“The Longevity Paradox”: cómo morir a una edad avanzada, pero en buen estado

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

Historia en Breve

  • Ciertas lectinas vegetales son altamente inflamatorias e interfieren con la absorción de nutrientes en la pared intestinal. La evidencia sugiere que evitar las lectinas, las cuales son altamente inflamatorias e interfieren con la absorción de los nutrientes, podría al proteger la salud intestinal y así ayudar a aumentar la longevidad
  • Numerosas personas mayores de 95 años con un excelente estado de salud muestran un nivel de IGF-1 entre 70 y 80. Se ha demostrado que restringir las proteínas animales reduce constantemente los niveles de IGF-1 de manera importante
  • El IGF-1 activa la vía mTOR, la cual inhibe la autofagia, así como la descomposición y reparación de las partes subcelulares. Disminuir los niveles del IGF-1 le permitirá entrar y salir de la activación de la autofagia
  • La inflexibilidad metabólica también inhibe la autofagia, que es un proceso necesario para una mejor salud y longevidad. La alimentación cetogénica y el ayuno cíclico son maneras efectivas de recuperar la flexibilidad metabólica para quemar el azúcar y la grasa como combustible
  • Los polifenoles como la quercetina, fisetina, EGCG o resveratrol se pueden utilizar para activar y aumentar la autofagia

En esta entrevista, el Dr. Steven Gundry, director del International Heart and Lung Institute Center for Restorative Medicine, revisa algunos de los conceptos expuestos en su nuevo libro titulado The Longevity Paradox: How to Die Young at a Ripe Old Age (La paradoja de la longevidad: cómo morir a una edad avanzada, pero en buen estado).

Formado como cirujano cardiotorácico, Gundry actualmente se especializa en tratar a pacientes de manera holística, con un enfoque en la alimentación. Anteriormente realizamos una entrevista sobre las lectinas vegetales, así como del daño que pueden causar en la salud, un tema expuesto en su libro La paradoja vegetal.

Teniendo en cuenta su influencia potencial, no es de extrañar que las lectinas vegetales se incluyan en su libro de la longevidad.

¿Qué son las lectinas vegetales?

Como señaló Gundry, ciertas lectinas vegetales son inflamatorias, mientras que la inflamación es un contribuyente fundamental en la mayoría de las enfermedades. Algunas, incluyendo la aglutinina del germen de trigo, se unen a los receptores en las células de la mucosa intestinal e interfieren con la absorción de nutrientes a través de la pared intestinal.

En la reunión de biología vascular de la American Heart Association del 2019, Gundry demostró que las lectinas alimenticias pueden causar un ataque autoinmune en la superficie de los vasos sanguíneos.

Se puede obtener esta información al medir una citocina conocida como IL-16, la cual atrae a las células inflamatorias a cierta parte.

"Demostré que al eliminar las lectinas alimenticias se revierte drásticamente el puntaje validado para el riesgo de desarrollar el síndrome coronario agudo en los próximos cinco años, conocido como puntaje de pulso", explica Gundry. "Y así sucedió al disminuir la producción de IL-16".

En resumen, las lectinas vegetales son proteínas utilizadas por las plantas como mecanismo de autodefensa. "Las plantas utilizan lectinas para defenderse de ser comidas", menciona Gundry, al admitir que este concepto es difícil de aceptar para la mayoría de las personas.

"Por otro lado, es una manera de distribuir semillas" explica. "Así es como las plantas, una vez más, manipulan a sus depredadores para obtener lo que desean. Las lectinas son proteínas adhesivas, diseñadas para unirse a las moléculas de azúcar que recubren el intestino, los espacios articulares y nerviosos [y] los vasos sanguíneos.

Definitivamente, estamos convencidos de que las lectinas pueden contribuir o causar aquello que asociamos con las enfermedades desarrolladas por el envejecimiento, como artritis, enfermedad cardíaca [y] neuropatía. Existe mucha información de que la enfermedad de Parkinson puede ser un problema causado por las lectinas.

