El uso de antibióticos por un período prolongado de tiempo durante la mediana edad o una etapa más tardía podría elevar el riesgo de enfermedad cardiovascular en las mujeres.
El hallazgo proviene de un estudio publicado en el European Heart Journal, el cual reveló que las mujeres de 60 años o mayores que utilizaron antibióticos durante dos meses o más tuvieron un riesgo significativamente mayor de alguna enfermedad cardiovascular, incluyendo un ataque cardíaco y derrame cerebral, en comparación con las mujeres que no lo hicieron.
Se obtuvieron los mismos resultados incluso después de ajustar otros factores relacionados, como la obesidad, otras enfermedades crónicas, alimentación y estilo de vida. La exposición a los antibióticos puede ocasionar alteraciones duraderas en el microbioma intestinal, que pueden influir en el riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
El uso de antibióticos puede ocasionar riesgos cardíacos
Si bien, el uso de antibióticos en adultos jóvenes entre las edades de 20 y 39 años no se relacionó con los riesgos cardíacos, las mujeres de 60 años o mayores que utilizaron antibióticos durante dos meses o más tuvieron una posibilidad 32 % mayor de desarrollar una enfermedad cardiovascular, en comparación con las mujeres que no emplearon tales medicamentos.
En general, de las mujeres en la última etapa de adultez que tomaban antibióticos durante dos meses o más, 6 de cada 1000 podrían desarrollar enfermedades cardiovasculares, en comparación con 3 de cada 1000 de las mujeres que no lo hicieron.
Además, las mujeres de mediana edad (40 a 59 años) que utilizaron antibióticos durante más de dos meses también tuvieron un riesgo 28 % mayor de enfermedad cardiovascular.
Las mujeres utilizaron antibióticos con mayor frecuencia para abordar infecciones respiratorias, del tracto urinario y problemas dentales, aunque se obtuvieron resultados constantes, incluso después de que se tomaron en consideración las razones detrás del uso.
El autor principal del estudio, Lu Qi, director del Centro de Investigación Sobre la Obesidad de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans, declaró en un comunicado de prensa:
"Al investigar la duración del uso de antibióticos en diversas etapas de la edad adulta, hemos encontrado una relación entre el uso a largo plazo en la mediana edad y vida posterior con un mayor riesgo de derrame cerebral y enfermedad cardíaca durante los siguientes ocho años.
"A medida que estas mujeres envejecían, era más probable que necesitaran más antibióticos y, algunas veces, por períodos de tiempo más prolongados, lo que sugiere que algún efecto acumulativo podría ser la razón de este vínculo más fuerte entre la edad avanzada, uso de antibióticos y enfermedad cardiovascular".
También, se destacó el rol de los antibióticos para eliminar las bacterias intestinales como una razón probable en el incremento del riesgo cardíaco. “El uso de antibióticos es el factor más crítico que puede alterar el equilibrio de las bacterias intestinales. "Los estudios previos han demostrado una relación entre los cambios en el ambiente microbiano intestinal, inflamación y contracción de los vasos sanguíneos, derrames cerebrales y enfermedades cardíacas", indicó Qi.
¿Cuál es la relación entre la salud intestinal y la salud cardíaca?
Cada vez es más común escuchar que los antibióticos son un enemigo para la salud intestinal, tanto así que, incluso las farmacias tradicionales podrían sugerirle llevar probióticos o bacterias beneficiosas, junto con una receta de antibióticos, para ayudar a proteger su intestino.
Uno de los riesgos de tomar antibióticos es que puede permitir que las bacterias, virus u otros microorganismos no saludables se desarrollen en el intestino, lo que podría mermar su salud cardíaca.
Para empezar, cuando las bacterias intestinales descomponen la lecitina, una grasa que se encuentra en la carne, huevos, lácteos y otros alimentos de origen animal, junto con productos horneados y suplementos alimenticios, y su metabolito de la colina, podría ocasionar la creación de un subproducto llamado N-óxido de trimetilamina o TMAO.
El TMAO puede estimular la formación de depósitos de placa de grasa en las arterias (aterosclerosis), y cuanta mayor cantidad de TMAO tenga en la sangre, mayor será el riesgo de enfermedad cardíaca. No está claro qué tipos de bacterias intestinales podrían ocasionar la formación de TMAO, pero se sugiere que los probióticos pueden atenuar el efecto y, por lo tanto, ayudar a prevenir las enfermedades cardíacas.
