos durante 10 días para destruir su microbiota normal, luego trasplantaron la microbiota hipertensiva en ratas con presión arterial normal. Las ratas con hipertensión arterial, a su vez, fueron trasplantadas con microbiota natural.6

Los resultados fueron sorprendentes pues las ratas con microbiota hipertensiva desarrollaron hipertensión, mientras que el trasplante de microbiota normal causó únicamente a una ligera reducción en la presión arterial entre las ratas hipertensas.

“Concluimos que la disbiosis intestinal puede afectar directamente a la presión arterial sistólica [PAS]”, escribieron los investigadores y añadieron que la manipulación de la microbiota intestinal, como el uso de probióticos o el consumo de alimentos fermentados, puede ser un "tratamiento innovador para la hipertensión"7

Sin embargo, no es la primera vez que se revela un vínculo de esta clase. Una revisión sistemática y un meta análisis de nueve estudios controlados aleatoriamente encontraron beneficios significativos entre las personas con presión arterial alta que consumían probióticos en productos como yogur y leche.8

En promedio, en comparación con un placebo, el consumo de probióticos redujo la presión arterial sistólica (como máximo) a 3.56 mm Hg y la presión arterial diastólica (como máximo) a 2.38 mm Hg.

Sin embargo, no es la primera vez que un vínculo así se revela. Una revisión sistemática y un meta análisis de nueve estudios controlados aleatoriamente encontraron beneficios significativos entre las personas con presión arterial alta que consumían probióticos en productos como yogur y leche.

En promedio, en comparación con un placebo, el consumo de probióticos redujo la presión arterial sistólica (como máximo) a 3,56 mm Hg y la presión arterial diastólica (como máximo) a 2,38 mm Hg.

Parece ser que se necesitaban al menos 100 mil millones de unidades formadoras de colonias de probióticos al día para desencadenar tales mejoras y el beneficio sólo se observó en aquellos que consumieron probióticos durante ocho semanas o más.

Mientras tanto, en 2015, ciertos microbios intestinales, en particular las firmicutes y bacteroidetes, se asociaron con el aumento de la presión arterial en ratas.

De acuerdo con un investigacion publicada en la revista Current Opinion in Nephrology and Hypertension, “Los productos de la fermentación de nutrientes por la microbiota intestinal pueden influir en la presión arterial al regular el gasto energético, metabolismo intestinal de catecolaminas y el transporte de iones gastrointestinal y renales, lo que resulta en sensibilidad a la sal.”9

Los Probióticos han Demostrado Beneficiar a las Enfermedades Intestinal y a la Salud Mental

Se ha descubierto que agregar microbios beneficiosos beneficia a las personas que padecen enfermedades intestinales graves, como la enterocolitis necrotizante (NEC, por sus siglas en inglés), que a menudo ocurre en los bebés prematuros y puede ser fatal.

Un estudio australiano reveló que la suplementación con probióticos redujo significativamente el riesgo y la mortalidad de NEC en niños prematuros recién nacidos, lo que disminuyo la incidencia de NEC en bebés prematuros en al menos en un 30%.10

También se comprobó que los probióticos auxilian en el síndrome del intestino irritable (SII), que con frecuencia sufren de alteraciones en la microbiota intestinal.11

En comparación con el placebo, se encontró que el tratamiento con probióticos reduce el dolor y la gravedad de los síntomas entre las personas con SII12 y los probióticos también son conocidos por prevenir la diarrea infantil relacionada a antibióticos.13

Referente a lo mental, un pequeño estudio con adultos diagnosticados con SII y depresión encontró que el probiótico Bifidobacterium longum proporcionaba alivio a la depresión. A las seis semanas, el 64 % del grupo bajo tratamiento redujo las puntuaciones de depresión en comparación con el 32 % del grupo de control que recibió un placebo.14

Aquellos que recibieron el probiótico también reportaron menos síntomas de SII y mejoraron en general su calidad de vida. Al final de las 10 semanas, aproximadamente el doble del grupo bajo tratamiento seguía reportando niveles más bajos de depresión.

Curiosamente, las imagines por resonancia magnética funcional revelaron un vínculo entre las reducciones en el puntaje de la depresión y los cambios reales en la actividad cerebral, específicamente en áreas implicadas en la regulación del humor, tal como la amígdala.

Como señaló el Dr. Roger McIntyre, profesor de psiquiatría y farmacología de la Universidad de Toronto, que no participó en el estudio;15

"Sabemos que una parte del cerebro, la amígdala, tiende a estar al rojo vivo en las personas con depresión, y parece enfriarse con esta intervención. Lo que da más credibilidad científica a que algo en el cerebro, a un nivel muy biológico, parece ser afectado por este probiótico".

¿Son los Probióticos Personalizados la Respuesta?

