Sucede algo curioso en medio de la pandemia de COVID-19: a medida que aumentan los casos y muertes por COVID-19, han disminuido los ingresos hospitalarios por otras dolencias agudas.
En un artículo publicado el 6 de abril de 2020 en The New York Times, el Dr. Harlan Krumholz, profesor de medicina en Yale y director del Centro de Investigación y Evaluación de Resultados del Hospital Yale New Haven, señala:
"Es extraño que los hospitales no estén tan ocupados, excepto por el Covid-19.
He escuchado este comentario de otros médicos en Estados Unidos y en otros países. Todos nos preguntamos: ¿Dónde están los pacientes con ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares? Hacen falta en nuestros hospitales.
Trabajo en el Hospital Yale New Haven donde tenemos a casi 300 personas afectadas por Covid-19, los números siguen en aumento y aún no estamos al máximo de su capacidad debido a la disminución de nuestros tipos habituales de pacientes.
En circunstancias normales, nunca tenemos tantas camas vacías … Lo sorprendente es que han desaparecido muchas de las emergencias".
Reducen admisiones por emergencia
En una encuesta informal de Twitter, creada por Angioplasty.org que es una comunidad en línea de cardiólogos, el 45.4 % informó una reducción del 40 % al 60 % en los ingresos hospitalarios relacionados con ataques cardíacos; 22.4 % reportó una reducción mayor al 60 %.
Según informes no oficiales de profesionales médicos, han disminuido otras emergencias como la apendicitis aguda y la enfermedad de la vesícula biliar. Además, según Krumholz:
"Este fenómeno no solo está ocurriendo en los Estados Unidos. Los investigadores de España informaron una reducción del 40 % en los procedimientos de emergencia para ataques cardíacos durante la última semana de marzo en comparación con el período justo antes de que iniciara la pandemia".
Aún no tenemos una explicación para estas estadísticas. Krumholz plantea la hipótesis de que tal vez los pacientes evitan la atención médica presencial por temor a contraer COVID-19. Si este es el caso, su condición puede empeorar y perder vidas sin necesidad.
"A medida que tratamos de combatir el coronavirus, también hacemos frente a las opiniones de que todos los demás deben mantenerse alejados del hospital. El costo de la pandemia será peor si evita la atención médica por afecciones mortales, pero tratables, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares", dice Krumholz.
Sin embargo, esta no es la única posibilidad. Como señala Krumholz, es probable que los desencadenantes naturales de los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares se hayan eliminado por el distanciamiento social, incluyendo comer en casa y tener más tiempo para realizar alguna actividad física.
Sin embargo, no está convencido de que esta sea la teoría, pero es la explicación más probable si se tiene en cuenta que las infecciones respiratorias aumentan el riesgo de ataques cardíacos.
En teoría, el miedo y el estrés de la situación deberían aumentar la cantidad de ataques cardíacos, ya que la depresión, ansiedad y frustración "están relacionados con duplicar, o inclusive más, su riesgo de ataques cardíacos".
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Aplazar la atención médica podría costarle la vida
Se informa la misma historia en un artículo publicado el 19 de abril de 2020 en The Washington Post, que señala que:
"Cinco semanas después del distanciamiento por el coronavirus en todo el país, muchos médicos creen que la pandemia ha producido una subepidemia silenciosa de personas que necesitan atención en hospitales, pero no se atreven a entrar.
Según estos médicos y las primeras investigaciones, incluyen personas con apéndices inflamadas, vesículas biliares infectadas, obstrucciones intestinales, y afecciones más graves como dolores en el pecho y síntomas de accidente cerebrovascular.
En [la Universidad de Medicina de Carolina del Sur, el Dr. Evert, director médico de traumatología], dijo que el piso de medicina general de Eriksson, tiene 20 camas donde albergaba a tres personas durante dos o tres semanas. Ahora el censo ha vuelto a más de 20.
'Lo que vemos es una presentación tardía', dijo. 'Yo diría que el 70 % de los casos de apendicitis que recibo en este momento son presentaciones tardías. Cuando se presenta tarde con apendicitis no podemos operarlo de manera segura'".
