Los peces son una parte importante del ecosistema y de la alimentación humana. Por desgracia, la pesca excesiva ha agotado muchas poblaciones de peces, mientras que la solución propuesta, criar peces en piscifactoría, ha ocasionado muchos más problemas de los que soluciona.
Las piscifactorías no solo contaminan los entornos acuáticos y transmiten enfermedades a los peces silvestres, sino que también son una fuente alimenticia de calidad inferior, en parte porque proporcionan menos nutrientes saludables; por otro lado, contienen más toxinas que se acumulan fácilmente en la grasa.
El salmón de piscifactoría es el alimento más tóxico del planeta
Probablemente el salmón es el mejor ejemplo de cómo hemos errado con la piscicultura. Las pruebas alimenticias revelan que el salmón de piscifactoría es uno de los alimentos más tóxicos a nivel mundial, y que está más relacionado con la comida chatarra que con los alimentos saludables.1,2 Los estudios que destacan la gravedad del problema incluyen los siguientes:
• Una evaluación global3 del salmón de piscifactoría, publicado en 2004, encontró 13 contaminantes orgánicos persistentes en la carne de los peces.
En promedio, las concentraciones de bifenilo policlorado (PCB) en el salmón de piscifactoría fueron ocho veces más elevadas que en el salmón silvestre, lo que hizo que los autores concluyeran que "el análisis de riesgo indica que consumir salmón del Atlántico de piscifactoría puede representar riesgos para la salud que disminuirían los efectos beneficiosos".
La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer y la Agencia de Protección Ambiental han clasificado a los PCB como probables agentes cancerígenos.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, los PCB causan una cantidad significativa de problemas de salud en estudios con animales, incluyendo cáncer, inmunosupresión, neurotoxicidad, así como toxicidad reproductiva y del desarrollo.4
De forma inquietante, la investigación sugiere que el pescado contaminado es la fuente más común de exposición a los PCB, ya que estas sustancias químicas se acumulan gradualmente en el tejido adiposo.5
• Una investigación realizada en 2005,6 por otro grupo de científicos, concluyó que aun cuando el consumo de salmón de piscifactoría sea relativamente poco frecuente, podría ser dañino para la salud debido a los elevados niveles de dioxinas que contiene.
• Jerome Ruzzin, investigador de toxicología, ha realizado análisis de toxinas en varios grupos de alimentos diferentes que se venden en Noruega. Ruzzin descubrió que el salmón de piscifactoría contenía cinco veces más toxinas que cualquier otro alimento analizado. En vista de sus propios hallazgos, Ruzzin dejó de consumir salmón de piscifactoría.7
• Un estudio realizado en 2011 y publicado en la revista PLoS ONE, encontró que consumir habitualmente salmón de piscifactoría causaba resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa y obesidad en ratones, debido a los contaminantes orgánicos persistentes (POP) que se encuentran en los peces.8
Según los autores, "nuestros datos indican que el consumo de filete de salmón de piscifactoría contribuye a diversos trastornos metabólicos relacionados con la diabetes tipo 2 y obesidad, además sugieren que los POP desempeñan un rol en estos efectos perniciosos.
En general, estos descubrimientos podrían ser cruciales para mejorar las estrategias nutricionales para prevenir y tratar la resistencia a la insulina".
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Los investigadores advierten que el salmón de piscifactoría podría contener químicos retardantes de llama
En 2018, los investigadores advirtieron9,10 que el salmón del Atlántico de piscifactoría que se vende en los Estados Unidos y Reino Unido, también podría contener éteres polibromados diphenylos (PBDEs, por sus siglas en inglés), POP tóxicos que se han restringido o prohibido en los Estados Unidos y en muchos países europeos, debido a sus efectos tóxicos en el desarrollo infantil.11
Según lo informado por el portal The Star,12 "[un] nuevo estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh ha encontrado evidencia de PBDE en el alimento proporcionado al salmón de piscifactoría, incluso en los que se encuentran en entornos supuestamente libres de PBDE".
Los PBDE son un tipo de sustancias químicas que durante años se utilizaron como retardantes de llama, y aunque en 2004 se aplicaron restricciones en algunos de estos tipos de sustancias químicas, todavía se pueden encontrar en productos más antiguos, así como en el medio ambiente.
Se sabe que China, Tailandia y Vietnam, tres países que procesan cantidades significativas de desechos electrónicos, tienen niveles más elevados de PBDE en el medio ambiente.