En cuanto a qué cepas de probióticos son mejores, la respuesta puede ser más difícil de contestar. Emma Allen-Vercoe, microbióloga de la Universidad de Guelph en Ontario, dijo para Scientific American:

"Las cepas bacterianas son tan genéticamente diferentes unas de otras, y todo el mundo tiene una microbiota intestinal diferente ... Probablemente nunca habrá un probiótico universal.16

Los estudios sugieren, por ejemplo, que algunas personas pueden beneficiarse más de los probióticos que otras si cuentan con una cierta variedad "baja" que luego se agrega a su dieta. Como informó Scientific American:17

"En otras palabras, sus ecosistemas intestinales tenían una vacante que el probiótico llenó. Es exactamente el tipo de percepción que los médicos necesitan para crear y recomendar probióticos más eficaces.

Por ejemplo, si un médico sabe que una persona con diarrea grave tiene una población demasiado pequeña de un microbio beneficioso en particular, entonces la prescripción de la cepa faltante debe aumentar la posibilidad de un tratamiento exitoso."

Otras investigaciones han examinado los beneficios de ciertas cepas de bacterias, tales como las Bifidobacterias, que suelen ser abundantes en los intestinos de los bebés, pero normalmente representan menos del 10 % de las bacterias microbianas intestinales en los adultos.18

Los bajos niveles de Bifidobacteria, a su vez, están vinculados a enfermedades crónicas como la enfermedad celíaca, diabetes, asma alérgica e incluso obesidad, mientras que al complementar con ellos se encontró que auxilia al SII, a la enfermedad inflamatoria intestinal, al síndrome de fatiga crónica, la psoriasis, la depresión y mucho más.19

En estudios realizados en animales,20 otro tipo de bacterias, lactobacillus, demostraron reducir la ansiedad, mientras que, en un estudio realizado en adultos jóvenes, tomar un probiótico con ocho diferentes cepas bacterianas redujo los pensamientos agresivos y absortos.21,22

La Conexión de la Lectina y Cómo el Intestino Permeable Puede Destruir su Salud

Es importante tener en cuenta que la disbiosis intestinal, también conocida como intestino permeable, no sólo es un importante interruptor intestinal vinculado a trastornos digestivos, sino que también puede contribuir a otras enfermedades crónicas como la enfermedad de Alzheimer y posiblemente al cáncer.

Si su intestino es permeable, su barrera hematoencefálica también lo es, lo que significa que las toxinas pueden ir directamente a su cerebro, afectando así su salud cognitiva y mental.

Además, el intestino permeable puede desencadenarse por una serie de factores, que incluyen la microbiota intestinal inestable que resulta de factores dietéticos, tales como el consumo de azúcar, así como lectinas.

Este último componente es muy importante. Las lectinas son proteínas vegetales, algunas veces llamadas proteínas pegajosas o proteínas que se unen a los glucanos, porque buscan y se unen a ciertas moléculas de azúcar en la superficie de las células. Hay muchos tipos de lectinas, y la principal diferencia entre ellos es el tipo de azúcar que cada uno prefiere y se une.

Algunos--incluyendo la aglutinina del germen de trigo (WGA por sus siglas en inglés), que se encuentran en el trigo y en otras familias de semillas gramíneas - se unen a sitios receptores específicos en las células de la mucosa intestinal e interfieren con la absorción de los nutrientes a través de su pared intestinal.

Por ello, actúan como “anti nutrientes” y pude tener un efecto perjudicial en su microbiota intestinal al cambiar el equilibrio de su microflora bacteriana--un precursor común en el intestino permeable.

El Dr. Steven Gundry, autor de "The Plant Paradox: The Hidden Dangers in 'Healthy' Foods That Cause Disease and Weight Gain”, presenta sólidos argumentos para llevar una dieta libre de lectina, al declarar:

“Me parece que nuestro microbioma es nuestro sistema de alerta temprana, porque alrededor del 99 % de todos los genes que componen [el cuerpo humano] en realidad no son humanos, son bacterianos, virales y fúngicos ... [de los cuales] hemos publicado la mayor parte de la información sobre la interacción con nuestro entorno ... porque el microbioma es capaz de cambiar casi instantáneamente y procesar la información que en realidad no somos capaces de hacer.

Empezamos a darnos cuenta… que el microbiota no es sólo la forma en que interactuamos con materiales vegetales… como las lectinas, pero probablemente y aún más importante, nuestro microbioma le enseña a nuestro sistema inmune si un compuesto vegetal en particular es amigo o enemigo [con base en] el tiempo por el que hemos conocido ese compuesto vegetal. Hay lectinas en todo.

Pero cuanto más tiempo hayamos interactuado con lectinas y cuanto más tiempo nuestro microbioma haya interactuado con ellos, nuestro tipo de microbioma, más le dice a nuestro sistema inmunológico algo como, 'Hey chicos, qué genial. Hemos conocido a estos chicos por 40 millones de años. Relájense. Son un fastidio, pero podemos controlarlos”.

