La iglesia católica dice que la vacuna de Johnson & Johnson está "moralmente comprometida"

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

células fetales abortadas en vacunas

Historia en Breve

  • La arquidiócesis de Nueva Orleans se refirió a la vacuna de Johnson & Johnson contra el COVID-19 como "moralmente comprometida", ya que utiliza líneas celulares de fetos abortados para el desarrollo y producción de la inyección
  • Seis fabricantes de vacunas utilizan al menos una línea celular derivada del aborto para desarrollar las vacunas contra el COVID-19, incluyendo a AstraZeneca y Johnson & Johnson
  • Los efectos secundarios de la vacuna incluyen migrañas, anafilaxia, convulsiones, parálisis y muerte súbita. Los expertos creen que los efectos a largo plazo de la terapia génica podrían incluir enfermedades priónicas como el Alzheimer, cáncer, enfermedades renales y lesiones microvasculares en el cerebro, el hígado y el corazón

La Arquidiócesis de Nueva Orleans advirtió a los católicos que la vacuna de Johnson & Johnson contra el COVID-19 está “moralmente comprometida”, ya que en la producción de la vacuna se utiliza líneas celulares de fetos abortados.

Esta es la preocupación más reciente en un número creciente de desafíos relacionados con las vacunas contra el COVID-19, las cuales se desarrollaron bajo la Operación “Warp Speed” para acelerar el desarrollo y distribución de una "vacuna". En menos de un año, varias compañías farmacéuticas supuestamente lograron lo que a menudo toma hasta 15 años.

Sin embargo, el término "vacuna", relacionado con la inyección contra el COVID-19, es un nombre inapropiado, ya que no cumple con la definición médica o legal de una vacuna.

Mejor debe considerarse como una terapia genética que está acompañada de una lista considerable de posibles problemas a largo plazo, entre los cuales se destaca la preocupante evidencia que sugiere que algunas de las inyecciones de ARNm podrían causar enfermedades priónicas como el Alzheimer y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Con respecto a esto, el Dr. Bart Classen afirma lo siguiente:

“El desarrollo de una nueva tecnología de vacunas tuvo muchos problemas en el pasado. Las vacunas actuales del SARSCoV-2 basadas en ARN fueron aprobadas en los Estados Unidos por medio de una orden de emergencia sin pruebas de seguridad extensivas a largo plazo. Los resultados indican que el ARN de la vacuna tiene secuencias específicas que podrían inducir a TDP-43 y FUS a plegarse en sus confirmaciones patológicas de priones.

El hallazgo adjunto, así como los riesgos potenciales adicionales, llevan al autor a creer que la aprobación regulatoria de las vacunas basadas en ARN para el SARS-CoV-2 fue prematura y que la vacuna podría causar muchos más daños que beneficios".

En medio de los desafíos de los efectos físicos adversos de las vacunas, la falta de pruebas adecuadas y los métodos clandestinos con los cuales la vacuna podría volverse obligatoria, muchas personas se enfrentan al dilema moral de ser inyectadas con material genético derivado de cultivos de células de fetos abortados.

Se utilizan cultivos de células de fetos abortados para producir vacunas

El 27 de febrero del 2021, la Administración de Alimentos y Medicamentos autorizó el uso de emergencia para la vacuna de dosis única contra el COVID-19 de Johnson & Johnson. Al mismo tiempo, la Arquidiócesis de Nueva Orleans anunció que la vacuna está "moralmente comprometida, ya que utiliza la línea celular derivada del aborto para desarrollarla y producirla, así como en las pruebas".

Además de la advertencia de que los católicos deben evitar la vacuna de Johnson & Johnson debido a su "uso extensivo de líneas celulares derivadas del aborto", la Arquidiócesis reconoció lo siguiente:

"... fueron algunas pruebas de laboratorio las que utilizaron la línea celular derivada del aborto, las dos vacunas actualmente disponibles de Pfizer y Moderna no utilizan líneas celulares de abortos en el proceso de fabricación y, por lo tanto, pueden ser moralmente aceptables para los católicos, ya que la relación con el aborto es remota".

