La lechuga es una fuente importante de intoxicación alimentaria

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

lechuga romana contaminada con e coli

Historia en Breve

  • A finales de noviembre del 2019, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) emitieron una alerta de seguridad alimentaria que indica la investigación de un brote de E. coli relacionado con el consumo de lechuga romana cosechada en la región de Salinas, California
  • Para el 25 de noviembre del 2019, se habían registrado 67 casos en 19 estados, 39 de los cuales requirieron de asistencia hospitalaria. Seis de ellos desarrollaron insuficiencia renal. Sin embargo, entre el 12 de julio y el 8 de septiembre de 2019, 23 personas se enfermaron a causa de la lechuga romana, una situación que se ocultó al público
  • La cepa de E. coli que causa el brote, O157: H7, también conocida como STEC, no se distingue genéticamente de los brotes relacionados con la lechuga que ocurrieron en el 2017 y 2018. El STEC es un tipo de E. coli que produce toxinas Shiga, las cuales son muy peligrosas
  • El E. coli O157: H7 se relaciona con el ganado. El primero de los dos brotes en el 2018 se remonta al escurrimiento de estiércol de las operaciones CAFO cerca de la granja de lechugas. Se utilizó agua contaminada para regar los campos de lechuga
  • La lechuga ofrece pocos nutrientes y es propensa a contaminarse. Es mejor cambiar la lechuga por germinados cosechados en casa, los cuales son ricos en nutrientes y fáciles de cultivar

Las intoxicaciones alimentarias están ganando popularidad, gracias a las operaciones agrícolas convencionales y de alimentación de animales confinados (CAFO, por sus siglas en inglés). Según los datos preliminares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, se registraron 25 606 intoxicaciones alimentarias, 5 893 hospitalizaciones y 120 fallecimientos en el 2018.

Los datos preliminares de la Foodborne Diseases Active Surveillance Network del 2017 indicaron que se registraron 24 484 infecciones, 5677 hospitalizaciones y 122 fallecimientos ese mismo año, mientras que el informe final de vigilancia de brotes de los CDC redujo dicha cifra a 14 481 enfermedades, 827 hospitalizaciones y 20 fallecimientos en el 2017.

Entre el 2009 y el 2015, se registraron 5760 brotes que resultaron en 100 939 enfermedades, 5699 hospitalizaciones y 145 fallecimientos. Los vegetales contaminados fueron responsables del 10 % de dichas enfermedades. El pollo fue responsable de la mayoría de las enfermedades relacionadas con los brotes (12 %).

La lechuga contaminada causa estragos por tercer año consecutivo

La festividad de Acción de Gracias del 2018 fue menos asombrosa para muchos, ya que la lechuga romana enfermó a 62 personas con E. coli en los Estados Unidos.

A finales de noviembre del 2019, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) emitieron una alerta de seguridad alimentaria que indica la investigación de un brote de E. coli relacionado con el consumo de lechuga romana cosechada en la región de Salinas, California.

Según los CDC, se registraron enfermedades a partir del 24 de septiembre del 2019. Hasta el 25 de noviembre del 2019, se habían notificado 67 casos en 19 estados, 39 de los cuales requirieron de asistencia hospitalaria. Seis de ellos desarrollaron insuficiencia renal. Por fortuna, nadie ha fallecido hasta la fecha. Según lo informado por The Washington Post el 26 de noviembre:

"La Administración de Alimentos y Medicamentos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan evitar el consumo de lechuga romana proveniente de la región de Salinas.

Sorprendentemente, la cepa específica de E.coli (O157: H7) que causo el nuevo brote no se distingue genéticamente de aquella del año pasado o la otra del 2017. El mes pasado, la FDA identificó un brote que involucra a la lechuga romana y causó 23 enfermedades.

Cabe destacar que el brote de Acción de Gracias del 2018 no fue el primero de ese año. Fue precedido por el mayor brote en los Estados Unidos de E. coli en más de una década, con un total de 210 enfermedades, incluyendo cinco fallecimientos, relacionados con los cultivos de invierno de la lechuga romana de Yuma, Arizona".

Identifique el área de cultivo en las etiquetas de los vegetales

El año pasado, las autoridades desconocían el origen de la lechuga contaminada, lo que provocó mejoras en el proceso de etiquetado para detallar el lugar de cultivó del producto. Según lo informado por el California Leafy Greens Marketing Agreement (CA LGMA):

"Durante el año pasado, los productores en California y Arizona especificaron el área de cultivo en las etiquetas de los paquetes de lechuga romana para ayudar a identificar el lugar de cultivó del producto.

Estas etiquetas son diferentes a aquellas que contienen la dirección de la compañía responsable del embalaje del producto que generalmente se encuentran impresas en la parte posterior y que es requerida por la ley.

