Los microorganismos en el tracto gastrointestinal forman un "tejido" vivo muy complejo que es muy importante para la salud, ya que afecta desde el peso corporal y la nutrición hasta enfermedades crónicas de todo tipo. Y, como se detalla en el documental "Microbirth", escrito, producido y dirigido por Alex Wakeford y Toni Harman, las bases del microbioma intestinal se establecen en el momento del nacimiento.
El documental destaca cómo el parto tiene consecuencias de por vida, y analiza las opiniones científicas sobre cómo preparar mejor el microbioma del bebé para construir un sistema inmunológico fuerte.
Es importante destacar que un bebé básicamente "hereda" el microbioma de su madre, por lo que es importante tratar la salud intestinal antes, durante y después del embarazo.
Si ha tomado antibióticos o píldoras anticonceptivas, si consume muchos alimentos procesados o azucarados, si lo alimentaron con mamila cuando era bebé, puede afectar la composición de bacterias y microbios en el intestino, lo que a su vez influye en el microbioma y la salud del bebé después del nacimiento. El microbioma puede tener un impacto generacional, lo cual afecta el ADN y luego se transmite a las generaciones futuras.
La pérdida de la diversidad microbiana tiene un precio muy alto
El documental comienza al explicar las diferencias que existen entre los humanos y las otras especies en la Tierra. Nuestro intelecto nos ha permitido desarrollar una sociedad tecnológica que parecería "mágica" para aquellos en los siglos pasados. Sin embargo, pese a todos nuestros logros y milagros científicos, estamos más enfermos que nunca.
En el 2008, la Organización Mundial de la Salud anunció que las enfermedades crónicas no transmisibles se habían convertido en las causas principales de muerte a nivel mundial. "Las tendencias de salud indican que las enfermedades infecciosas (diarrea, VIH, tuberculosis, infecciones neonatales y malaria) se convertirán en causas menos importantes de muerte a nivel mundial en los próximos 20 años", según la OMS.
Para el 2018, las enfermedades no transmisibles causaban el 71 % de las muertes a nivel mundial, con enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias y diabetes entre las enfermedades letales principales.
El documental cita investigaciones que sugieren que para el 2030, cerca de la mitad del patrimonio de todas las naciones en el mundo se destinará al tratamiento de enfermedades crónicas. Decir que nos encontramos en una trayectoria no sustentable sería un eufemismo.
Considerando que somos un ecosistema andante, un superorganismo simbiótico con microbios que superan a nuestras células, ¿esta tendencia podría estar involucrada en los cambios que ocurren en el microbioma?
Como se señaló en el documental, el cuerpo humano es 90 % microbiano y 10 % mamífero, y la investigación sugiere que las intervenciones médicas, alimentaciones no apropiadas, así como el uso excesivo de antibióticos y productos antibacterianos, partos por cesárea, pesticidas y alimentos procesados, han generado una gran pérdida de diversidad en el microbioma humano.
Con la pérdida de diversidad microbiana, se interrumpe la homeostasis (equilibrio) del cuerpo, lo que lo hace más vulnerable a las enfermedades. Las bacterias son muy importantes para el metabolismo y la función inmunológica, pero es necesario que existan suficientes para que puedan realizar sus funciones. También deben tener una proporción adecuada con otros microbios.
Los expertos que aparecen en el documental consideran que la degradación del microbioma es una, si no es que la principal, causa subyacente de la mayoría de las epidemias de enfermedades actuales. Las comparaciones entre los pueblos indígenas que viven en las selvas de América del Sur y las personas que viven en sociedades modernas sugieren que hemos perdido un tercio de nuestro microbioma natural.
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El método de nacimiento influye en el perfil microbiano del bebé
El documental discute la importancia del parto natural, el contacto con la piel después del nacimiento y la lactancia. Todos estos son momentos muy importantes para crear y nutrir el microbioma del bebé. Durante el parto natural, el bebé obtiene los microbios mientras atraviesa el canal del parto.
Según un estudio del 2014, el microbioma de la vagina de una mujer está dominado por el género Lactobacillus, el cual ofrece una variedad de beneficios para la salud, incluyendo una protección contra los microbios más hostiles y que desarrollan enfermedades.
La investigación demuestra que los microbios de la vagina cambian durante el embarazo para prepararse para el parto. Las especies de Lactobacillus se enriquecen, mientras que existe una menor diversidad general, lo que supone que esto ayuda a garantizar la transferencia de microbios beneficiosos al bebé a medida que se traslada a través del canal de parto.