En años más recientes, la contaminación ocasionada por los retardantes de llamas ha provocado una gran preocupación, ya que estas sustancias químicas se acumulan en el medio ambiente a lo largo del tiempo y ahora se encuentran en muchas zonas, tanto en aguas subterráneas como en mar abierto.
Algunos riesgos para la salud relacionados con este tipo de sustancias químicas, incluyendo a los PBDE, son la infertilidad, defectos de nacimiento, retraso en el desarrollo neuronal,13 menor coeficiente intelectual,14 trastornos hormonales15 y cáncer.
De hecho, los químicos retardantes de llamas se han identificado como uno de los 17 grupos químicos de "alta prioridad" que deben evitarse para disminuir el cáncer de mama.16
Este alimento tóxico para peces es el responsable de la toxicidad del salmón de piscifactoría
Probablemente, está familiarizado con el dicho que dice: "uno es lo que come". Sin embargo, aquí el mensaje clave al final es que "uno es lo que nuestros alimentos comen". En otras palabras, cualquier cosa que haya consumido el animal que come, también lo consumirá usted, lo que significa que realmente necesita saber la fuente de alimentación de los animales.
En el caso de los peces de piscifactoría, las toxinas presentes en el alimento para peces se han identificado como uno de los dos principales culpables. El otro, más evidente, son las concentraciones ambientales de las sustancias químicas.
Según los autores, cuando el pez es criado en áreas con altas concentraciones de PBDE en el agua, la alimentación se convierte en un agente coadyuvante relativamente menor. Por otro lado, en aguas sin PBDE, las concentraciones elevadas de estas toxinas en los alimentos podrían ser lo suficientemente altas como para terminar en sus alimentos.
Como señaló la autora principal, la Dra. Carla Ng, profesora de ingeniería civil y ambiental en la Facultad de Ingeniería Swanson de la Universidad de Pittsburgh:17
"En otros entornos limpios y bien regulados, los alimentos contaminados podrían ser miles de veces más importantes que la ubicación de la piscifactoría para determinar el contenido de PBDE de los filetes de salmón... El sistema internacional de comercio alimenticio ha llegado a tener una naturaleza cada vez más generalizada y esto también se aplica en la alimentación animal.
Las operaciones de piscicultura podrían importar sus piensos o ingredientes para piensos de varios países, incluyendo los que carecen de normas de seguridad alimentarias avanzadas.
En 2004, los Estados Unidos y gran parte de Europa prohibieron diversos PBDE debido a preocupaciones ambientales y de salud pública. Los PBDE pueden actuar como disruptores endocrinos y afectar el desarrollo; en particular, los niños son los más vulnerables".
¿Por qué la alimentación de estos peces es tan tóxica?
Uno de los principales ingredientes en la alimentación del salmón de piscifactoría es el pescado graso, como la anguila, seleccionado por su alto contenido de proteínas y grasas. El problema es que muchas toxinas se unen fácilmente a las grasas, mientras que la industria de alimentos para peces utiliza pescado que se considera no apto para consumo humano debido a su elevada toxicidad.
Como era de esperarse, cuando el pescado utilizado en la alimentación de estos peces contiene niveles tóxicos de contaminantes, estos terminan añadidos en los gránulos de alimento.
Una fuente importante de peces para alimentar el salmón de piscifactoría es el Mar Báltico, que es bien conocido por sus elevados niveles de contaminación. Nueve países industrializados vierten sus desechos tóxicos en esta masa de agua encerrada, lo que ha convertido a muchos peces de esta zona marítima en no aptos para el consumo humano.
En Suecia, los pescadores realmente están obligados a advertirles a los clientes sobre la posible toxicidad del pescado del Mar Báltico.
De acuerdo con las recomendaciones gubernamentales, no debe consumir pescado graso como el arenque más de una vez por semana, y si está embarazada, debe evitar los peces del Mar Báltico por completo. Como mencionó la Dra. Carla Ng, las piscifactorías también podrían importar sus piensos o ingredientes individuales de otros países que tienen regulaciones flexibles y una contaminación significativa.
Los procesos tóxicos de fabricación se suman al problema
Parte de la toxicidad también proviene del proceso de fabricación de los gránulos de pienso. En primer lugar, el pescado graso es cocinado, lo que produce aceite y una harina proteica.
Si bien el aceite tiene altos niveles de dioxinas y PCB, en el polvo de proteína se añade una sustancia química como un "antioxidante", llamada etoxicina, lo que incrementa aún más la toxicidad del producto final.
