En el 2013, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades publicaron su primer Informe sobre los riesgos de la resistencia a los antibióticos. La intención era alertar sobre los peligros de la resistencia a los antibióticos que los expertos habían advertido durante décadas.
Las bacterias resistentes a los antibióticos también son conocidas como superbacterias. La resistencia ocurre cuando las bacterias se adaptan a los productos químicos y los medicamentos en el medio ambiente. Esto puede causar que las normas de tratamiento de las infecciones bacterianas sean menos efectivas e ineficaces en el caso de las superbacterias.
El término de "superbacteria" fue utilizado inicialmente por los medios de comunicación, pero el Dr. Stephen Calderwood, quien se desempeña como presidente de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América, explicó lo siguiente: "Repercute porque es aterrador. Pero no existe una definición real".
El término médico es bacteria resistente a múltiples medicamentos, que se refiere a bacterias no afectadas por dos o más tipos de antibióticos. Brian Coombes, Ph.D., jefe del departamento de bioquímica y ciencias biomédicas de la Universidad McMaster en Ontario, explica el impacto generalizado de la resistencia a los antibióticos en la salud pública, por medio de lo siguiente:
"Todos deberíamos preocuparnos por las superbacterias. Los antibióticos son la base de toda la medicina moderna. La quimioterapia contra el cáncer, los trasplantes, las cirugías y el parto dependen de los antibióticos para prevenir infecciones. Si no es posible tratarlas, entonces se pierden los avances médicos de los últimos 50 años".
El número de fallecimientos es mucho más elevado que las estimaciones anteriores
Los CDC estimaron en su primer informe que se registraron 2 millones de infecciones causadas por estas bacterias en el 2013, lo que representa 23 000 muertes. El informe publicado recientemente incluye datos que no estaban disponibles en el 2013, incluyendo registros electrónicos.
El informe del 2019 calcula que los datos del 2013 omitieron casi la mitad de los casos y fallecimientos. Según las nuevas estimaciones, 3 millones de personas se infectan al año, mientras que 35 000 fallecen. En los Estados Unidos, cada 11 segundos se infecta una persona, y alguien fallece cada 15 minutos.
Otros investigadores consideran que esta estimación es demasiado baja y que la cantidad real de infecciones es mucho mayor. El Dr. Jason Burnham, especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad de Washington. Junto con dos colegas reunieron datos del 2010, al ampliar la definición de muertes por la resistencia a los antibióticos.
La estimación de personas que fallecieron en el 2010 por una infección bacteriana resistente a los antibióticos es de 153 113. El equipo considera que esta estimación indica la necesidad de una mejor vigilancia e informes para abordar este problema tan importante y establecer una estimación más precisa de las consecuencias de la infección, una oportunidad que puede abrir el camino para la financiación.
Como se indica en el informe de los CDC, los hospitales han mejorado los métodos de seguimiento y redujeron la propagación de estas bacterias hasta un 30 % desde 2013. Además, identificaron una infección secundaria relacionada con el uso de antibióticos, conocida como Clostridioides difficile (C. diff).
Esta infección causa diarrea mortal después de que los antibióticos alteran el equilibrio de las bacterias en el sistema digestivo. Si estos fallecimientos se suman al total estimado por los CDC en el 2019, más de 3 millones de infecciones y 48 000 muertes pueden atribuirse a las superbacterias. Es probable que esta cifra continúe siendo una estimación prudente del daño que podría atribuirse a estas bacterias.
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Las superbacterias son un desafío en evolución
Según The Washington Post, los CDC identificaron cinco bacterias que representan la amenaza más urgente. Los tres primeros son bastante conocidos. Los cuales incluyen: Enterobacteriaceae resistente al carbapenem (CRE), C. Dif y gonorrea resistente a los medicamentos. Cada uno es resistente a casi todos los antibióticos que se han utilizado para tratarlos, y las estadísticas demuestran que matan hasta al 50 % de aquellos que desarrollan sepáis.
