Las principales razones por las que no puede confiar en su médico

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Historia en Breve

  • Cada vez más son los padres que se sienten denigrados o amenazados por los médicos de sus hijos, si osan cuestionar el programa de vacunación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU.
  • En EE. UU., existen historias de personas que han sido sacadas de clínicas médicas o que sus médicos les han gritado por hacer preguntas relacionadas con la vacunación o por decisiones personales respecto a la aplicación de las inoculaciones
  • El deber de un médico es informar a sus pacientes para que puedan tomar una decisión fundamentada sobre su atención médica; no es el deber del médico tomar esa decisión por el paciente
  • Los médicos y las compañías farmacéuticas en las que se espera que las personas confíen ciegamente en lo que respecta a la vacunación son los mismos que están implicados en la creación de una mortal epidemia de opiáceos y que, a través de negligencias médicas, son una de las principales causas de muerte en EE. UU.

Por el Dr. Mercola

Una visita al consultorio de su médico debe hacer que se sienta informado y apoyado tras haber tenido conversaciones abiertas y sinceras sobre su salud y planes de tratamiento. Sin embargo, muchas personas no reciben tales cortesías, sobre todo cuando la vacunación es el tema a tratar.

Las conversaciones abiertas sobre las vacunas son la excepción y no la regla en muchos consultorios médicos de los Estados Unidos.

Cada vez más son los padres de familia que se sienten denigrados o amenazados por los médicos de sus hijos si osan cuestionar el programa de vacunación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.

Muchos llegan hasta sacar o echar a los pacientes de su clínica, dejándolos sin una fuente de atención médica. Como afirma Barbara Loe Fisher, fundadora del Centro Nacional de Información sobre Vacunas (NVIC, por sus siglas en inglés):1

“La confianza sagrada entre las madres y los pediatras fomentada por el respeto mutuo y la toma de decisiones en forma conjunta se ha quebrantado. Por desgracia, la admiración y la confianza que las madres les solían tener a los pediatras se están desvaneciendo y está siendo reemplazada por el miedo.

Los doctores no son nuestros maestros. Les pagamos bien para que realicen una labor, no para explotarnos y aterrorizarnos. La discriminación, las medidas coercitivas y la fuerza no tienen cabida en la medicina moderna ni en la política de salud pública”.

¿Los médicos tienen derecho a exigir ciertos tratamientos médicos?

Los pacientes deben poder confiar en el consejo de su médico, pero cuando esto se presenta en forma de un mandato, esa confianza se quebranta. "Hoy en día, el programa de vacunación de los CDC ya no se considera una simple recomendación, se trata como una imposición", dice Fisher.

El NVIC tiene una página denominada “Cry for Vaccine Freedom Wall” (El muro para clamar por la libertad de la vacunación) donde cualquier persona puede publicar historias de hostigamiento en relación con las vacunas… y tiene mucha actividad.2

En todos los Estados Unidos, existen historias de personas que han sido sacadas de las clínicas médicas o que sus médicos les han gritado por hacer preguntas relacionadas con la vacunación o por decisiones personales respecto a la aplicación de las inoculaciones. Este fenómeno se ha observado incluso en los casos de reacciones adversas previas a las vacunas.

"Los consultorios de los pediatras se han convertido en desagradables campos de batalla. Los padres amorosos, inteligentes y bien informados que hacen preguntas legítimas sobre la vacunación están siendo denigrados y son víctimas de falta de respeto y desprecio por un gran número de pediatras que implementan de forma robótica los programas de vacunación de los CDC en clara violación al principio del consentimiento informado", dice Fisher.3

La realidad es que el deber de un médico es informar a sus pacientes para que puedan tomar una decisión fundamentada sobre su atención médica; no es su deber tomar esa decisión por el paciente.