La etoxicina, desarrollada como pesticida por Monsanto en los años 50, es uno de los secretos mejor guardados de la industria de alimentos para peces, y uno de los más tóxicos.
El uso de la etoxiquina está estrictamente regulado en las frutas, vegetales y carne, a diferencia del pescado, ya que nunca fue concebida para dicho uso. Los fabricantes de alimentos para peces nunca informaron a las autoridades de salud que utilizaban este pesticida como un medio para evitar que las grasas se oxidaran y se volvieran rancias, por lo que nunca se ha abordado su presencia en el pescado.
De forma alarmante, las pruebas revelan que los peces de piscifactoría podrían contener niveles de etoxiquina hasta 20 veces más elevados que el nivel permitido en las frutas, vegetales y carnes.
Además, nunca se han establecido los efectos de esta sustancia química en la salud humana. La única investigación realizada sobre la etoxicina y la salud humana fue una tesis de Victoria Bohne, una investígadora de Noruega que descubrió que la etoxicina podría atravesar la barrera hematoencefálica y tener efectos cancerígenos.
Pero Bohne fue presionada para dejar su trabajo de investigación después de que se hicieran intentos para falsificar y minimizar sus descubrimientos.
La contaminación ambiental también ha afectado a los peces silvestres, incluyendo al salmón
El salmón es una de las especies de peces considerada como un indicador del estado del medio ambiente, por lo tanto, resulta preocupante que este pez se ha vuelto cada vez más tóxico. Si bien el salmón de piscifactoría es por mucho la peor opción, incluso el salmón silvestre podría contener contaminantes indeseables.
En un estudio18 sobre el salmón encontrado en el área de Puget Sound, los investigadores descubrieron 40 agentes contaminantes, incluyendo medicamentos, en la carne de los peces.
Algunos de estos medicamentos se encontraron en niveles que pueden alterar el desarrollo, reproducción y comportamiento. Nadie sabe con exactitud como este cóctel químico podría afectar a los peces, en especial porque están expuestos a una combinación. En total, el estudio encontró 81 de 151 contaminantes analizados en Puget Sound, en la costa del estado de Washington.
Además de las toxinas ya mencionadas anteriormente, como los PCB, PBDE y otros POP, los investigadores también han encontrado una larga línea de pesticidas, incluyendo al ampliamente prohibido DDT, en niveles preocupantes en los peces de la costa de California.19
Y a pesar de la Ley de Agua Limpia, promulgada hace casi 40 años, en Estados Unidos hay zonas donde el agua está tan contaminada con mercurio que se advierte a los habitantes abstenerse de consumir pescado capturado localmente.20
Contaminación por microplásticos: otro peligro cada vez más común para los peces
Asimismo, el pescado que consume podría estar cargado con microplásticos,21 ya que cada año 13 toneladas métricas de plástico llegan a las vías fluviales.
Una vez consumidas, las partículas microplásticas tienden a permanecer en el cuerpo y acumularse, por lo que se concentran cada vez más en los cuerpos de los animales que se encuentran en la parte superior de la cadena alimenticia.
Los científicos aún no están seguros del efecto que esto podría tener en los que consumen pescado, pero el sentido común sugiere que es posible que no sea completamente inofensivo, al considerar el hecho de que las fibras microplásticas absorben las toxinas como una esponja, incluyendo a los PCB concentrados, químicos retardantes de llama, pesticidas y cualquier otra cosa que se encuentre en el agua.
Además, la evidencia sugiere que estas partículas microscópicas podrían atravesar las membranas celulares y causar daño e inflamación en el interior de las células.
De acuerdo con un informe realizado en 201622 por el Departamento del Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido (DEFRA, por sus siglas en inglés), se han encontrado microplásticos en una amplia variedad de criaturas marinas, desde zooplancton hasta ballenas, y en todo lo demás.
Según este informe, "los microplásticos están presentes en mariscos vendidos para consumo humano, incluyendo a los mejillones en granjas del mar del Norte y ostras del Atlántico".
Consumir seis ostras podría introducir alrededor de 50 microperlas de plástico en su cuerpo, y según el DEFRA, de hecho, este tipo de contaminación podría "representar una amenaza para la seguridad alimenticia". Otros estudios han encontrado que un tercio de los peces capturados en el Canal de la Mancha contienen microperlas, al igual que el 83 % de los langostinos vendidos en el Reino Unido.23
Diferencias nutricionales entre el salmón silvestre y de piscifactoría
Como se mencionó al principio, el salmón de piscifactoría también es menos deseable desde el punto de vista nutricional, en comparación con el salmón natural, lo que realmente se relaciona con su toxicidad. El contenido de grasa también es una diferencia nutricional significativa.
