Por el Dr. Mercola
En lo profundo de un archipiélago de islas deshabitadas en Indonesia se esconde un complejo turístico que combina una empresa privada con esfuerzos de conservación. Misool Eco Resort es un paraíso especial, que cumple una doble función, al ser una lujosa escapada a la playa y una reserva marina que alberga uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta.
El documental presentado, "The Last Resort", relata la historia de cómo Andrew y Marit Miner lograron construir un complejo turístico de buceo ecológico diseñado para detener la práctica de pesca destructiva, así como proteger y preservar la vida marina.
El complejo turístico está rodeado por una gran "zona de veda" que prohíbe la pesca, captura y extracción de vida marina, incluyendo a los invertebrados marinos como los pepinos de mar, y los huevos y caparazones de tortuga marina.
El deseo de construir este complejo turístico de buceo ecológico surgió por primera vez en su tercera cita, cuando los Miners visitaron la isla Batbitim, ubicada al sur de Raja Ampat, Indonesia.
La pareja quedó cautivada por la belleza natural de la isla, pero su admiración se convirtió en horror cuando descubrieron los restos de un campamento abandonado para la caza de tiburón. Los cuerpos de tiburones muertos, brutalmente asesinados para obtener sus aletas, cubrían las aguas poco profundas de la playa.
La pareja, perturbada por lo que presenció, emprendió la misión de convertir el área, que alguna vez estuvo amenazada por la caza de tiburón y pesca con explosivos —prácticas que destruyen los frágiles sistemas de arrecifes y agotan los suministros locales de alimentos— en un complejo turístico ecológico para la conservación de la vida marina.
Este complejo turístico es diferente de otros complejos denominados "eco-resorts", ya que no solo es "ecológico" en el sentido del greenwashing, señala Andrew en el documental. El concepto de Misool Eco Resort no solo se trata de generar ganancias, sino de proteger el medioambiente y principios de conservación.
El video está disponible solo en inglés
El complejo Misool Eco Resort conecta a las personas con la naturaleza
Andrew considera que los seres humanos estamos interconectados con la naturaleza, incluso en momentos en los que a menudo no sentimos ningún vínculo.
"Lo que nos nutre es el medioambiente que nos rodea. Estamos completamente vinculados a este; sentimos que, como seres humanos, estamos muy desconectados del medioambiente, pero no es así, es una mentira.
Cuanto más nos informemos acerca del entorno marino o terrestre, más nos percataremos de que en realidad estamos completamente conectados.
En mi caso, nunca consideré simplemente construir un complejo turístico; sino que tenía que ser el resultado de proteger, alimentar y cuidar el medioambiente, porque no concibo otro camino. Esa es la forma de lograrlo".
En el documental, Andrew expone algunos de los grandes desafíos para poder realizar su sueño. La parte más difícil fue recaudar el dinero para construir el complejo turístico, indicó.
La pareja no tenía experiencia ni estudios en conservación, arquitectura, construcción o políticas para islas pequeñas, ni los recursos económicos para lo que se convirtió en un proyecto mucho más grande de lo previsto. Pero sí tenía una gran determinación, energía y mucho entusiasmo.
Con el tiempo, pudieron encontrar inversionistas que compartieran su visión y pasión por la conservación marina. Esto les llevó al desarrollo de "un complejo turístico privado en una isla que aprovecharía los arrecifes vírgenes como su atractivo principal, y finalmente se convirtió en el vehículo de financiamiento para los esfuerzos de conservación que había que hacer".1
Su construcción comenzó en 2005 y duró aproximadamente dos años y medio antes de que el complejo turístico abriera sus puertas en 2008. Lo increíble fue que, no fue necesario talar un solo árbol para construirlo.
Misool Eco Resort se construyó completamente con madera recuperada, que se encontraba a la deriva y era arrastrada por las olas hacia las playas de la isla. "Limpiamos las playas y teníamos madera perfecta", indicó Thorben Niemann, carpintero alemán que ayudó a los Miners a construir el complejo turístico.
La pareja empezó a juntar inversiones de forma paulatina durante todo el período de construcción, lo que significaba que nunca contaron con una reserva monetaria y, por lo tanto, no podían abastecerse de las cosas que necesitaban; sino que, tuvieron que ir construyendo a medida que obtenían los fondos.