Además, las preguntas sobre la eficiencia y la seguridad de las vacunas ahora son más importantes que antes, ya que se espera que los niños reciban más vacunas que nunca: 69 dosis de 16 vacunas.4

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Los médicos quebrantan la confianza de los pacientes al no dialogar sobre la seguridad de las vacunas

Existe un grave vacío de estudios creíbles que comparen las poblaciones vacunadas y no vacunadas con el fin de revelar la seguridad de las inoculaciones o la falta de las mismas. Sin embargo, al menos un estudio ha encontrado que el programa de vacunación puede poner a los bebés prematuros en mayor riesgo de sufrir trastornos del desarrollo neurológico.5

Asimismo, en un estudio piloto que comparó la salud de los niños vacunados y no vacunados, aquellos que fueron vacunados tenían más probabilidades de haber sido diagnosticados con alguna enfermedad crónica, así como otras afecciones médicas como otitis media, neumonía, alergias y eczema.6

En 2013, un comité de médicos en el Instituto de Medicina (IOM, por sus siglas en inglés), la Academia Nacional de Ciencias, incluso señaló que el actual programa de vacunación infantil recomendado por el gobierno federal para bebés y niños desde el nacimiento hasta los 6 años no se había estudiado adecuadamente para evaluar su seguridad.7

Este es el tipo de información que los padres de familia necesitan para tomar una decisión fundamentada sobre este tema, pero quizás no la escuchen de un pediatra convencional. De hecho, pueden ser amenazados incluso por preguntar. Como explica Fisher:8

“En la actualidad, una revisión médica para los bebés puede convertirse una experiencia aterradora y muy difícil para una nueva mamá que lleva a su pequeñín al consultorio de su pediatra.

Esto se debe a que, con la aprobación de la Academia Americana de Pediatría (AAP), muchos pediatras han adoptado la estricta posición de que no tienen que dialogar con los padres sobre la vacunación o, si lo hacen, pueden amenazarlos con sacarlos o echarlos del consultorio por no obedecer una orden directa”.

Aquellos en contra del tratamiento farmacéutico han sido llamados "cucarachas"

En el debate sobre la vacunación, con demasiada frecuencia no se entabla un diálogo abierto con base científica, sino más bien se propalan insultos y amenazas inapropiados. Un cruel artículo en el diario Los Angeles Times avivó aún más el conflicto cuando llamo "cucarachas" a las personas que no han sido vacunadas.9

Mientras elogiaba el Proyecto de Ley 277 del Senado de California, que exige que los niños estén totalmente vacunados para asistir a una escuela pública y elimina la exención por creencias personales en ese estado, el artículo dice que "muchas cucarachas han llegado hasta al punto de morir".

Además, prosiguió con insultos al declarar que "las sospechas de los padres sobre la seguridad de las vacunas han sido fomentadas por los teóricos conspirativos y médicos insensatos..."

Luego se aludió al mito ampliamente difundido de que las exenciones médicas a las vacunas están amenazando la inmunidad colectiva. La inmunidad colectiva, adquirida naturalmente, incide cuando un porcentaje muy alto de individuos en una población ha sufrido una respuesta inmunológica natural a una enfermedad viral o bacteriana.

La "inmunidad colectiva" adquirida por la vacuna es un nombre inapropiado porque la mayoría de las vacunas proporcionan una inmunidad artificial que se basa, en gran medida, en estimular una respuesta de anticuerpos (inmunidad humoral), que es incompleta y más provisional en comparación con la inmunidad humoral mediada por células que es más duradera y que se adquiere tras recuperarse de una infección.

El artículo evoca al Dr. Peter Hotez, Ph. D., decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Colegio de Medicina Baylor, quien ha llegado hasta el punto de hostigar a los padres de niños lesionados por la vacuna y catalogar al NVIC como un grupo de odio.

También dijo que el movimiento que exige un mayor estudio científico sobre la eficacia y los riesgos de la vacuna, y que exige la protección del consentimiento informado, debe ser "eliminado", es decir, doblegado o erradicado.

Hotez es un desarrollador de vacunas, que fungió como presidente del Instituto de Vacunas Sabin y es director del Texas Children’s Center for Vaccine Development (Centro de Desarrollo de Vacunas para Niños de Texas).

También hace poco publicó un estudio para identificar los condados de los Estados Unidos que tienen el mayor número de niños en educación preescolar con exenciones de vacunas no médicas10 y luego, en el sitio The Conversation, acusó falsamente a los "sitios web y redes sociales contra las vacunas" por los brotes de sarampión en los Estados de Minnesota, Nueva York y Misuri y por "casi 200 muertes por influenza en niños no vacunados".11

Por desgracia, los médicos como Hotez, prefieren insultar en lugar de abrir el debate para las preguntas legítimas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas —pues afirmó12 que el NVIC y otras organizaciones en pro de la elección entorno a la vacunación están “difundiendo… patrañas en contra de las inoculaciones” a comunidades de todo el mundo— y prefieren “deshacerse” de los padres de familia que no comparten su opinión.