La mortalidad por todas las causas aún es incierta
Cualquiera que sea la razón de las reducciones en los ingresos hospitalarios por otras enfermedades que no sean COVID-19, el tiempo dirá si ésta provocó o no, un aumento de mortalidad por todas las causas. Según lo informado por The Washington Post:
"Gran parte de los informes sobre pacientes ausentes son anecdóticos, ya sea en pláticas de salas médicas o en las redes sociales de los médicos.
Los médicos dicen que es poco probable que exista una disminución en la mayoría de estas afecciones, lo que sugiere que al menos algunas personas podrían morir en sus hogares, aunque todavía no existen los datos necesarios para corroborarlo".
Algunos afirman que ha aumentado la mortalidad por todas las causas durante esta pandemia. Según un informe publicado el 14 de abril en The New York Times:
"Entre el 11 de marzo y el 13 de abril en la ciudad de Nueva York, murieron 3 000 personas, más de lo que se hubiera esperado durante el período en un año normal", dijo en una entrevista el Dr. Oxiris Barbot, comisionado del Departamento de Salud de la ciudad.
Aunque estas supuestas muertes no estaban relacionadas con el virus, se hubieran evitado si no existiera el brote, ya que abrumó el sistema normal de atención médica".
La afirmación de The New York Times de que las muertes ocurrieron como resultado del COVID-19 por "abrumar el sistema de atención médica" parecen sospechosas, a pesar de que muchos médicos dicen que sus hospitales no están cerca de su capacidad total.
Estos informes contradictorios muestran lo difícil que es descubrir la verdad sin una adecuada recopilación y distribución de datos. Sin datos precisos y completos, es imposible sacar conclusiones definitivas.
¿En realidad disminuye la mortalidad?
Dos gráficos interesantes creados por I. Ratel, quien admite que no es un estadístico o médico, pero tiene títulos en administración industrial y tecnología automotriz y cuyo interés se ve impulsado por el hecho de que está inmunocomprometido, sugiere una disminución en las muertes por neumonía y en la mortalidad por todas las causas.
Decidí incluirlo para cualquier persona que esté interesada en profundizar su recopilación de datos. Ratel explica los gráficos:
"He observado el control de la gripe de los CDC desde el otoño pasado, cuando existían rumores sobre un nuevo virus de gripe en China… Según el South China Post, el primer caso de COVID-19 en la provincia de Hubei en China se encontró el 17 de noviembre. Incluso el artículo establece que el paciente cero pudo haber sido infectado en fechas pasadas.
Sostengo que es razonable creer que el virus SARS-CoV-2 circuló por la población en noviembre y diciembre, hasta que se extendió por China y en una gran parte del mundo.
Al considerar esa posibilidad, los patrones en los datos regulares de vigilancia de ILI (Influenza Like Illness) de los CDC se vuelven interesantes. Tomé los datos y apliqué mis escasas habilidades de Excel para graficar algunas cosas …
Antes de enero no sabíamos que existía este virus. Nuestra capacidad de pruebas es solo para unas semanas. Dada la información que tenemos sobre la progresión de la enfermedad, supuse que habría un alza en la mortalidad por neumonía, ya que sin buscar y probar el SARS-COV-2, las víctimas serían clasificadas como muertes por neumonía. Entonces, lo hice en una gráfica, con base en los datos de los últimos 6 años publicados por los CDC.
Los CDC llaman a la semana 40 de un año el comienzo de la temporada de gripe, por lo que todas mis gráficas comenzarán en la semana 40 de un año y finalizarán en la semana 39 del siguiente, mostrando años como temporadas de gripe.
"Existe el aumento habitual en la semana 1, supongo que está relacionado con las festividades y los viajes. Sin embargo, la temporada 2019-2020 muestra que la mortalidad por neumonía semana a semana es baja en comparación con los últimos años … [y] existe una fuerte disminución en las últimas semanas.
Luego analicé la mortalidad por todas las causas. Quizás las muertes por COVID-19 no se habían capturado en los datos de neumonía.
Podemos ver que la mortalidad por todas las causas siguió más alta de lo normal hasta que comenzó a disminuir a principios de 2020, y hasta hace poco disminuyó más. Una vez más, no existen indicios de que este virus mate a las personas más allá de las normas estacionales", escribe Ratel.