"Fue una forma difícil y muy estresante de construir", expresó Andrew, y agregó que significó dormir debajo de lonas de plástico, subsistir a base de huevos y arroz aguado y, en ocasiones, tener abscesos en la piel por llevar una nutrición deficiente.
Otro desafío importante que enfrentaron fue el limitado suministro de agua dulce en la isla. La isla Batbitim no contaba con ningún pozo o río, lo que significaba que tenían que buscar agua en una isla cercana y transportarla de regreso al sitio de construcción. Esta fue una tarea tediosa que resultó en tener poca agua para uso personal y actividades como cocinar y bañarse.
Los subtítulos del video están disponibles solo en inglés
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La característica más importante de este complejo turístico es su 'zona de veda'
Desde su apertura, Misool Eco Resort ha "recibido a una gran variedad de visitantes —desde conservacionistas y conocedores de la vida natural, hasta personas cansadas de la ciudad que buscan alejarse de todo, apasionados del esnórquel, practicantes de kayak y remo, celebridades— en busca de un oasis poco conocido, padres que buscan llevar a sus hijos a un conjunto de playas y lagunas seguras y hermosas, así como buceadores en busca del arrecife perfecto", según indica su sitio web.
Uno de los aspectos más importantes de este complejo turístico es su "zona de veda" donde se prohíbe la pesca. Andrew trabajó con la comunidad local en las primeras etapas de desarrollo para negociar una zona donde se prohibiera la pesca alrededor de la isla.
Después de presenciar de primera mano el daño causado por la caza de tiburón, los Miners comprendieron que la zona de veda sería la clave para lograr su visión.
Inicialmente, la zona de veda negociada por Andrew se extendía a 425 kilómetros cuadrados, o 164 millas cuadradas, alrededor de la isla y varias islas cercanas.
Sin embargo, después de bucear en un grupo de islas llamadas Islas Daram —a alrededor de 25 millas al este de la isla Batbitim— Andrew se percató de que la zona de veda debía extenderse, y descubrió diversos campamentos grandes para caza de tiburón y fue testigo de cómo los pescadores mutilaban tortugas vivas para atrapar a los tiburones.
También, encontró bombas sin detonar en la isla, lo que indica que los pescadores habían utilizado dinamita o realizaban pesca con explosivos.
¿Qué es la pesca con dinamita?
Este tipo de pesca es increíblemente destructiva, ya que involucra utilizar explosivos para matar o aturdir a los peces. Este método aniquila a los peces y destruye todos los corales de la zona, dejando una zona muerta. De acuerdo con el sitio web Reef Resilience Network:2
"Debido a que la pesca con explosivos se limita a las partes menos profundas del arrecife, estas zonas vulnerables podrían ser reducidas a escombros por las continuas explosiones, lo cual puede dificultar o imposibilitar la recuperación, así como destruir grandes secciones de arrecifes".
A nadie le gusta la pesca con dinamita, indicó Andrew, y agrega que la explosión de un área completa podría destruir su productividad de forma permanente, al eliminar la factibilidad de futuras capturas por los isleños locales. Según el diario The New York Times:3
"La pesca con dinamita puede destruir tanto la cadena alimenticia como los corales donde los peces anidan y se desarrollan. La pesca con explosivos puede destruir toda la cadena alimenticia, incluyendo al plancton, peces grandes y pequeños, y peces jóvenes que no tienen edad suficiente para desovar. Al no haber corales sanos, el ecosistema y los peces que viven ahí comienzan a morir".
La pesca con dinamita es tan destructiva que podría diezmar los suministros de pescado mundial de forma significativa en las próximas décadas, advirtieron los científicos. La práctica es tan frecuente en Filipinas que la captura diaria promedio ha disminuido de 45 libras en 1970 a 4.5 libras en el año 2000, según indicó un informe de la Junta Nacional de Estadísticas de Filipinas.
¿En qué consiste la caza de tiburón para obtener sus aletas?