El salmón silvestre contiene alrededor de 5 a 7 % de grasa, mientras que la variedad de piscifactoría podría contener entre 14.5 y 34 %. Este elevado contenido de grasa es el resultado directo del alimento procesado con alto contenido de grasa que se le proporciona al salmón de piscifactoría, y dado que contienen más grasa, también acumulan mayores cantidades de toxinas.
Incluso cuando se cría en condiciones de contaminación similar, el salmón de piscifactoría absorbe más toxinas que el pescado silvestre.
Sin embargo, el salmón de piscifactoría no solo contiene más grasa en general; otra farsa nutricional es su radicalmente sesgada proporción de grasas omega-3 a omega-6.24 La mitad de un filete de salmón silvestre del Atlántico contiene aproximadamente 3996 miligramos (mg) de grasas omega-3 y 341 mg de grasas omega-6.25
La mitad de un filete de salmón de piscifactoría que proviene del Atlántico, solo contiene un poco más de grasas omega-3: 4961 mg, pero un asombroso 1944 mg de grasas omega-6;26 5.5 veces más que el salmón silvestre.
Si bien, necesita tanto grasas omega-3 como omega-6, la proporción entre las dos es importante. Idealmente, debería ser de alrededor de 1:1. La alimentación estadounidense estándar ya se encuentra muy orientada hacia las grasas omega-6, gracias a la prevalencia de los alimentos procesados, y al agregar el salmón de piscifactoría, ese desequilibrio se magnifica aún más, en vez de corregirse.
Un informe noruego del año 2011, sobre los ingredientes de los piensos para peces de cultivo,27 titulado: "Today's and Tomorrow's Feed Ingredients in Norwegian Aquaculture", habla sobre los impactos negativos de los factores antinutricionales de las proteínas vegetales y de otros aditivos en los piensos.
Algunos de los ingredientes más comunes en los alimentos para peces de cultivo incluyen: soya, aceite de colza/canola, harina y aceite de girasol, harina de gluten de maíz de granos de maíz, gluten de trigo, legumbres (semillas secas y comestibles de guisantes y habas) y aceite de palma, al igual que harina y aceite de maní, ninguno de los cuales son alimentos naturales de salmón salvaje.
Sin embargo, como lo explica la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO),28 los alimentos para el salmón de cultivo del Atlántico también pueden contener subproductos animales de aves, harina de carne, sangre y plumas hidrolizadas. También se agregan aditivos como enzimas, productos de crustáceos (para dar color a la carne del salmón), vitaminas y selenio. Ninguno de estos ingredientes hace parte de la dieta de un salmón salvaje.
El salmón de piscifactoría no es una solución ecológica
En el 2016, más de la mitad de los peces que se consumían en los Estados Unidos provenían de piscifactorías.29
La acuicultura se promueve a sí misma como una solución sustentable a la pesca excesiva, pero si lo considera, se requieren entre 1.5 y 8 kilogramos de peces silvestres para obtener un solo kilogramo de salmón de piscifactoría, por lo que uno comienza a percatarse de que esa afirmación tiene vacíos significativos.
En realidad, la industria acuícola ha contribuido en gran medida al agotamiento de las poblaciones de peces silvestres, en vez de salvarlas.30
Una granja de salmón podría tener más de dos millones de salmones en un espacio relativamente pequeño. Al igual que con las granjas industriales en tierra, donde los animales se mantienen en condiciones de hacinamiento, las piscifactorías están plagadas de enfermedades que se propagan rápidamente entre los peces estresados.
Estos peces están expuestos a piojos marinos, enfermedades pancreáticas y virus de la anemia infecciosa del salmón, las cuales se han extendido por toda Noruega; sin embargo, los consumidores no han sido informados sobre estas pandemias, mientras que la venta de peces enfermos continúa sin disminuir.
Para evitar las plagas que causan enfermedades, se utilizan diversos pesticidas peligrosos, incluyendo uno que tiene efectos neurotóxicos. Los trabajadores que aplican este pesticida deben utilizar ropa protectora completa, pero estas sustancias químicas se vierten directamente en mar abierto, donde se propagan con las corrientes locales.
Los pesticidas utilizados han demostrado afectar el ADN de los peces y causar efectos genéticos. Por ejemplo, las estimaciones sugieren que alrededor de la mitad del total del bacalao de piscifactoría, se deforma debido a mutaciones genéticas.
