Estudio demuestra que los cubrebocas afectan la salud de los niños

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

cubrebocas en ninos

Historia en Breve

  • Los datos del primer registro sobre las experiencias de los niños con el uso de cubrebocas demuestran que ha producido problemas físicos, psicológicos y de comportamiento como irritabilidad, dificultad para concentrarse y problemas de aprendizaje
  • Desde el cierre de las escuelas en la primavera de 2020, ha aumentado el número de padres que buscan un tratamiento farmacológico para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) para sus hijos
  • Evidencia del Reino Unido demuestra que las escuelas no son las zonas rojas de contagio que decían las autoridades de salud, ya que, al medir las tasas de infección en las escuelas, fueron iguales y no mayores, que los espacios públicos en general
  • Un ensayo controlado, aleatorizado, a gran escala demostró que el uso de cubrebocas no reduce la propagación del SARS-CoV-2
  • Para proteger a nuestros niños, las generaciones futuras y su dinero es importante que entienda todo lo que hay detrás de esta pandemia

Un estudio demuestra que los niños están experimentando daños psicológicos, conductuales y físicos a causa de las medidas de prevención y confinamientos impuestos durante la pandemia de COVID-19. Este daño no solo está afectando la salud de las próximas generaciones de futuros líderes, sino que les ha robado la sonrisa a millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, hay un lugar que parece no estar sufriendo las consecuencias de este daño.

A lo largo de los siglos XX y XXI, han ocurrido eventos que han cambiado al mundo por completo. Las dos guerras mundiales, el bombardeo de Pearl Harbor, la bomba atómica en Hiroshima, la caída del Muro de Berlín, los ataques del 11 de septiembre y la pandemia del COVID-19.

Sin duda, para muchas personas, esta pandemia ha sido uno de los periodos más traumáticos de su vida. La devastación que se ha producido en el mundo es incalculable e incluye cosas que no se pueden medir tan fácil, como la salud mental, la inseguridad alimentaria y el abuso físico.

Pero la cruda realidad es que casi todo ha sido innecesario y el daño real es solo el resultado de las decisiones que han tomado las autoridades gubernamentales y de salud a nivel mundial que parecen actuar acorde a un plan.

Muchas personas vivirán con las consecuencias de evento por el resto de su vida. Las tasas de suicidio, el abuso infantil y las muertes por drogas aumentaron de forma dramática. Para mediados de 2020, las prescripciones de ansiolíticos aumentaron un 31 % y un 22 % en el caso de los antidepresivos. Pero los niños, que suelen ser los más ignorados también podrían ser los más afectados por toda esta situación.

Los niños muestran daños físicos, conductuales y psicológicos

Hace poco, se publicó en línea, un estudio con datos del primer registro de Alemania sobre la experiencia de los niños con el uso de cubrebocas. En este estudio, los padres, médicos y otras personas podrían poner sus observaciones y el registro involucró el uso de cubrebocas de 20 353 personas a partir del 26 de octubre de 2020.

Con base en los datos de 25 930 niños, los investigadores obtuvieron hallazgos muy interesantes. Los niños usaron el cubrebocas un tiempo promedio de 270 minutos al día. Se reportaron 24 problemas de salud relacionados con el uso de cubrebocas, que se clasificaron en tres categorías: problemas físicos, psicológicos y de comportamiento.

Los padres de los niños registraron el 68 % de los problemas relacionados con el uso de cubrebocas. Los investigadores concluyeron que, los resultados con respecto a la frecuencia de uso y los síntomas que se reportaron, indican que es importante darle seguimiento a este problema. Registraron síntomas que:

"incluyeron irritabilidad (60 %), dolor de cabeza (53 %), dificultad para concentrarse (50 %), menos felicidad (49 %), renuencia para ir a la escuela/guardería (44 %), malestar (42 %), problemas de aprendizaje (38 %) y somnolencia o fatiga (37 %)”.

Además de estos síntomas preocupantes, también encontraron que el 29.7 % reportó problemas para respirar, el 26.4 % mareos y el 17.9% no tenía ganas de moverse o jugar. Cientos de personas más experimentaron "respiración acelerada, opresión en el pecho, debilidad y pérdida del conocimiento a corto plazo".

De enero a junio de 2019 y enero de 2021, las personas adultas experimentaron un aumento significativo en sus mediciones de ansiedad o trastorno depresivo. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, durante el primer trimestre de 2019, el porcentaje de adultos que reportaron síntomas de trastorno de ansiedad o trastorno depresivo fue del 11 %, pero en enero de 2021, este porcentaje aumentó a 41.1 %.

La evidencia demuestra que existe una correlación entre los problemas de comportamiento y la salud mental de un niño con la salud mental de sus padres. Esto significa que, independientemente de su propio estrés y del daño fisiológico causado por el uso de cubrebocas y los confinamientos, los niños también responderán de manera negativa a la creciente tasa de ansiedad y depresión que presentan los adultos.