Como se señaló en el documento del 2017, "The Maternal Infant Microbiome: Considerations for Labor and Birth:"
"Esta 'siembra' o transferencia de microbios de la madre al recién nacido puede servir como un proceso de inoculación temprana que implican a los resultados de salud a largo plazo de los recién nacidos.
Los estudios han demostrado que existen diferencias claras en los perfiles de los microbiomas de los recién nacidos que nacían por parto natural en comparación con los nacidos por cesárea. Se ha demostrado que los antibióticos alteran los perfiles microbianos de las mujeres y pueden influir en los perfiles microbianos intestinales de los recién nacidos.
Al considerar la primera colonización microbiana importante que ocurre en el nacimiento, es importante que las enfermeras estén conscientes de los factores que pueden alterar la composición del microbioma durante el proceso de parto y nacimiento”.
Sin embargo, la microbioma intestinal no es el único factor influenciado por el nacimiento. Según la investigación en animales publicada en PLOS ONE, el parto natural desencadena la expresión de la proteína mitocondrial de desacoplamiento 2, la cual es importante para mejorar el desarrollo y la función del cerebro en la edad adulta. La expresión de esta proteína se vio afectada en los ratones nacidos por cesárea.
El microbioma intestinal también cambia durante el embarazo
La composición de los microbios intestinales de una mujer también cambia durante cada trimestre del embarazo, para apoyar el crecimiento fetal. Estos cambios se ven influenciados por los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo.
Resulta curioso que, una investigación publicada en la revista Cell en el 2012 encontró que, a medida que se desarrolla el embarazo, se registró un aumento en las proteobacterias y actinobacterias.
Al transferir el microbioma de las mujeres en el tercer trimestre a ratones libres de gérmenes, se registró un aumento de peso y resistencia a la insulina en comparación con el microbioma tomado durante el primer trimestre.
Como señalaron los autores, "Muchos de los cambios inmunes y metabólicos que ocurren durante el embarazo también describen el síndrome metabólico", mientras que "el microbioma intestinal puede causar síntomas del síndrome metabólico en huéspedes no embarazados". Por otro lado, el almacenamiento de energía en el tejido adiposo es lo que permite que el feto crezca de manera normal.
Consecuencias de la cesárea
Aunque la cesárea puede ser necesaria y vital en algunos casos, se ha utilizado en exceso a nivel mundial. El inconveniente más importante de la cesárea es que el bebé no obtendrá estas bacterias de la madre, ya que no atraviesa por el canal de parto.
Cómo se señaló en el documental, esto permite que el bebé adquiera las bacterias de alguna otra fuente, y en la mayoría de los casos, este será el hospital. Esto podría causar problemas, ya que los hospitales se encuentran repletos de bacterias patógenas.
Los expertos entrevistados en el documental explican qué se está estudiando si esto es lo que le podría estarles sucediendo a muchos de nuestros niños. Desde el principio, su sistema inmunológico ha sido preparado por las bacterias equivocadas, lo que los hace más propensos a desarrollar enfermedades.
La importancia del contacto con la piel
Sin embargo, incluso si la cesárea es necesaria, es posible nutrir el microbioma del bebé a través del contacto cercano de la piel y la lactancia durante al menos seis meses. En el documental "Microparto", la naturópata Louise Loula explica lo siguiente:
"El contacto con la piel no solo es necesario para ofrecer estas bacterias, sino que también puede regular y estimular la producción de hormonas lo que les permite calmarse, así como regular los niveles de azúcar en la sangre y el instinto de hambruna para buscar el pezón de su madre como la tercera fase de la siembra, la cual es la lactancia materna.
Un bebé que nace por cesárea, y que luego es alimentado con fórmula, se encuentra en riesgo de sufrir complicaciones muy graves a largo plazo. Pueden recoger bacterias de un entorno desequilibrado, como en los hospitales.
Si el sistema inmunológico no se fortalece correctamente en un principio es difícil corregirlo. Después afecta a todos los tejidos, desde el desarrollo del cerebro hasta el desarrollo de los músculos y el revestimiento de la mucosa".
Cómo se puede inocular a los bebés nacidos por cesárea
En el documental, Dietert también discute el uso de un hisopo al realizar una cesárea. En pocas palabras, el bebé es inoculado con bacterias tomadas de la vagina de la madre, para que reciba las mismas bacterias que habría recibido si hubiera nacido por parto natural.
Para lograrlo, se dobla una pieza de gasa estéril de 20 a 25 centímetros (8 por 10 pulgadas) en forma de abanico y se inserta como un tampón en el canal vaginal de la madre una hora antes de la cesárea.
Se extrae la gasa y se coloca en un recipiente estéril justo antes del procedimiento, y una vez que el bebé nace, la gasa se despliega y se utiliza para "limpiar" el cuerpo del bebé, hasta la boca y la cara.
