Una compañía tabacalera fabrica vacuna contra el COVID-19

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

vacuna contra covid-19

Historia en Breve

  • British American Tobacco (BAT) se une al propósito de desarrollar una vacuna contra el COVID-19 y planea fabricar de 1 a 3 millones de dosis de por semana
  • La tecnología patentada implica codificar temporalmente las plantas de tabaco con instrucciones genéticas para producir proteínas específicas
  • Para crear la vacuna experimental, la compañía clonó una parte de la secuencia genética de COVID-19 para desarrollar un antígeno, que es una sustancia que induce a una respuesta inmunológica en el cuerpo, en particular la producción de anticuerpos
  • BAT declaró que, si obtienen resultados positivos, podrían comenzar a fabricar la vacuna experimental en junio de 2020
  • Cuando las vacunas se comercializan muy rápido, se omiten las pruebas de seguridad y eficacia y esto puede provocar efectos graves

British American Tobacco (BAT) se une al propósito de desarrollar una vacuna contra el COVID-19, y planea fabricar de 1 a 3 millones de dosis por semana. Aunque el desarrollo de la vacuna tarda años, e incluso tiene un bajo historial en lo que respecta a las pruebas de seguridad, ya se están realizando pruebas clínicas para la posible vacuna contra el COVID-19.

Además, BAT, trabaja en conjunto con su filial de biotecnología de Estados Unidos, Kentucky BioProcessing (KBP), y declaró que, si obtienen resultados positivos junto con el apoyo de "socios y de las agencias gubernamentales", podrían comenzar a fabricar la vacuna experimental en junio de 2020.

Uso de la tecnología de las plantas de tabaco para fabricar la vacuna experimental para COVID-19

KBP fue noticia en 2014 cuando fabricó ZMapp, un medicamento experimental contra el Ébola. La filial estadounidense de BAT, Reynolds American Inc., adquirió KBP ese año "con el objetivo de utilizar parte de su tecnología de extracción de tabaco para un mayor desarrollo de una nueva categoría de productos no combustibles".

La vacuna experimental para COVID-19 que está en desarrollo utiliza tecnología de plantas de tabaco de rápido crecimiento, que según BAT, tiene las siguientes ventajas sobre la producción de vacunas convencionales:

  • Las plantas de tabaco no pueden albergar patógenos que causan enfermedades humanas
  • Es más rápido porque los elementos de la vacuna se acumulan en las plantas de tabaco en seis semanas en comparación con los métodos convencionales que tardan varios meses
  • Mientras que las vacunas convencionales requieren refrigeración, la formulación de la vacuna de KBP se puede mantener a temperatura ambiente
  • Tiene el potencial de proporcionar una respuesta inmunológica en una dosis única

Las tecnologías patentadas de KBP implican codificar de forma temporal las plantas de tabaco con instrucciones genéticas para producir proteínas específicas. Para crear la vacuna experimental, KBP clonó una porción de la secuencia genética de COVID-19 para desarrollar un antígeno, que es una sustancia que induce una respuesta inmunológica en el cuerpo, en particular la producción de anticuerpos.

"Este antígeno se insertó en las plantas de tabaco para la reproducción, y una vez que se cosecharon las plantas, el antígeno se purificó y ahora se somete a pruebas preclínicas", señaló BAT. En cuanto a la incursión poco probable de la industria del tabaco en la salud pública, Hugh Haydon, director ejecutivo de KBP, le dijo para Politico: "Podríamos enfrentar escepticismo. Pero lo cierto es que podemos ayudarlos".

El hecho es que el paso a la medicina surge por necesidad, no por altruismo. Con las tasas de tabaquismo en los Estados Unidos en un mínimo histórico entre los adultos, que descendió al 13.7 % en 2018, una disminución de aproximadamente dos tercios en los 50 años desde que el director general de salud pública advirtió por primera vez sobre los efectos del tabaquismo, las grandes tabaqueras no tuvieron más remedio que reagruparse.

Como tal, James Figlar, vicepresidente ejecutivo de investigación y desarrollo de KBP, dijo para Politico que habían "desarmado la planta de tabaco" en busca de nuevas perspectivas comerciales. Aunque el uso de la tecnología de plantas de tabaco para desarrollar la vacuna contra el COVID-19 es novedosa, en el pasado ya se habían intentado vacunas a base de plantas.

