Se estima que para 2050, 80 millones de personas en los Estados Unidos tendrán 65 años o más, lo que hace que la salud cerebral sea de gran importancia. Se sabe que el estilo de vida protege o daña el cerebro, y esto incluye el consumo de alcohol.
Aunque algunas investigaciones sugieren que el consumo de vino puede beneficiar la salud del corazón e incluso tiene propiedades neuroprotectoras, numerosos estudios han demostrado que el consumo de alcohol tiene un efecto perjudicial en el cerebro.
Según uno de los estudios más grandes sobre el envejecimiento cerebral y el alcohol, demuestra que el consumo en exceso, también conocido como "abuso de alcohol", causa disfunción neuronal y daño cerebral, pero incluso beber 1 gramo de alcohol al día es suficiente para acelerar el envejecimiento en su cerebro.
Beber diario alcohol acelera el envejecimiento estructural del cerebro
Investigadores de la Universidad del Sur de California examinaron 17 308 escáneres cerebrales de personas entre 45.2 y 80.7 años, y encontraron que cada gramo consumido de alcohol por día estaba relacionado con un incremento de 0.02 años, o 7.5 días de edad cerebral relativa (RBA), una medida de edad cerebral de una persona en relación con sus compañeros, basada en mediciones anatómicas de todo el cerebro.
Un gramo de alcohol equivale a 0.035 onzas, y la mayoría de las personas que beben alcohol consumirá 1 onza o más, lo que equivale a aproximadamente 29 gramos, una cantidad que aumentaría el RBA en 0.58 años, o 211.5 días.
"Nuestros análisis de la frecuencia del consumo de alcohol y RBA indicaron que las personas que bebían diario o casi diario tenían un RBA significativamente mayor en comparación con las que bebían con menos frecuencia. Nuestro hallazgo fue consistente con estudios previos, que mostraron que el consumo excesivo de alcohol era perjudicial para el cerebro", escribieron los investigadores.
Podría ser que parte del problema es beber alcohol a diario o casi diario, ya que el estudio no encontró una diferencia significativa de RBA entre aquellos que bebieron con menos frecuencia o se abstuvieron de beber. Al menos un estudio también encontró que el consumo de alcohol de leve a moderado, en especial el vino, se relacionó con un mayor volumen cerebral, lo que sugiere que es potencialmente beneficioso para el envejecimiento cerebral.
Ahora bien, el consumo regular y excesivo de alcohol es un daño conocido para la salud cerebral, ya que puede causar pérdida de la materia gris y neuronal, además de una reducción del volumen cerebral. Esto es muy preocupante, ya que en las últimas décadas ha aumentado sin precedentes del consumo de alcohol, consumo de alcohol en exceso y el trastorno por consumo de alcohol (alcoholismo).
El alcoholismo puede afectar a 1 de cada 8 personas
Un estudio publicado en JAMA Psychiatry descubrió que en el período de tiempo comprendido entre 2001/2002 y 2012/2013, más de un 30 % de las personas bebieron alcohol en exceso. El estudio incluyó datos de 79 402 personas y encontró aumentos estadísticamente significativos en el consumo de alcohol en todos los grupos sociodemográficos.
Los mayores incrementos ocurrieron entre los que bebían alcohol en exceso; el número de personas diagnosticadas con alcoholismo aumentó en un 49 % durante el período de estudio y se estima que afecta al 12.7 %, o 1 de cada 8 personas, solo en los Estados Unidos.
En general, el número de personas que informaron beber alcohol (en cualquier cantidad) aumentó del 65 % a casi el 73 %. Alrededor de un tercio de ellos lo hacen "en exceso", que se definió como cinco o más bebidas para hombres o cuatro o más para mujeres, al menos una vez a la semana. Sin embargo, entre el grupo de mujeres, el consumo excesivo de alcohol aumentó en casi un 58 % durante el período de estudio.
Algo muy importante para la salud pública será comprender el consumo excesivo de alcohol y sus efectos sobre el deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer.
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¿Qué provoca el abuso de alcohol en su cerebro?
En una revisión realizada en 2019 publicada en Frontiers in Neuroscience se abordó la compleja interacción entre el consumo de alcohol y el deterioro cognitivo, señalando que el abuso crónico de alcohol conduce a "cambios en la estructura neuronal causados por neuroadaptaciones complejas". Los investigadores explican:
"En general, el consumo crónico de alcohol conduce a la degeneración de la médula espinal y el sistema nervioso periférico, así como a la desnutrición de las células cerebrales debido a cambios en el metabolismo y la falta de folato y tiamina.
