Las estadísticas de la actualización 2019 del American Heart Disease demuestran que la enfermedad cardiovascular (CVD) continúa siendo la principal causa de muerte, a pesar de que la tasa disminuyó en un 18.6 % en el período del 2006 al 2016. Aunque hubo una disminución, se pronosticó que 1.05 millones de personas sufrirían un evento coronario en 2019, incluyendo 720 000 por primera vez y 335 000 eventos recurrentes.
Casi cada 40 segundos una persona padece un ataque cardiaco o derrame cerebral. En el período 2014 al 2015, la estimación de la carga financiera anual de CVD fue US$ 351.2 mil millones. En la encuesta, los datos indicaron que las personas estaban poco informadas acerca de los síntomas de un ataque cardíaco.
Esto puede tener un impacto negativo en el diagnóstico precoz y tratamiento de un ataque cardíaco, lo que está relacionado con una mayor probabilidad de supervivencia y retorno a las actividades normales cuando puede protegerse más músculo cardíaco.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, casi el 47 % de los eventos de muerte cardíaca repentina ocurre fuera de un hospital, lo que sugiere que es posible que las personas no sean conscientes de que tienen una enfermedad cardíaca o que no actúan ante las señales de advertencia temprana de un ataque cardíaco.
Las personas con mayor riesgo de padecer un evento cardíaco incluyen a quienes padecen otras enfermedades como la diabetes, o realizan elecciones específicas de estilo de vida, como llevar una alimentación deficiente, consumir cantidades excesivas de alcohol, fumar o no realizar mucha actividad física.
Esta proteína relacionada con el daño muscular puede elevar el riesgo de muerte
Una vez que el corazón comienza a recibir daño por un ataque cardíaco, el músculo cardíaco libera la proteína troponina, que es responsable de ayudar a regular las contracciones en los músculos esquelético y cardíaco.
Los médicos de las salas de urgencias evalúan los niveles sanguíneos de esta proteína, junto con otras pruebas clínicas, para evaluar la probabilidad de que un paciente sufra un ataque cardíaco.
El nivel de la proteína y otros resultados de las pruebas pueden ayudar a los médicos a tomar decisiones sobre el tratamiento inmediato. Un nuevo análisis del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Salud Informática Colaborativa dirigido por investigadores de Londres analizó datos de 250 000 pacientes, en quienes realizaron pruebas de troponina.
La información fue agrupada por edad y luego comparada con los resultados de la prueba y resultados de salud del paciente en los tres años siguientes. Los investigadores estaban interesados en comparar las diferencias en los niveles de troponina entre los rangos de edad, específicamente en la población de adultos mayores, así como en investigar la importancia de los diferentes niveles de la proteína.
Los nuevos datos mostraron que incluso los niveles ligeramente mayores de esta proteína estaban relacionados con un mayor riesgo de muerte prematura en todos los grupos de edad. Además, encontraron que cuanto mayor era el nivel, mayor era el riesgo de muerte en quienes habían sufrido un ataque cardíaco.
Sin embargo, los pacientes que tenían los niveles más altos, exhibían un menor riesgo de morir, por lo que los investigadores especularon se debía a la probabilidad de que el paciente experimentara un evento que requiriera una cirugía que podría haber disminuido el riesgo de muerte.
Los datos también demostraron que los pacientes de 18 a 29 años con niveles altos tenían un posible riesgo de muerte 10 veces mayor que las personas en el mismo rango de edad sin niveles elevados de troponina.
Cuando los pacientes tenían más de 80 años con niveles elevados, el 46 % murió en tres años. El científico principal del estudio comentó en un comunicado de prensa:
"Han habido muchos avances en el tratamiento de las enfermedades cardíacas, pero continúan siendo la principal causa de muerte en el Reino Unido y alrededor del mundo. Este es el primer estudio que aborda las implicaciones de los niveles elevados de troponina en una muestra grande de pacientes en la vida real, en un amplio rango de edades.