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Más familias recurren a los medicamentos para controlar los problemas de estudiar a distancia

En la primavera de 2020 comenzó un experimento sin precedentes para escuelas de todo el mundo, el aprendizaje a distancia. De repente, decenas de millones de estudiantes estaban en casa, conectados a su computadora para tomar sus clases. En una encuesta, Educators for Excellence reportó que el 67 % de los maestros dijo que las tareas o trabajos de sus alumnos eran "peores" o "mucho peor" que cuando las clases eran presenciales.

En otra encuesta, profesores reportaron una reducción del 96.3 % al 73.1 % en su sensación de éxito, cuando enseñaban en aula y a distancia respectivamente. En promedio, los mismos maestros reportaron que solo el 60 % de sus estudiantes participaban en actividades de aprendizaje.

El aprendizaje a distancia ha sido todo un desafío para los niños pequeños y para el 20 % de los estudiantes que viven en los Estados Unidos y que no tienen acceso a la tecnología necesaria. Según Education Week, el 80 % de los maestros cree que sus estudiantes tienen más problemas para concentrarse durante los confinamientos.

Todos estos factores pueden contribuir con el creciente número de padres que buscan tratamiento para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) de sus hijos. NBC News informa que los especialistas están recibiendo una gran cantidad de preguntas, solicitudes de diagnóstico y recetas para el TDAH.

El Dr. Melvin Oatis de la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente cree que la pandemia ha "sido un punto de inflexión que ha orillado a algunas familias a buscar ayuda".

Sin embargo, el Dr. Arthur Lavin, que es un pediatra con servicio en varios comités nacionales de la Academia Americana de Pediatría, advierte: "Nuestra preocupación es que los pediatras y las familias tengan mucho cuidado y no solo diagnosticar TDAH a la primera, sino de observar el historial del niño y utilizar el diagnóstico diferencial para garantizar la mejor explicación posible para los síntomas".

También hay mucha confusión sobre todo el tema del TDAH, lo que ha causado diagnósticos equivocados, La psicóloga de la Universidad de Minnesota, Stephanie Carlson, dice que los estudiantes suelen identificarse de manera errónea como personas con déficits en las habilidades de funcionamiento ejecutivo aun cuando el comportamiento está dentro de los límites normales.

Por ejemplo, los estudiantes más jóvenes tienen más probabilidades de ser diagnosticados con TDAH que sus compañeros de mayor edad. Los niños son diagnosticados con mayor frecuencia que las niñas, y los estudiantes de raza negra o latina tienen una menor probabilidad de ser diagnosticados o tomar medicamentos.

Las escuelas no son zonas de contagio

La Universidad de Warwick en Reino Unido realizó un estudio con el objetivo de analizar la información sobre ausencias escolares entre septiembre de 2020 y diciembre de 2020. Los investigadores estaban interesados en los estudiantes que se quedaban en casa y no iban a la escuela debido al COVID-19, y cómo variaba el número de personas que se enfermaban a lo largo del tiempo.

El estudio evaluó a los alumnos y maestros, además de cómo esas ausencias cambiaron durante el confinamiento de noviembre y en diciembre cuando se levantó el confinamiento. Lo que encontraron fue que la tasa de infección en las escuelas coincidía con la de la comunidad en general, lo que indica que no había evidencia de que las escuelas fueran un factor determinante para producir más casos de COVID-19.

Al igual que en Estados Unidos, a los estudiantes del Reino Unido se les ofrecieron opciones de aprendizaje a distancia. El Dr. Mike Tildesley que es uno de los investigadores y asesor científico del gobierno de Reino Unido, sugiere utilizar un enfoque escalonado, a medida que los planes para reabrir las escuelas están en marcha.

Si bien las tasas de infección entre las escuelas y la comunidad fueron las mismas, los investigadores no pudieron comentar si los estudiantes y maestros que tenían COVID-19 lo contrajeron en la escuela o en la comunidad. Como era de esperar con lo que se sabe sobre el virus, la tasa de infección fue menor en las escuelas primarias que en las secundarias.

Al hablar para un reportero de la BBC, Tildesley hizo un comentario revelador sobre cómo se deben tomar las decisiones para reabrir las escuelas: “Se podría pensar en reabrir primero las primarias. Pero esta es una decisión política".

El uso de cubrebocas no es efectivo para reducir las infecciones por COVID-19

En noviembre de 2020, Annals of Internal Medicine publicó el primer ensayo controlado aleatorio que evalúa la efectividad de los cubrebocas quirúrgicos contra el SARS-CoV-2.

Durante el ensayo, los investigadores evaluaron a más de 6000 personas y encontraron que el uso de cubrebocas no redujo de manera estadísticamente significativa la incidencia de infección por COVID-19. Entre las personas que usaban cubrebocas, el 1.8 % dio positivo por SARS-CoV-2, en comparación con el 2.1 % del grupo de control.

