¿Es cierto que los castores limpian el agua y restauran las poblaciones de salmón silvestre?

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

castor

Historia en Breve

  • Los castores son “ingenieros del ecosistema” y cuentan con una “capacidad para manipular y cambiar su entorno”, la cual es superada solo por los humanos. Al crear presas y estanques, favorecen a muchas otras especies de animales, aves e insectos
  • La densidad y la supervivencia de los alevines de trucha aumentaron después de haber instalado presas que simulaban a las de los castores
  • Antes de migrar hacia el océano, los alevines de salmón pasan las primeras etapas de su vida en las tranquilas profundidades de los estanques creados por los castores. Por lo tanto, los castores ayudan a mantener la complejidad adecuada que un hábitat requiere para que los alevines de salmón se desarrollen
  • Uno de los mayores regalos que los castores le conceden al medioambiente es reducir la velocidad de los flujos hídricos y embalsar el agua, lo cual provoca el almacenamiento del agua, permitiendo así que el agua se infiltre en el suelo y restaure los mantos acuíferos
  • Los estanques de los castores mejoran la calidad del agua al captar el nitrógeno de la misma dan como resultado un proceso llamado desnitrificación, durante el cual los compuestos de nitrógeno se transforman de nuevo en gas nitrógeno que se separa del agua

Los castores son animales fascinantes, los cuales se encuentran en toda la zona de Norteamérica. Éstos roedores vivos más grandes de la región, fueron cazados por sus pieles en el siglo XIX, lo cual casi los lleva a su extinción, pero han regresado y ahora es muy común encontrarlos a lo largo de ríos, arroyos, lagos y pantanos.

Los castores tienen una habilidad ingeniosa para cambiar el paisaje según sus necesidades al construir presas para crear aguas profundas y tranquilas, o estanques, en los cuales pueden construir sus casas, conocidas como madrigueras.

Debido a su tendencia natural para construir presas se han suscitado diversos conflictos con los humanos, ya que estas pueden causar inundaciones o bloquear los regadíos (sin mencionar que a veces los árboles que los castores roen pueden ser ornamentales o frutales en lugar de un tipo poco relevante para los terratenientes).

Como resultado, muchos han catalogado a los castores casi como una plaga. En la década de 1970, estados como Washington, California y Oregon tenían leyes vigentes que exigían que las presas hechas por los castores se retiraran de los ríos para permitir el paso de los peces y, en 2009, la Atlantic Salmon Conservation Foundation financió una propuesta para erradicar a los castores de 10 sistemas fluviales en la isla Prince Edward.1

Incluso en el año 2016, Wildlife Services, una parte del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, mató a más de 400 de estos animales en Oregon con el fin de “permitir que las personas y la vida silvestre coexistieran”, lo cual incitó al Center for Biological Diversity and Northwest Environmental Advocates a tomar acciones legales contra la agencia para detener los asesinatos.2

En enero de 2018, la amenaza de un litigio hizo que Wildlife Services cesara con su matanza de castores (junto con la nutria de río, rata almizclera y visón) en Oregon, asimismo, aceptó analizar los efectos de su programa de exterminio de la vida silvestre en peces en peligro de extinción, lo que incluía al salmón y la trucha arcoíris.3

La cuestión es que matar a los castores y quitar sus presas sigue siendo un tema de mucha controversia y debate, ya que las investigaciones continúan demostrando que estas criaturas, lejos de ser plagas, en realidad son una parte integral y favorable del medioambiente.

Los castores son una posible solución para las especies de salmón en peligro de extinción

Los castores son conocidos como “ingenieros del ecosistema” y cuentan con una “capacidad para manipular y cambiar su entorno”, la cual es superada solo por los humanos.4 Al crear presas y estanques favorecen a muchas otras especies de animales, aves e insectos. De acuerdo con el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Washington:5

“Las presas de los castores crean un hábitat para muchos otros animales y plantas de Washington. En invierno, los venados y los alces frecuentan los estanques de los castores para alimentarse de los arbustos que crecen donde los castores talaron los árboles con el fin de alimentarse o hacer sus presas y madrigueras.

Las comadrejas, mapaches y garzas cazan ranas y otras presas a lo largo de los bordes pantanosos de los estanques de castores. Las aves acuáticas migratorias utilizan estos estanques como áreas para anidar y permanecer paradas para descansar durante la migración.

Los patos y gansos suelen anidar encima de las madrigueras de castor, ya que ofrecen calor y protección, sobre todo cuando se forman en medio de un estanque.

Los árboles que mueren como resultado del aumento del nivel del agua atraen a los insectos, que a su vez alimentan a los pájaros carpinteros, cuyos hoyos proporcionan eventualmente hogares para otros animales silvestres”.

