¿Utilizar su tableta o teléfono inteligente en la cocina es un riesgo para la seguridad de sus alimentos?

tableta en la cocina

Historia en Breve

  • Según los científicos, por lo general las tabletas y teléfonos celulares albergan tantos gérmenes, que de hecho podrían representar un riesgo cuando se ponen en la mesa o se utilizan en la cocina durante la preparación de los alimentos
  • Casi la mitad de los habitantes en los Estados Unidos ha informado utilizar tabletas o teléfonos inteligentes durante la preparación de los alimentos. De ellos, solo el 37 % se lava las manos antes de manipular los alimentos, después de tocar el dispositivo
  • Para minimizar el riesgo de contaminación cruzada, asegúrese de lavarse las manos después de tocar el teléfono y antes de manipular los alimentos. También, establezca el hábito de limpiar su teléfono todos los días, para disminuir la carga bacteriana
  • Asimismo, existe una gran cantidad de investigaciones que demuestran que los campos electromagnéticos (EMFs) de los teléfonos celulares y otros dispositivos inalámbricos son dañinos para la salud humana. Aquí se encuentran algunas estrategias para reducir su exposición a estos dañinos EMFs

Por el Dr. Mercola

Hay muchas razones para minimizar el uso de los teléfonos celulares, al observar cómo desencadenan disfunción mitocondrial, que es el factor subyacente de casi cualquier enfermedad crónica. Pero, también se suman a esta lista como fuentes de transmisión de infecciones bacterianas.

Según los científicos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, por lo general las tabletas y teléfonos celulares albergan tantos gérmenes, que en realidad podrían representar un riesgo cuando están en la mesa o se utilizan en la cocina durante la preparación de los alimentos.

Como señaló Amy Lando, miembro del equipo de la FDA de estudios para el consumidor en la oficina de análisis científico y centro de apoyo para la seguridad alimenticia:1

"Como saben, las tabletas, teléfonos inteligentes y otros dispositivos se han vuelto omnipresentes en nuestra vida cotidiana. Los llevamos a todas partes--trabajo, tiendas, baño, gimnasio y muchos otros lugares. Por lo tanto, es lógico utilizarlos en la cocina, lo cual las personas hacen cada vez con mayor frecuencia.

¿Por qué tener 50 libros de cocina cuando tan solo necesitaría mirar su teléfono? No obstante, también sabemos gracias a investigaciones previas que las bacterias que causan enfermedades podrían sobrevivir en los teléfonos celulares".

¿Podría el uso del teléfono en la cocina representar un riesgo para la salud?

Para confirmar si de verdad existía un riesgo al utilizar dispositivos electrónicos durante la preparación de alimentos, Amy Lando, el epidemiólogo Michael Bazaco, Ph.D., y el microbiólogo Yi Chen, Ph.D., combinaron datos de la Encuesta de Seguridad Alimenticia de 20162 con la información de ocho grupos focales relacionados con el uso personal de tabletas y teléfonos celulares en la cocina.

El estudio,3 que se cree es el primero de su tipo, fue publicado en Journal of Food Protection. En general, casi la mitad de los habitantes de los Estados Unidos han informado utilizar tabletas o teléfonos inteligentes durante la preparación de sus alimentos, y solo el 37 % reportó lavarse las manos antes de manipular los alimentos después de tocar el dispositivo.

"La mayoría de las personas no lo reconoce como un problema de seguridad" indicó Lando.4

"Las personas tanto en los grupos focales como en la encuesta fueron más propensas a informar que se lavaban las manos después de tocar carne, pollo o pescado crudos, alimentos que dejan las manos pegajosas y están relacionados con bacterias como la Salmonela y E. coli—que después de tocar sus dispositivos".

Luego, el equipo trató de investigar si había alguna evidencia que sugiriera que la contaminación cruzada entre dispositivos electrónicos y alimentos podría haber causado enfermedades de origen alimenticio. En este momento, no hay datos al respecto. Como señaló Bazaco:5

"[H]ay una limitada cantidad de investigación sobre la contaminación por patógenos en los teléfonos inteligentes en los hogares de consumidores, tal como la cocina. Necesitamos realizar más investigación para comprender mejor el verdadero riesgo que enfrentan los consumidores al utilizar sus dispositivos mientras preparan sus alimentos.

Esto podría hacerse por medio de un muestreo de monitoreo microbiológico dirigido a los dispositivos, usuarios y entorno de la cocina. El muestreo del entorno familiar durante las investigaciones de brotes de origen alimenticio también podría identificar los posibles riesgos.

Una evaluación sobre la supervivencia de los patógenos de origen alimenticio en los teléfonos podría ayudarnos a comprender mejor este riesgo...

