Beneficios de jugar

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

beneficios de jugar

Historia en Breve

  • Los humanos, como la mayoría de los animales, tienen un instinto natural de juego, mientras que este instinto ofrece importantes beneficios. Permite el ajuste de las habilidades motoras, desarrollar habilidades sociales y resistencia emocional y aprender limites; asimismo, es esencial para el desarrollo normal y saludable del cerebro
  • Los cerebros de las ratas sin jugar muestran un subdesarrollo de la corteza prefrontal, que es la responsable de controlar los impulsos y la toma de decisiones. Asimismo, muestran una desorganización del crecimiento neuronal y células neuronales irregulares
  • Remplazar el juego con dispositivos tecnológicos ha preocupado a muchos expertos, ya que la investigación demuestra que jugar genera una mayor inteligencia, valor y amabilidad
  • Para ser considerado como juego, es necesario que sea espontáneo, sin razón, repetitivo, a veces exagerado, y que suceda al estar relajado y no estresado
  • El juego tiene la capacidad de reducir las diferencias entre especies muy diferentes. Tiene su propio lenguaje que nos permite comunicarnos a un nivel profundo y no verbal con otras especies

La mayoría de las personas no acostumbran programar su tiempo de juego, y en caso de tener hijos, es probable que no pasen mucho tiempo jugando con otros niños. Después de ver el documental de DW "La magia del juego", es posible que quiera reconsiderarlo.

Como se señala en el documental, los humanos, como la mayoría de los animales, tienen un instinto natural de juego; este instinto ofrece importantes beneficios.

Lejos de ser una pérdida de tiempo, el juego permite el ajuste de las habilidades motoras, desarrollar habilidades sociales y resistencia emocional y aprender límites; asimismo, es esencial para el desarrollo normal y saludable del cerebro.

En los animales, el juego aumenta sus posibilidades de supervivencia. Por desgracia, los jóvenes actualmente no juegan tanto como las generaciones anteriores. Como se señala en "La magia del juego", los niños ahora juegan la mitad de lo que lo hacían sus padres.

El juego genera una mayor inteligencia, valor y amabilidad

Remplazar el juego con dispositivos tecnológicos ha preocupado a muchos expertos, ya que la investigación demuestra que jugar genera una mayor inteligencia, valor y amabilidad. El documental presenta al Dr. Stuart Brown, fundador del National Institute for Play, una corporación sin fines de lucro "comprometida a ofrecer el conocimiento, las prácticas y los beneficios del juego a la vida pública".

Como señaló Brown, el juego forma parte de la mayoría de los animales e incluso tiene su propio lenguaje. Cuando los perros juegan, se puede observar cómo mueven la cola, se inclinan hacia adelante para iniciar el juego, se golpean con las patas, etc. Todo esto forma parte del lenguaje de juego de los perros.

Es importante destacar que los animales mantendrán el juego sin que uno se haga cargo y domine al otro. Hay un intercambio y toma distintos en la interacción. También es contagioso, ya que atrae a otros participantes y fomenta la interacción social.

Requisitos del juego

Entonces, ¿qué es el juego? Gordon Burghardt, un etólogo de reptiles de la Universidad de Tennessee, presenta los siguientes requisitos. Como se explica en "La magia del juego", para ser considerado como juego, es necesario que presente las siguientes características:

  1. Realizarse sin razón aparente
  2. Que sea repetitivo
  3. A veces exagerado
  4. Espontáneo
  5. Realizarse al estar relajado y no estresado

Burghardt pensó en estos requisitos después de aprender la importancia del juego y comprender que incluso los reptiles tienen su propio comportamiento de juego. El pez, otro animal que no necesariamente se considera como juguetón, también disfruta y demuestra estos comportamientos de juego.

El juego es una forma de comunicación entre las especies

Los investigadores se sorprenden de qué tan común es el juego en el reino animal y de su capacidad para reducir las diferencias entre especies muy diferentes. Un ejemplo es el juego lúdico que se desarrolló de manera espontánea entre un pulpo gigante del Pacífico y un trabajador del zoológico.

Aunque aún se desconocen las razones, está claro que el juego nos permite comunicarnos en un nivel profundo y no verbal con otras especies. "El impulso de la diversión parece cruzar los límites en el reino animal", explica el narrador.

La evidencia continúa creciendo, a medida que las personas filman y comparten sus interacciones con diferentes especies en YouTube y redes sociales. Focas y perros, canguros y ciervos, gatos y ardillas, elefantes y pájaros, son algunos ejemplos de juego entre especies.

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Lo que los bonobos pueden enseñarnos sobre el juego

"La magia del juego" también presenta a Elisabetta Palagi, una primatóloga de la Universidad de Pisa, Italia, que estudia el juego en los bonobos. Como uno de nuestros parientes primates más cercanos, los bonobos "nos pueden enseñar acerca del desarrollo de nuestro comportamiento", explica.

Curiosamente, los bonobos son conocidos no solo por su diversión sino también por su tranquilidad. No se matan entre ellos. Cuando dos grupos de chimpancés se encuentran, lucharán por establecer una supremacía. Cuando los bonobos lo hacen, prefieren jugar.

