Es posible que la luz ultravioleta (UV) pueda ayudar a tratar el SARS-CoV-2 Sabemos que elimina a los patógenos, en especial en las superficies. También se utiliza en el procesamiento de alimentos, instalaciones de tratamiento de aguas residuales y entornos médicos para eliminar los gérmenes; de hecho, según DukeHealth, puede reducir la transmisibilidad de algunas superbacterias.
William Bryan, jefe de la Dirección de Ciencia y Tecnología del Departamento de Seguridad Nacional, insinuó que la luz UV podría eliminar el coronavirus. Asimismo, la evidencia señala que la luz UV y el ozono, se pueden usar para tratar infecciones virales, incluyendo las infecciones por COVID-19.
Una cura que el tiempo olvidó
La radiación ultravioleta de la sangre (UBI), también conocida como terapia de fotoluminiscencia (PT, por sus siglas en inglés), fue un tratamiento aceptado hasta la década de 1940 y 1950, que se utilizaba para tratar la septicemia, la neumonía, la tuberculosis, la polio, etc. Su popularidad se vio eclipsada por la llegada de los antibióticos de la penicilina y la vacuna Salk contra la polio, desarrollos médicos que se consideraron milagrosos.
Existen dos características notables de la UBI, considerada por la literatura médica como "Una cura que el tiempo olvidó". La primera es que no registró ninguna resistencia a los antibióticos, un fenómeno tan común con los antibióticos que ha limitado su utilidad y ha desarrollado "superbacterias" peligrosas.
En segundo, es posible que su poder de eliminar a los patógenos no se derive de las propiedades que se observan en las superficies, sino de otros mecanismos. Según Advances in Experimental Medicine and Biology:
"La UBI puede mejorar la capacidad de varias células fagocíticas (neutrófilos y células dendríticas), ayudar a inhibir los linfocitos y oxidar los lípidos de la sangre. La naturaleza oxidativa de la UBI puede tener mecanismos semejantes con la terapia de ozono y oxígeno.
La UBI afecta varias funciones de los glóbulos rojos y varios leucocitos diferentes, como se ha demostrado en diferentes estudios in vitro. Un modelo común son las células estimuladoras en cultivos mixtos de leucocitos, así como las células auxiliares en cultivos estimulados por mitógenos. La radiación UV revirtió la producción de citocinas y bloqueo su liberación. La radiación UV también puede alterar la movilización de la membrana celular".
Aunque los investigadores no cuestionan la efectividad de la UBI para tratar las infecciones, abordan cómo no se ha precisado por completo:
"Sin embargo, no es imposible que la muerte de los linfocitos pueda reducir la inflamación sistémica, lo que sería beneficioso en casos de sepsis. También está claro que la UBI puede oxidar lípidos y lipoproteínas en la sangre y aumentar el estrés oxidativo.
Sin embargo, también es posible que un poco de estrés oxidativo pueda ser beneficioso, mientras que los niveles crónicos se han considerado perjudiciales. Muchas defensas están reguladas por una breve exposición al estrés oxidativo, mientras que la naturaleza oxidativa de la UBI nos ha convencido de establecer una estructura con la terapia de ozono".
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Investigaciones tempranas de la UBI
La idea de que la radiación UV podría eliminar a los patógenos surgió de un simple descubrimiento en 1877. Los científicos notaron que el agua azucarada permaneció limpia con la presencia del sol, pero se volvió turbia en la sombra. Cuando se examinó bajo un microscopio, se descubrió que era por el crecimiento bacteriano, ya que la luz UV había retrasado el proceso.
En 1903, Niels Ryberg Finsen ganó el Premio Nobel de Medicina por abrir "una nueva oportunidad para la ciencia" al descubrir el efecto de la radiación para tratar enfermedades, en especial el lupus vulgaris. La primera máquina de UBI fue una "cámara de radiación" circular, y los investigadores de Advances in Experimental Medicine and Biology explicaron lo siguiente:
"Contenía un conjunto de canales que conectaban los puertos de entrada y salida. Todos estos canales estaban cubiertos con una ventana de cuarzo que formaba la parte superior de la cámara.
La cámara de radiación fue diseñada para proporcionar una mayor agitación del flujo sanguíneo, para evitar la formación de una película de sangre en la ventana de la cámara que absorbería y filtraría gran parte de la luz UV".