Por desgracia, cada año mueren más de 100 millones de tiburones en todo el mundo a manos de cazadores que buscan cercenar sus aletas,4 las cuales se venden para preparar sopa de aleta de tiburón, un manjar que cuesta hasta 100 dólares por tazón y es considerado como un símbolo de riqueza y estatus en ciudades como Tokio.
Las aletas son la única parte del tiburón que tiene valor comercial. Como resultado, cientos de cuerpos de tiburones son desechados alrededor de los campamentos para caza de tiburón. Según Smithsonian Institution:
"Muchos pescadores prefieren practicar la caza de tiburón para obtener sus aletas en vez de llevar tiburones enteros al mercado porque las aletas son mucho más valiosas que el resto del cuerpo, y en ocasiones pueden venderse hasta en 500 dólares por libra (1100 dólares por kilogramo).
En vez de eso, los pescadores simplemente han optado por cercenar las aletas de tiburón —que constituyen tan solo entre el 1 % y 5 % del peso de un tiburón)— y desechar el resto del cuerpo, para evitar que las partes menos valiosas ocupen espacio en sus botes.
Con frecuencia, los tiburones que han sido cercenados para quitarles sus aletas son arrojados vivos al océano, donde no mueren pacíficamente porque son incapaces de nadar y sangran de forma abundante, se asfixian o fallecen por pérdida de sangre".
Además de ser una práctica increíblemente cruel e inhumana, la caza de tiburón para obtener sus aletas ha puesto a los tiburones en peligro de extinción debido a su baja tasa de reproducción y lento crecimiento, lo cual dificulta que los tiburones puedan reponer sus poblaciones con la misma rapidez con la que disminuyen.
Los científicos estiman que la población de tiburones ha disminuido entre un 60 % y 70 % debido a su captura por parte de los humanos.
Misool Eco Resort duplica la extensión de su zona de veda a un área más grande que Singapur
Con la intención de eliminar los campamentos para caza de tiburón y pesca con dinamita en las islas cercanas, los Miners trabajaron en estrecha colaboración con los isleños nativos y líderes de la comunidad para extender la zona de veda y crear un área protegida de 1220 kilómetros cuadrados, o 471 millas cuadradas, que equivale a un área dos veces más grande que el territorio de Singapur.
La extensión de la zona de veda fue respaldada por los Bupati de Raja Ampat y ratificada por los líderes de la comunidad del área. La fundación Walton Family y Wild Aid donaron 200 000 dólares para financiar los costos de inicio del primer año y la operación de la patrulla Daram, según expone el documental.
Para proteger la zona de veda, Misool Eco Resort emplea a isleños locales para patrullar el área y buscar pescadores que invadan la zona. El complejo turístico trabaja en estrecha colaboración con el sistema tradicional de la comunidad local para combatir a los infractores.
Si alguien de la comunidad local realiza una pesca, la patrulla del complejo turístico hace un informe y lo entrega al líder tradicional de la isla, quien se encarga del pescador por medio de las sanciones tradicionales de la aldea.
No fue difícil convencer a la generación anterior de la isla para apoyar la zona de veda, indicó Andrew, y agregó que entienden que si se clausura un área durante cierto período de tiempo, habrá más peces cuando se permita el acceso de nuevo. Los lugareños expresan que la pesca solía ser buena, pero que ha disminuido con el tiempo.
Uno de los lugareños que ayuda a patrullar la zona de veda indicó que los pescadores solían preguntarle por qué les impedía pescar allí, pero después de dos años de patrullaje, han observado lo mucho que ha aumentado la población de peces en la isla Batbitim.
“No estamos en contra de la pesca; sino que protegemos el recurso para la comunidad y los pescadores locales", indicó Andrew.
La zona de veda también evita que entren extraños y roben las reservas de peces de los isleños nativos. Si no fuera por Misool Eco Resort, posiblemente no habría pesca en el futuro, expresó uno de los locales en el documental.
Raja Ampat es el epicentro de la biodiversidad marina del planeta
Así mismo, el documental cuenta con la participación de Mark Erdmann, Ph. D., asesor principal del Programa Marino de Conservación Internacional en Indonesia,5 quien ayuda a administrar seis parques marinos.
