Los antiácidos pueden aumentar el riesgo de COVID-19 en un 300 %

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

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Historia en Breve

  • Investigadores han descubierto que las personas que ingieren inhibidores de la bomba de protones (IBP, por sus siglas en inglés) tienen más probabilidad de dar positivo al COVID-19
  • El entorno de pH que se crea por los IBP puede permitir que el receptor de la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE2), con el cual el virus invade el cuerpo, llegue con más facilidad al tracto gastrointestinal
  • Se descubrió que aquellos que ingerían IBP dos veces al día, tenían más de un riesgo tres veces mayor de contraer COVID-19
  • Los IBP se relacionan con daño hepático y renal, neumonía y también con la infección C difficile y otras afecciones graves, pero los tratamientos naturales pueden reemplazarlos

Casi el 7.8 % de la población adulta de los Estados Unidos ingiere inhibidores de la bomba de protones (IBP, por sus siglas en inglés), medicamentos que se recetan para trastornos relacionados con el ácido, como la acidez estomacal, el reflujo gastroesofágico y la indigestión crónica.

Durante años, estos medicamentos con fama de agresivos han sido una empresa lucrativa de la industria farmacéutica, además de que se les relaciona de manera controversial por ocasionar riesgos a la salud. Los IBP se prescriben en exceso, de manera incorrecta y tienen una excesiva publicidad.

Según un artículo en la revista en línea de medicina Clinical Correlations del NYU Langone, entre el 46 % y el 63 % de los pacientes que se atienden en centros de atención ambulatoria y que ingerían IBP no presentaban ningún malestar gastrointestinal (GI, por sus siglas en inglés) o "indicación documentada de terapia antisecretora". También se utilizan de forma rutinaria en las unidades de cuidados intensivos (UCI).

Aunque inicialmente la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó a los IBP, puesto que su diseño es para que se consuman por no más de ocho semanas, a menudo se usan a largo plazo a pesar de sus riesgos bien documentados. Según las correlaciones clínicas, los IBP:

"… se ingieren de manera inapropiada a largo plazo, lo que lleva a un uso excesivo y significativo de esta clase de medicamentos. Por lo tanto, los IBP representan un objetivo importante para los médicos para reducir el uso innecesario de medicamentos y disminuir los riesgos asociados con la polifarmacia".

Además, los IBP crean un hábito que es difícil de dejar. Hoy en día, los científicos que escriben en el American Journal of Gastroenterology agregaron más información a los riesgos reconocidos de estos medicamentos: han encontrado vínculos entre tomar IBP y el riesgo de desarrollar COVID-19.

Se ha observado un mayor riesgo de contraer COVID-19 con el consumo de IBP

En el estudio, de 86 602 encuestados aptos, 53 130 (61.3 %) mencionaron padecer "dolor o molestias abdominales previas, reflujo ácido, acidez estomacal o regurgitación".

Se les preguntó sobre el uso de IBP y medicamentos antagonistas del receptor H2 (H2RA), que también se recetan para trastornos relacionados con la acidez. De ese grupo, el 3386 (6.4 %) de los participantes informaron que habían dado positivo al COVID-19.

Al analizar los datos, los investigadores descubrieron que las personas que ingerían los IBP una vez al día, tenían el doble de riesgo de contraer COVID-19 que las que no. Para las personas que ingerían los IBP dos veces al día, era aún peor: tenían más de un riesgo tres veces mayor de contraer COVID-19, que aquellos que no los ingerían. Las personas que recibieron H2RA no presentaron un riesgo elevado.

Para descartar datos confusos, se les clasificó como no usuarias a las personas que ingirieron los IBP durante menos de un mes, posiblemente por síntomas similares al COVID-19. Los autores del estudio no encontraron en el análisis que tomar IBP aumentara las probabilidades de informar tales síntomas.

Según los resultados, los investigadores advirtieron:

"Dado que el metanálisis revela que consumir los IBP dos veces al día no representa beneficios clínicamente significativos sobre la dosificación diaria de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, nuestros hallazgos enfatizan que los IBP solo deben usarse cuando están clínicamente indicados en una dosis efectiva más baja".

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¿Qué explica el aumento en el riesgo de COVID-19?

A partir de las observaciones en el entorno médico, los investigadores llegaron a la teoría de que los IBP pueden aumentar el riesgo de COVID-19. 

