Patógenos pueden residir en los cabezales para la ducha

patogeno

Historia en Breve

  • Los datos de una investigación encontraron un fuerte vínculo entre los hogares con altos niveles de crecimiento de micobacterias no tuberculosas (MNT) en los cabezales para la regadera que coincide con las regiones donde la enfermedad pulmonar por MNT era más frecuente
  • Algunos de los síntomas de infección pulmonar por MNT son tos crónica, cansancio extremo, fiebre moderada, hemoptisis (expectoración con sangre), sudoración nocturna y pérdida de peso. En algunos casos, las infecciones se vuelven crónicas y requieren un tratamiento a largo plazo que puede dañar gravemente su calidad de vida
  • Quitar habitualmente los depósitos minerales del cabezal utilizando vinagre blanco y bicarbonato de sodio, y más tarde desinfectarlo al sumergirlo en una solución de plata coloidal puede ayudar a reducir el potencial de bacterias dispersas en el aire
  • Los productos derivados de la desinfección (DBP, por sus siglas en inglés) también se dispersan en el aire desde el cabezal de su regadera que es el responsable de casi todas las afecciones que se le atribuyen al agua clorada, las cuales pueden reducirse con un filtro para el cabezal

Por el Dr. Mercola

Existen muchas áreas en su hogar donde a las bacterias se les facilita crecer. Las bacterias se desarrollan en ambientes cálidos y húmedos. Un típico objeto de uso doméstico que puede albergar casi 360 especies de bacterias es la esponja para su cocina. Y aunque meter la esponja en el microondas por varios minutos puede matar algunas bacterias, no erradica a las peores.1

Esta es una de las razones por las que Philip Tierno,2 profesor de microbiología y patología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, dice que la temperatura del agua debe ser mínimo de 140 ° F (60° C) para matar las bacterias y los gérmenes en su ropa (la temperatura de la mayoría de los lavaplatos automáticos está configurada a 120 ° F, lo que equivale a casi 49 ° C).

La realidad es que las bacterias son sumamente resistentes, incluso al calor.

Otros objetos de uso doméstico que quizás no haya limpiado recientemente y que también son ambientes propicios para la acumulación bacteriana son el bote de basura, el teclado de la computadora, los controles remotos y los celulares.

Los objetos que se manipulan con frecuencia pero que se limpian muy de vez en cuando son posibles blancos para el crecimiento bacteriano. Por ejemplo, los celulares pueden tener más bacterias en las teclas y la pantalla que en el asiento del inodoro, la encimera de la cocina y las manijas de las puertas combinados.3

En un estudio reciente, los investigadores encontraron que el cabezal de su regadera es otro objeto de uso doméstico donde probablemente crezcan más bacterias de lo que se imagina.

El análisis de los datos recabados encontró que las regiones en los EE. UU. donde las micobacterias estaban más presentes en las regaderas eran las mismas áreas donde las infecciones pulmonares por micobacterias no tuberculosas (MNT) eran más comunes.4

Las micobacterias no tuberculosas pueden residir en el cabezal de su regadera

Algunos investigadores de la Universidad de Colorado analizaron 656 cabezales de las regaderas de diversos hogares por todo EE. UU. y Europa,5 y encontraron que estos suelen albergar grandes comunidades micobacterianas que difieren según la ubicación geográfica, la química del agua y la fuente de la misma.6

También encontraron que los sistemas hídricos de los EE. UU., que son tratados con desinfectantes a base de cloro, tenían una abundancia particularmente alta de ciertos tipos de micobacterias que no se encuentran en Europa donde no se usa dicha sustancia.7

Los resultados ponen en evidencia los problemas de salud pública relacionados con la acumulación de biopelículas en los sistemas hídricos y en los cabezales para regaderas.8

Los investigadores encontraron áreas en los EE. UU. donde los cabezales tenían un índice particularmente alto de comunidades micobacterianas potencialmente patógenas que coincidían con las regiones donde la enfermedad pulmonar por MNT era más frecuente.