Cuando los investigadores eliminaron a los participantes que no usaron bien el cubrebocas, los resultados siguieron siendo los mismos: 1.8 %. Esto sugiere que, en este grupo de 6 000 personas, usar cubrebocas no hizo una diferencia significativa con respecto al contagio de COVID-19.

En el grupo que supuestamente usó el cubrebocas "exactamente como se les indicó", el 2 % dio positivo al virus, en comparación con el 2.1 % de los controles. A pesar de la falta de pruebas de que el uso de cubrebocas en el público en general fuera efectivo, se implementaron medidas obligatorias.

A finales de diciembre de 2020, los investigadores de Rational Ground revelaron los resultados del análisis de datos que evaluaban el uso de cubrebocas de los 50 estados de Estados Unidos. Los analistas de datos, informáticos y actuarios que participaron en este análisis dividieron la información en estados que tenían medidas obligatorias de uso de cubrebocas, y los que no.

Evaluaron datos desde el 1 de mayo de 2020 hasta el 15 de diciembre de 2020 y calcularon cuántos casos por día ocurrieron por población con y sin uso obligatorio de cubrebocas. Entre los estados sin uso obligatorio de cubrebocas, se contabilizaron 5 781 716 casos durante 5772 días, lo que resultó en:

  • Estados sin uso obligatorio de cubrebocas: 17 casos por cada 100 000 personas por día
  • Estados con uso obligatorio de cubrebocas: 27 casos por cada 100 000 personas por día

En otras palabras, la evidencia no respalda el uso de cubrebocas y el cierre de escuelas. Lo que sí hay, es evidencia de que el uso obligatorio de cubrebocas y el cierre de escuelas están causando un gran daño tanto físico como psicológico en la población infantil. Sin embargo, estas medidas obligatorias y cierres han sido respaldadas por las escuelas y los padres de familia, probablemente impulsados por el miedo al virus.

En este país si funcionaron las estrategias para combatir el COVID

El video está disponible solo en inglés

De hecho, el miedo parece haber sido la razón por la que la mayoría del público aceptó acatar estas medidas, ya que de otra manera no habrían hecho, excepto en Suecia. En un documental de 45 minutos, Claudia Nye muestra cómo Suecia enfrentó esta pandemia de una manera diferente.

Bajo la dirección del epidemiólogo jefe Anders Tegnell, Suecia no implementó un confinamiento universal, ni uso obligatorio de cubrebocas, ni cerró pequeñas empresas o escuelas, Sino que optaron por utilizar otras estrategias más razonables para proteger a sus ciudadanos. Según Tegnell, "no queremos dañar a nadie de manera innecesaria, pero queremos tener el mejor efecto posible".

Con esto como base, solo algunas escuelas cerraron durante ciertos períodos de tiempo y solo se pidió a los trabajadores de oficina que trabajaran desde casa para minimizar las aglomeraciones en el transporte público. A diferencia de lo que sucedió en casi todos los países del mundo, sus tiendas minoristas, gimnasios y restaurantes permanecieron abiertos.

Las empresas recomendaban el distanciamiento social y uso de cubrebocas, pero no era obligatorio. En todo el mundo, se les dijo a las personas que si no se quedaban en casa habría consecuencias. Sin embargo, en Suecia se les pidió a las personas que tomaran precauciones de sentido común en función a sus circunstancias individuales.

Se recomendó que las personas edad avanzada y otras personas de alto riesgo se quedaran en casa, practicaran el distanciamiento social y usaran cubrebocas. Toda la demás población podía vivir con normalidad. Tegnell señaló que, en Suecia, "elegimos una forma voluntaria, que demostró ser sostenible y eficaz".

Según el modelo del Imperial College of London, para finales de junio de 2020 y debido a que no implementó un confinamiento, Suecia debió tener un número de muertos de 80 000. Sin embargo, para 30 de septiembre de 2020 y sin haber impuesto confinamiento, su número real fue de 5 893 muertes, y la mayoría de los casos fueron personas de edad avanzada con comorbilidades.

De hecho, de todos esos casos, solo 872 fueron resultado directo del COVID-19. El resto tenía una o más condiciones que contribuyeron con su muerte. Nye cuenta más de esta historia en su interesante documental que ganó el premio Outstanding Achievement en el festival internacional de cine Indie Short Fest de Los Ángeles en enero de 2021.

Creo que sin darse cuenta de cómo otros están influyendo en su comportamiento y si las cosas no cambian, el mundo cambiará por completo y vivir en él será todo un desafío.

Podría parecer de película de ciencia ficción, pero le aseguro que hace un año no se habría imaginado que el mundo sería como es el día de hoy. Y nada de esto cambiará hasta que las personas entiendan que todo esto es para el beneficio de unos pocos.

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