Lo que es peor, se sabe que el bacalao hembra que escapa de las piscifactorías se aparea con el bacalao silvestre, lo cual propaga las mutaciones y deformidades genéticas en la población silvestre.
El salmón transgénico se comercializa en los supermercados
Es evidente que las piscifactorías no son una solución viable para la pesca excesiva. En todo caso, han empeorado la situación, ya que destruyen el ecosistema marino a un ritmo mucho más acelerado.
Además, los consumidores también deben ser conscientes de que algunos salmones de piscifactoría podrían ser transgénicos (GE, por sus siglas en inglés). El salmón AquaBounty, fue diseñado para crecer dos veces más rápido que el típico salmón de piscifactoría, recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos en noviembre de 2015 y ya se comercializa en los Estados Unidos.31
Por si fuera poco, la FDA no ha regulado el salmón de Aquabounty como alimento, sino que optó por revisarlo como medicamento.
Todos los animales GE, comenzando por este salmón transgénico, serán regulados bajo las nuevas disposiciones de medicamentos en animales de la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos, "porque la creación de ADN recombinante (rADN) introducido en un animal cumple con la definición de medicamento".
Curiosamente, cuando AquaBounty anunció que el pescado transgénico saldría al mercado, le dijeron a la agencia de noticias The Associated Press que iría a “restaurantes y servicios fuera del comedor donde no se requiere el etiquetado como genéticamente modificado”.32
Sin embargo, la razón dada por la FDA para no requerir que los peces lleven alguna forma de etiqueta GE es que, en términos nutricionales, es equivalente al salmón convencional de piscifactoría.
La tasa de crecimiento anormal se logró por medio de la inserción del ADN de otros dos peces, un gen promotor del crecimiento de salmón Chinook y un gen "promotor" del pez zoarce de mar similar a la anguila.
Este ajuste genético da como resultado peces que liberan de forma crónica y continua la hormona del crecimiento. Si bien, a un típico salmón podría tomarle hasta 36 meses para alcanzar el tamaño comercial (y solo crecer por rachas cuando el clima es cálido), el salmón GM AquaAdvantage está listo para ser comercializado en tan solo 16 a 18 meses.
Estos peces son criados en instalaciones terrestres, además cuentan con diversas y supuestas medidas de seguridad para evitar escapes y reproducción con poblaciones silvestres, pero, en la naturaleza, nada es infalible. Esto fue evidente en el 2017, cuando miles de salmones del Atlántico, criados en instalaciones terrestres, escaparon cuando se destruyeron las piscinas debido a una tormenta.33
¿Existe aún alguna opción saludable de pescado?
Por desgracia, la gran mayoría de los peces, incluso cuando son capturados en la naturaleza, están muy contaminados para consumirse con frecuencia. La mayoría de las principales vías fluviales del mundo están contaminadas con mercurio, metales pesados, POP y sustancias químicas agrícolas.
Es por eso que, como regla general, ya no recomiendo consumir pescado de forma regular. No obstante, hay excepciones, una es el salmón silvestre de Alaska, el cual proporciona beneficios nutricionales que considero que superan cualquier posible contaminación.
El riesgo de que este tipo de salmón acumule grandes cantidades de mercurio y otras toxinas disminuye debido a su corto ciclo de vida, que solo es de alrededor de tres años.
El salmón de Alaska (que no debe confundirse con el salmón del Atlántico) no puede criarse en piscifactoría y, por lo tanto, siempre es capturado en la naturaleza. El salmón enlatado etiquetado como "salmón de Alaska" es una alternativa menos costosa que los filetes de salmón.
Recuerde que el salmón silvestre es bastante delgado, por lo que las marcas de grasa, esas franjas blancas que se observan en la carne, deben ser delgadas. Si el pez es de color rosa pálido con grandes marcas de grasa, es probable que sea salmón de piscifactoría. Debe evitar el salmón del Atlántico, ya que el que lleva esta etiqueta casi siempre es criado en piscifactoría.
Otra excepción son los peces más pequeños con ciclos de vida cortos, que también es posible que sean mejores alternativas, en términos de contenido de grasa, como las sardinas y anchoas.
Debido a que tienen un bajo riesgo de contaminación y mayor valor nutricional, constituyen una alternativa beneficiosa en todos los sentidos. Otras excelentes opciones son el arenque y la hueva de pescado (caviar), que está cargado de importantes fosfolípidos que nutren las membranas mitocondriales.