Algunas de estas áreas fueron la ciudad de Nueva York, Hawái, el sur de California y Florida.9 Creen que esto demuestra que se puede prever la formación de biopelículas en el cabezal de las regaderas.10

Los resultados del estudio presentado respaldan otras investigaciones previas donde se demostró que la biopelícula que se forma en los cabezales contenía patógenos oportunistas, como las MNT, y esto hizo que los investigadores concluyeran que estas piezas representan una posible exposición significativa a bacterias dispersas en el aire a través del proceso llamado aerosolización.11

Los datos también revelaron que los cabezales de plástico tenían una variedad más amplia de crecimiento bacteriano en comparación con los cabezales de metal.12

El autor principal del estudio, el técnico investigador Matthew Gebert del Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Ambientales de la Universidad de Colorado, explicó los resultados del estudio y la importancia de que los propietarios limpien habitualmente los cabezales de sus regaderas:13

“Las bacterias crecen y subsisten en las biopelículas que recubren el interior de los cabezales y las mangueras de la regadera pese a las aparentes condiciones inhóspitas que tienen estos hábitats.

Dichas bacterias deben tolerar rápidas fluctuaciones de temperatura y largos intervalos de estancamiento o desecación seguidos de eventos de flujo turbulento de alta carga, bajas concentraciones de carbono orgánico y nutrientes que son muy comunes en casi toda el agua potable.

En muchos casos, las bacterias relacionadas a los cabezales también deben ser capaces de tolerar los residuos de los desinfectantes químicos —como los compuestos clorados— que suelen ser agregados al agua potable municipal con el fin de limitar la contaminación bacteriana.

Quizás la mayor parte de las bacterias que pueden dispersarse en el aire (aerosolización) e inhalarse cuando se usa la regadera sean inofensivas. Sin embargo, esto no siempre es así. Las bacterias dentro del género Mycobacterium se suelen detectar en las biopelículas de los cabezales y en todo el sistema de distribución del agua”.

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¿Qué son las infecciones pulmonares por MNT?

Las MNT se encuentran tanto en el suelo como en el agua y afectan por igual a humanos y animales. Cuando la bacteria ingresa a los pulmones, puede desencadenar una infección grave que puede causar una cicatriz y dañar lentamente el tejido pulmonar.14

En casos leves, es posible que no se necesite tratamiento. Sin embargo, las infecciones más graves pueden requerir hasta 2 años de tratamiento para lograr erradicar por completo la infección.

La enfermedad pulmonar por MNT no es tuberculosis, por lo que no puede contagiarse de una persona a otra. En cambio, se adquiere al comer alimentos o respirar aire o niebla que contenga las bacterias. Las micobacterias no tuberculosas se introducen en el tejido pulmonar y pueden desencadenar una infección e inflamación.

La mayoría de las personas que tragan MNT no se enferman. Es más probable que contraiga la enfermedad después de inhalar las micobacterias y si ya tiene una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, un sistema inmunológico debilitado, fibrosis quística, antecedentes de tuberculosis o cualquier enfermedad autoinmune, como la artritis reumatoide.15

Es posible que corra un mayor riesgo de enfermedad pulmonar por MNT si es mujer, fuma, tiene complexión esbelta y tez blanca. El germen MNT vive en lugares cálidos y húmedos, como jacuzzis, albercas climatizadas interiores y baños de vapor. Por desgracia, las infecciones recurrentes o recaídas son bastante frecuentes.16

La extirpación quirúrgica puede ser necesaria en determinados casos con enfermedad localizada o cuando la infección se complica por la formación de un absceso. De acuerdo con la American Lung Association (Asociación Americana del Pulmón), más de 80 000 personas en los EE. UU. sufren enfermedad pulmonar por MNT17 y una gran parte son adultos mayores.

En algunos casos, las infecciones pueden volverse crónicas, requerir un tratamiento continuo y afectar de manera significativa la calidad de vida. Los síntomas más comunes son tos persistente, dificultad para respirar al estar activo y tos con sangre (hemoptisis).18 Otros síntomas pueden ser cansancio extremo, fiebre moderada, sudoración nocturna y pérdida de peso.

Desinfecte el cabezal de su regadera así como otras piezas

Si bien la investigación se enfocó en los cabezales para las regaderas, quizás también sea una medida prudente limpiar los otros grifos de su hogar. En muchos casos, quitar el cabezal de la regadera facilita todo. Sin embargo, en algunos casos esto puede no ser posible, y en definitiva no será fácil quitar los grifos de su baño y cocina para someterlos a una limpieza de rutina.