Si encontráramos un vínculo entre estos dispositivos y los brotes de enfermedades de origen alimenticio, la pregunta sería: ¿cómo podrían los consumidores mantenerse seguros sin evitar por completo el uso de teléfonos y otros dispositivos, mientras preparan sus alimentos?

¿Podemos recomendar medidas de seguridad específicas? Tendremos que estudiar los patógenos riesgosos en estos casos para saber cuánto tiempo podrían sobrevivir y transferirse a un alimento en el entorno inmediato".

Publicidad
Sabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimoSabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimo

Las tabletas y teléfonos celulares son puntos de acceso para los gérmenes

Si bien, aún no está claro si tocar una tableta o teléfono inteligente al preparar alimentos podría esparcir los patógenos causantes de enfermedades transmitidas por los alimentos, diversos estudios han confirmado que estos dispositivos podrían albergar una enorme carga bacteriana ¡hasta 10 veces más que el asiento de un inodoro promedio!

En este estudio particular,6 los investigadores buscaron cuantificar la cantidad de bacterias encontradas en los teléfonos celulares de estudiantes de secundaria, ya que esta es una población que ha convertido a los teléfonos inteligentes en una parte integral de su vida cotidiana.

Se cuantificaron las colonias bacterianas después de recolectar muestras de 27 teléfonos celulares de estudiantes de entre las edades de 16 a 18 años.

Se encontró un elevado promedio en el recuento microbiano de cada uno de los teléfonos, y se detectaron más de 20 especies diferentes.

Curiosamente, aunque los investigadores identificaron diversas cepas de bacterias que son potencialmente patógenas, no encontraron una cantidad significativa de bacterias que indicaran contaminación fecal, a pesar del hecho de que la mayoría de los estudiantes llevaba su teléfono al baño. De acuerdo con los investigadores:

"Nuestro estudio demostró que era muy común la contaminación de alto nivel de... teléfonos celulares con bacterias posiblemente patógenas, y suponemos que esto podría tener un papel en la propagación de agentes infecciosos en la comunidad.

Sin embargo, con base en nuestros resultados, los teléfonos celulares de los estudiantes de escuela secundaria no parecen ser vectores considerables de propagación de resistencia antibacteriana".

Aunque el estudio constituyó una muestra de tamaño pequeño, los resultados confirmaron que llevar el teléfono celular del baño a la mesa de los alimentos podría incrementar potencialmente el riesgo de propagar gérmenes y enfermedades.

Sin embargo, gran parte de la contaminación bacteriana en los teléfonos fue debido a la transferencia de microbios que normalmente se encuentran en la piel hacia la superficie del teléfono.7

Por ejemplo, la bacteria Staphylococcus, que normalmente se encuentra en la piel, podría estar presente en su teléfono, pero por lo general no es del tipo que desencadena una infección por el mismo tipo de bacteria.

La exposición a la radiación de microondas de las tabletas y teléfonos celulares puede ser un riesgo significativo para la salud

Si bien, la transferencia de bacterias es un riesgo real, no representa el mismo peligro que la principal amenaza para la salud generada por los teléfonos celulares, tabletas y otros dispositivos inalámbricos; es decir, la exposición a la radiación de microondas.

Existe una amplia—y cada vez mayor--cantidad de investigación que demuestra que los campos electromagnéticos (EMFs, por sus siglas en inglés) son perjudiciales para la salud humana. Por ejemplo, la investigación ha demostrado que los EMFs emitidos por estos dispositivos:8

Crean un exceso de estrés oxidativo — Los EMFs activan los canales de calcio voltaje dependientes (VGCCs, por sus siglas en inglés) ubicados en la membrana celular externa.9,10,11,12,13 Una vez activados, los VGCCs se abren, lo que permite una entrada anormal de iones de calcio en la célula.

El exceso de calcio podría desencadenar una serie de efectos químicos que pueden ocasionar la creación de peroxinitritos—que son agentes estresores oxidantes muy poderosos considerados como la causa principal de muchas de las enfermedades crónicas actuales.

En el cuerpo, los peroxinitritos modifican las moléculas de tirosina en las proteínas para crear una nueva sustancia, la nitrotirosina, así como la nitración de la proteína estructural.14

Los cambios en la nitración son perceptibles en las biopsias humanas de aterosclerosis, isquemia miocárdica, enfermedad inflamatoria intestinal, esclerosis lateral amiotrófica y enfermedad pulmonar séptica.15

Abren la barrera hematoencefálica, lo que permite que las toxinas entren en el cerebro.