El Dr. Christopher V Almario, quien fue el autor principal del estudio, dijo: "Desarrollamos esta hipótesis al comienzo de la pandemia de COVID-19, cuando comenzamos a ver una alta incidencia de síntomas gastrointestinales y descubrimos que el virus se excreta en la saliva, y como consecuencia, puede ser tragado al estómago". Almario, autor principal del estudio.

La base de los hallazgos es la inducción de una condición llamada hipoclorhidria, un bajo nivel de ácido estomacal, según los investigadores. La hipoclorhidria perjudica la capacidad del cuerpo para defenderse contra las bacterias y los virus ingeridos. En un estudio, el uso de IBP una vez al día "aumentó las probabilidades de infección entérica en un 33 %".

Como se sabe que el pH ≤3 deteriora la infectividad de un virus similar al COVID-19 (SARS-CoV-1), aunque su efecto sobre el COVID-19 aún no se conoce, los investigadores escribieron:

"Dado a que el SARS-CoV-2 emplea el receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 para invadir y replicarse rápido dentro de los enterocitos, el incremento del pH estomacal> 3 por el uso de los IBP podría permitirle entrar más rápido en el tracto GI, lo que llevaría a la enteritis, colitis y diseminación sistémica a otros órganos, incluidos los pulmones.

Existe una posibilidad biológica para nuestros hallazgos ya que el SARS-CoV-1 similar es sensible al pH y sigue siendo infeccioso a un pH> 3. Ingerir los IBP dos veces al día puede conducir a un pH intragástrico mediano de 24 horas> 6 y mantener un pH> 4 durante más de 20 horas.

También encontramos evidencia de una relación dosis-respuesta ya que aquellos que usan los IBP dos veces al día tienen mayores probabilidades de dar positivo al COVID-19 en comparación con los que ingieren los IBP de dosis más bajas o los que no los consumen en absoluto. Además, las personas que toman los H2RA menos potentes no tienen mayor riesgo".

Los investigadores discuten el estudio

Cuando escucharon los resultados del estudio, muchas de las personas que tomaban los IBP querían dejarlos de golpe. Pero el Dr. Brennan Spiegel, uno de los autores del estudio, no lo recomienda.

"Este estudio no está sugiriendo dejar de tomar los IBP. Como siempre, la decisión entre sí o no, cuándo y cómo modificar la dosis de los IBP debe basarse en una evaluación cuidadosa de la relación riesgo-beneficio de cada paciente.

Al igual que con cualquier medicamento, se debe usar la dosis efectiva más baja cuando esté clínicamente indicado, cuando sea apropiado y consistente con las pautas de mejores prácticas, los H2RA también se pueden considerar como un tratamiento alternativo para afecciones relacionadas con el ácido".

En la investigación los H2RA que son medicamentos como Pepcid, Tagamet y Zantac, que por lo general están disponibles sin receta, no se relacionan con contraer el COVID-19. Se consideran más seguros que los IBP y se sugiere su uso como una forma de suspender los IBP al disminuir el tratamiento.

Sin embargo, el H2RA, Zantac, tiene su propia etiqueta de alerta. En 2019, la FDA dijo que las pruebas revelaron la presencia del carcinógeno N-nitrosodimetilamina (NDMA) en Zantac, cuyo nombre genérico es ranitidina. De acuerdo con el Harvard Health Publishing:

"La NDMA es un contaminante ambiental que se encuentra en el agua y los alimentos, incluidos los productos lácteos, los vegetales y las carnes a la parrilla. Su clasificación como probable carcinógeno se basa en estudios en animales; los estudios en humanos son muy limitados".

En abril de 2020, la FDA solicitó a los fabricantes que retiraran del mercado todos los medicamentos de Zantac, tanto recetados como de venta libre.

Los IBP son peligrosos, independientemente de su relación con el COVID-19

El diseño de los IBP sirve para reducir el ácido en el estómago, pero el ácido clorhídrico, junto con la pepsina, es necesario para descomponer las proteínas en el tracto intestinal. El consumo de IBP ocasiona la reducción del ácido, lo que modifica la absorción de nutrientes y dificulta la digestión.

Cuando no hay una degradación adecuada de proteínas, puede incrementarse la posibilidad de experimentar disbiosis o desequilibrio en el microbioma intestinal entre las bacterias patógenas y beneficiosas. Esta condición abre la puerta a una serie de otros problemas como cándida, Helicobacter pylori (H. pylori), infección C difficile y fugas intestinales.