Según Palagi, el juego permite que los bonobos establezcan lazos interpersonales, mientras que dichos lazos aumentan las posibilidades de supervivencia. También señala que el juego es importante para el desarrollo de las habilidades sociales, lo cual es cierto para los monos y los humanos.

Una parte importante de interactuar pacíficamente dentro de un grupo social es la capacidad de percibir e interpretar los estados emocionales de los demás, mientras que el juego permite a los jóvenes desarrollar y perfeccionar este conjunto de habilidades.

Jugar fomenta la empatía

Para evaluar qué tal perciben las emociones de los demás, Palagi registra sus reacciones hacia los avatares que expresan diversas emociones. Bostezar después de que otra persona lo hace es una señal de empatía, mientras que los bonobos también lo hacen.

A los 4 años, los niños humanos comienzan a exhibir este tipo de comportamiento imitador. Como lo explicó Palagi, imitar o reflejar es una manera de ponerse en el mismo estado emocional que el otro.

Los bonobos, imitan repetidamente las expresiones de los avatares, lo que aumenta la posibilidad de que su capacidad de percibir las expresiones faciales les permite mantener interacciones tan pacíficas.

Palagi señala que aún se desconoce si la empatía es la base del juego o el juego es la base de la empatía, pero los dos claramente están relacionados. La ciencia está comenzando a descubrir las conexiones que existen entre el juego y el desarrollo de la compasión, en donde la empatía es un factor importante.

No solo se trata de practicar para la adultez

Los investigadores solían considerar que el juego era una práctica para la adultez, pero estudios más recientes no apoyan esta teoría. Los gatitos que juegan más que otros no se convierten en mejores cazadores, mientras que los cachorros de osos que juegan con sus hermanos aún pasan la mayor parte de su vida adulta en soledad.

"Claramente, hay más de lo que parece", explica el narrador. La investigación realizada por Jonathan Pruitt, un ecologista del comportamiento en la Universidad McMaster, ha ayudado a demostrar los propósitos del juego.

Estudia el comportamiento social de las arañas, con especies que, contrariamente a lo normal, forman grandes colonias y habitan la misma red. De las 50 000 especies de arañas conocidas, solo 20 entran en esta categoría.

Pruitt está muy interesado en el cortejo de las arañas sociales. Los machos maduros realizan un baile de cortejo para las hembras que aún son demasiado jóvenes como para aparearse. En respuesta, la hembra se coloca en una postura receptiva para que el macho coloque sus genitales cerca de los suyos. Esto se repite varias veces.

Al principio, Pruitt asumió que esto era una práctica de apareamiento para la madurez, pero a medida que sus estudios continuaron, comenzó a creer que este comportamiento era una forma de juego, pero uno muy importante.

Pruitt y su equipo finalmente descubrieron que las hembras que jugaban de esta manera producían conjuntos de huevos mucho más grandes, y por lo tanto, más descendientes, que aquellas a las que se les había impedido jugar, ya que el tamaño del conjunto de sus huevos era proporcional a la cantidad de juego a la que habían estado expuestas.

Las hembras que juegan muestran una mayor longevidad que aquellas que no pueden jugar; asimismo, son menos agresivas y tienen menos probabilidades de matar a su pareja después del apareamiento. Pruitt ha llegado a creer que el juego tiene raíces evolutivas profundas, ya que aparece en todo el reino animal. De hecho, parece que es mucho más importante de lo que hemos imaginado.

El propósito del juego

La investigación canadiense también ofrece evidencia significativa sobre el propósito del juego. Como se muestra en el documental, las ratas domesticadas se atacarán de manera juguetona, al tratar de llegar al cuello del oponente. El oponente luchará libremente. Como en todo juego, los animales se turnan durante el juego de ataque rudo.

En un experimento dirigido por el neurocientífico conductual Sergio Pellis, un grupo de ratas jóvenes fueron criadas con ratas adultas, que no son propensas a jugar. Lo que descubrieron es que las ratas que no jugaban no logran desarrollar habilidades sociales normales.

Al final del experimento, se examinaron los cerebros de estas ratas, que revelo el subdesarrollo de la parte del cerebro que es responsable de controlar los impulsos y la toma de decisiones. Es decir, el juego en realidad altera la corteza prefrontal del cerebro.

En comparación con las ratas que jugaban, aquellas que carecían de juego mostraban una desorganización en el crecimiento neuronal y células neuronales irregulares. Fue el mayor avance de la carrera de Pellis, pero también le causó una gran preocupación. Si los cerebros de las ratas se ven alterados por la falta de juego, ¿qué les sucede a los niños?

"Mi preocupación es que negarles el juego a los niños a causado que no obtengan el tipo de experiencias que los preparan para vivir en un mundo impredecible", explica Pellis.

Cita investigaciones que demuestran que a medida que ha disminuido el juego en los niños, han aumentado las tasas de depresión y psicopatología.

El trabajo de Pellis ha sido ampliado por el investigador Matthew Cooper de la Universidad de Tennessee, quien es un neurocientífico del comportamiento, que está investigando la conexión que existe entre el juego y la "capacidad de lidiar con lo impredecible de la vida".