El abuso de alcohol también afecta el sistema dopaminérgico, ya que el consumo recurrente aumenta la tolerancia y suprime el nivel de excitación, es por eso que los adictos consumen dosis cada vez más altas para estimular su sistema de recompensa".
El aumento en la dosis de alcohol, a su vez, puede conducir a la neuroinflamación y la muerte neuronal, y el abuso crónico de alcohol se relaciona con la pérdida de materia gris y los efectos acelerados relacionados con el envejecimiento. Además, los investigadores señalaron que "es posible identificar a los alcohólicos y los controles si se observan las imágenes de resonancia magnética en sus redes de control ejecutivo y redes de recompensa".
La demencia relacionada con el alcohol (ARD por sus siglas en inglés), también puede ocurrir debido al consumo de alcohol, crónico y excesivo, lo que causa síntomas como déficits cognitivos y problemas con la vida profesional y las relaciones sociales. También puede conducir a la degeneración y desmielinización del cuerpo calloso en el cerebro, que es un sello distintivo de la enfermedad de Marchiafava-Bignami, una afección neurológica progresiva relacionada con el alcoholismo.
El alcohol aumenta el riesgo de padecer Alzheimer al reducir el volumen cerebral
La investigación publicada en el Journal of Neuroinflammation reveló que el consumo de alcohol, ya sea excesivo o sin medida, puede aumentar la probabilidad de que el cerebro acumule proteínas beta amiloides dañinas, lo que contribuye al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
El estudio se centró en las células microgliales de ratas, que son células del sistema inmunológico en el cerebro y la médula espinal que trabajan de forma activa para eliminar la beta amiloide en un proceso conocido como fagocitosis. Los investigadores expusieron las células microgliales al alcohol (en un nivel comparable al que se encuentra en las personas que beben en exceso), citocinas inflamatorias o una combinación de alcohol y citoquinas durante 24 horas.
La expresión de más de 300 genes se alteró después de la exposición al alcohol, mientras que la exposición a las citoquinas cambió en más de 3 000 genes y la exposición combinada al alcohol y las citoquinas causó cambios en más de 3 500 genes. Muchos de los genes alterados estaban involucrados en la fagocitosis y la inflamación.
La fagocitosis microglial también se vio afectada por el alcohol, y disminuyó en aproximadamente un 15 % después de una hora de exposición. Aunque las pruebas se realizaron en células de rata aisladas, que significa que el consumo de alcohol en la vida real en los humanos puede conducir a un resultado diferente, sugieren que el alcohol puede dificultar la capacidad de la microglia para eliminar la beta amiloide.
El abuso de alcohol es perjudicial para el cerebro incluso en la edad avanzada, ya que las personas con trastorno por consumo de alcohol tuvieron reducciones en el volumen cerebral, principalmente las personas mayores de 65 años, y se observó incluso en las personas que desarrollaron trastorno por consumo de alcohol en la edad adulta.
Edith V. Sullivan, Ph.D., de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, quien dirigió el estudio, dijo para el Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo:
"Lo sorprendente de nuestro estudio se centró en el envejecimiento acelerado de la estructura cerebral, en especial en la corteza frontal. Incluso aquellas personas que desarrollaron trastorno por consumo de alcohol (AUD, por sus siglas en inglés) severo a una edad más avanzada mostraron una pérdida acelerada. La conclusión de nuestros resultados es que la vejez no protege contra el desarrollo de déficits de volumen cerebral relacionados con AUD".
El efecto del alcohol en la salud cardíaca influye en su cerebro
También existe una interacción compleja entre el consumo de alcohol, la salud cardíaca y cerebral. El consumo excesivo de alcohol daña la salud cardíaca, lo que a su vez afecta el rendimiento cognitivo. Por otro lado, si mejora la salud cardíaca puede mejorar la plasticidad cerebral y conducir a un mejor funcionamiento neurocognitivo.
