¿La limpieza excesiva podría aumentar las alergias alimentarias?

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

alergenos alimentarios

Historia en Breve

  • El cuerpo utiliza mecanismos multisensoriales para monitorear los alimentos que consume, los cuales pueden verse afectados por los alimentos procesados y las toxinas ambientales, y están involucrados en la respuesta a los antígenos alimentarios
  • Otros factores que afectan el desarrollo de alergias alimentarias incluyen los niveles de vitamina D, el uso excesivo de antibióticos o antiácidos y no dejar que los niños consuman alimentos relacionados con las alergias hasta más adelante en la vida
  • Las alergias alimentarias son provocadas por el sistema inmunológico, mientras que una intolerancia alimentaria es una reacción intestinal a un alimento consumido. Aunque la mayoría de las alergias alimentarias comienzan en la infancia, no es raro que las personas mayores de 18 años las desarrollen
  • Es posible reducir el riesgo de desarrollar alergias por medio de proteger su salud intestinal al evitar medicamentos o toxinas que alteren el equilibrio, consumir alimentos fermentados para repoblar las bacterias beneficiosas y optimizar los niveles de vitamina D

Un artículo publicado por científicos de la Universidad de Yale propone que la cifra cada vez mayor de adultos y niños que experimentan alergias alimentarias puede ser el resultado de una protección corporal exagerada para combatir el consumo de alimentos tóxicos. Explican que hasta el 8 % de los niños en los Estados Unidos desarrollan una respuesta mortal a los ocho alérgenos alimentarios principales.

Estos a menudo se conocen como los "Big 8" (Los grandes 8) e incluyen leche, huevos, trigo, soya, pescado, mariscos, frutos secos y cacahuate. De acuerdo con los datos de 2010 a los que hace referencia la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología, un estudio que involucró a 38 480 niños menores de 18 años reveló que la tasa de alergias alimentarias fluctuó del 6 % al 8.5 %, según el grupo etario.

Una encuesta posterior que terminó en 2016 e involucro a una cantidad similar de niños, encontró resultados similares, que identificaron al 7.6 % de los niños con alergias alimentarias. Los datos se obtuvieron por medio de encuestas y no pruebas confirmadas. Encontraron que las alergias más populares fueron el cacahuate, la leche y los mariscos.

Sin embargo, los investigadores concluyeron que la prevalencia puede ser mayor, ya que no tomaron en cuenta al 4 % de los informes en los que el historial no consistía con una reacción alérgica. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos informaron una mayor tasa de alergias alimentarias en niños a partir de los datos recopilados entre 1997 y 2011.

Descubrieron que, durante un período de 14 años, la tasa de alergias alimentarias aumentó del 3.4 % al 5.1 %. De acuerdo con los datos más recientes de 2016, dicha tasa puede haber aumentado a 7.6 %, lo que significa que la tasa se duplicó en 19 años. Los inmunobiólogos de Yale proponen que esta trayectoria puede ser el resultado de una mayor cantidad de sustancias artificiales o sustancias químicas ambientales.

El cuerpo tiene un control de calidad en función de los alimentos

La cifra cada vez mayor de niños y adultos que experimentan alergias alimentarias ha generado preocupaciones entre médicos e investigadores. En el artículo de la Universidad de Yale publicado en la revista Cell, los investigadores discutieron los mecanismos sensoriales que el cuerpo utiliza para monitorear los alimentos que consume.

Estos sistemas incluyen procesos de olfato, gusto y quimiosensoriales establecidos en el intestino e influenciados por el microbioma intestinal. En este artículo, los científicos argumentan que el cuerpo tiene un sistema de control de calidad involucrado con una respuesta alérgica. Una respuesta frente a los antígenos alimentarios puede resultar en una alergia alimentaria letal.

La limpieza extrema es una teoría que predomina mucho, la cual se le conoce como hipótesis de higiene, donde los niños y adultos ya no están expuestos a patógenos naturales, lo que provoca que una respuesta hipersensible del sistema inmunológico.

Al escribir en Clinical & Experimental Immunology, los científicos ampliaron la explicación para incluir la presencia de alimentos procesados, detergentes y otros químicos ambientales, así como un ambiente "demasiado limpio" que no genera una exposición natural a microbios.

Argumentan que todos estos factores ayudan a interrumpir la actividad del sistema interno de control de calidad, diseñado para ayudar a proteger el cuerpo de sustancias químicas nocivas. El grupo considera que esta teoría puede crear las bases para futuras investigaciones, tratamientos o métodos preventivos. En un comunicado de prensa de la Universidad de Yale, uno de los autores sugirió lo siguiente:

“No podemos idear formas de prevenir o tratar las alergias alimentarias hasta que comprendamos la biología implícita. No es posible ser un buen mecánico si se desconoce cómo funciona un automóvil.