Los cabezales de la regadera pueden asperjar el agua de manera irregular conforme vayan acumulando depósitos minerales. Esto ralentizará el flujo del agua y puede aumentar el riesgo de una acumulación bacteriana. Puede eliminar estos depósitos en los cabezales y en sus grifos al sumergirlos en vinagre.

En los casos en que los depósitos minerales sean particularmente difíciles de quitar, agregue bicarbonato de sodio.

Si no puede quitar el cabezal de su regadera, solo empápelo con ayuda de una bolsa de plástico y una liga. Recuerde usar esto solo con una pieza hecha de cromo, acero inoxidable u otra superficie metálica protegida para que el vinagre no vaya a corroer la superficie.19

Llene una bolsa con vinagre blanco y sujétela a la pieza con la liga, coloque la liga sobre la parte superior del grifo o del cabezal de la regadera y dele 1 o 2 vueltas alrededor del brazo de la regadera o del cuerpo del grifo para que la bolsa no se mueva. Deje remojar hasta por 1 hora antes de quitar la bolsa, pula la pieza y enjuáguela con agua limpia.

Si los depósitos minerales aún están presentes, quizás deba usar un cepillo de dientes para desasir los restos, o bien, puede utilizar un palillo de dientes o un alfiler de seguridad para quitar los otros depósitos.

Una vez que haya quitado los depósitos minerales, desinfecte el cabezal de la regadera al remojarlo en una solución diluida de plata coloidal y agua. Repita el mismo proceso con una bolsa y más ligas si la pieza no se puede quitar.20

La plata se ha usado con fines medicinales desde la antigüedad y con frecuencia se le denomina como el antibiótico más antiguo del mundo.

En la Edad Media, las personas adineradas comían con utensilios de plata para reducir el riesgo de enfermedades, situación de donde se deriva el nombre que se les da a los utensilios para comer —cubiertos o cubertería de plata— aunque hoy en día estos están hechos de otros metales.21

En los últimos años, diversos estudios han demostrado que la plata es una de las armas más efectivas en la lucha contra las superbacterias resistentes a los antibióticos.22,23

La plata interfiere con el metabolismo de las bacterias al aumentar la producción de especies reactivas de oxígeno, productos de los procesos metabólicos normales en su cuerpo que, en exceso, pueden dañar el ADN y las membranas celulares.24

Agregue un filtro para reducir el cloro disperso en el aire

De igual forma, existen otras sustancias que también se pueden dispersarse en el aire desde la regadera a través de un proceso llamado aerosolización.

El cloro, que es agregado a la mayoría de los suministros de agua municipales para reducir el crecimiento bacteriano, se puede dispersar en el aire al utilizar la regadera. Cuando el cloro interactúa con el material orgánico en el suministro de agua o en su cuerpo, forma productos derivados de desinfección (DBP, por sus siglas en inglés).

Estos DBP son mucho más peligrosos para su salud en comparación con el cloro y, de hecho, son los responsables de casi todos los efectos tóxicos del agua clorada. Algunos de los DBP más comunes que se forman a partir de la reacción del cloro y la materia orgánica son los trihalometanos, que se clasifican como carcinógenos del Grupo 2B.25

Aunque los investigadores creyeron que la mayor parte de la exposición a los DBP provenía del tragar agua, los datos ahora revelan que este no es el único riesgo y quizás no sea el más grave. En promedio, todos los días bebe entre 1 y 2 galones de agua, pero cuando se baña se expone a 25 galones.

Hasta dos tercios de la exposición dañina al cloro puede deberse a la inhalación y absorción cutánea. El vapor que inhala durante una ducha puede contener hasta 20 veces más la concentración de cloro que el agua del grifo. La conclusión es que tanto el cloro como los DBP son otro peligro imperceptible en casi todas las regaderas.

Puede minimizar su exposición a las bacterias y a los DBP dispersos en el aire (aerosolización) al limitar a 10 minutos o menos el tiempo que pasa en la regadera o en la tina, asimismo, puede minimizar su exposición al reducir la temperatura del agua con la que se baña. El agua caliente abre los poros de su piel y permite una mayor tasa de absorción de cloro y otros químicos.

Además, el vapor contiene altas concentraciones de bacterias y gases vaporizados que puede inhalar. Usar una presión de agua más baja disminuirá la cantidad de agua y contaminantes que provienen del cabezal de su regadera. Por este motivo, le recomiendo que si solo puede instalar un filtro, lo instale en su regadera.

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