Hoy en día, están bien establecidos los procedimientos que obtienen y regresan células o tejidos de la misma persona.
Declaraciones sobre la luz UV para el COVID-19
En la actualidad se está desarrollando una versión moderna de la "cámara de radiación" original de UBI, aunque aún se desconoce si es a lo que se refería el presidente Trump. Los médicos del Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles, junto con la compañía farmacéutica Aytu BioScience, están desarrollando un dispositivo con el nombre de "Healight".
Según Nurse.org, "la tecnología Healight suministra luz ultravioleta (UV) A a través de un catéter endotraqueal" en personas bajo ventilación mecánica. Esta luz se "desarrolló por primera vez en 2016 por el equipo de investigación del Programa de Medically Associated Science and Technology (MAST, por sus siglas en inglés) en Cedars-Sinai y dirigida por el Dr. Mark Pimentel".
El enfoque original de la investigación, antes de la pandemia de COVID-19, estaba enfocado al tratamiento de patógenos relacionados con trastornos gastrointestinales. Pero ahora hay esperanzas para tratar a las personas con COVID-19.
"Nuestro equipo ha demostrado que administrar un espectro específico de luz UV-A puede erradicar los virus en las células humanas infectadas (incluyendo el coronavirus) y las bacterias mientras preserva la salud de las células", explicó Pimentel.
El Dr. Ali Rezaie, otro miembro del equipo MAST, explicó lo siguiente: "Creemos que este enfoque tiene el potencial de impactar la morbilidad y mortalidad de personas infectadas con coronavirus y otros patógenos respiratorios".
El presidente y CEO de Aytu, Josh Disbrow, le mencionó a BioWorld que el dispositivo va a combatir el coronavirus desde la raíz (en la tráquea y los pulmones), al reducir la carga viral y mantener la salud celular. La compañía busca la autorización de uso de emergencia de la FDA para que las personas con COVID-19 bajo ventilación mecánica puedan ser tratadas mientras se recopila información de los ensayos clínicos.
La investigación en la revista Transfusion encontró que la luz UV elimina el virus del SARS en la sangre, que es un coronavirus semejante al COVID-19.
En 2015, la UE evaluó un dispositivo similar a Healight pero la FDA aún no lo ha evaluado. Según el fabricante, el sistema UVLrx 1500 "ofrece el primer suministro intravenoso y continuo de ultravioleta-A (UVA)" y debido a su Dry Light Adapter™ y un catéter I.V. "elimina la necesidad de extraer sangre del cuerpo".
Respuestas de los medios sobre estas investigaciones
Los comentarios de Trump y la investigación de Cedars-Sinai obtuvieron una cobertura negativa de los principales medios de comunicación o ninguna cobertura, sin duda por razones políticas. "Para cuando el virus se haya apoderado del cuerpo, ninguna cantidad de luz ultravioleta hará una diferencia", escribió la BBC, sin duda al malinterpretar la investigación.
Ciertos expertos citados en USA Today, explicaron que el tratamiento con UV para combatir el COVID-19 está mal concebido y no se ha probado. La luz UV es "peligrosa", escribió The Washington Post. Se eliminó un video sobre Healight de YouTube, gracias a la censura que las compañías tecnológicas ahora ejercen. Vimeo también eliminó el video de Healight y Twitter suspendió la cuenta de Aytu.
Los principales medios de comunicación se dejaron intimidar por la relación entre los doctores de Cedars-Sinai y Aytu, así como del video de Healight. Los Angeles Times preguntó lo siguiente:
"Ya sea que sea apropiado que una compañía de biotecnología recurra a las animaciones de YouTube y a las publicaciones de Twitter para 'correr la voz' sobre un dispositivo médico que se supone se someterá a revisión de la FDA. ¿Quién se supone que es el público para todo esto? Si no es la FDA, podrían ser los inversionistas quienes han estado menos entusiasmados con Aytu".
Sin embargo, cuando se trata de preguntas sobre para quién están diseñados los avisos de un tratamiento no aprobado, el Times debería cuestionar a la industria farmacéutica. Llama la atención por tratar de generar rumores de esta manera.
En 2010, mientras aún esperaba la aprobación de la FDA para su medicamento flibanserina, Boehringer Ingelheim Pharmaceuticals intentó crear la enfermedad del "trastorno del deseo sexual hipoactivo" para generar una mayor demanda para el medicamento, que la FDA rechazó, al explicar que los beneficios "No superaron los efectos secundarios".