Fragmentan el ADN — Los estudios han demostrado que los campos electromagnéticos pueden originar la fragmentación del ADN. Además, el estrés oxidativo significativo causado por los peroxinitritos podría producir rupturas monocatenarias en el ADN.16

Dañan las mitocondrias e impiden el flujo de protones y producción de ATP — La enzima ATP sintasa--que transporta corrientes de protones a través de un canal de agua, de forma similar a la corriente que pasa por un cable--genera energía en forma de ATP del ADP, por medio de este flujo de protones.

Los campos magnéticos pueden cambiar la transparencia del canal de agua a protones, lo que podría disminuir el flujo de la corriente. Como resultado, se genera menor cantidad de ATP, lo que puede producir consecuencias en todo el sistema, desde promover enfermedades crónicas e infertilidad hasta disminuir la capacidad intelectual.

Alteran la función celular debido a una carga excesiva — Alasdair Philips, fundador de Powerwatch,17 ha explicado cómo la exposición a los EMFs podría alterar la función celular por medio de cargas excesivas. En esencia, la célula funciona como un gel unido por cargas eléctricas. Cuando la carga se vuelve excesiva debido a una afluencia masiva de electrones puede alterar la función celular.

Elevan el riesgo de desarrollo anormal de las células y cáncer, incluyendo a la leucemia y cáncer en el cerebro, nervio acústico, glándula salival, ojos, testículos, tiroides y mama — Ya en 2011, había evidencia muy sólida para que la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés)--la división de investigación sobre el cáncer de la Organización Mundial de la Salud--declarara a los teléfonos celulares como un posible agente cancerígeno humano del Grupo 2B.18

Desde entonces, un sinnúmero de estudios han podido sustentar el potencial cancerígeno de los EMFs, incluyendo a dos estudios recientes financiados por el gobierno.19,20,21

Tres estudios recientes corroboraron el vínculo con el cáncer, al demostrar que los roedores expuestos a la radiación de teléfonos celulares tenían más probabilidades de desarrollar tumores cardíacos y cerebrales.

También, se observó daño en el ADN y tejido cardíaco. Con base en estos hallazgos, ahora los investigadores exhortan al IARC a actualizar su clasificación sobre el teléfono celular como un "posible" agente cancerígeno a "probable" agente cancerígeno humano.

Pueden producir efectos neurológicos — Los estudios de los años 50 y 60 demuestran que el sistema nervioso es el órgano más sensible a los EMFs. Algunos de estos estudios demuestran cambios masivos en la estructura de las neuronas, incluyendo la muerte celular y disfunción sináptica.

Algunas de las consecuencias de exponer al cerebro de forma crónica a los EMFs son la ansiedad, depresión, autismo y enfermedad de Alzheimer, que Martin Pall, Ph.D., detalla en un artículo realizado en 2016.22

Contribuyen a los problemas reproductivos en ambos sexos — Por ejemplo, la exposición prenatal a campos magnéticos casi podría triplicar el riesgo de aborto espontáneo de una mujer embarazada.23 Diversos estudios han obtenido conclusiones similares.24,25,26,27,28

En el caso de los hombres, los estudios demuestran que la radiación de EMFs producida por los teléfonos celulares y computadoras portátiles podría disminuir la motilidad y viabilidad de los espermatozoides,29,30 y aumentar la fragmentación del ADN espermático.31

Alteran el microbioma, ya que convierten lo que podría ser beneficioso en bacterias patógenas. De igual manera, podría tener efectos de gran alcance en la salud, ya que ahora sabemos que el microbioma desempeña un papel importante en la salud.

Tome precauciones para proteger su salud y la de sus hijos

El primer teléfono celular fue fabricado en 1973, pero pasaron casi dos décadas antes de que los teléfonos celulares se convirtieran en un producto de consumo convencional. No obstante, desde entonces la tecnología inalámbrica ha avanzado a un ritmo exponencial.

El problema con esta rápida expansión de la tecnología inalámbrica es el hecho de que el daño causado por la radiación de EMFs podría tardar años—incluso, tal vez décadas--en desarrollarse. Todavía no sabemos con exactitud cuáles podrían ser los efectos a largo plazo en los niños, ya que ahora la mayoría está expuesta aun antes de su nacimiento.

Sin embargo, hay pistas al respecto. En un estudio,32 sobre una comparación entre los niños cuyas madres no habían utilizado teléfonos celulares durante el embarazo, y las que sí habían utilizado teléfonos celulares antes de su nacimiento, exhibieron:

  • Una tasa 25 % mayor de problemas emocionales
  • Una tasa 34 % mayor de problemas relacionados con los compañeros
  • Una incidencia 35 % mayor de hiperactividad
  • Una tasa 49 % mayor de problemas de comportamiento

Por el bien de su hijo y su propia salud, le invito a minimizar este tipo de riesgos--y disminuir la posibilidad de propagación de bacterias--al implantar algunas de las siguientes estrategias propias del sentido común:

Disminuya la cantidad de bacterias en su teléfono — Mantenga su teléfono lejos del baño donde el material fecal se volatiliza con cada descarga del excusado. Limpiar su celular diariamente con un paño suave de microfibra elimina muchos gérmenes. Para limpiar a mayor profundidad, utilice una combinación de 60 % de agua y 40 % de alcohol sobre un paño suave y limpie su teléfono a detalle cada semana.