Por lo tanto, el consumo excesivo de alcohol no solo puede dañar su cerebro de forma directa sino también de forma indirecta a través de daños en su sistema cardiovascular. Los investigadores de Frontiers in Neuroscience señalaron lo siguiente:
"En particular, se supone que la inteligencia fluida y las funciones ejecutivas se mejoran y preservan mientras más activos eran los pacientes y más fuerte sea su sistema cardiovascular, ya que las personas que son físicamente más activas tienen un riesgo general más bajo de padecer enfermedades físicas.
Esto está relacionado con la relación positiva de la función cardiorrespiratoria y las habilidades cognitivas. En consecuencia, la disminución de la función pulmonar se relaciona con problemas de memoria y atención. Se ha descubierto que la tiamina es una sustancia clave en este tema, ya que la falta de tiamina es causada por el abuso de alcohol y daña el sistema cardiovascular".
¿Puede regular el daño cerebral por el consumo de alcohol?
La mejor manera de evitar el daño cerebral causado por el alcohol es abstenerse de beberlo, sobre todo en exceso. Sin embargo, la nicotinamida adenina dinucleótido (NAD) (el precursor alimentario de la niacina y vitamina B3), es importante si bebe en exceso.
Las personas con alcoholismo crónico corren el riesgo de presentar deficiencia de niacina, debido a una reducción en el consumo de niacina y a la interferencia con la conversión de triptófano a NAD. Pequeñas dosis de NAD (de liberación prolongada) pueden ser muy útiles cuando se proporcionan mientras se elimina el alcohol.
El tratamiento ayuda a frenar los antojos de alcohol, desintoxica el cuerpo, elimina el alcohol (u otras drogas) del sistema y alivia los síntomas de abstinencia. Como potente antioxidante, el NAD ayuda a crear energía en las mitocondrias de las células y aumenta la síntesis de neurotransmisores en el cerebro.
Además, se considera como una importante estrategia terapéutica para ayudar a mantener una función óptima en el cerebro y posiblemente para tratar la enfermedad de Alzheimer. La N-acetil cisteína (NAC), una forma de aminoácido, es otra herramienta útil, ya que se sabe que en los roedores reduce el consumo de alcohol y los síntomas de abstinencia, y en los humanos reduce los antojos.
En un estudio realizado en personas que tomaron en promedio un trago a la semana (o bebieron 0.3 días al mes), el NAC aumentó la probabilidad de abstinencia de alcohol y redujo las bebidas y los días de consumo por semana. NAC también es beneficioso para la función cerebral, ya que puede disminuir los niveles del daño oxidativo al proteger la función mitocondrial, y al hacerlo reduce el riesgo de padecer Alzheimer, en especial cuando se combina con ácido lipoico (LA).
El ejercicio ayuda a reducir el consumo de alcohol y proteger la salud cerebral
El ejercicio puede ayudar a mitigar algunos de los riesgos del consumo de alcohol en su cerebro. Los investigadores escribieron en Alcoholism: Clinical & Experimental Research:
"El abuso crónico de alcohol está relacionado con numerosas consecuencias neurobiológicas nocivas, incluida la pérdida de materia gris, el daño a la materia blanca (WM) y el deterioro de las funciones cognitivas y motoras.
Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico ralentiza el deterioro cognitivo y disminuye los cambios neuronales negativos que son el resultado del envejecimiento normal y de varias enfermedades. Es posible que el ejercicio también prevenga o repare el daño neurológico relacionado con el alcohol".
De hecho, el estudio reveló que los bebedores de toda la vida que hacen ejercicio de forma regular tienen menos daño en la materia gris de sus cerebros en comparación con aquellos que hacen ejercicio de vez en cuando o nunca. La materia gris es considerada como el "cableado" del sistema de comunicación cerebral, y se sabe que presenta un deterioro debido al envejecimiento y al consumo de alcohol.
Incluso entre los bebedores crónicos, aquellos que hicieron al menos 2.5 horas de ejercicio moderado a intenso a la semana redujeron significativamente el impacto biológico de su consumo de alcohol, incluida la reducción de algunos de los riesgos de cáncer y mortalidad por todas las causas relacionadas con el consumo de alcohol.
El ejercicio también es una herramienta poderosa para la salud del cerebro, razón por la cual se recomienda que lo haga de forma regular, independiente de su consumo de bebidas alcohólicas. En definitiva, la investigación demuestra que la clave para mantenerse cognitivamente fuerte a medida que envejece, es limitar el consumo de alcohol.