Los "verificadores de síntomas" y los anuncios de "conciencia" de la industria farmacéutica hace lo mismo. Quién había oído hablar de la insuficiencia pancreática exocrina o el trastorno del sueño en el trabajo por turnos y otras condiciones hasta que la industria comenzó a crear las enfermedades para generar una mayor demanda de sus medicamentos O, quién había oído hablar del virus del papiloma humano (VPH) antes de que Merck comenzara su campaña "One Less" cuando se lanzó el medicamento Gardasil.
En lo que respecta a los acuerdos financieros entre los médicos y la industria, la industria farmacéutica escribió las pautas. En 2011, la FDA tuvo que flexibilizar sus normas para los médicos que forman parte de los comités asesores porque no pudo encontrar médicos que no recibían pagos por la industria farmacéutica.
Terapia con ozono para el COVID-19
En medio de una lucha contra una pandemia viral en la que los tratamientos están fallando de manera abismal, también se debe prestar más atención a la terapia de ozono. El oxígeno es uno de los principales factores para curar infecciones. El ozono mejora el suministro de oxígeno al estimular su liberación por la hemoglobina y mejorar la flexibilidad de los glóbulos rojos, lo que permite que los glóbulos rojos se trasladen mejor a través de pequeños capilares.
El óxido nítrico, los antioxidantes y la producción de ATP también mejoran con el ozono, que sirve para mejorar la circulación sanguínea, modular las citocinas y el sistema inmunológico y reducir la inflamación. Dado que el ozono ataca a los lípidos y el COVID-19 es un virus cubierto de lípidos, el ozono reduce o elimina su infecciosidad al destruir la capa de lípidos del virus.
El ozono es peligroso para el epitelio pulmonar respiratorio, por lo que se debe evitar respirarlo. Sin embargo, esta valiosa sustancia natural se puede usar de manera segura en una variedad de formas, incluyendo la infusión a través de la vagina, el recto y el oído en terapias guiadas por médicos experimentados. El ozono también se obtiene del sauna y el agua de ozono.
Es posible generar ozono a partir del aire, pero la forma más conveniente de crearlo a través del agua es por medio de un concentrador de oxígeno. Se puede lograr una alta saturación de oxígeno, del 93 % al 95 %, si el concentrador de oxígeno funciona a una menor velocidad. Sin embargo, este método no es adecuado para otras estrategias de ozono.
Al igual que la UBI, la terapia de ozono desafía las ortodoxias y los beneficios de la medicina y la industria farmacéutica, por lo que no se publica. Sin embargo, está respaldado por evidencia científica. El Dr. Robert Rowen, experto en terapia de ozono, y el Dr. Howard Robins, especialista en terapia biooxidativa, escribieron en Journal of Infectious Diseases and Epidemiology:
“Al tratar la sangre con ozono, los enlaces ricos en electrones de lípidos y otras moléculas reaccionan de manera inmediata. Esto crea metabolitos oxidantes más duraderos conocidos como ozónidos: especies reactivas de oxígeno y productos de oxidación de lípidos, que incluyen peróxidos, peroxilos, alquenos, alcanos.
Estas moléculas parecen actuar como mensajeros de los principales efectos bioquímicos e inmunomoduladores de la terapia. La terapia con ozono podría ser implementada fácilmente en todo el mundo, incluso en países muy pobres. Esta epidemia podría impulsar el estudio de la ozonoterapia, ya que existen pocos tratamientos convencionales para la neumonía viral".
Es posible recibir la terapia de ozono de un médico especializado y obtener más información en el sitio web de Rowen.
Terapia con UV y ozono para el COVID-19
Cuando nos enfrentamos a una pandemia viral, como el COVID-19, que desafía los tratamientos convencionales, es importante pensar de inmediato en su tratamiento. Con demasiada frecuencia, las personas descartan tratamientos más antiguos, al pensar que la medicina y la ciencia han llegado tan lejos desde entonces.
Pero esto quizás no sea verdad. Existen antibióticos que desarrollaron superbacterias resistentes a los antibióticos que ya no se pueden eliminar. Ahora tenemos virus que están mutando más rápido que cualquier tratamiento para combatirlos. Ignoramos la terapia de ozono, la UBI y las nuevas investigaciones sobre ellos, aunque los casos y las muertes por COVID-19 continúan aumentando.