Por el Dr. Mercola
Cuando pensamos en populares platillos mexicanos, uno de los primeros alimentos que nos vienen a la mente es la tortilla. Una tortilla, que es redonda y sin levadura, generalmente es hecha de maíz o, en algunas partes del norte de México, de harina de trigo.1
Puede comerse con rellenos salados, como sustituto del pan, o simplemente en su forma natural. Es tan versátil y fácil de comer que se utiliza en diversas recetas.2 De igual forma, la disponibilidad de maíz a bajo costo ha hecho que la tortilla sea barata y sumamente fácil de encontrar.
Sin embargo, esta es la cuestión: Si solo ha comido tortillas baratas y producidas industrialmente, probablemente no ha probado la auténtica tortilla en lo absoluto – una que está hecha a mano de típicas variedades de maíz mexicano autóctono.
Esto se debe a que la mayoría de las tortillas en el mercado están hechas de maíz transgénico, lo que pone en riesgo su salud, reduce la diversidad del maíz y además elimina una parte de la valiosa identidad y tradición culinaria de México.3
Más del 90 % de las tortillas en México contienen maíz transgénico
México es considerado el centro de origen y diversidad del maíz, donde este importante cultivo se planta en vastas tierras agrícolas con diferentes sistemas agroecológicos. Sin embargo, a la vez el maíz es utilizado en monocultivos industriales masivos.
Además del maíz producido localmente, el país también importa anualmente de los Estados Unidos una cantidad cada vez mayor de granos de maíz transgénico. Se supone que estos granos importados se usan como alimento para animales y materia prima para la industria química. Sin embargo, es incierto si alguno de estos granos termina en la cadena alimenticia de México y en qué cantidad.
Para determinar si los granos de maíz transgénico están presentes en los productos a base de maíz, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México realizó un estudio con el fin de evaluar este tipo de alimentos para identificar la presencia de marcadores de ADN transgénicos y herbicidas. De acuerdo con los investigadores:4
"Estos marcadores de ADN se crearon mediante la ingeniería genética del maíz destinado al uso en sistemas agrícolas industriales, y el glifosato se ha convertido en el herbicida más utilizado desde la implementación de cultivos transgénicos en la agricultura.
Tal régimen de producción industrial contrasta con el contexto agroecológico de la producción y transformación del maíz campesino, indígena y/o artesanal en México. Por lo tanto, los transgenes se pueden utilizar para evaluar supuestas alternativas a los granos importados que generan alimentos destinados al consumo humano”.
Los investigadores recolectaron muestras de alimentos de minoristas de alimentos, tortillerías y fabricantes artesanales a pequeña escala. Algunas de las categorías de los alimentos son cereales, harina, bocadillos, tortillas y tostadas. Fuera de estas categorías, la tortilla representó la mayor cantidad de muestra pues es el alimento que más se consume en los hogares mexicanos.
Los resultados de este estudio, que fue publicado en la revista Agroecology and Sustainable Food Systems, demuestran que los transgenes sí están presentes en una amplia variedad de productos derivados del maíz y las tortillas contienen el mayor porcentaje de muestras positivas para marcadores de ADN transgénico.
De acuerdo con los investigadores, el 90.4 % de las tortillas vendidas en México contienen rastros de maíz transgénico. También se encontró que algunas de las tortillas producidas industrialmente contenían el herbicida glifosato, mientras que las producidas mediante procesos artesanales no contendía dicho herbicida.5
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¿Cómo el maíz transgénico afecta la calidad de las tortillas que se venden en México y los Estados Unidos?
La presencia generalizada de maíz transgénico en las tortillas es inaudita por 2 razones: En primer lugar, el maíz transgénico es ilegal en la siembra comercial en México; en segundo lugar, se supone que los granos importados de maíz transgénico se utilizan como alimento para animales o materia prima industrial. Debido a esto, los investigadores concluyeron que:6
"... las variedades transgénicas, producidas en el extranjero bajo la agricultura industrial, están llegando a las redes de fabricación alimentaria en México.
Otra posibilidad es que las semillas locales existentes que, se supone, están libres de materiales transgénicos, contengan al menos un poco de maíz transgénico, lo que sugiere que las directrices de bioseguridad actualmente aplicadas deberían ser revisadas con detenimiento ..."
Como prueba del uso sin escrúpulos del maíz transgénico en productos alimenticios, Gruma, la empresa actual que domina el mercado de tortillas en México y Estados Unidos, admitió en su Informe Anual emitido en 2016 que "de forma inadvertida pueden comprar maíz transgénico que no está aprobado para consumo humano" y que lo utilizan en la fabricación de sus productos sumamente procesados.7
Las tortillas de maíz transgénico son peores en términos de sabor y valor nutricional.8,9 Numerosos estudios también han demostrado que consumir alimentos transgénicos puede predisponerlo a diversos riesgos a lo largo del tiempo, como tumores de mama, daño hepático y trastornos renales, entre muchos otros.10,11,12,13
Sin embargo, puesto que más del 90 % de las tortillas en el mercado contienen rastros de maíz transgénico, puede ser difícil encontrar una auténtica tortilla de maíz autóctono que haya pasado por el antiguo proceso de nixtamalización – un método que implica remojar el maíz en agua de cal con el fin de aumentar su valor nutricional.14
Incluso las tortillas artesanales y "sin ingredientes transgénicos" que se venden en las áreas urbanas de México siguen conteniendo rastros de maíz transgénico, aunque en cantidades menores. Si está buscando una opción más segura, puede optar por comprar tortillas artesanales en lugar de las producidas industrialmente.15
He aquí como puede ayudar a mejorar la disponibilidad de tortillas sin transgénicos
Por lo general, las tortillas sin transgénicos suelen ser caras, ya que algunos agricultores locales limitan su mercado a los chefs y consumidores de alimentos enteros que están dispuestos a pagar un precio mayor para obtener un auténtico sabor y textura, mientras que otros agricultores simplemente no tienen forma de conectarse al mercado.
Afortunadamente, la disponibilidad de las tortillas sin ingredientes transgénicos puede mejorar si el interés por los productos de maíz autóctono continúa creciendo tanto en los Estados Unidos como en México, lo que puede provocar que más tortillerías se centren en el uso de maíz cultivado localmente.16
Ayude a los pequeños productores locales de tortillas auténticas al comprar marcas sin ingredientes transgénicos en lugar de aquellas fabricadas industrialmente.
También puede unirse a la campaña "Yo quiero mi tortilla 100 % Nixtamalizada" lanzada por la Asociación de Consumidores Orgánicos (OCA) de México, que tiene como objetivo subsidiar pequeños productores de tortilla y crear conciencia sobre la deficiencia nutricional de las tortillas hechas industrialmente en la actualidad.17