Otro estudio publicado en la revista Atherosclerosis encontró que los pacientes con cantidades inexplicablemente altas de placa arterial, en función de su edad y factores de riesgo para la aterosclerosis, tenían niveles más altos de TMAO, p-cresil sulfato, p-cresil glucurónido y fenilacetilglutamina, metabolitos producidos por ciertas bacterias intestinales.
Por otro lado, las personas con acumulación inesperadamente baja de placa, a pesar de manifestar factores de riesgo tradicionales, tenían niveles más bajos de estos productos metabólicos. Las diferencias no pudieron explicarse con base en la función renal o mala alimentación.
Más bien, hubo una diferencia en el microbioma intestinal entre los grupos. Los investigadores señalaron que “al parecer el microbioma intestinal desempeñaba un rol importante en la aterosclerosis. Estos hallazgos plantean la posibilidad de nuevos enfoques para el tratamiento de la aterosclerosis, como el trasplante fecal y los probióticos".
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Algunos antibióticos pueden ocasionar daño cardíaco fatal
Un tipo de antibióticos conocidos como fluoroquinolonas pueden dañar la salud cardíaca al elevar el riesgo de rupturas o desgarres en los vasos sanguíneos de la aorta. La aorta es la arteria principal del cuerpo que suministra sangre oxigenada al sistema circulatorio.
En diciembre de 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos advirtió que las fluoroquinolonas administradas por vía oral o inyección podrían provocar estas disecciones aórticas o rupturas de un aneurisma aórtico, lo que podría provocar un grave sangrado o muerte.
El riesgo es tan grande que la FDA les recomendó a los profesionales de la salud evitar recetar tales medicamentos, que incluyen los nombres de la marca Cipro y Levaquin, a las personas que padecían o estaban en riesgo de padecer un aneurisma aórtico, incluyendo a las personas con enfermedades vasculares ateroscleréricas periféricas. hipertensión, ciertas enfermedades genéticas, como el síndrome de Marfan, síndrome de Ehlers-Danlos y pacientes de edad avanzada.
El uso de antibióticos a largo plazo se relaciona con los pólipos de colon
Los trastornos intestinales que se producen como resultado del uso de antibióticos también pueden influir en el riesgo de cáncer. En 2014, los investigadores relacionaron el uso de antibióticos con un riesgo ligeramente mayor (8 a 11 %) de desarrollar cáncer colorrectal, también conocido como cáncer de intestino, posiblemente debido a cambios en el microbioma intestinal.
Del mismo modo, las investigaciones previas también han demostrado que las personas con menor diversidad bacteriana en sus tractos gastrointestinales tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de colon. Luego, en 2017, la investigación publicada en la revista Gut encontró que las mujeres que habían utilizado antibióticos durante dos meses o más tenían mayor riesgo de desarrollar pólipos de colon
Específicamente, las personas que emplearon los medicamentos por un total de al menos dos meses durante sus 20s y 30s tuvieron un riesgo 36 % mayor de presentar pólipos, en comparación con quienes no lo hicieron. Entre las mujeres que utilizaron estos medicamentos a largo plazo durante sus años cuarentas y cincuentas, el riesgo de pólipos aumentó en un 69 %.
Incluso, tomar antibióticos durante 15 días o más, en cualquier rango de edad, se relacionó con un mayor riesgo de pólipos. Esos investigadores señalaron que los antibióticos "alteran fundamentalmente el microbioma intestinal al disminuir la diversidad y número de bacterias, así como al reducir la resistencia a los bichos hostiles".
Si toma antibióticos, 'cuanto más breve sea el tiempo, será mejor'
Los antibióticos salvan vidas cuando se utilizan de forma apropiada, pero los beneficios deben sopesarse cuidadosamente contra los riesgos, que pueden ocurrir tanto a corto como a largo plazo.
Desde 2010 hasta 2011, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos han encontrado que 262 millones de personas han recibido recetas de antibióticos de sus médicos, de las cuales el 30 % era innecesario.
Las prescripciones de antibióticos para enfermedades respiratorias agudas fueron prescritas de manera inadecuada con mayor frecuencia, lo cual es interesante ya que el estudio presentado también encontró que las infecciones respiratorias son una típica razón por la que las mujeres mayores tomaron antibióticos durante largos períodos.