Sabemos que diferentes insecticidas y herbicidas pueden utilizar lectinas para trasladarse directamente del nervio vago a la sustancia negra del cerebro. Mi humilde opinión es que las lectinas deben ser consideradas seriamente".

¿Todas las personas deberían evitar las lectinas vegetales?

Evitar ciertas lectinas inflamatorias es una de las recomendaciones fundamentales de "La paradoja de la longevidad", y aunque pueden ser particularmente peligrosas para ciertas personas, especialmente aquellas con enfermedades autoinmunes, Gundry considera que evitarlas es una estrategia importante para la longevidad de cualquier persona con un intestino dañado, lo cual es común en la mayoría de las personas.

“Existen diferentes reacciones en las personas. Permítame decir esto, en primer lugar. No me cabe la menor duda que, al eliminar las lectinas alimenticias principales mientras sellamos la pared intestinal y reconstruimos la microbioma intestinal, más del 90 % de las personas entrarán en remisión por su enfermedad autoinmune", explica Gundry.

“Por otro lado, ¿todas las personas son sensibles a las lectinas? Considero que, si una persona tiene un microbioma intestinal diverso, así como una mucosa intestinal increíblemente espesa, es probable que pueda resistir los ataques o las lectinas alimenticias.

Creo que las razones de esta situación es que nuestro microbioma ha sido devastado. La permeabilidad de la pared intestinal se ha visto afectada por el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, el glifosato y el Roundup. Nuestro inhibidor de la bomba de protones está cambiando”.

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¿La proteína animal es importante para la longevidad?

Aunque el libro de Gundry señala numerosos puntos excelentes, difiero en la postura de la proteína animal, una posición basada principalmente en observaciones de las Zonas Azules. Las conocidas Zonas Azules son áreas donde las personas tienden a desarrollar una mayor longevidad. Gundry explica su posición de la siguiente manera:

“Pasé la mayor parte de mi carrera como profesor en la Universidad de Loma Linda, la cual se considera como una Zona Azul. Al estudiar la alimentación de la mayoría de las Zonas Azules, considero que el factor unificador de todas ellas no es el consumo de granos y frijoles, sino el consumo limitado de proteína animal.

Ninguna de ellas evita por completo el consumo de proteína animal, excepto por las personas veganas estudiadas por el Dr. Gary Fraser. Los veganos tienen la vida más prolongada de todos los adventistas estudiados.

Hace poco, presentó un documento que demuestra que cualquier adición de proteína animal comienza a distorsionarlos hacia una mayor cantidad de enfermedades cardíacas. Ahora, este es un estudio que ha estado sucediendo en la comunidad adventista del séptimo día durante mucho tiempo.

No soy vegano Tiendo a ser vegano durante la semana, pero mi esposa y yo consumimos pescados y mariscos los fines de semana. Me considero un vegaquariano. Atiendo a una gran cantidad de veganos y vegetarianos debido a mi experiencia en Loma Linda.

Algunos de ellos son las personas más enfermas a las que he tratado, porque en general, consumen grandes cantidades de pasta y granos. Cuando eliminamos estos alimentos que contienen lectina, se obtienen mejores resultados”.

La carne de res por sí sola no es una alimentación carnívora adecuada

La idea de que la proteína animal promueve las enfermedades es una posición compartida por numerosas personas, por lo que Gundry ciertamente no es una minoría en esa perspectiva.

Sin embargo, contrarrestaría este punto de vista al señalar que existen variables específicas que generalmente no se abordan cuando las personas promueven una alimentación libre de carne. En mi opinión, los problemas asociados con el consumo cárnico son un efecto secundario de lo siguiente:

Los estudios observacionales citados por Gundry y otros no consideran estos factores. Para la longevidad en particular, el exceso de metionina parece causar problemas. La metionina es un aminoácido encontrado en la carne, el pescado y los lácteos.