Además, estas bacterias tienen la capacidad de transferir su resistencia a otras bacterias. Esto puede aumentar el número y las especies de superbacterias. Dos nuevos patógenos se añadieron a la lista. La primera es una levadura conocida como Candida auris, a la que los CDC se refieren como un "hongo emergente que representa una amenaza para la salud global".
La segunda es la bacteria Acinetobacter resistente al carbapenem, que es resistente a casi todos los antibióticos. El nuevo informe añadió una clasificación de patógenos, en la que colocaron 18 bacterias con el potencial de propagar una mayor resistencia.
La comparación de los datos del 2013 y el 2019 demuestra lo que han advertido durante décadas: las bacterias continúan evolucionando y mutando, al desarrollar la capacidad de combatir diferentes tipos de antibióticos. Los cuales pierden su eficacia a medida que su uso es mayor en la agricultura y la atención médica.
Desarrollo de superbacterias por el uso excesivo de antibióticos
El informe de los CDC relaciona el uso indebido de antibióticos con el aumento de las infecciones resistentes. En otro estudio, los investigadores declararon que cerca del 30 % de los antibióticos recetados en los Estados Unidos son innecesarios. Se analizaron los antibióticos utilizados en los consultorios médicos y las salas de emergencia, y los datos revelaron que la mayoría de ellos se utilizaron para tratar afecciones respiratorias provocadas por virus.
En otras palabras, el 30 % de los antibióticos recetados en los Estados Unidos equivale a 47 millones de recetas al año, lo que pone a las personas en riesgo de desarrollar una reacción alérgica o infección por C. dif. En algunos casos, se recetan los antibióticos de manera proactiva, como en el caso de la pomada que contiene eritromicina para los recién nacidos que previene la oftalmia neonatal por gonorrea y clamidia.
El antibiótico no se utiliza en los Estados Unidos o Europa de manera universal para tratar la conjuntivitis infantil, ya que las madres que reciben atención prenatal se someten a pruebas de detección de gonorrea y clamidia. El problema con el tratamiento de todos los bebés es que el 25 % de toda la gonorrea es resistente a la eritromicina.
A pesar de que la American Academy of Pediatrics ya no recomienda el uso universal de esta pomada para los ojos, el Equipo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos extendió las recomendaciones del 2011 al citar la falta de atención prenatal para muchas personas en el país. El Dr. David Hyun del Proyecto de resistencia a los antibióticos en el Pew Charitable Trusts comentó lo siguiente sobre el creciente número de bacterias resistentes a los antibióticos:
"El hecho de que seamos testigos de un aumento de estas infecciones que se adquieren fuera del hospital, junto con los datos que demuestran que aproximadamente 1 de cada 3 recetas ambulatorias son innecesarias, destaca la necesidad de un mejor uso de los antibióticos en los consultorios médicos y otros entornos no hospitalarios".
Aunque los antibióticos recetados en exceso son importantes para el desarrollo de las superbacterias, también existen otros contribuyentes agroquímicos. La agricultura es una fuente importante del uso de antibióticos. Un informe de los CDC demostró que los antibióticos en el ganado son muy importantes para el desarrollo de bacterias resistentes.
En el 2013, las estimaciones del uso de antibióticos en el ganado representaron el 80 % de todo el uso de antibióticos en los Estados Unidos. Mientras que en un reporte del 2018, la FDA indico una reducción del 28 % en las ventas y la distribución de antibióticos destinados para el ganado desde la evidencia compilada en el 2009 por la FDA.
Asimismo, el uso de pesticidas contribuye al desarrollo de superbacterias, como lo mencioné anteriormente en "Pesticides Compound Antibiotic Resistance". La conclusión es que las bacterias se ven afectadas por cualquier químico con el que interactúan y desarrollan una resistencia hasta 100 000 veces más rápido tras la exposición a ciertos herbicidas, como el glifosato o la dicamba.
