El ajo crudo beneficia los niveles saludables de glucosa

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

beneficios de comer ajo crudo

Historia en Breve

  • Los compuestos organosulfurados del ajo parecen aumentar la disponibilidad de la insulina, al disminuir el metabolismo en el hígado que ocurre al atravesar por primera vez el sistema hepático. Estudios realizados en animales no demuestran cambios en el peso corporal o depósitos de grasa, pero sí una mayor sensibilidad a la insulina y mejor perfil lipídico
  • La alicina, un poderoso compuesto presente en el ajo, técnicamente solo puede producirse después de que el diente se ha dañado (por ejemplo, al masticarse, triturarse o cortarse en pedazos) como parte del sistema de defensa vegetal contra los insectos. La alicina se inactiva por medio del calor y solo tiene efecto durante la hora después de ser producida
  • El ajo negro envejecido, desarrollado originalmente en Corea, tiene un perfil de sabor más bajo y niveles más altos de compuestos organosulfurados relacionados con la protección contra el estrés oxidativo y cáncer, menores niveles de colesterol total en suero y un efecto positivo en la memoria a corto y largo plazo
  • Aunque algunas investigaciones han tenido resultados positivos con los suplementos, su rendimiento depende del estado digestivo. El ajo crudo puede añadirse en el jugo de vegetales crudos, en un aderezo para ensalada o tomarse en una cuchara con miel orgánica local. Los datos demuestran que el ajo que ha germinado durante cinco días exhibe mayor actividad antioxidante que el ajo fresco

Aunque se desconoce el origen exacto del ajo (Allium sativum), se cree que es originario de Asia central, probablemente del oeste de China.

Constituye uno de los remedios naturales más utilizados desde el 2700 a. C. y es recomendado para personas con depresión, sin apetito, reumatismo. Se dice que los egipcios les suministraban ajo a los esclavos para aumentar su fuerza y resistencia en el trabajo.

El ajo se ha colgado en puertas para proteger los hogares del mal; además se dice que le proporcionaba fuerza a los atletas y guerreros griegos, y se lo colgaban del cuello para protegerse de los toros.

También, se utilizó como forma de pago para los trabajadores, y fue tan popular entre los que construyeron las pirámides que, cuando hubo escasez, detuvieron la construcción. La travesía del ajo a lo largo de la historia ha influido en casi todas las civilizaciones importantes.

El ajo es un miembro de la familia de la cebolla y uno de los aromatizantes alimenticios más antiguos que se conocen. Durante la época de Hipócrates, se utilizó como agente limpiador. Se dice que Plinio el Viejo lo utilizó para tratar trastornos gastrointestinales, enfermedades articulares y convulsiones. Cuando abrieron la tumba del rey Tutankamón, encontraron dientes bien conservados que databan del 1325 a. C.

Hoy en día, China es el productor más importante del mundo y el 90 % de la producción de los Estados Unidos proviene de California. Además de los múltiples beneficios diferentes relacionados con el ajo, los investigadores descubrieron que el ajo crudo puede mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a controlar la diabetes tipo 2.

El ajo puede mejorar la disponibilidad de la insulina

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), más de 30 millones de habitantes en los Estados Unidos padecen diabetes. Esto representa casi el 10 % de la población.

En su mayoría, la diabetes tipo 2 se desarrolla con mayor frecuencia en las personas mayores de 45 años y a menudo se manifiestan pocos síntomas.

La insulina desempeña una función importante en la forma como el cuerpo utiliza la glucosa. A medida que se expone a mayores cantidades de glucosa, sus células pueden volverse resistentes a la insulina, lo que requiere mayores niveles de insulina para transportar la glucosa de la sangre a las células. La insulina se produce en el páncreas en respuesta a los niveles de glucosa en la sangre y se inactiva en el hígado.

Una forma de ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre es al retener más insulina en el torrente sanguíneo para que las células la utilicen. Sin embargo, el 50 % se elimina la primera vez que atraviesa el hígado, lo que puede disminuir la cantidad de insulina que se utiliza.

Las investigaciones han demostrado que los compuestos presentes en el ajo previenen este metabolismo de la insulina, que libera mayor cantidad en el cuerpo.

Los compuestos presentes en el ajo incluyen a la alicina, disulfuro de alil propilo y sulfóxido de S-alil cisteína (aliína). El último es un compuesto bioactivo que los investigadores han evaluado por su efecto sobre el azúcar en la sangre. En un estudio realizado de ocho semanas de duración, los ratones fueron tratados con agua potable con y sin alliína.

Si bien, los animales no tuvieron cambios en el peso corporal, energía o depósitos de grasa, los que bebieron agua infunsionada con aliína exhibieron mayor sensibilidad a la insulina y mejor perfil de lípidos. Los investigadores creen que esto también puede atribuirse a la capacidad de los compuestos para modular el microbioma intestinal.