Sin embargo, al añadir el tejido conectivo, que un tercio es glicina, la proporción de metionina a glicina mejora dramáticamente, al disminuir muchos de los efectos perniciosos de los niveles elevados de metionina.

Al considerar estas variables, es probable que la proteína animal mejore la salud y la longevidad. Sin embargo, la clave es consumir todas las partes del animal e implementar alguna forma de ayuno cíclico. Gundry responde lo siguiente:

“Estoy totalmente de acuerdo con eso. Uno de los puntos más importantes de 'La paradoja de la longevidad' [es que] tenemos que tener restricciones calóricas e intervalos programados, ya sea que lo denominemos como ayuno intermitente, ayuno restringido, o ayuno de agua.

Hemos acordamos que el ayuno prolongado de agua, a menos que cuente con un sistema para deshacerse de los metales pesados, actualmente no es la mejor opción. Estoy de acuerdo contigo. El argumento es convincente de que la suplementación con glicina puede compensar la restricción de metionina.

La glicina, junto con una alimentación normal, actuará casi como si fuera restrictiva de metionina. Consumo glicina varias veces al día. El glifosato [de los herbicidas] es casi idéntico a la glicina. Considero que otra de las razones para bombardearnos con glicina es para ocupar los lugares que el glifosato podría ocupar”.

Cabe destacar que también reduce los niveles de nicotinamida adenina dinucleótido fosfato (NADPH, por sus siglas en inglés), que está relacionado con proporcionarles anergia a las células que recargan a los antioxidantes. Esta es una razón adicional para incrementar el consumo de glicina.

Las sociedades carnívoras tienden a vivir menos

Uno de los principales argumentos de Gundry contra la alimentación carnívora es que ninguna sociedad carnívora es longeva. Gundry obtiene la mayor parte de su proteína de mariscos y moluscos, así como grasas del aceite de kril.

El aceite de kril es una excelente fuente de fosfatidilcolina beneficiosa (un fosfolípido y un componente principal de las membranas biológicas), serina (un aminoácido requerido para muchas proteínas) y grasas importantes como el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA), que son componentes celulares esenciales.

Gundry también apoya su postura contra la proteína animal a través del análisis de sangre. Todavía atiende pacientes y cuenta con la experiencia de haber observado ciertos patrones dentro de las pruebas de dichos pacientes. Explica lo siguiente:

“Desde hace 10 años, he estado rastreando el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1) en mis pacientes. Me impresionó el estudio de la Universidad de St. Louis de su IGF-1, así como de un grupo de vegetarianos que siguen.

Las personas que restringen las calorías funcionan adecuadamente con el IGF-1, que es de esperarse. Pero se sorprendieron al observar que no eran más bajos. A estas personas les solicitaron que implementaran una alimentación vegana con la misma cantidad de calorías. Sus factores de IGF-1 disminuyeron dramáticamente, hasta 50 puntos en ocasiones.

Les solicite a algunos de mis pacientes que nos permitieran obtener un punto de referencia del IGF-1 para luego limitar drásticamente la proteína animal.

Todavía no he redactado el documento, porque no considero que tenga la suficiente información como para generar estadísticas adecuadas, pero invariablemente, el IGF-1 disminuyó hasta 50 puntos desde el punto de referencia.

Justo esta mañana, trate a una mujer de 70 años. Le solicite que disminuyera su consumo de proteína animal. Sus niveles de IGF-1 disminuyeron hasta 30 puntos para posicionarse en 160. Estaba impresionada. Al igual que yo. ¿Será suficiente información para redactar un artículo? No. Solo es una anécdota. Pero creo que hay algo más.

Se saltaba el desayuno y consumía sus alimentos en un período de tiempo más corto. Considero que, si se restringe el periodo de alimentación, casi siempre significa que se restringen las calorías [por lo que] se puede implementar una alimentación rica en proteínas porque existe un menor consumo calórico en comparación con otras personas.