Es irónico que si bien durante mucho tiempo se creyó que las presas serían un obstáculo para el salmón y las truchas, lo cual representaría una amenaza para estos peces, ahora se ha demostrado que, en realidad pueden hacer lo contrario.

Un estudio reveló que la densidad y la supervivencia de los alevines de trucha aumentaron después de haber instalado presas que simulaban a las de los castores, y los investigadores concluyeron que “la restauración mediada por los castores podría ser una estrategia viable y eficiente para recuperar la función de los ecosistemas de ríos cuyo flujo había cambiado de rumbo, así como para aumentar el crecimiento de la población de peces en peligro de extinción”.6

Esto no es de sorprenderse ya que, a principios del siglo XIX, cuando Lewis y Clark exploraron el noroeste del Pacífico, tanto el salmón como los castores no solo existían, sino que también coexistían en grandes cantidades (poblaciones).7

Resulta que antes de migrar hacia el océano, los alevines de salmón pasan las primeras etapas de su vida en las tranquilas profundidades de los estanques que crean los castores. Por lo tanto, los castores ayudan para mantener la complejidad adecuada que un hábitat requiere para que los alevines de salmón se desarrollen.

El Servicio Nacional de Pesca Marina (NMFS, por sus siglas en inglés) de los Estado Unidos, en su plan de recuperación del salmón plateado de la costa de Oregón, incluyó tanto a las presas hechas por castores como a aquellas simuladas de manera artificial como una de sus estrategias para mejorar el hábitat.8

Mientras tanto, la investigación realizada por Michael Pollock, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, reveló que la disminución en las poblaciones de castores provocó una disminución de hasta el 86 % del potencial de crecimiento de las poblaciones de alevines de salmón plateado en la cuenca del río Stillaguamish en Washington.9

En una entrevista con The Atlantic, Pollock explicó que: “Los castores crean hábitats complejos y mejoran la diversidad biológica local de una manera que en definitiva es única [...] Ellos gestionan estos sistemas mucho mejor que nosotros”.10

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Los castores reducen la velocidad del flujo de agua: un beneficio para el medioambiente que no se toma en cuenta

Ben Goldfarb, un periodista ambiental que ha escrito de manera extensa sobre los castores, describe a estos animales como una especie fundamental ya que sus presas y estanques resultantes apoyan al desarrollo de muchos otros organismos.

En una entrevista con Water Deeply, Goldfarb explicó que uno de los mayores regalos que los castores le conceden al medioambiente es reducir la velocidad de los flujos hídricos, así como embalsar el agua.11

Lo anterior da pie al almacenamiento o captura del agua, permitiendo así que esta se infiltre en el suelo y restaure los mantos acuíferos. Además, para los alevines de salmón, los estanques creados por los castores proporcionan una protección muy necesaria, la cual incluso los canales de agua más grandes no pueden proporcionar. Esto lo explicó de la siguiente manera:12

“Imagine que usted es un alevín de salmón —una pequeña criatura que sirve de alimento para peces más grandes, así como para pájaros y más especies— y está buscando una corriente de agua lenta y tranquila en la cual pueda refugiarse.

No querrá estar en el canal principal porque entonces será arrastrado río abajo. Para un alevín de salmón o trucha, no hay mejor hábitat que un estanque o humedal de castores”.

El proyecto Tulalip Beaver, donde los castores “fastidiosos” de las zonas urbanas y suburbanas son reubicados hacia la cuenca superior del Río Snohomish en Washington, ha tenido un gran éxito en la creación de humedales que sustentan un hábitat de desove para los peces y el almacenamiento del agua.

Desde su inicio en 2014, el proyecto ha reubicado a 122 castores a 20 ubicaciones diferentes, construyendo así más de 12 acres de humedales en el proceso.13,14

Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para restaurar los hábitats de los castores junto con sus beneficios. Según el Centro para la Diversidad Biológica de los Estado Unidos, las poblaciones de castores siguen siendo del 3 y 10 % de sus niveles históricos.15

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Utah también encontró que los castores ocupaban solo del 8 al 17 % de los hábitats fluviales disponibles.16

Goldfarb reconoció los desafíos que supondrían que los seres humanos que coexistan con los castores, pero cree que hay mucho potencial para mejorar:17

“El problema es que un buen hábitat para los castores es lo mismo que un buen hábitat para los humanos. A ambos nos gustan los valles fértiles con pendientes suaves. Ahí es donde hemos construido nuestras ciudades, nuestras granjas y nuestra infraestructura.