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Consumir ajo crudo es mejor

Los investigadores han descubierto que los efectos sobre la glucosa en la sangre son mucho más significativos cuando el ajo se administra en su forma cruda, en vez de cocinado. El ajo crudo manifestó un profundo efecto en estudios realizados con animales para reducir los niveles de glucosa y lípidos, al contrario del ajo hervido.

En otro estudio realizado en animales, los investigadores buscaron evaluar el efecto del ajo crudo sobre la glucosa en la sangre, síndrome metabólico y estrés oxidativo en animales con diabetes tipo 2.

Al final de la prueba de ocho semanas, los datos demostraron que “el ajo crudo homogenado era efectivo para mejorar la sensibilidad a la insulina, así como para modular el síndrome metabólico y estrés oxidativo”.

Aunque los investigadores han descubierto que el uso de ajo crudo ha tenido mayor efecto sobre el control de la glucosa, otros estudios han encontrado que los suplementos de ajo también podrían demostrar menores niveles en la hemoglobina glucosilada (HbA1c) y perfiles de lípidos sin complicaciones. El primero fue un metanálisis de ensayos controlados aleatorios con ajo y en personas con diabetes tipo 2.

En otro, los investigadores realizaron un estudio ciego controlado por placebo de 24 semanas con personas que tenían un nivel de azúcar en la sangre en ayunas superior a 126 mg/dl. En total hubo 210 participantes que se dividieron en 7 grupos.

Un grupo recibió metformina, un medicamento hipoglucemiante por vía oral, otro grupo recibió placebo y los últimos cinco grupos recibieron pastillas de ajo en dosis de 300, 600, 900, 1200 y 1500 mg al día.

Los resultados demostraron que el ajo era más efectivo que el placebo y comparable a la metformina para reducir la glucosa en la sangre en ayunas. Ocurrió una disminución dependiente de la dosis y duración en el azúcar en sangre en ayunas, así como una mejora en la HbA1c.

La diabetes es un padecimiento metabólico

El síndrome metabólico se define como una serie de padecimientos que ocurren al mismo tiempo, que pueden elevar el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca y derrame cerebral.

El hecho de que lo padezca no significa que elevará su riesgo de tales enfermedades; sin embargo, cuando se desarrollan juntos, podría elevar el riesgo. Estos padecimientos son la intolerancia a la glucosa, presión arterial alta, dislipidemia y obesidad central.

Si bien, agregar ajo podría ayudar a mejorar el control de la glucosa ya que puede influir en el metabolismo de la insulina y acción del microbioma intestinal, los alimentos que consume pueden ejercer un efecto aún más fuerte sobre la glucosa.

Recomiendo implementar un ayuno intermitente y dieta cetogénica para ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducir el riesgo de síndrome metabólico. Actualmente, muchas personas reconocen el poder de llevar una dieta cetogénica para reducir la carga de glucosa en el cuerpo, así como la necesidad de medicamentos.

Sin embargo, aún podría encontrar algunas personas que recomiendan estrategias para elevar los niveles de azúcar en la sangre, como llevar una alimentación que incluya un 25 % de carbohidratos complejos y tratar de incluir frijoles, así como productos de granos enteros en su lista de compras. Antes de seleccionar ese tipo de alimentación, le pido que lea mi artículo anterior sobre las lectinas y cuál es el papel que desempeñan en la inflamación y enfermedades crónicas.

Aunque el ajo ha tenido un impacto significativo en el control del azúcar en la sangre y disponibilidad de la insulina, es importante incluirlo paulatinamente en su régimen y bajo supervisión médica.

Será necesario monitorear con cuidado sus niveles de azúcar en la sangre, al igual que cualquier medicamento hipoglucémico que tome, para evitar que disminuyan peligrosamente sus niveles de azúcar en la sangre.

Los compuestos organosulfurados y el poder del ajo

Los investigadores han encontrado que consumir ajo con frecuencia está relacionado con beneficios específicos para la salud; por ejemplo, puede influir en la toxicidad y carcinogenicidad de las toxinas ambientales.

Los estudios epidemiológicos han encontrado que los fitoquímicos; es decir, los sulfitos de órganos, presentes en el ajo y la cebolla, tienen un efecto anticancerígeno en los modelos experimentales.

Estos compuestos organosulfurados son una subclase de azufre presente en todo el medio ambiente, y son componentes necesarios de las enzimas, proteínas y vitaminas. Aunque aún no está claro cuál es el mecanismo exacto que utilizan los compuestos organosulfurados para proteger las células contra el cáncer.

Se sabe que los compuestos modulan la actividad por medio de enzimas e inhiben la formación de aductos o segmentos de ADN unidos a sustancias químicas potencialmente cancerígenas. Los compuestos organosulfurados también han demostrado actividad contra la proliferación celular en tumores potencialmente mediados por el inicio de la apoptosis.