Por otro lado, en mi práctica, la mayoría de las personas no lo van a hacer. Me dirán: Tengo una vida. Voy a ir a cenar. Voy a tener una vida social activa Por favor. Seamos serios.

Hemos entrevistado a personas que han implementado una alimentación carnívora. Pero dicha alimentación carnívora es cetogénica con ayuno intermitente, así como con períodos de ayuno real, suplementación y el consumo de animales completos, entonces ya veremos".

Características de los "superancianos"

Gundry define a los "súper ancianos" como personas de 95 años o más, que no se encuentran confinadas en un asilo. y demuestran una gran prosperidad y actividad En general, estos pacientes muestran un nivel de IGF-1 entre 70 y 80.

“Otro dato fascinante acerca de estas personas es que demuestran temperaturas muy bajas. Su temperatura generalmente se encuentra entre 35.3 y 35.5 °C [95.5 y 96 °F]. No son normales. Tienden a apoyarse en el lado hipotiroideo de las cosas. En particular, tienden a agotar sus niveles de T3 libres. Considero que ese puede ser el secreto.

Sin duda, en el ayuno, en el mío y en el de algunos de mis pacientes, observamos una disminución de los niveles de T3 libres, mientras que las hormonas que estimulan la tiroides (TSH) se encuentran en niveles absolutamente normales. De hecho, en el lado perfecto de lo normal".

La longevidad necesita la flexibilidad metabólica

Una de las razones por las que Gundry se encuentra tan preocupado por el IGF-1 es que este tiende a activar la vía mTOR, la cual inhibe la autofagia, que es uno de los procesos metabólicos más importantes que tenemos. La autofagia, la descomposición y la reparación de las partes subcelulares, están bloqueadas en la gran mayoría de las personas.

Disminuir el IGF-1 le permitirá entrar y salir adecuadamente de la activación de la autofagia y la activación del mTOR. Actualmente, la vanguardia de la ciencia nutricional se enfoca en ajustar el tiempo de este ciclo. Sospecho que se relaciona con la hora en que consume los alimentos y no solo con los alimentos que se consumen o evitan. Gundry menciona lo siguiente:

“Desde luego, los ritmos circadianos probablemente desaparecen en la mayoría de las personas debido a las fuentes de luz, fuentes de alimentos y disponibilidad alimenticia.

Hasta hace 100 años, solo contábamos con luz de las lámparas de petróleo o gas, las cuales se encuentran repletas de luz roja. No tenían luz azul. Pasamos por estaciones de luz azul brillante durante el verano a ninguna en el invierno.

La disponibilidad alimenticia generalmente correspondía con la luz. La idea de que, los 365 días del año, implementemos el mismo patrón alimenticio no tiene ningún sentido evolutivo. Estoy convencido, al observar a los cazadores y recolectores modernos, que incluso su microbioma se ve afectado de forma estacional a medida que sus alimentos cambian.

Considero que esta diversidad y cambio del microbioma al que me refiero en 'La paradoja de la longevidad' puede ser uno de los factores que se han extraviado en la alimentación moderna. Es bueno consumir carne de res orgánica alimentada con pastura, la cual no se consume de manera diaria o de forma continua durante los 365 días del año.

Parte de lo que se ha perdido en todo este argumento. La mayoría de las personas ya no cuentan con una flexibilidad metabólica. No existe la capacidad para cambiar la glucosa a cetonas como [combustible metabólico]. Es uno de nuestros mayores problemas".

Nuevamente, la repercusión de esta inflexibilidad metabólica es la inhibición de la autofagia, la cual es un proceso necesario para una mejor salud y longevidad. Si su cuerpo no puede eliminar adecuadamente los componentes celulares dañados, estos terminan obstruyendo la maquinaria proverbial, lo que aumenta el daño. El resultado es una disminución del funcionamiento y la fragilidad.