Hoy en día, ocupamos una gran parte del hábitat que a los castores les gustaría usar. No es posible regresar a cuando habían castores en cada río, estanque y humedal. Pero creo que, sin lugar a dudas, estamos muy cerca de donde podríamos estar”.

Los castores cambian la química del agua y podrían contrarrestar algunos efectos de la contaminación de la agricultura industrial

La escorrentía de los fertilizantes químicos sintéticos, así como las cantidades excesivas de estiércol procedentes de las operaciones concentradas de alimentación de animales (CAFO, por sus siglas en inglés) que a menudo se utilizan en los campos agrícolas representan un grave problema para el agua.

Cuando a las algas se les proporciona un exceso de nutrientes, tal y como ocurre con la escorrentía de los fertilizantes de las granjas que contaminan el flujo del agua, pueden crecer veloz y desaforadamente.

Las consecuencias podrían ser que se agote el oxígeno en el agua, que se bloquee la luz a los organismos presentes a una mayor profundidad y que se obstruyan las branquias de los peces.18

Se ha culpado a la gran cantidad de estiércol y contaminación de fertilizantes producida por las CAFO de causar la zona muerta más grande que se haya registrado en el Golfo de México.19

También se ha culpado a la escorrentía de fertilizantes por provocar la aparición de algas tóxicas que se adueñan de las costas de Florida. Estas algas son tan prolíficas que ya existen algunas áreas en las que se pueden ver algas azul verdosas desde el espacio.20

Resolver el problema implica realizar cambios radicales en la agricultura industrial para hacer una transición a un sistema agrícola regenerativo, sin embargo, la ayuda de los castores también representa un gran potencial.

Cuando los investigadores de la Universidad de Rhode Island investigaban sobre el contenido de nitrógeno en los ríos, notaron que los niveles eran más bajos en el agua que se recolectó río abajo en los estanques de castores, un efecto que, se cree, está relacionado con la desaceleración del agua y la mezcla que se da con la materia orgánica.21

Cuando los investigadores examinaron el caso, descubrieron que los estanques de los castores captan el nitrógeno del agua y dan lugar a un proceso llamado desnitrificación, durante el cual los compuestos de nitrógeno se transforman de nuevo en gas nitrógeno que luego se separa del agua.

Los expertos estimaron que en las cuencas rurales del sur de New England, las cuales tenían cargas altas de nitrógeno, la desnitrificación provocada por los estanques de los castores podría eliminar del 5 al 45 % de los nitratos en el agua.22

Seguir las pistas de la naturaleza puede ayudar a resolver los problemas creados por el hombre

En una investigación independiente, realizada por científicos de la Universidad de Exeter en Inglaterra, se monitoreó a una familia de castores cautivos que viven en un recinto cercado al aire libre, los cuales forman parte de un experimento de prueba de castores cautivos del Devon Wildlife Trust.

Desde 2011 hasta 2018, la familia de castores construyó 13 presas y crearon estanques profundos en un área que antes era un arroyo muy pequeño.23

Estas acciones captaron cantidades significativas de sedimentos (los cuales se componían principalmente de tierra erosionada de un sitio de agricultura industrial que se encontraba río arriba), nitrógeno y fósforo, que de otra manera habrían pasado a un sistema fluvial local.

Los resultados sugieren que los estanques de los castores pueden ayudar a mitigar la erosión del suelo y la contaminación de la agricultura industrial. El autor principal del estudio, Richard Brazier, un hidrólogo y profesor de procesos de la superficie de la tierra, dijo en un comunicado de prensa que:24

“Éstas altas tasas de pérdida de suelo proveniente de las tierras agrícolas son motivo de preocupación, ya que están muy por encima de las tasas de formación del suelo. Sin embargo, nos resulta alentador descubrir que las presas de los castores pueden ayudar en gran medida a mitigar esta pérdida del suelo.

Además de que capturan a los contaminantes que provocan la degradación de nuestros cuerpos acuíferos.

Si las presas de los castores fueran algo común en el entorno, sin duda veríamos que estos efectos ofrecen múltiples beneficios en todos los ecosistemas, tal y como lo hacen en otras partes del mundo”.

Parece que, cuando los humanos están dispuestos a escuchar, la naturaleza tiene muchas lecciones que enseñar y cuanto más nos esforcemos por vivir en armonía con la naturaleza, en lugar de estar en contra de ella, nos irá mejor.

De manera similar en la que se ha descubierto que las ostras procesan compuestos de nitrógeno para convertirlas en un inofensivo gas nitrógeno, o cómo las lombrices excretan de manera natural microbios que favorecen al suelo (mejorando drásticamente su composición), al permitir que los castores lleven a cabo su labor natural en el medioambiente, todo el ecosistema en conjunto podría beneficiarse de grandes maneras.

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