El juego es crucial para el desarrollo de la resistencia emocional

La corteza prefrontal es muy importante en la capacidad para lidiar y recuperarse del estrés. Cooper trabaja con hámsteres siberianos jóvenes, que instintivamente participan en juegos de ataque. Los hámsteres adultos prefieren la soledad, mientras que juntar a ambos generalmente resulta en una lucha feroz.

El perdedor sufre lo que se conoce como "derrota social". Los hámsteres normales, es decir, aquellos que han crecido con este tipo de juego, lo ignorarán y se recuperarán con bastante rapidez. Cuando se enfrente con otro oponente, luchará para ganar.

Mientras que los hámsteres que no juegan son mucho menos resistentes. Después de perder una pelea, simplemente se rinde al enfrentarse a otro oponente. Actúan temerosos y huyen en lugar de defender su territorio, lo que sugiere ansiedad social.

"Ya sea en el mundo animal o en el patio de la escuela, el juego nos ayuda a enfrentar lo impredecible de la vida", explica el narrador. "Pero la manera en la que juegan los niños ha cambiado drásticamente. Hace una generación, no se necesitaba mucho para divertirse. Un trozo de soga. Unas ramas

En los Estados Unidos, los niños pasan menos tiempo al aire libre que cualquier generación anterior, [con cerca de] cuatro a siete minutos frente a 7.5 horas frente a una pantalla. Y se están perdiendo mucho más que solo aire fresco y ejercicio".

El juego ofrece numerosos beneficios

Brown entendió la importancia del juego mucho antes de que se involucrara la ciencia. En el pasado, se consideraba como poco importante e innecesario, y los niños podían estar haciendo cualquier otra cosa. Estamos comenzando a comprender la verdadera importancia del juego y las ramificaciones de su privación.

Después de investigar los antecedentes de 6000 personas, Brown ha demostrado que la diversión es muy importante. "Ya que es necesaria para el optimismo y la satisfacción", explica Brown, "para generar una sensación de competencia y autenticidad".

En resumen, el juego es importante para generar bienestar. Al igual que Pellis, Brown está extremadamente preocupado por la disminución del juego. Considera que la falta de juego que se observa en los niños es una verdadera crisis, y es uno de los principales factores del aumento de los problemas de salud mental y de comportamiento entre los jóvenes.

La paradoja de los juegos riesgosos

Otro hallazgo científico notable y paradójico es que participar en actividades de riesgo durante la infancia es un factor muy importante para prevenir lesiones.

Como señaló Mariana Brussoni, psicóloga del desarrollo en el UBC/BC Children's Hospital, al participar en juegos de riesgo, los niños aprenden el funcionamiento de su cuerpo y el mundo, descubren con qué se sienten cómodos y aprenden sus propios límites.

En resumen, "aprenden habilidades cruciales para manejar el riesgo", explica Brussoni. Lejos de mantener a los niños seguros, privarlos de jugar al aire libre puede ser contraproducente, ya que no logran obtener esta experiencia fundamental, lo que los expone a un mayor riesgo de sufrir lesiones graves y fobias.

Un niño que nunca ha experimentado escalar, es mucho más propenso a desarrollar miedo a las alturas que un niño que ha explorado y se ha acostumbrado a la "diversión del miedo" a las alturas.

En resumen, la investigación demuestra que el juego arriesgado, que significa jugar donde existe la posibilidad de sufrir lesiones y los resultados no son seguros, es importante para el desarrollo del carácter, la resistencia emocional y el autodesarrollo. La sensación de libertad que aporta el juego al aire libre también fomenta la creatividad.

Brussoni alienta a los padres a evaluar la posibilidad de un evento poco probable (que el niño resulte gravemente herido) frente al impacto real que la privación tiene sobre la salud y el desarrollo mental y físico a largo plazo.

Es hora de regresar a jugar al aire libre

Curiosamente, la investigación de Brussoni también demuestra que los niños, especialmente las niñas, tienen muchas más probabilidades de jugar al aire libre sin supervisión. Lo que esto quiere decir es que tener un sentido de independencia y autodeterminación fomenta la disposición a ser juguetón, y de hecho, lo contrario es lo que fomenta la depresión y la ansiedad.

Como se señaló en "La magia del juego", el juego al aire libre comenzó a disminuir en la década de 1980, y los nacidos en esa época ahora están ejerciendo la paternidad sin los muchos recuerdos de los juegos rudos y arriesgados con los que sus padres crecieron.

Como resultado, es menos probable que comprendan el valor del juego al aire libre y que lo fomenten. El resultado final podría ser que entremos en una especie de amnesia, donde las personas no logran recordar lo que es jugar en el bosque o trepar árboles, porque nunca lo han hecho.

Y, lejos de perder la diversión, esto puede desarrollar serias consecuencias de los futuros niños, ya que previene el desarrollo cerebral normal que es necesario para la empatía, la compasión y el bienestar personal. Es necesario fomentar el juego en los niños, especialmente al aire libre, así como en los adultos, independientemente de la edad.

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