La etiqueta que detalla la ubicación de la cosecha puede aparecer de diferentes maneras. Los corazones de lechuga romana, a menudo se empaquetan justo después de la cosecha. Su etiqueta se muestra de la siguiente manera:

Corazones de lechuga romana
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El ganado es un criadero natural de esta cepa de E. Coli

Aunque las autoridades afirman que aún se desconoce cómo se contaminó la lechuga romana del Valle de Salinas, la cepa de E. coli O157: H7, también conocida como STEC, la cual ha aparecido durante tres años se relaciona con animales rumiantes, y el ganado.

Mientras que muchas cepas de E. coli son inofensivas o bien toleradas, esta cepa produce toxinas Shiga, las cuales son muy peligrosas. En los Estados Unidos, se estima que 265 000 personas sufren de infecciones por STEC cada año, mientras que la variedad O157: H7 es la responsable de más de un tercio de dichas enfermedades.

En general, los síntomas aparecen uno o 10 días después de consumir los alimentos contaminados y pueden incluir diarrea con sangre, cólicos estomacales y vómitos. El primero de los dos brotes en el 2018 se remonta a las operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO) cerca de la granja de lechugas en Yuma, Arizona.

Se cree que el escurrimiento de las lagunas de estiércol contamino un canal cercano, y esta agua contaminada con E. coli fue utilizada para el riego de los campos de lechuga. Esto podría estar involucrado con el problema que están tratando los agricultores del Valle de Salinas.

El impacto de las operaciones CAFO se investigará más a fondo

En septiembre del 2019, la United Fresh Produce Association y la Produce Marketing Association emitieron un conjunto de lineamientos para abordar el problema de la contaminación de los productores de lechuga.

Sin embargo, a pesar de haber admitido que las operaciones CAFO representan un riesgo significativo, el grupo de trabajo no abordó dichos riesgos, y colocaron la responsabilidad en los productores de lechuga romana para que cumplieran con las pruebas y el tratamiento del agua.

También recomiendan que los consumidores adquieran la lechuga romana de los productores que cumplen con los lineamientos CA LGMA. Según el informe final:

"Según la norma de seguridad de la FDA, los productores son los responsables de evaluar dichos peligros y de tomar las medidas adecuadas para prevenir la contaminación, incluyendo asegurar que el agua de riego sea segura y de calidad sanitaria.

Todos los participantes, desde los productores hasta los procesadores y minoristas, comparten la responsabilidad de los riesgos y sus consecuencias. En general, los miembros del Grupo de Trabajo consideran que el conocimiento científico es inadecuado, y los datos recopilados son insuficientes para evaluar el grado de riesgo relacionado con la proximidad de las operaciones CAFO.

La PMA y el United Fresh crearon un grupo de expertos y líderes de la industria para abordar los riesgos relacionados con las operaciones CAFO y de ganado.

Esta evaluación de riesgos considerará múltiples factores (agua, insectos, aves y polvo) que pueden transmitir bacterias patógenas a través de la distancia, así como variables potenciales como el clima, la densidad animal, las prácticas operativas de las instalaciones, la alimentación, la frecuencia de los derrames y el transporte de patógenos humanos.

Se espera que este análisis identifique la falta de información que necesita la investigación, así como la recopilación de datos específicos que genere una mejor práctica para establecer zonas apropiadas. El grupo desarrollará un plan de acción para marzo del 2020".

Agencias gubernamentales son acusadas de ocultar un brote anterior

Aunque los CDC emitieron una advertencia pública sobre el brote relacionado con Salinas que, según los informes, comenzó el 24 de septiembre del 2019, el sitio web Food Safety News afirma que ocultaron un brote que comenzó en el verano y que nunca terminó. En su informe del 3 de noviembre del 2019, el Food Safety News señala que:

"Se registró otro brote de lechuga romana del 12 de julio hasta el 8 septiembre, el cual resulto en 23 personas infectadas y fue ocultado al público. Era un pequeño secreto del gobierno y los productores, hasta que la verdad salió a la luz porque atraparon a la FDA".

De hecho, un anuncio de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) del 31 de octubre del 2019 informó que se había investigado un brote de E. coli relacionado con la lechuga romana; y que dicho brote parecía haber terminado y que era poco probable que la lechuga romana representara un riesgo. De acuerdo con la FDA:

"Se relacionó un brote de E. coli O157: H7, con la lechuga romana, el cual desarrollo 23 enfermedades. Las enfermedades comenzaron desde el 12 de julio del 2019 hasta el 8 de septiembre del mismo año, y no se informaron fallecimientos. Asimismo, no se informaron enfermedades después de la investigación del brote del 17 de septiembre del 2019.

La FDA y los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos no identificaron información procesable para los consumidores durante esta investigación.

Además, cuando se identificó la lechuga romana como la fuente del brote, los datos disponibles indicaron que el brote se había detenido y que la lechuga romana consumida por los enfermos caduco y ya no estaba disponible para la venta.