Las camas de cobre pueden disminuir las infecciones adquiridas en los hospitales
Las camas del hospital son un foco de infección. Ya sea que se planifique o no el ingreso al hospital, se recomienda tomar medidas preventivas. La investigación publicada en el Journal of the American Medical Association reveló que existe un riesgo mucho mayor de contraer C. dif. si la persona que ocupaba la cama anteriormente le recetaron antibióticos.
Se compararon a más de 100 000 personas hospitalizadas entre el 2010 y el 2015. Las personas que utilizaron la cama después que las personas que recibieron antibióticos, mostraban un riesgo 22 % mayor de desarrollar C. dif. Sin embargo, los autores de un estudio demuestran que las camas que contienen cobre pueden reducir dicha cifra significativamente.
En el nuevo estudio, publicado en Applied and Environmental Microbiology, se informó que las camas de cobre en la unidad de cuidados intensivos mostraban una probabilidad 95 % menor de tener bacterias. Según uno de los científicos de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur:
“Las infecciones adquiridas en el hospital afectan a cerca de 2 millones de personas en los Estados Unidos cada año y matan a casi 100 000 (que es el equivalente a los fallecimientos de un avión si se estrellara diario). Estas camas no se limpian con la frecuencia suficiente o cómo deberían a pesar de los mejores esfuerzos de los trabajadores”.
Las camas de hospital son una fuente de infecciones nosocomiales o infecciones originadas de una fuente hospitalaria. La Candida auris, uno de los patógenos identificados en el informe de los CDC, es una amenaza que enfrentan los hospitales y se encuentra presente en las camas de hospital.
Los resultados del estudio con las camas de cobre indican que pueden ayudar a controlar y reducir las infecciones adquiridas en el hospital. El Hospital Mount Sinai en Nueva York, tuvo que utilizar un equipo especial para limpiar una de sus habitaciones después de la muerte de un hombre por Candida auris. El director del hospital comentó lo siguiente:
"Todo dio positivo: Las paredes, cama, puertas, cortinas, teléfonos, lavabo, pizarra, postes, bomba. El colchón, rieles de la cama, orificios de los recipientes, persianas, techo, todo lo que había en la habitación dio positivo".
Tratamiento en caso de sepsis
Los CDC recomiendan tomar medidas básicas para detener la propagación de agentes patógenos, incluyendo lavarse las manos cuando sea necesario y utilizar una buena técnica de lavado. La Dra. Helen Boucher, jefa de enfermedades infecciosas del Centro Médico Tufts, comentó acerca de la necesidad de prepararse adecuadamente para este tipo de bacterias:
"Buscamos tener herramientas de diagnóstico y tratamientos para los problemas que se avecinan. Pero es necesario prepararnos para el tipo de resistencia que no podemos predecir. Sabemos que las bacterias y la Madre Naturaleza son más inteligentes que nosotros".
El tratamiento combinado de vitamina C, tiamina y esteroides incrementa el índice de supervivencia de la sepsis, que es el último esfuerzo del sistema inmunológico para combatir una infección. 1 millón de personas desarrollan sepsis y casi la mitad muere cada año.
El Dr. Paul Marik, jefe de medicina pulmonar y de cuidados críticos en el Hospital General Sentara Norfolk en el este de Virginia, descubrió este tratamiento al tratar a un paciente con sepsis. Muchos médicos continúan en búsqueda de mayor información, a pesar de que este tratamiento es inofensivo (no empeora la condición del paciente) y se ha demostrado una reducción del 40 % al 8.5 % en las tasas de mortalidad en el hospital.
Es importante reconocer las señales y síntomas de la sepsis de manera temprana, ya que una intervención temprana aumenta el potencial de supervivencia. Para mayor información sobre la sepsis y su tratamiento, consulte mi artículo anterior, "La vitamina C puede disminuir la mortalidad por sepsis severa".