Un factor involucrado es el uso de productos de higiene y antibióticos, así como cambios en la alimentación, un mayor consumo de alimentos procesados y cambios en la composición del microbioma intestinal.

Por último, utilizar conservadores y productos químicos ambientales como detergentes introdujo elementos novedosos para que el sistema inmunológico los monitoree”.

Cuando el cuerpo detecta la presencia de toxinas, también activa el sistema nervioso parasimpático, cuyo objetivo es ayudar a neutralizar la amenaza. Esta respuesta puede desarrollar alergias alimentarias, mientras que la falta de amenazas puede aumentar la hipersensibilidad del sistema.

El equipo considera que los cambios colectivos en el suministro de alimentos y el medio ambiente han causado que el sistema inmunológico responda de manera efectiva a las proteínas de la misma manera que lo haría para protegerse de las toxinas.

Publicidad
Sabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimoSabe a azúcar, aumenta la longevidad y mejora el estado de ánimo

Causas adicionales del aumento de alergias alimentarias

El furor generado por los precios de una EpiPen (epinefrina autoinyectable), un tratamiento que combate las reacciones alérgicas potencialmente mortales, ha evidenciado los intereses involucrados en el tratamiento médico de las alergias.

Como la Dra. Karen Becker mencionó en uno de sus artículos sobre mascotas saludables, esta es otra manera en la que las mascotas son buenas para la salud. Tener una mascota puede influir en el desarrollo del sistema inmunológico de los niños. Se presentaron dos estudios en el Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología en 2017 que demostraron que los niños nacidos en hogares con un perro tenían un menor riesgo de eccema alérgico y asma, lo que respalda investigaciones anteriores.

Los perros son considerados como "el nuevo probiótico" dado que están expuestos a diversas bacterias y otros microbios. Dieter Steklis, profesor de psicología y antropología en la Universidad de Arizona, ha estudiado la relación física y del microbioma en humanos y mascotas. Habló con un periodista del Tucson Sentinel y explicó lo siguiente:

"Siempre me ha sorprendido cuántas enfermedades y trastornos están relacionados con procesos inflamatorios que se relacionan con el sistema inmunológico", dijo Dieter al Tucson Sentinel. "Si tener un perro mejora el sistema inmunológico, entonces las personas mayores pueden tener una menor probabilidad de sufrir depresión".

Otras teorías propuestas sobre el aumento de las alergias alimentarias incluyen el uso excesivo de antiácidos, ya que estos pueden alterar el microbioma gastrointestinal.

La investigación del King's College London también propuso que cuando los padres evitan que los niños pequeños consuman alimentos que producen alergias, existe una mayor probabilidad de que el niño desarrolle una reacción en años futuros. El estudio involucro a niños que tenían una reacción alérgica conocida a los huevos o que tenían eccema para evaluar si evitar un alérgeno aumentaría o disminuiría la alergia alimentaria.

Los datos demostraron que cuando los padres evitaron que sus hijos consumieran cacahuate, el 13.7 % desarrolló una alergia a los 5 años, en comparación con el 1.9 % de los niños que lo consumieron cacahuates antes de esa edad. Los investigadores también se preguntan si las tasas de alergia alimentaria están aumentando porque pasamos más tiempo dentro de casa, lo que contribuye al hecho de que los niveles de vitamina D en casi el 40 % (39.92 %) de la población son poco adecuados.

La investigación que analiza el uso de EpiPen en los Estados Unidos encontró que se utilizó más en los estados del norte, lo que sugiere que había "pistas etiológicas importantes sobre el estado de vitamina D" que merecen una mayor investigación.

Se encontraron datos similares en Australia dos años después, cuando se reveló que la EpiPen y el ingreso hospitalario por anafilaxia eran más comunes en áreas que reciben menos luz solar, lo que "apoya la posible relación de la vitamina D con la patogénesis de la anafilaxia".

Diferencia entre alergia e intolerancia

Existe una diferencia entre una sensibilidad o reacción y una alergia a los alimentos. Una verdadera alergia alimenticia está mediada por el sistema inmunológico y es detonada por una reacción por parte de los anticuerpos hacia una proteína en un alimento o bebida en específico. La sensibilidad a los alimentos, también conocida como intolerancia alimentaria, es una reacción desagradable, que suele ser de tipo gastrointestinal a un alimento consumido, pero no está mediada por el sistema inmunológico.

Por ejemplo, la alergia a la leche es diferente a la intolerancia a la lactosa. La alergia desencadena una respuesta inmunológica y la intolerancia desencadena síntomas gastrointestinales por la incapacidad de digerir las proteínas de la leche. Las alergias alimentarias de tipo 1 se relacionan con la inmunoglobulina-E (IgE), que es un anticuerpo en la sangre y los mastocitos que se encuentran en todos los tejidos del cuerpo.