Los virus, contra los cuales los antibióticos son inútiles, comúnmente desencadenan infecciones en las vías respiratorias superiores.
En primer lugar, a corto plazo, casi el 20 % de los adultos que recibieron prescripciones de antibióticos en hospital experimentó efectos secundarios adversos y casi el 20 % de esos efectos secundarios ocurrió en pacientes que no necesitaban antibióticos.
Además, cada 10 días adicionales de terapia con antibióticos originó un incremento del 3 % en el riesgo de un evento adverso relacionado, por lo que cuanto más tiempo sean tomados los antibióticos, mayor será el riesgo de eventos adversos.
Igualmente, tan solo un ciclo de antibióticos puede alterar negativamente al microbioma hasta por un año, razón por la cual es crucial usar antibióticos solo cuando sea absolutamente necesario.
De hecho, las investigaciones previas, que realizaron Qi y sus colegas, encontraron que un tratamiento con antibióticos puede producir efectos adversos duraderos en la salud intestinal y elevar el riesgo de resistencia a los antibióticos.
Tomar antibióticos durante al menos dos meses también podría aumentar en un 27 % el riesgo de muerte por todas las causas entre las mujeres en edad adulta, en comparación con las mujeres que no tomaron los medicamentos. Las mujeres que tomaron antibióticos a largo plazo también tuvieron un riesgo 58 % mayor de muerte debido a problemas cardíacos.
Según Qi, al hablar del estudio presentado, "nuestro estudio sugiere que los antibióticos solo se deben emplear cuando sean absolutamente necesarios. Si tomamos en consideración los efectos adversos potencialmente acumulativos, cuanto más breve sea el tiempo de uso de antibióticos, será mejor".
El auge de las enfermedades resistentes a los antibióticos
Podría decirse que el mayor riesgo de uso de antibióticos es la propagación de enfermedades resistentes a los antibióticos. Cada año, al menos 2 millones de habitantes en los Estados Unidos adquieren infecciones resistentes a los medicamentos y, como resultado, mueren 23 000 personas. Muchas otras fallecen a causa de enfermedades que se complican por infecciones resistentes a los antibióticos.
A nivel mundial, mueren 700 000 personas cada año, debido a una enfermedad resistente a los antibióticos, y se estima que para el 2050 esta enfermedad afectará a más personas en comparación con el cáncer.
Hoy en día, decenas de miles de personas en los Estados Unidos podrían ser vulnerables a infecciones potencialmente mortales, luego de una cirugía o quimioterapia por causa de la resistencia a los antibióticos.
Un estudio estimó que hasta el 50 % de los patógenos que causan infecciones en zonas quirúrgicas, y el 25 % de los que causan infecciones después de la quimioterapia, ya son resistentes a los antibióticos comunes. Incluso, si la efectividad de los antibióticos disminuyera otro 10 %, podría causar 40 000 infecciones y 2100 muertes adicionales después de una cirugía y quimioterapia cada año.
Los investigadores concluyeron que, una disminución del 30 % en la efectividad podría significar otras 120 000 infecciones y 6300 muertes al año. Peor aún, si la efectividad de los antibióticos disminuyera en un 70 %, los Estados Unidos podrían presenciar 280 000 infecciones y 15 000 muertes adicionales como resultado.
Para proteger la salud cardíaca, intestinal y general, es importante sopesar de forma cuidadosa si cada tratamiento de antibióticos que toma realmente es necesario.
Mientras tanto, la agricultura continúa siendo una fuerza impulsora detrás del aumento en las enfermedades resistentes a los antibióticos, tanto en lo relacionado con el ganado que vive en operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO, por sus siglas en inglés), así como la fumigación de antibióticos, como pesticidas, en cultivos como los cítricos.
Para protegerse, debe optar por alimentos orgánicos sin antibióticos, y utilizar antibióticos con fines médicos solo cuando sea necesario.
Si tiene que tomar antibióticos, incluya más alimentos fermentados y cultivados tradicionalmente en su alimentación para optimizar su microbioma intestinal y considere utilizar probióticos a base de esporas, o esporabióticos, que pertenecen un grupo de derivados del microbio llamado Bacillus, que han demostrado incrementar dramáticamente la tolerancia inmunológica.
También recomiendo tomar la beneficiosa levadura Saccharomyces boulardii después de terminar sus antibióticos, para prevenir complicaciones secundarias por el tratamiento con antibióticos, tal como diarrea.