Además, cuando las personas sufren de acidez estomacal, reflujo gastroesofágico e indigestión crónica, el problema rara vez surge por tener demasiado ácido. Los pacientes con estos malestares también sufren otros problemas estomacales, que pueden abordarse con una dieta saludable y tratamientos naturales.

Lo más probable es que no exista suficiente ácido, a menos que una endoscopia confirme los niveles altos de este en el estómago.

Los IBP tienen efectos secundarios graves y usos limitados

Según el gastroenterólogo Dr. Mitchell Katz, los IBP tienen garantía sobre pocas afecciones, que incluyen:

  • Esofagitis ulcerosa
  • Reflujo gastroesofágico
  • Síndrome de Zollinger-Ellison
  • Las bacterias H. pylori.

Es irresponsable recetar los IBP para otras condiciones, pues están vinculados a muchas afecciones, como lo mencione anteriormente. De acuerdo con The New York Times:

"Numerosos estudios demostraron el riesgo elevado de fracturas óseas por osteoporosis en pacientes que ingieren los IBP, aunque los resultados no son consistentes. Es posible que el cambio en la acidez del estómago reduzca la capacidad del cuerpo para absorber el calcio".

En específico, los IBP ocasionan problemas en las personas mayores, escribió el Times. El Dr. Ian Logan, un médico escocés, dijo:

"Cuando los pacientes ingresaron a nuestras salas geriátricas, muchos de ellos no sabían las indicaciones claras para ingerir estos medicamentos … Y los consumieron durante mucho más tiempo del que deberían … Tienen efectos secundarios significativos, especialmente en pacientes mayores".

Entre los efectos secundarios que se observan con frecuencia se encuentran un mayor riesgo de neumonía, infecciones gastrointestinales y diarrea severa. Estos son otros riesgos de los IBP que han sido científicamente documentados:

Mayor riesgo de ataque al corazón

Reacciones alérgicas graves

Problemas renales

Síndrome de Stevens-Johnson

Mayor riesgo de fracturas

Mayor riesgo de neumonía

Pancreatitis

Mayor riesgo de infección C difficile

Disfunción hepática

Deficiencias de hierro y B12

Cómo dejar de ingerir los IBP

Si ya está tomando los IBP y desea reducir la dosis, esto es posible si se hace de manera gradual. Una vez que llegue a la dosis más baja, puede comenzar a sustituirlos por un bloqueador H2 de venta libre como Tagamet o Cimetidina, pero no Zantac o ranitidina.

Después retire gradualmente el bloqueador H2 durante las próximas semanas mientras implementa las estrategias de estilo de vida que se abordan a continuación. Como siempre, asegúrese de consultar con su médico antes de comenzar a ingerir cualquier medicamento al que ya está tomando.

Alternativas seguras y naturales para la acidez estomacal, el reflujo ácido y la indigestión

Consuma suficientes probióticos. Esto ayudará a equilibrar su microbioma intestinal, lo que puede eliminar las bacterias helicobacter de forma natural.

Elimine los desencadenantes de alergias. Las alergias alimentarias pueden ser un problema, por lo que es mejor eliminar por completo la cafeína, el alcohol y todos los productos de nicotina.

Aumente la producción natural de ácido estomacal. Comience con sal marina de alta calidad (sal sin procesar) como la sal del Himalaya.

Tome un suplemento de ácido clorhídrico. Pruebe un suplemento de clorhidrato de betaína, que está disponible en las tiendas naturistas sin receta médica.

Modifique su dieta. Coma muchas verduras y alimentos orgánicos, biodinámicos y locales de alta calidad.

Optimice sus niveles de vitamina D. La vitamina D ayuda a combatir enfermedades infecciosas.

Hay muchas alternativas seguras a los IBP

En resumen, los IBP están relacionados con muchos efectos secundarios graves, por lo que el 7.8 % de la población adulta de los Estados Unidos que los ingiere puede estar en riesgo.

Sin embargo, las afecciones dolorosas relacionadas con el ácido y por lo cual las personas ingieren los IBP de manera cotidiana, se pueden aliviar con cambios simples en el estilo de vida. Estos cambios son muy importantes por su relación entre los IBP y el COVID-19.

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