Según un investigador que estudia esta técnica, los parámetros de salud de los bebés nacidos por cesárea que son limpiados con las bacterias de su madre se encuentran más cerca de los nacidos por parto natural que los nacidos por cesárea que no reciben este procedimiento.
La importancia de la lactancia materna
La lactancia materna es el tercer componente crucial que prepara el microbioma de los bebés. La leche materna está diseñada para nutrir las bacterias beneficiosas. Como explicó Rodney Dietert, profesor de inmunotoxicología en la Universidad de Cornell, quien aparece en el documental, también contiene sustancias similares a las hormonas inmunes, algunas de las cuales tienen actividad antiinflamatoria.
La leche materna también ofrece anticuerpos para combatir enfermedades contra las cuales las personas no tienen una inmunidad natural (lo que significa que se enferma, se recupera y desarrolla una actividad inmune para combatirla), así como azúcares conocidos como oligosacáridos.
Estos azúcares no son digeribles, por lo que durante mucho tiempo su presencia en la leche materna desconcertó a los científicos. Como resultado, los oligosacáridos alimentan bacterias beneficiosas en el intestino del bebé.
El azúcar refinado que se encuentra en la mayoría de las fórmulas infantiles no puede replicar dicha función. De hecho, el azúcar procesado tiende a alimentar las bacterias dañinas y promueve el aumento de peso excesivo. Para preparar y educar el sistema inmunológico del bebé y darle un comienzo saludable en la vida, se recomienda la lactancia durante seis meses o dos años.
Desequilibrios en el microbioma relacionados a trastornos neuroconductuales
Los investigadores también están comenzando a comprender cómo el microbioma de un niño puede ser un factor en los trastornos del comportamiento neurológico, incluyendo el autismo. Un artículo de 2014 en Scientific American señaló lo siguiente:
"Desde hace mucho tiempo, los científicos se han preguntado si la composición de bacterias en los intestinos, conocida como microbioma intestinal, podría ser anormal en personas con autismo y provocar algunos de estos síntomas.
Ahora, una serie de nuevos estudios respalda dicha hipótesis y sugiere que restaurar el equilibrio microbiano podría aliviar algunos de los síntomas conductuales del trastorno".
El documental también aborda este problema, al señalar que los microbios intestinales de un bebé influyen en la maduración del sistema inmunológico y en el desarrollo del cerebro y el tejido nervioso. Según Dietert, cuando no ocurre una siembra adecuada de bacterias al principio, los subproductos creados a partir de los nutrientes normales pueden tener efectos adversos en el cerebro.
De hecho, esto es precisamente lo que la Dra. Natasha Campbell-McBride dedujo cuando creó el Programa Nutricional del Síndrome del Intestino y la Psicología (GAPS, por sus siglas en inglés), que está diseñado para sanar el intestino permeable al restaurar la integridad del revestimiento intestinal. Según Campbell-McBride, en los niños con GAPS, la toxicidad fluye desde el intestino hacia el cerebro.
Esto desafía su sistema nervioso, al evitar que realice sus funciones normales y procese la información sensorial. Cualquier exposición tóxica, incluyendo las vacunas, puede ser la "gota que derramo el vaso" en una situación similar. El resultado final puede desarrollar síntomas de autismo o cualquier otra cantidad de otros problemas neurológicos.
La respuesta es mejorar la transferencia del microbioma durante y después del parto a través del parto natural, el contacto con la piel y la lactancia. Una vez que el bebé está listo para los alimentos blandos, es posible ofrecerle probióticos en forma de alimentos fermentados.
El primer alimento fermentado que Campbell-McBride recomienda para los bebés es el yogurt orgánico de vacas alimentadas con pastura (no el yogurt comercial de los supermercados), debido a que la mayoría lo tolera adecuadamente. Una vez que el bebé tolere adecuadamente el yogur, es posible introducir el kéfir. Otra alternativa es incluir vegetales fermentados con cultivo de yogurt o de kéfir.
La vitamina D es otro factor muy importante
Mejorar los niveles de vitamina D antes o durante el embarazo, es de suma importancia para proteger su salud y la del bebé. La investigación demuestra que las mujeres embarazadas con un nivel entre 40 ng/ml y 60 ng/ml tienen una tasa 46 % menor de natalidad prematura que la población general.
Aquellos con un nivel de vitamina D igual o superior a los 40 ng/ml en el tercer trimestre tienen un riesgo 59 % menor de parto prematuro en comparación con aquellos con niveles inferiores a los 20 ng/ml. Entre las poblaciones afroamericanas e hispanas, es posible prevenir hasta un 70 % o 75 % todos los nacimientos prematuros.