Suplementos que aumentan la autofagia

Una estrategia implementada por muchas personas es el uso de polifenoles, como la quercetina o el resveratrol, para activar y aumentar la autofagia. Gundry también los recomienda por el siguiente motivo.

“Hubiéramos consumido estos compuestos vegetales de forma estacional, pero no diariamente. He redactado numerosos artículos sobre el efecto, como aquel del extracto de la semilla de las uvas, conocido como pycnogenol, el cual es la corteza de los árboles marítimos de Francia, en la flexibilidad vascular y actividad de fosfolipasa A2 (PLA2) que, a falta de otra descripción, es cuán pegajosa es la parte interna de los vasos sanguíneos para atraer el colesterol oxidado.

Añadir estos polifenoles mejora la flexibilidad vascular y detiene la adherencia. Eliminar estos polifenoles endurece los vasos sanguíneos y los hace más pegajosos. En mi propia investigación, los polifenoles tienen sus beneficios. Deberían incluirse en la alimentación de todas las personas, [pero] considero que deberíamos consumir frutas que se cultivan localmente durante el verano y el otoño.

Creo que, para la mayoría de las personas, es necesario limitar nuestro consumo de fruta durante el invierno y principios de la primavera. Los grandes simios únicamente aumentan de peso una vez al año. Durante la temporada de frutas. La fruta normal no madura durante todo el año, incluso en la jungla. La mayor parte de nuestra fruta ha sido hibridada por el contenido de azúcar.

¿Cuánto tiempo de uso necesitan? Bueno, tiendo a utilizar muchos más polifenoles en verano y otoño, para luego detenerlos en invierno. Pero dicho esto, rastrearé mis niveles de PLA2, que son los marcadores de flexibilidad vascular. Si observo algún cambio, añadiré algunos nuevamente. Es lo que hago. Y es lo que suelo hacer con mis pacientes para observar los resultados".

He alcanzado conclusiones similares. Tras consumir polifenoles que aumentan la autofagia durante todo el año, finalmente llegué a la conclusión de que tal vez no es una buena idea. Hoy en día, utilizo un enfoque mucho más específico, al consumirlos únicamente en ayunas, ya que esto activa la autofagia.

Normalmente hago ejercicio en ayunas, y luego incluyo mayores cantidades de proteína, ya que activan mi mTOR, que es el proceso de reconstrucción y desactivación de la autofagia, al detener el ayuno.

Dicho todo esto, ninguno de estos suplementos funciona a menos que también se tengan las cantidades suficientes de nicotinamida adenina dinucleótido (NAD), una coenzima que se encuentra en las células vivas de todo tipo.

La NAD es necesaria para activar el SIRT1, que es una de las proteínas de la longevidad. Según mi revisión de la literatura científica, considero que optimizar la NAD es esencial para mejorar la salud, el cual únicamente se convierte en un problema después de los 50 o 60 años de edad.

Tener un intestino saludable puede reducir su requerimiento de proteínas

Solía tener fobia al mTOR, ya que me encontraba demasiado preocupado por limitar mi consumo de proteínas y muy enfocado en la autofagia. Actualmente, cuento con una mayor cantidad de conocimientos y difiero con esta posición. Por eso estoy más a favor de las proteínas, especialmente de la proteína animal, si hace mucho ejercicio.

Existen expertos que concuerdan en que los requerimientos proteicos aumentan con la edad y al realizar ejercicios intensos, especialmente con el entrenamiento de fuerza. Cualquiera de estos factores aumenta su requerimiento proteico hasta un 25 %. Esas son dos buenas razones para incluir proteínas animales en su alimentación. En mi experiencia, la proteína vegetal no parece funcionar adecuadamente.

Curiosamente, como señaló Gundry, numerosas personas mayores hospitalizadas mostraron menores niveles de albúmina sérica, el cual es un marcador de bajo consumo de proteínas. Asimismo, la albúmina es un marcador adecuado para la longevidad.