La FDA está tratando de generar una mayor conciencia sobre el brote para resaltar la importancia continua de las acciones de la industria para garantizar la seguridad de los vegetales de hoja verde".

Según lo informado por Food Safety News:

"Los CDC se excusaron al decir que las advertencias de los brotes se publican 'cuando los consumidores pueden tomar acciones'. Lo cual parece una declaración que consiste con un encubrimiento.

No ha sido una política de los CDC. Los informes de los brotes se emiten sin la esperanza de que los consumidores tomen acciones. Mientras que la educación sobre la salud pública, parte de la misión de los CDC, se trata de mantener al público actualizado sobre las enfermedades transmitidas por los alimentos".

Food Safety News especula que la FDA podría haber tenido una razón para mantener oculto el brote. La campaña de Smarter Food Safety anunció el 30 de abril del 2019, la promesa de "aprovechar la tecnología y otras herramientas para crear un sistema más digital, rastreable y seguro".

Los brotes recurrentes sugieren que la FDA tiene muchas cosas por hacer en este sentido. Los brotes del 2019 hacen que parezca que la FDA trató de descartar el problema, pero no fue posible por la continuidad de los casos.

Según la FDA, el primer brote finalizó el 8 de septiembre del 2019. Mientras que la FDA también declaró que no se habían informado otros casos después del 17 de septiembre. Sin embargo, se dice que el brote relacionado con Salinas comenzó el 24 de septiembre, que fue mucho antes del anuncio del 31 de octubre citado anteriormente.

Es decir, los dos brotes relacionados con la lechuga parecen ser un solo brote, el cual comenzó en julio. No parece tan extenso porque la FDA descarto la primera mitad (del 12 de julio al 8 de septiembre) y no causó mayor preocupación. Sin embargo, no era el final.

Descarte los vegetales empaquetados y cultive los propios

Existen muchas razones para evitar los vegetales cultivados de manera comercial, especialmente aquellos preenvasados, ya que el procesamiento de la máquina (corte, lavado y empaquetado) prácticamente garantiza la propagación de cualquier patógeno persistente.

Con tantos brotes de bacterias que afectan los vegetales de hoja verde y las lechugas en particular, se recomienda omitir el consumo de dicho ingrediente innecesario.

Es importante considerar que lavar los productos, aunque es lo recomendable, probablemente no elimine todos los patógenos. Las superficies rugosas proporcionan muchas áreas en las que las bacterias pueden esconderse, y únicamente se necesitan unas cuantas células de E. Coli para enfermarse.

La mejor, y quizás la única, manera de proteger los productos frescos es implementar prácticas agrícolas más limpias, mientras que un factor importante es que el agua utilizada para regar los campos no se encuentre contaminada por las operaciones CAFO, que son un cultivo de bacterias potencialmente peligrosas.

Los cultivos caseros pueden evitar la mayoría de los peligros relacionados con los productos frescos. La lechuga en realidad no ofrece mucha nutrición, por lo que es mejor cambiarla por germinados cosechados en casa.

Los vegetales de hoja verde son una de las principales fuentes de desperdicio de alimentos, lo que significa que el agua y la energía utilizada en su producción también se desperdician. Es necesario que los vegetales que consume sean nutritivos.

Por lo que existen muchas otras con excelentes propiedades nutricionales, que son más económicas y mejores para el medio ambiente que la lechuga. Las cebollas, el brócoli y las coles de Bruselas generan un menor impacto ambiental.

Sin embargo, si le agradan las ensaladas, se recomienda cambiar la lechuga por germinados. Los germinados son fuentes nutricionales y fáciles de cultivar, incluso en espacios pequeños.

Lineamientos básicos de limpieza

Como se mencionó anteriormente, aunque la limpieza de los productos no garantiza la eliminación de todas las bacterias potencialmente peligrosas, la higiene es ciertamente una parte fundamental de la seguridad alimentaria. A continuación, encontrará algunos consejos para manejar adecuadamente los productos y otros alimentos. Siempre:

Lávese las manos con agua y jabón antes de interactuar con los alimentos, especialmente después de manipular la carne cruda.

Mantenga a los bebés y niños alejados del área de preparación.

Muchas personas interactúan con los productos antes de su compra, por lo que es necesario lavarlos adecuadamente antes de su consumo.

Utilice tablas para cortar y utensilios adicionales para la carne cruda.

Utilice un cepillo para eliminar la suciedad y los desechos de los tubérculos o de cualquier fruta o verdura con piel áspera.

Enjuague todos los productos, incluso las variedades empaquetadas en bolsas.

Al cortar más de un tipo de alimento, es necesario lavar la mesa, la tabla de cortar y los utensilios para evitar la contaminación cruzada

No prepare alimentos para otras personas si está enfermo.

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