Sumerja el paño en la solución sin saturar el material. Evite usar limpiadores líquidos o atomizadores que pudieran dañar el teléfono. Recuerde lavarse las manos varias veces al día para reducir la transmisión de bacterias de sus manos al teléfono y otras superficies comunes.

Si utiliza su tableta o teléfono durante la preparación de alimentos, asegúrese de lavarse las manos después de tocar su teléfono, antes de manipular los alimentos.

Cuando lo porte sobre su cuerpo mantenga el teléfono lejos de su cabeza y en modo de avión — Considere la posibilidad de mantener su celular lejos de su cabeza cuando esté encendido o cuando el Wi-Fi, los datos o el Bluetooth estén habilitados. Podría lograrlo al emplear un selfie stick o utilizando el altavoz de su celular a la hora de hablar por teléfono. Las conversaciones cortas y los mensajes de texto en lugar de las llamadas, también reducen su exposición.

Cuando no esté en uso, asegúrese de colocar el teléfono en modo avión o en una bolsa de faraday. Esto es particularmente importante si lleva el teléfono sobre su cuerpo. Los audífonos con cable le permitirán mantener el teléfono alejado de su cabeza cuando lo utiliza.

Sin embargo, si no está bien protegido, el cable mismo podría actuar como una antena para atraer y transmitir radiación directamente hacia su cabeza. Uno de los mejores tipos de audífonos es el que tienen una combinación de cable blindado y un tubo de aire.

Estos audífonos transmiten el sonido como una onda de sonido real, de la misma forma en que se transmite el sonido a través de un estetoscopio.

Limite el uso de su celular a áreas donde haya excelente recepción — Cuanto más débil sea la recepción en el área, el teléfono debe emitir más energía para hacer conexión y, por lo tanto, emite más radiación. Esto aumenta el riesgo de que más radiación penetre en su cuerpo.

Evite o disminuya el uso de otros dispositivos inalámbricos — Es importante preguntarse si realmente necesita usar un dispositivo inalámbrico cada vez que utilice uno. Si tiene que usar un teléfono inalámbrico en casa, considere los que funcionan a 900 MHz ya que, por lo general no emiten cuando no están en uso.

La mejor forma de medir su exposición con relación a los teléfonos inalámbricos y otros dispositivos electrónicos es con un medidor de radiofrecuencia que mide hasta 8 Gigahertz para detectar las frecuencias de los dispositivos más nuevos.

Respete a las personas que se encuentran a su alrededor — Algunas personas se han vuelto sensibles a la radiación de los EMFs e incluso sienten los efectos si el teléfono está encendido, aunque no esté en uso. Considere mantener su celular apagado cuando esté en una reunión, en un juzgado, consultorio médico u otras áreas públicas, así como cerca de niños, con el fin de reducir los efectos de la "radiación indirecta".

No permita que su hijo utilice teléfonos celulares — A menos que se trate de una emergencia que ponga en peligro la vida, los niños pequeños no deben utilizar tabletas ni teléfonos celulares. Si cree que realmente lo necesitan, considere seriamente implantar límites estrictos sobre su uso e indíquele a su hijo a nunca dormir con el dispositivo cerca de su cama, mientras este encendido.

Apague el enrutador de Wi-Fi y su teléfono celular cuando no los utilice — Si no los está usando, apague su Wi-Fi, módem y teléfono celular para suspender la emisión de radiación.

Cierto tipo de nutrientes podrían minimizar el daño — Los investigadores descubrieron que hay ciertas especias que podrían ayudar a prevenir el daño ocasionado por los peroxinitritos.33,34 Las especias ricas en ácidos fenólicos, en particular el clavo, romero, cúrcuma, canela y la raíz de jengibre, demostraron cierta capacidad protectora contra el daño provocado por los peroxinitritos.

Optimizar sus niveles de magnesio también podría ayudarle a reducir el daño relacionado con los EMFs. El magnesio es un bloqueador natural de los canales del calcio y eso reduce los efectos de los EMF en sus VGCCs. Cuando es deficiente en magnesio, tiene un exceso de actividad en sus VGCCs, además de un flujo excesivo de calcio.

+ Fuentes y Referencias
Haga clic aquí y sea el primero en comentar sobre este artículo
Publique su comentario