Los niveles de vitamina D durante el embarazo también pueden tener consecuencias de por vida para los bebés. La deficiencia de vitamina D durante el embarazo se ha relacionado con tasas más elevadas de alergias infantiles, asma, resfriados y gripe, caries dentales, diabetes e incluso accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares en un futuro.
Consejos para un embarazo saludable
Además de los problemas relacionados al microbioma del bebé y la optimización de los niveles de vitamina D, también se podrían escribir libros sobre los riesgos de las exposiciones químicas durante el embarazo. La investigación demuestra que las exposiciones químicas prenatales, particularmente a los disruptores endocrinos como el BPA y los ftalatos, pueden tener efectos de salud a largo plazo y de amplio alcance.
Aunque es posible que no logre evitar todas las exposiciones tóxicas, es importante tomar todas las medidas proactivas para reducir la carga tóxica, especialmente antes y durante el embarazo. Evitar todos los medicamentos innecesarios es un aspecto sobre el que tiene un alto grado de control. A continuación, se muestran algunas recomendaciones adicionales.
En vez de compilar una lista interminable de lo que debe evitar, es mucho más fácil concentrarse en lo que debe hacer para llevar un estilo de vida saludable con la menor exposición a químicos posible. Esto incluye lo siguiente:
Consuma alimentos orgánicos y de animales alimentados con pastura para reducir su exposición a químicos agrícolas como el glifosato. Evite todo tipo de alimentos procesados y preenvasados. De esta manera, es posible evitar los pesticidas, los aditivos artificiales, los endulzantes artificiales, los colorantes alimenticios, el GMS y los ingredientes genéticamente modificados sin etiquetar.
En lugar de consumir pescado convencional o criado en granjas, los cuales se encuentran muy contaminados con PCB y mercurio, incluya el aceite de kril de alta calidad o pescados grasos como sardinas, anchoas, caballas y salmón salvaje de Alaska. |
Mejore su flora intestinal al consumir alimentos crudos cultivados en un suelo sano y orgánico, y alimentos fermentados. Si no consume alimentos fermentados, lo más probable es que necesite incluir un probiótico de manera regular, especialmente si consume alimentos procesados. |
Mejore sus niveles de vitamina D a través de la exposición regular a sol. |
Haga ejercicio regularmente durante el embarazo. Estudios previos han demostrado que, en general, las mujeres que hacen ejercicio durante el embarazo tienen placentas más grandes que las mujeres más sedentarias.
El volumen de la placenta indica la capacidad para transportar oxígeno y nutrientes al feto, por lo que es lógico que tener una placenta grande y saludable desarrolle un ambiente más saludable. |
Una vez que nace el bebé, se recomienda la lactancia durante el mayor tiempo posible, por lo menos seis meses. La lactancia materna ayuda a garantizar el correcto desarrollo de la microbioma intestinal del bebé desde el principio, ya que la leche materna está repleta de bacterias beneficiosas y factores de crecimiento que respaldan su crecimiento.
También proporciona componentes poderosos que inhiben el crecimiento de bacterias y levaduras patógenas. |
Conserve los alimentos y bebidas en vidrio en lugar de plástico, y evite utilizar envolturas de plástico y alimentos enlatados (que a menudo se encuentran repletos de BPA). |
Solicite una evaluación del agua del grifo e instale un filtro de agua adecuado en todos los grifos de su hogar (incluyendo la ducha o la bañera). |
Utilice productos de limpieza naturales libres de tóxicos en el hogar. |
Cambie los artículos para el cuidado personal por marcas orgánicas de champú, pasta de dientes, antitranspirantes y cosméticos. |
Evite el uso de desodorantes artificiales, hojas para la secadora, suavizantes de telas u otras fragancias sintéticas, ya que a menudo contienen ftalatos, que se han relacionado con un menor coeficiente intelectual y otros problemas crónicos de salud. Los aceites esenciales de alta calidad son su mejor opción si desea aromatizar. |
Reemplace las ollas y sartenes antiadherentes con utensilios de cerámica o vidrio. |
Al remodelar su hogar, busque alternativas “ecológicas" libres de toxinas en lugar de pintura regular y pisos de vinilo. |
Reemplace la cortina del baño de vinilo por una de tela, o instale una puerta de vidrio en la regadera. La mayoría de los plásticos flexibles, como las cortinas de baño, contienen plastificantes peligrosos, como los ftalatos. |
Evite rociar pesticidas alrededor de su hogar o repelentes de insectos que contengan DEET en el cuerpo. Existen alternativas naturales, seguras y efectivas. |