Diversos médicos y compañías farmacéuticas han creado una epidemia de opiáceos que mata a millones

Los médicos y las compañías farmacéuticas en las que se espera que las personas confíen ciegamente en lo que respecta a la vacunación son los mismos que están implicados en la creación de una mortal epidemia de opiáceos.

En los Estados Unidos, 63 600 personas murieron a causa de una sobredosis de medicamentos en 2016, de las cuales el 66 % involucró a un opiáceo. Las muertes por sobredosis han ido en aumento desde la década de 1990, y las que involucraron opiáceos recetados aumentaron considerablemente desde 1999.13

La sobredosis de medicamentos ahora es la principal causa de muerte entre las personas menores de 50 años en los Estados Unidos y dichas muertes son causadas por opiáceos sintéticos como el fentanilo.14

"El surgimiento del fentanilo se remonta a los consultorios médicos, según los doctores e investigadores principales que responsabilizan a las décadas en las que se prescribían ampliamente opiáceos muy potentes a pacientes que no deberían haber estado expuestos a ellos en primer lugar, con el fin de crear un gran mercado para... grupos del crimen organizado, que ahora están explotando a una población de adictos a estos medicamentos", informó el canal de noticias digital Vice News.15

La investigación publicada en la revista Medical Care incluso encontró un vínculo entre la tasa de prescripciones de opiáceos y el número de muertes por los mismos en las regiones geográficas de la Columbia Británica, Canadá.16

Tanto los médicos como las compañías farmacéuticas son los responsables. Muchas compañías farmacéuticas siguen comercializando los medicamentos a los médicos y les están ofreciendo beneficios tales como comidas gratuitas, gastos de viaje pagados y dinero para hablar y cubrir servicios de consultoría.

Un estudio de la revista New England Journal of Medicine (NEJM) encontró que, aunque los médicos suelen recibir menos de 1000 dólares al año en tales beneficios, aún pueden influir en las recetas de opiáceos.

De hecho, los médicos que recibieron beneficios de las compañías farmacéuticas aumentaron en promedio 9 % sus tasas de prescripción en el año subsiguiente al pago.17

Resulta sorprendente que, en medio de una epidemia de muertes por sobredosis de opiáceos, la industria farmacéutica siga pagando a los médicos para recetar más este tipo de productos, pero eso es justo lo que está pasando.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista American Journal of Public Health,18 entre agosto de 2013 y diciembre de 2015 se efectuaron más de 375 000 pagos relacionados con los opiáceos, pero no relacionados con la investigación a más de 68 000 médicos, que ascendieron a un total de más de 46 millones de dólares.

Esto equivale a 1 de cada 12 médicos de los Estados Unidos que han recibido dinero de compañías farmacéuticas que producen opiáceos de prescripción.

Los médicos son una de las principales causas de muerte

Según una investigación publicada en la revista British Medical Journal (BMJ), los errores médicos matan todos los años a unas 250 000 personas en los Estados Unidos, lo que los convierte en la principal causa de muerte.19

Si bien las negligencias médicas no se incluyen en las clasificaciones de la causa de muerte ni en los certificados de defunción, los casos de muerte por atención médica en sí y los médicos que la proporcionan, son más comunes de lo que muchos creen.

En una encuesta donde participaron más de 2500 personas de los Estados Unidos, los investigadores encontraron que 1 de cada 5 adultos había sido víctima de una negligencia médica y 1 de cada 3 dijo que alguien en cuyos cuidados participaban de cerca había experimentado un error de este tipo.20

Es evidente que las personas deben sentirse cómodas al consultar con sus médicos las preguntas que tengan —sus vidas dependen de ello—; sin embargo, esto no puede ocurrir en el entorno de amenazas o denigración que a menudo se presenta cuando se trata el tema de la vacunación.

Tomar decisiones informadas y usar herramientas comprobadas para reducir su riesgo de enfermedad al mantener una salud óptima, son estrategias que puede usar para reducir su riesgo de verse afectado en manos de un tercero, así como para mantenerse saludable y evitar enfermedades crónicas e infecciosas.

Y como siempre, si quien le proporciona atención médica no está dispuesto a responder sus preguntas, o pone en tela de juicio su confianza, quizás sea el momento de buscar un nuevo profesional de la salud.

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