Evitar hospitales podría reducir el número de muertos
Dicho esto, investigaciones anteriores han demostrado que cuando se reduce la intervención médica convencional, la mortalidad disminuye. Por ejemplo, en el año 2000, la mortalidad por todas las causas en Israel disminuyó cuando los médicos israelíes de los hospitales públicos se declararon en huelga.
Una de las razones es porque la atención médica tiende a ser un negocio de riesgo. La investigación publicada en 2014 descubrió que en Estados Unidos casi 1 de cada 5 pacientes mayores de Medicare resulta dañado por su atención médica.
Los daños médicos más comunes incluyeron recibir la medicación incorrecta, tener una reacción alérgica a la medicación administrada y recibir tratamiento que condujo a más complicaciones. Como resultado de estos daños, tuvieron una tasa de mortalidad casi el doble de las que no sufrieron daños por su cuidado.
Otra investigación publicada en 2013 concluyó que 210 000 personas en Estados Unidos mueren por errores hospitalarios que se pueden evitar cada año, y cuando se incluyeron muertes relacionadas con errores de diagnóstico, errores de omisión y el incumplimiento de las pautas, el número se disparó a un estimado de 440 000 muertes cada año.
Uno de cada 25 pacientes en los Estados Unidos también contrae alguna forma de infección mientras está hospitalizado, y se estima que todos los días mueren alrededor de 205 personas a causa de infecciones adquiridas en el hospital.
Por desgracia, la verdad es que una vez que está hospitalizado, corre el riesgo de sufrir errores médicos que puedan costarle la vida. Pero, eso no quiere decir que nunca deba acudir a un hospital.
Si sospecha que tiene un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o apendicitis, debe buscar atención inmediata. Sin embargo, las personas buscan tratamiento que pueden ponerlas en un riesgo mayor de complicaciones cuando presentan otras dolencias.
Lo difícil es determinar qué es lo que puede tratar desde casa y qué es una emergencia real. Si conoce a un médico holístico de confianza, sería buena idea llamarlo para una consulta.
Aumenta el número de muertes de COVID-19 debido a la reclasificación
Aunque otras dolencias parecen haber disminuido (al menos en función de las tasas de ingreso hospitalario, lo que puede presentar una imagen falsa de la situación), las muertes por COVID-19 en los Estados Unidos han aumentado a mediados de abril.
Aunque algunos usan esto como una señal de que la infección se propaga y tal vez es más letal de lo que se sospecha, la verdadera razón de este aumento repentino es la reclasificación de las muertes por COVID-19 donde se incluyen casos "probables".
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos separan las muertes confirmadas por COVID-19 de la mortalidad por todas las causas, las muertes por neumonía, influenza y neumonía con COVID-19.
Así que han emitido una guía para los estados sobre cómo documentar los certificados de defunción por COVID-19, lo que significa que se debe indicar si el COVID-19 "causó o se supone que causó o contribuyó a la muerte".
Al no requerir que las muertes por COVID-19 se confirmen en el laboratorio, la tasa de mortalidad se puede sesgar muy fácil.
La ciudad de Nueva York ha hecho la transición oficial de su mantenimiento de registros para incluir casos sospechosos de COVID-19, y como era de esperar, los números aumentan enormemente cuando las muertes sospechosas o "probables" se cuentan sin ninguna prueba de que la infección por SARS-CoV-2 haya estado involucrada. A fin de cuentas, no existe forma de saber cuál es el impacto real de la pandemia cuando se usa este sistema.
Al observar los datos recopilados de Nueva York entre el 11 de marzo y el 13 de abril de 2020, el 23.5 % de las muertes que involucran a residentes entre las edades de 45 y 64 años están en la categoría de "probable", al igual que el 23.6 % de las personas entre 65 y 74 años y 49.9 % si son mayores de 75 años.
Como señaló The New York Times el 14 de abril, el haber agregado miles de casos "probables" en la Ciudad de Nueva York, aumentó la supuesta tasa de mortalidad de COVID-19 en un 17 % durante la noche.