Además de los efectos anticancerígenos, los compuestos de azufre que se encuentran comúnmente en el ajo tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas.

En un metaanálisis sobre 39 ensayos acerca del efecto del ajo en el colesterol y los niveles de lípidos, los investigadores encontraron que el ajo era efectivo para disminuir los niveles del colesterol total en suero, cuando se utilizaba durante más de dos meses.

Otro estudio realizado en animales y presentado en la conferencia Experimental Biology 2019 en Florida, evaluó el efecto de los compuestos de ajo en la memoria a corto y largo plazo, así como en las bacterias intestinales. Los investigadores consideran que sus hallazgos sugieren que la administración cotidiana de ajo podría lograr mejores resultados en los adultos mayores.

Los compuestos organosulfurados presentes en el ajo también están relacionados con una menor síntesis del colesterol en el hígado, lo cual puede disminuir el nivel de colesterol total.

En un tubo de ensayo, pueden inhibir la aglomeración plaquetaria, lo que podría disminuir potencialmente el riesgo de episodios trombóticos, como derrame cerebral y embolia pulmonar, así como generar un efecto protector en el sistema cardiovascular.

El ajo negro está cargado de beneficios adicionales

Uno de los poderosos compuestos organosulfurados en el ajo es la alicina, que técnicamente no está presente en el diente de ajo, pero se produce cuando es cortado o triturado. La alicina es parte del sistema de defensa de las plantas contra los hongos e insectos. Se produce en una reacción entre la aliína y alicinasa presentes en el ajo.

Sin embargo, la alicina solo puede tener efecto durante una hora, por lo que el procesamiento como cocinar, añejar, cortar en pedazos o triturar el ajo puede eliminar su efecto.

Para obtener mayores beneficios, considere comprar ajo negro añejado. Este producto se desarrolló originalmente en Corea y se obtiene al procesar el ajo en un ambiente con humedad controlada sin aditivos ni conservadores.

Aunque algunos denominan este proceso como fermentación, no involucra cambios microbianos. Los dientes de ajo pasan del blanco perlado usual a una tonalidad negra que contiene una nueva gama de compuestos y sabor que algunos describen como un sabor rico y sutilmente terroso.

Aparte de los grandes beneficios que puede proporcionar, el ajo negro añejado también es inodoro y no tan picante como el ajo crudo. Este producto es rico en S-alil cisteína (SAC), que ha demostrado contener propiedades preventivas y protectoras contra el estrés oxidativo.

Uno de los beneficios del SAC en el ajo natural es su excelente nivel de absorción y que es 100 % biodisponible. Los investigadores tienen confianza en los beneficios generales del ajo. Sin embargo, aunque algunos beneficios pueden ser más efectivos en el ajo fresco, el ajo añejado tiene bajos niveles de alicina.

Cómo incluir el ajo en su alimentación

Aunque algunas investigaciones han tenido resultados positivos con el uso de suplementos de ajo, su rendimiento es variable ya que depende del estado digestivo.

Muchos suplementos cuentan con un recubrimiento entérico para evitar que se destruyan en el ácido del estómago. Por esta razón, creo que es mucho mejor obtener sus compuestos organosulfurados de alimentos reales, en vez de depender de un suplemento.

Dado que la alicina no se forma hasta que un diente de ajo crudo se tritura o corta en pedazos, es posible que también deba considerar utilizar ajo negro añejado. Pero, ya sea que elija utilizarlo crudo o negro, nunca se equivocará con el ajo.

Podría agregarlo en su aderezo para ensaladas, exprimirlo en el jugo de vegetales o añadir los dientes directamente sobre la carne de res orgánica, de animales criados en pastizales, antes de cocinarla, para otorgarlo un sabor apetitoso.

Otra forma de disfrutar el ajo es después de germinarlo. En el pasado, es posible que haya eliminado los dientes de ajo que comenzaban a desarrollar un germinado verde brillante. Sin embargo, podría interesarle saber que los investigadores han encontrado que el extracto de dientes de ajo que ha germinado durante cinco días exhibía mayor actividad antioxidante que los bulbos frescos.

Puede cultivar ajo fácilmente en su casa o jardín, por medio de semillas o los dientes que compra en el supermercado. Esto le brindará un amplio suministro de ajo fresco y sin pesticidas para elaborar sus recetas.

Si desea comer un diente de ajo crudo, primero debe cortarlo en pedazos, ya que si consume un diente entero no activará la alicina. Puede agregar el ajo crudo en el guacamole o salsa que planee consumir dentro de la siguiente hora después de prepararlo, o cortado en pedazos en una cucharadita con miel local.

+ Fuentes y Referencias