Sin embargo, en sus pacientes, ha notado que al cambiar su alimentación y curar su pared intestinal, los niveles de albúmina regresan a la normalidad a pesar de restringir el consumo de proteína animal.

"Es parte de la paradoja de la longevidad", explica. "Creo que nuestra alimentación ha destruido la capa absorbente del intestino. Podemos reconstruir dichas microvellosidades al eliminar, las lectinas, entre otras cosas.

Mi siguiente postura se basa en el argumento que explica que nunca obtendremos la masa muscular de un gorila o un caballo, los cuales consumen únicamente hojas y hierba. Ya que pensar que tenemos que incluir proteínas animales para desarrollar masa muscular no coincide con el reino animal".

En la postura a favor de las proteínas encontramos el argumento de que es un componente del sistema inmunológico, y que es necesaria para combatir infecciones. Tiene una mayor importancia durante el envejecimiento, ya que las personas mayores tienden a morir por infecciones.

Por otro lado, argumenta Gundry, es posible que no necesite proteínas como tal para optimizar la función inmunológica. La clave podría ser el ayuno periódico, ya que es una de las maneras más efectivas para regenerar el sistema inmunológico y las células madre.

Los centenarios cuentan con microbiomas intestinales más saludables

Gundry considera que una clave para la longevidad es al optimizar la microbioma intestinal. "Existen numerosas personas de 105 años de edad alrededor del mundo que cuentan con una excelente salud", explica. "Su microbioma intestinal es muy diverso".

Mientras que la alimentación es, por supuesto, un contribuyente principal para mejorar la salud intestinal, pero la ausencia de alimentos también juega un papel importante. Gundry explica lo siguiente:

"La evidencia demuestra que el C. elegans envejece y muere debido a la ruptura de la barrera intestinal, incluso sus pequeñas bacterias, eventualmente descomponen dicha barrera. Cuanto más espesa sea la mucosa, mejor será para el Akkermansia muciniphila. El ayuno es una excelente manera de lograrlo".

El plan de Gundry para la longevidad

Gundry, ahora de 69 años, se encuentra interesado en la longevidad y, lo que es más importante, en prolongar la salud. Cuando se le pregunta acerca de su estrategia para vivir hasta 100 años o más, explica lo siguiente:

“Mi estrategia es que considero absoluta y positivamente, que restringir el tiempo de consumo de alimentos es una de las mejores maneras para lograrlo. Durante los últimos 13 años, no desayuno entre enero a junio. Solo almuerzo. Consumo todas mis calorías entre un periodo de dos horas, el cual abarca de las 6 a las 8 de la noche.

¿Por qué elegí este periodo de dos horas? Bueno, si fuera realmente inteligente, ese no sería mi periodo de dos horas. Pero es cuando mi esposa y yo regresamos a casa del trabajo. Lo cual funciona para ambos. Si fuera a hacerlo y tuviera un mayor control, probablemente lo haría durante el almuerzo.

Los fines de semana, no desayuno. Como una ensalada durante el almuerzo y generalmente ceno mariscos. Hago esto durante seis meses. ¿Por qué? Porque creo, y la evidencia sugeriría, que ese sería el período para limitar el acceso a los alimentos. Considero que los polifenoles [son necesarios] para alcanzar los 150".

Como admite Gundry, el consumo de alimentos cerca de la hora de acostarse no es nada apropiado, ya que se incrementa el consumo calórico en un momento de menor quema calórica. Cuando el cuerpo no puede quemar dichas calorías como combustible, estas se almacenan como energía.

En el proceso de almacenamiento como energía, se crean los ácidos grasos, los cuales son el mayor consumidor de NADPH.

Como resultado, el consumo de alimentos durante la noche reduce los niveles de NADPH, que es lo último que se recomienda, ya que dicha reducción crea mayores cantidades de estrés oxidativo. Un elevado nivel estrés oxidativo, a su vez, es el principal exponente del envejecimiento.