Surgen signos de epidemia de suicidio
Si la mortalidad por todas las causas aumenta o disminuye, como se predijo, ahora comenzamos a ver un aumento en los suicidios. Las estadísticas de suicidio siguen de manera confiable las tendencias económicas, con recesiones financieras que provocan tasas más altas de depresión y desesperación. Según un informe del 25 de marzo de 2020 de The Sacramento Bee:
"FirstLink, una compañía que responde tanto a las líneas de ayuda del 211 como a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio para Dakota del Norte y partes de Minnesota, dijo esta semana que la cantidad de llamadas en algunos de sus centros aumentó un 300 %".
Según una portavoz de Crisis Text Line, las conversaciones de texto duplicaron el volumen normal durante la semana del 15 de marzo. Google también informa que las búsquedas de "síntomas de ataque de pánico" se han duplicado en comparación con el año pasado.
Mientras tanto, los CDC parecen tomarse las cosas con calma y señalan que "El miedo y la ansiedad por una enfermedad pueden ser abrumadores y causar emociones fuertes en adultos y niños", pero que "Hacer frente al estrés los hará a ustedes y a las personas que les importan una comunidad más fuerte".
Aunque es cierto como una declaración general, la pandemia actual ha generado tantos desafíos que seguramente muchas personas llegarán al punto de quiebre. No solo hablamos de temerle a una enfermedad.
También hablamos de los desafíos de mantener un techo sobre nuestras cabezas, alimentarnos y alimentar a nuestras familias cuando todo el país ha colapsado y millones de trabajadores han sido despedidos.
Según informes de The Federalist y Red State, los suicidios superaron las muertes de COVID-19 en Tennessee la semana del 20 de abril. El Centro Forense Regional de Tennessee investigaba nueve suicidios al 27 de marzo, ocho de ellos tuvieron lugar en el condado de Knox, uno de las pocas áreas en Tennessee donde se ordenó el cierre de negocios.
Los suicidios, que ocurrieron dentro de un período de 48 horas, representan el 10 % de la tasa de suicidios de 2019 para la región. Mientras tanto, solo seis pacientes murieron por COVID-19 en todo el estado esa semana. En un comunicado, el alcalde de Knoxville, Tennessee, Glenn Jacobs, dijo:
"Ese número es muy impactante y me pregunto si lo que ahora hacemos es el mejor enfoque. Tenemos que determinar cómo responder al COVID-19 de una manera que mantenga intacta nuestra economía, a las personas empleadas y proporcione un sentimiento de esperanza y optimismo, y no de desesperación y frustración".
Señales de advertencia similares comienzan a notarse en otros estados, incluyendo Oregón. En un informe de noticias locales del 24 de marzo, el jefe de policía de Portland, Jami Resch, dijo que las amenazas o intentos de suicidio son un 41 % más altos en comparación con el año pasado, y existe un aumento del 23 % desde 10 días antes de que se declarara estado de emergencia en Portland.
Por desgracia, este es el comienzo de lo que seguramente empeorará con el tiempo, ya que muchos expertos financieros predicen una depresión peor que la Gran Depresión de la década de 1930.
Recursos para la prevención del suicidio
Es claro que nos enfrentamos a un desafío sin precedentes, y es difícil saber qué es lo correcto. Existen riesgos y beneficios para cada elección. Sin embargo, desde el principio he argumentado que ignorar el costo humano del colapso económico es un grave error. Es un error igual de grave difundir el miedo a menos que el miedo esté justificado. Los principales medios tienen mucho que responder al respecto.
Aunque el futuro es incierto, le insto a que haga lo que pueda para mantener un equilibrio en su vida. Haga su mejor esfuerzo para controlar sus miedos. Y, si necesita ayuda, no dude en comunicarse con familiares, amigos o cualquiera de los servicios de prevención del suicidio. Si vive en los Estados Unidos, por favor contacte a:
- La Red Nacional de Prevención del Suicidio: llame al 1-800-273-8255 (en inglés) o 1-888-628-9454 (en español)
- Línea de de crisis (contacto por mensaje de texto, disponible solo en inglés): envíe un mensaje de texto con la palabra HOME al 741741 para conectarse con un consejero de crisis
- Lifeline Crisis Chat: chatee en línea (en inglés o español) con un especialista que puede brindar apoyo emocional, intervención en crisis y servicios de prevención de suicidio.