Después de consumir el alimento por primera vez, las células producen IgE para la proteína alimentaria que genero la reacción, la cual se le conoce como alérgeno. La IgE se libera y adhiere a la superficie de los mastocitos. Esto prepara las bases para la próxima vez que consuma los alimentos que contienen el alérgeno. La proteína interactúa con la IgE y hace que los mastocitos liberen histamina.

Las reacciones a la IgE pueden comenzar con una sensación de comezón en la boca, seguida por síntomas de vómito, diarrea y dolor de estómago. Algunos alérgenos de proteínas pueden pasar al torrente sanguíneo y generar una reacción en todo el cuerpo que incluye mareos o sensación de desmayo, tos, ronquera y pulso débil. También puede activar una reacción anafiláctica que resulte en menores niveles de presión arterial, urticaria y sibilancias.

Una alergia alimentaria tipo 1 puede tardar desde unos minutos hasta un par de horas en desarrollarse. Otro tipo de alergia alimenticia, el tipo 3, también conocido como alergia retardada, está mediado por la inmunoglobulina-G (IgG). Esta es una alergia alimentaria tardía que ocurre de cuatro a 28 horas después de la exposición.

Las alergias alimentarias en adultos no son inusuales

Aunque la mayoría de las alergias alimentarias se desarrollan durante la infancia, no es raro que los adultos desarrollen una alergia alimentaria. Los datos de una encuesta transversal de adultos que viven en los Estados Unidos sugieren que al menos el 10.8 % de los adultos desarrollan una alergia a los alimentos. La información se recopiló desde octubre de 2015 hasta septiembre de 2016.

La encuesta involucro a 40 443 adultos, de los cuales el 19 % informó algún tipo de alergia alimentaria, y solo el 10.8 % informó síntomas concurrentes a una reacción de IgE. Se publicó el estudio en la Journal of the American Medical Association junto con la Dra. Kari Nadeau, experta en alergias alimentarias de Stanford, y científicos de la Universidad Northwestern.

Los investigadores consideran que esto contradice a la creencia de que la mayoría de las alergias se desarrollan en la infancia. Los datos anteriores estimaron que el 9 % de los adultos tenían respuestas alérgicas reales a los alimentos. Los investigadores encontraron que el 38 % de los que determinaron que padecían una alergia alimentaria habían experimentado una reacción que requirió la visita a la sala de emergencias y el 48 % informó que había desarrollado una alergia alimentaria después de los 18 años.

Algunas alergias alimentarias desarrolladas en la adultez pueden ser graves, como las reacciones que experimentó Amy Barbuto en un restaurante tailandés. En una entrevista con un periodista del Texas Medical Center, Barbuto relató su primera respuesta alérgica en el restaurante.

Antes de ese día era intolerante al gluten, pero en 2011 sufrió una reacción anafiláctica cuando su comida contenía salsa de soya. Desde entonces fue hospitalizada 25 veces entre 2011 y 2020 por reacciones alérgicas. Habló sobre la dificultad de evitar el gluten:

“Es difícil de evitar, incluso cuando te esfuerzas al máximo para evitarlo. Mi alergia es tan grave que podría exponerme con cualquier cosa. Es posible que mi comida no contenga gluten, pero solo se necesita que una persona toque un pan y luego toque mi plato".

Cómo reducir el riesgo a desarrollar alergias alimentarias

Como demuestra la historia de Barbuto, las alergias alimentarias pueden desarrollarse en la adultez y volverse mortales. Existen ciertas medidas para reducir el riesgo de desarrollar una alergia o experimentar una respuesta anafiláctica.

El microbioma intestinal es importante para la salud y un buen funcionamiento del sistema inmunológico, el cual influye en la respuesta alérgica a los alimentos. Cuidar la salud del microbioma intestinal, ayuda a proteger la salud. Como lo mencioné antes en el artículo: "La salud intestinal podría influir en el riesgo de enfermedad”:

  • Los alimentos fermentados ayudan a repoblar el intestino con bacterias saludables
  • Los antiácidos modifican el ácido del estómago y afectan el microbioma intestinal de manera negativa
  • Es importante evitar los antibióticos, incluso en los alimentos, a menos que sea muy necesario, y consumir un probiótico de calidad cuando se utilicen antibióticos
  • Evite o minimice el consumo de alimentos procesados, ya que contienen grandes cantidades de azúcar que alimentan las bacterias dañinas en el intestino

Mejore sus niveles de vitamina D al tomar el sol o incluya suplementos si vive en áreas con poco sol. Para mayor información sobre cómo aumentar los niveles de vitamina D, consulte el artículo: "El reporte más importante que ha escrito el Dr. Mercola".

Haga clic aquí y sea el primero en comentar sobre este artículo
Publique su comentario