Los médicos podrían utilizar esa información para ayudar a identificar el riesgo de muerte prematura en pacientes que tienen niveles medidos de troponina; esto podría generar intervenciones en una etapa mucho más temprana y en un grupo más amplio de pacientes de los que se tratan actualmente".
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Otras cuestiones que también podrían elevar los niveles de troponina
Los resultados también revelaron que, incluso si el paciente no había sido diagnosticado con un ataque cardíaco, las personas que presentaban niveles más altos de troponina exhibían un mayor riesgo de muerte. Cuando está sano, los niveles de troponina son lo suficientemente bajos como para ser indetectables.
Los niveles comienzan a aumentar entre tres y cuatro horas después del daño cardíaco y podrían mantenerse elevados durante 14 días.
Sin embargo, la proteína troponina podría liberarse en el torrente sanguíneo después de un ataque cardíaco. Los médicos de la Clínica Cleveland debatieron diversas enfermedades diferentes en donde el cuerpo puede liberar troponina, lo que podría indicar un mayor riesgo de muerte sin un tratamiento temprano.
• Sepsis. Este es un padecimiento posiblemente mortal desencadenado por una infección sistémica que finalmente podría afectar la función de los órganos vitales. Algunas veces, a la sepsis se le conoce como envenenamiento de la sangre y las estimaciones conservadoras indican que podría ser responsable de 270 000 muertes al año.
Los niveles elevados de troponina podrían ser el resultado de una combinación de una disfunción renal, respuesta inflamatoria masiva y mayores niveles de daño en el músculo cardiaco por catecolaminas.
• Derrame cerebral. Un evento isquémico agudo podría elevar los niveles de troponina al desencadenar diversas respuestas cardiovasculares que podrían elevar el estrés en el músculo cardiaco. Los niveles de troponina también podrían elevarse por causa de un daño cardíaco neurogénico y alteraciones en el control del sistema nervioso autónomo.
Esto podría resultar en una oleada de catecolaminas y daño al miocardio. Los científicos especulan que esto podría explicar la presencia de mayores niveles de un evento isquémico en ausencia de la enfermedad arterial coronaria.
• Enfermedad pulmonar. El estrés en el ventrículo derecho por causa de una enfermedad pulmonar podría indicar una disfunción ventricular derecha o enfermedad grave y malos resultados en las personas con presión arterial pulmonar alta.
La exacerbación aguda de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica se ha relacionado con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas con niveles altos de troponina en suero.
• Enfermedad renal crónica. El riñón elimina la troponina, lo que podría explicar los niveles elevados en las personas con enfermedad renal crónica. Los mayores niveles también podrían ser el resultado de mayores niveles en las citocinas proinflamatorias e hipertensión arterial relacionada.
• Quimioterapia. La quimioterapia podría inducir una toxicidad cardíaca a través de la producción de radicales libres de oxígeno y alteración del metabolismo mitocondrial. Cuando el deterioro del ventrículo izquierdo se relaciona con quimioterapia, a menudo es irreversible. Al monitorear los niveles de troponina, podrían identificarse problemas antes de que los síntomas cardíacos sean clínicamente evidentes.
¿Podría experimentar un ataque cardíaco sin saberlo?
Aunque los términos, ataque cardíaco y paro cardíaco se utilizan indistintamente, no son lo mismo. Un ataque cardíaco puede afectar en el suministro de oxígeno al corazón, mientras que un paro cardíaco podría influir en el impulso eléctrico. Durante un ataque cardíaco, la restricción de oxígeno ocurre por un bloqueo en el suministro de sangre, pero el resto del músculo continúa latiendo.
Durante un paro cardíaco, el sistema eléctrico es afectado por problemas como la insuficiencia cardíaca, arritmias o fibrilación ventricular, que generalmente pueden causar la pérdida de la conciencia y latidos cardíacos. En algunos casos, justo antes de un paro cardíaco, podría notar un jadeo anormal o una actividad convulsiva al comenzar el episodio.