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Posibles riesgos de las vacunas a base de plantas

"Las vacunas virales hechas de plantas o "bioformadas" son algunos de los primeros productos de la tecnología de cultivo molecular de plantas", escribieron los investigadores en Virology Journal en 2014, señalaron que "el uso de plantas y cultivos de células vegetales para producir proteínas recombinantes de alto valor, comenzó con la producción de tabaco transgénico y girasol de la hormona chimérica del crecimiento humano en 1986 y después los anticuerpos monoclonales en tabaco transgénico en 1989".

En 2010, la rama de investigación y desarrollo del Pentágono Darpa (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa) donó $ 40 millones a la Universidad Texas A&M y G-Con, una compañía farmacéutica, para acelerar la producción de vacunas contra la gripe con el uso de plantas de tabaco. Aunque el uso de plantas de tabaco puede acelerar la producción de vacunas, la pregunta es si las vacunas resultantes son efectivas y seguras.

Un gran riesgo es que, los fabricantes afirman que las plantas no portan agentes patógenos que puedan infectar a los humanos, pero es algo que aún está en debate. Existen varios virus que infectan las plantas, y es posible que también puedan infectar a los humanos.

En 2010, por ejemplo, los investigadores identificaron el virus del moteado suave del pimiento, un virus vegetal, en las heces de personas sanas. Además, los que tenían el virus de la planta en sus heces eran más propensos a tener fiebre, dolor abdominal y picazón, síntomas que se pueden atribuirse al virus.

En una revisión publicada en el Indian Journal of Virology, investigadores del Instituto de Investigación Agrícola de la India, unidad de virología de plantas, división de patología de plantas, señalaron: "no existe una regla de que los virus de las plantas no puedan romper la barrera de su reino anfitrión y atacar a humanos o animales. Es posible que algunos virus vegetales puedan tener un papel directo o indirecto como patógeno humano …"

Está en prueba una nueva tecnología de vacunas en humanos

BAT es una empresa que apuesta por un nuevo tipo de vacuna contra el COVID-19. La compañía de biotecnología Moderna comenzó el primer ensayo clínico para una vacuna contra el COVID-19 en marzo 2020. Esto es muy riesgoso porque omitió los ensayos con animales para pasar directamente a las pruebas en humanos y utilizó una nueva forma de producción de vacunas al utilizar una tecnología que no ha sido aprobada por la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos.

Mientras que las vacunas convencionales usan formas de virus modificadas o muertas, Moderna utiliza fragmentos genéticamente modificados del código genético del virus COVID-19. Como se señaló en The Conversation:

"El ensayo es inaudito, ya que implica probar una sustancia terapéutica completamente nueva en humanos. Probar una sustancia en humanos que no se ha sometido a suficientes pruebas de su seguridad plantea riesgos potenciales". Podría causar efectos inesperados en los participantes del estudio, incluyendo enfermedades graves e incluso la muerte.

También es posible que una vacuna sin analizar pueda acelerar o mejorar los efectos del virus en lugar de bloquearlos.

Acelerar el proceso de aprobación y el reclutamiento de participantes también corre el riesgo de afectarlos requisitos éticos relacionados con el consentimiento, la privacidad y la protección de las personas vulnerables, en especial cuando hay dinero de por medio. Esto podría aumentar los riesgos para los voluntarios y perjudicar la confianza pública en la investigación clínica".

Moderna, se asocia con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), y utilizan un ARN mensajero sintético (ARNm) para instruir al ADN a que produzca el mismo tipo de proteínas que COVID-19 utiliza para acceder a nuestras células. Según lo informado por STAT News, la idea es que "una vez que esas partículas ficticias de virus estén allí, nuestros cuerpos aprenderán a reconocer y destruir el virus".

A los 45 hombres y mujeres no embarazadas entre 18 y 55 años se les pagara la suma de USD $ 1 100 para recibir dos inyecciones de la vacuna, con 28 días de diferencia. Se evaluarán los efectos secundarios en tres dosis diferentes. La compañía de biotecnología Inovio, financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates, es la segunda compañía en probar la vacuna experimental contra el COVID-19 en humanos en Estados Unidos.