Desde una perspectiva evolutiva, si nos fijamos en los alimentos modernos -digamos los granos y los frijoles, con los cuales empezamos a interactuar hace 10,000 años, que es un abrir y cerrar de ojos en el tiempo, --nuestro microbioma [los considera como] sustancias extrañas ... No existe velocidad lectina que date en la evolución. "

Las lectinas están estrechamente relacionadas con trastornos autoinmunes de todo tipo, principalmente por desencadenar intestinos permeables. Se encuentran en muchos de nuestros alimentos más apreciados, tales como:

Papas

Berenjenas

Tomates

Pimientos

Bayas de Goji

Frijol Lima

Anacardos

Cacahuates

Semillas de girasol

Semillas de chía

Semillas de calabaza

Frijoles Rojos o habichuelas

Calabaza

Maíz

Quínoa

Soya

Trigo

Lentejas

Además, según Gundry, el glifosato, que no sólo se rocía sobre cultivos transgénicos a través de Roundup, sino que también se utiliza para desecar el trigo en los Estados Unidos, también es altamente problemático, pues merma su microbioma y aumenta el intestino permeable. Una razón más para comer productos orgánicos tanto como sea posible.

Para aprender más, le recomiendo ampliamente obtener una copia de "The Plant Paradox", en especial si ya ha limpiado su dieta y aún tiene problemas con el exceso de peso y/o problemas de salud. Ciertamente, cualquier persona con un desorden autoinmune se beneficiaria de cuidar su consumo de lectinas.

Cómo Mantener una Microbiota Saludable

Apoyar su microbioma no es muy complicado, pero sí tiene que tomar medidas proactivas para fomentar su salud al evitar factores conocidos que causan daño. Además de la información de la lectina que le acabo de mencionar, considere las siguientes recomendaciones para optimizar su microbioma:

Que Hacer Que No Hacer

Que Hacer: Coma muchos alimentos fermentados.Las opciones saludables incluyen lassi, leche orgánica fermentada como el kéfir, natto (soya fermentada) y vegetales fermentados.

Que No Hacer: Antibióticos, al menos que sean definitivamente necesarios asegúrese de repoblar su intestino con alimentos fermentados y/o un suplemento probióticos.

Que Hacer: Tome un suplemento probióticos. Aunque yo no recomiendo tomar muchos suplementos (ya que considero que la mayoría de sus nutrientes deben provenir de los alimentos), los probióticos son una excepción si no come alimentos fermentados de forma regular.

Que No Hacer: Carnes de animales convencionalmente criados y otros productos animales ya que los animales de CAFOs son administrados rutinariamente dosis bajas de antibióticos además de granos transgénicos, que son conocidos por matar las bacterias.

Que Hacer: Aumente su consumo de fibra soluble e insoluble. Se puede enfocar en los vegetales, frutos secos y semillas, incluyendo las semillas germinadas.

Que No Hacer: Agua clorada y/o fluorada. Especialmente en la ducha como en la bañeras, que es peor que tomar agua

Que Hacer: Ensucie sus manos en el jardín. Exponer a bacterias y virus puede servir como una “vacuna natural” que fortalece su sistema inmunológico y brinda inmunidad a largo plazo en contra de enfermedades.

Ensuciarse las manos en el jardín puede ayudar a que su sistema inmunológico se reencuentre con los microorganismos benéficos de las plantas y el suelo.

Que No Hacer: Alimentos procesados. El exceso de azucares junto con otros nutrientes chatarra alimentan las bacterias patógenas.

Los emulsionantes alimentarios como el Polisorbato 80, lecitina, carrageno, poligliceroles y goma de xantana también parecen provocar un efecto negativo en su flora intestinal.

Al menos que sean 100% orgánicos, también contienen transgénicos que tienden a estar muy contaminados con pesticidas como el glifosato. Los endulzantes artificiales también ha demostrado alterar la bacteria intestinal en muchas maneras23

Que Hacer: Abra sus ventanas. En la mayor parte de la historia humana el exterior siempre fue parte del interior y en ningún momento durante nuestro día nos hemos separado de la naturaleza.

Actualmente, pasamos el 90% de nuestras vidas en el interior de algún lugar. Y, aunque esto tiene sus ventajas, también ha cambiado el microbioma de su hogar.

Las investigaciones demuestran que abrir las ventanas y aumentar el flujo de aire natural puede mejorar la diversidad y salud de los microbios en su hogar, lo que a su vez lo beneficia a usted.24

Que No Hacer: Sustancias químicas agrícolas, el glifosato (Roundup) en particular es un antibiótico conocido y en caso de comer alimentos contaminados con RoundUp, matara eficazmente muchos sus microbios intestinales

Que Hacer: Lave sus trastes a mano en lugar de utilizar un lavavajillas. Investigaciones recientes han demostrado que lavar sus trastes a mano deja más bacterias en ellos que cuando los lava con lavavajillas y que estar en contacto con estos trastes menos estériles en realidad podría reducir el riesgo de alergias estimulando su sistema inmunológico.

Que No Hacer:Jabón antibacterial, como tal también matas las bacterias buenas y malas, y contribuye al desarrollo de a la resistencia a los antibióticos

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