Los síntomas de un ataque cardíaco no siempre son obvios. Sin embargo, a menudo el tratamiento inmediato puede resultar en tasas de supervivencia más altas y pérdida de menos músculo cardíaco por falta de oxígeno. Los síntomas comunes de un ataque cardíaco son:
Dolor o molestias en el pecho |
Molestias en la parte superior del cuerpo |
Dificultad para respirar |
Sudor frío |
Náuseas |
Mareos repentinos |
Sensación inusual de cansancio |
Aturdimiento |
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No todos los ataques cardíacos comienzan con un dolor opresivo en el pecho, como se muestra en la televisión o películas. Las mujeres tienen menos probabilidades de presentar dolor en el pecho durante un ataque cardíaco y más probabilidades de percibir los síntomas como estrés o ansiedad. Las mujeres utilizan términos como "presión", "opresión" o "incomodidad", en vez de dolor en el pecho.
Mientras que el 30 % de las mujeres busca atención médica, en comparación con el 22 % de los hombres, los médicos tienden a diagnosticar de forma errónea o descartar los síntomas de un ataque cardíaco en las mujeres, al contrario de los hombres. Otros síntomas que podrían indicar un ataque cardíaco son:
Ataque de ansiedad |
Dolor de espalda |
Acidez estomacal |
Bochornos |
Fatiga extrema |
Sensación de descargas eléctricas en el lado izquierdo |
Entumecimiento y rigidez en el brazo y cuello del lado izquierdo |
Sensación de que algo está atorado en la garganta |
Los factores de riesgo y medidas para contrarrestarlos
La investigación publicada en American Journal of Cardiology encontró que las mujeres que abordaban seis factores del estilo de vida tuvieron el mayor impacto en su salud cardíaca. En el estudio, se monitorearon enfermeras durante 20 años, desde aproximadamente los 37 años.
Las personas que se apegaron a las seis directrices redujeron en un 92 % su riesgo de enfermedad cardíaca. Los investigadores del equipo estimaron que más del 70 % de los ataques cardíacos podría prevenirse al implementar las siguientes medidas:
Llevar una alimentación saludable |
Lograr un IMC normal (el porcentaje de grasa corporal es más preciso) |
Hacer al menos 2.5 horas de ejercicio a la semana |
Ver la televisión siete horas o menos por semana |
No fumar |
Limitar el consumo de alcohol a una bebida o menos al día |
Si bien, ninguno de estos factores es inusual, en conjunto podrían generar un impacto impresionante en el riesgo cardíaco. En cuanto al IMC, debe considerar que su proporción cintura-cadera es un predictor de riesgo más confiable que el IMC, ya que refleja la cantidad de grasa visceral. El estrés es otro factor que puede promover la inflamación, activar el sistema nervioso simpático y desencadenar un ataque cardíaco.
Además, permanecer sentado durante largos períodos de tiempo puede elevar el riesgo de un ataque cardíaco. Eso significa que, moverse de forma intermitente y pasar tiempo en el gimnasio o hacer ejercicio en casa, pueden ser factores importantes para reducir el riesgo de CVD.
Algunos de los síntomas inusuales podrían hacerle creer que no se trata de un ataque cardíaco. Incluso si no está seguro, es vital que solicite asistencia de emergencia inmediata ya que el tiempo es un factor importante para elevar la posibilidad de supervivencia.
Una ambulancia es la mejor y más segura forma de llegar al hospital porque el personal de urgencias puede aplicar tratamientos durante el traslado, antes de llegar a la sala de urgencias. El personal médico de urgencias preferirá tratar un padecimiento que no sea riesgoso, en vez de que muera porque no está dispuesto a recibir tratamiento.
Consulte con su proveedor de atención médica sobre los riesgos y mantenga información importante a la mano en caso de una emergencia. Por ejemplo, podría escribir todos los medicamentos y suplementos que tome en una tarjeta, luego puede plastificarla y mantenerla en su cartera o billetera.