El ensayo de Inovio incluirá 40 voluntarios sanos, cada uno recibirá dos dosis, con cuatro semanas de diferencia. Inovio espera tener los resultados de seguridad al finalizar el verano de este año; Si todo va bien, el estudio pasará a la fase de eficacia.

Inovio indicó que ha aumentado la demanda mundial de 1 millón de dosis para comenzar, pero estos ensayos clínicos se llevan a cabo antes de que exista evidencia científica de que las vacunas de verdad funcionan según lo previsto y que no causan efectos secundarios graves.

Las vacunas rápidas conllevan riesgos

Hoy en día se desarrollan casi dos docenas de posibles vacunas contra el COVID-19, y es probable que cada una de ellas intente ingresar rápido al mercado. En circunstancias normales, una vacuna puede tardar entre 5 y 10 años en desarrollarse, y el avance rápido conlleva importantes problemas de seguridad.

En el caso del coronavirus, esto podría empeorar la infección, ya que el mejoramiento del sistema inmunológico por medio de la vacuna se hizo evidente durante el desarrollo y las pruebas de una vacuna contra el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), que es causado por un coronavirus.

Incluso el Dr. Peter Hotez, Ph.D., decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Baylor College of Medicine, desarrollador de vacunas, ex presidente del Instituto de Vacunas Sabin y director del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Texas Children's, comentó que el movimiento necesita un mayor estudio científico sobre la eficacia y los riesgos de la vacuna, y sugiero que se "elimine", es decir, destruya o termine la protección del consentimiento informado, reconoció esto. Según Reuters:

"'Entiendo la importancia de acelerar los plazos para las vacunas en general, pero por todo lo que sé, esta no es la vacuna para hacerlo', dijo el Dr. Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Baylor College of Medicine, dijo a Reuters.

Hotez trabajó en el desarrollo de una vacuna contra el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) y el coronavirus detrás de un brote importante en 2003, descubrió que cuando estuvieron expuestos al virus algunos animales vacunados desarrollaron una enfermedad más grave en comparación con los animales sin vacunar. "Existe un riesgo de mejora inmunológica", dijo Hotez … "

Presentaron Narcolepsia y mayor riesgo de coronavirus

También existen otros riesgos inesperados, como sucedió con la vacuna contra la gripe porcina H1N1 lanzada en Europa durante la pandemia de 2009-2010. El proceso de aprobación fue acelerado, pero se omitieron la mayoría de las pruebas de seguridad y eficacia. Años después, la vacuna contra la gripe porcina con adyuvante ASO3 Pandemrix (utilizada en Europa, pero no en los Estados Unidos durante 2009-2010) se relacionó con la narcolepsia infantil.

Después, en 2019, los investigadores describieron una "relación novedosa entre la narcolepsia con Pandemrix y el gen de ARN no codificante GDNF-AS1", un gen que supuestamente regula la producción del factor neurotrófico derivado de la línea celular glial o GDNF, una proteína que desempeña un papel importante en la supervivencia neuronal.

Según los investigadores, "los cambios en la regulación de GDNF se han relacionado con enfermedades neurodegenerativas. Este hallazgo puede aumentar la comprensión de los mecanismos de la enfermedad subyacentes a la narcolepsia". Otras consecuencias indeseadas pueden ocurrir después de la vacunación, como incrementar el riesgo de virus respiratorios.

Un estudio realizado en 2020 publicado en la revista Vaccine declaró: "Vacunarse contra la influenza puede aumentar el riesgo de contraer otros virus respiratorios, un fenómeno conocido como interferencia viral".

Aunque el estudio no encontró que la vacuna contra la influenza aumente el riesgo de todos los virus respiratorios, sí reveló que aumentaba el riesgo de contagiarse de coronavirus y, señaló que "la interferencia del virus derivado de la vacuna se relacionó con el coronavirus y el metapneumovirus humano" (hMPV).

Los que se vacunaron contra la gripe estacional eran 36 % más propensos a contraer la infección por coronavirus y 51 % más propensos a la infección por hMPV que las personas que no recibieron la vacuna.

Con tantas preguntas sin respuesta sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas aceleradas, y la probabilidad de que pueda pasar al menos un año antes de que se descubra que la vacuna para COVID-19 es efectiva contra el virus, la mejor solución en términos de prevención es lavarse las manos de forma constante, usar mascarillas o tapabocas y mantener una buena alimentación.

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