En la última década, los científicos han demostrado que Raja Ampat es el epicentro de la biodiversidad marina de la Tierra y alberga más especies de corales, peces, crustáceos y caracoles que cualquier otra parte del mundo.
Debido a los esfuerzos de conservación en el área, las poblaciones de peces se han recuperado y desarrollado, en especial los tiburones, ya que actualmente es ilegal pescarlos en Raja Ampat.
La bahía de Missol Eco Resort, que alguna vez fue una zona de campamentos para caza de tiburón, ahora es un grupo de reproducción del tiburón de punta negra y el hogar de más de 30 ejemplares jóvenes.
Lo sorprendente es que se han descubierto dos docenas de nuevas especies de peces en los últimos cinco años. Básicamente, es como una fábrica de especies, señaló Erdmann, y agregó que con el tiempo se diseminarán hacia el exterior.
La red de siete áreas marinas protegidas en Raja Ampat, que en conjunto protegen 1.2 millones de hectáreas (cerca de 3 millones de acres) de los arrecifes con mayor biodiversidad en el planeta, es la primera red de su tipo en Indonesia y la más grande de las áreas marinas protegidas en el sudeste asiático. Según Erdmann:
"Otra razón por la que Raja Ampat es muy importante es porque tiene una densidad de población humana muy baja en general, aún cuenta con arrecifes relativamente intactos, y la comunidad local es propietaria de estos arrecifes, que es una situación única en el planeta, lo que nos permite realizar algunas actividades muy interesantes en términos de conservación.
Hemos trabajado junto con estas comunidades para apartar estos arrecifes, como lo ha hecho Misool Eco Resort, y con ello en realidad podría crearse un modelo aplicable en el resto del planeta, donde usualmente las personas perciben el océano como un bien común, donde pueden hacer lo que quieran.
Si aquí, donde las personas poseen los arrecifes, lo implementamos de forma correcta, en teoría podría proporcionarnos alguna referencia sobre cómo cuidar los océanos en el resto del mundo".
El turismo ayuda a financiar los esfuerzos de conservación ecológica
En los últimos cinco años, el turismo marítimo en Raja Ampat ha aumentado a un ritmo del 30 % al 45 %, expuso el documental. Como área marina protegida, los turistas pagan una cuota para ingresar. En 2010, se obtuvieron 230 000 dólares para programas comunitarios y de conservación; este último es otro enfoque importante en Misool Eco Resort.
En el documental, Andrew aclara que está consciente de que nunca ha sido más que un invitado en la isla Batbitim.
Por lo tanto, Andrew destina las ganancias obtenidas del turismo y complejo turístico para apoyar proyectos dirigidos por la comunidad, como capacitación laboral y nuevas oportunidades de empleo diseñadas para ayudar a excazadores de tiburón y pescadores ilegales a lograr fructíferas carreras enfocadas en la conservación.
La isla de Batbitim cuenta con cinco profesores, tres son financiados por Misool Eco Resort. Además, el complejo turístico instauró una biblioteca flotante que visita tres escuelas cercanas y les suministra libros sobre conservación a los niños locales.
Misool Eco Resort tiene un huerto en la isla, donde cultiva algunos de sus alimentos, incluyendo plátano y papaya, también cría gallinas. Así mismo, realiza el tratamiento de aguas residuales mediante sistemas vegetales que filtran los residuos de forma natural.
El complejo turístico compra todo el pescado a pescadores locales que lo venden en pequeñas canoas. De esta manera, evita la compra de peces de arrecife (debido al estatus de amenaza de las especies) y en su lugar, solo compra productos pescados en altamar, como el atún y la caballa.
Tampoco es sencillo equilibrar las demandas de los inversionistas y los esfuerzos de conservación, señaló Andrew. Algunos de los inversionistas no están de acuerdo con la cantidad de dinero que se invierte en patrullar la zona de veda del complejo turístico, ya que piensan que debería destinarse a cuestiones de tipo comercial.
"A veces es una pesadilla", indicó Andrew, y agregó que a menos que alguien viviera y trabajara en un lugar así, no tendría idea de lo difícil que es preservar y proteger una zona de veda. "Constantemente tenemos que convencer a las personas de que vale la pena invertir su dinero".