Hay otros miembros del clero que no están de acuerdo con el uso de cualquiera de las vacunas disponibles para COVID-19, ya que como lo indica la declaración anterior, se usaron líneas celulares derivadas del aborto en las pruebas de laboratorio. Sin embargo, el Vaticano se pronunció agresivamente a favor de la vacuna y aprobó su uso diciendo lo siguiente:

"En este sentido, cuando las vacunas contra el COVID-19 éticamente irreprochables no están disponibles, es moralmente aceptable recibir vacunas contra el COVID-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción".

El debate dentro de la Iglesia Católica tiene una larga historia, que se centra en el uso de células HEK293 que se extrajeron de un feto abortado a principios de la década de 1970. El desacuerdo deja a muchas personas dentro de la iglesia sin una guía clara por parte de los líderes religiosos.

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Semántica y tecnicismos que se utilizan para desacreditar la verdad

Gran parte de la confusión sobre el uso de tejido fetal abortado en las pruebas y en la producción de la vacuna, se puede resumir en una declaración del periódico The Washington Post, que decía en la versión archivada de un artículo del 2 de marzo del 2021: “Las células que se usan ahora, como las que se usan en la vacuna de Johnson & Johnson, no son del tejido original del feto”. También cabe señalar que una versión actualizada del mismo artículo elimina esta cita sin mencionar que el artículo fue modificado.

Este es un error común que se ha perpetuado en los medios de comunicación, los cuales utilizan un lenguaje general para describir el proceso, que es exactamente lo que usan los verificadores de hechos autodeclarados cuando califican algo como falso o engañoso.

Han existido varias líneas celulares utilizadas en el desarrollo de vacunas y que se originaron de fetos abortados. Seis fabricantes de vacunas utilizan al menos una de estas líneas celulares en el desarrollo de vacunas contra el COVID-19, incluyendo a AstraZeneca y Johnson & Johnson.

Los verificadores de hechos etiquetan como “falsas” las afirmaciones de que las líneas celulares de un feto abortado se utilizaron para la prueba y desarrollo de la vacuna por varias razones. Algunos críticos de las líneas celulares derivadas del aborto afirmaron que las vacunas contienen las células y, dado que las vacunas no contienen células derivadas del aborto directamente, toda la afirmación está etiquetada como falsa.

En otros casos, los verificadores de hechos afirman que las líneas celulares no son originales, sino más bien un clon. Aunque podría haber algunas personas preocupadas por el hecho de que la vacuna podría contener células, por lo general, el rechazo moral es el uso de células de fetos abortados en la investigación y el desarrollo médico.

Cualquiera que sea la preocupación, se ha hecho evidente que los verificadores de hechos tratan de disuadir a las personas de tener una conversación pública sobre la ética del uso de líneas celulares derivadas del aborto.

De hecho, las líneas celulares fetales se utilizan durante la producción de ciertas vacunas y la afirmación de que las células son clones de la original es como decir que su cuerpo de 20 o 40 años ya no es su cuerpo, debido a que todas las células son copias de cuando era un bebé.

En esencia, son un clon de las células originales. Sin embargo, no hay diferencia entre las células que crecen y se multiplican en una caja de Petri, y las que crecen y se multiplican en su cuerpo durante su vida. Si las células en su cuerpo siguen siendo usted, entonces las células de la caja de Petri siguen siendo las del feto abortado original.

Los informes de efectos secundarios aumentan muy rápido

Los efectos secundarios de las terapias genéticas de ARNm que se utilizan para crear nuevas "vacunas" son inevitables. El material genético convierte sus células en biorreactores que producen proteínas virales para causar una respuesta inmunológica. La evidencia histórica y preliminar demuestra que hay efectos secundarios a corto y largo plazo.

Como lo explica la Dra. Judy Mikovits, en su entrevista presentada en el artículo: “Las vacunas contra el COVID-19 podrían destruir la vida de millones de personas”, el ARNm es sintético y el cuerpo lo ve como "no propio". Esto puede provocar la producción de autoanticuerpos para atacar sus propios tejidos.

Los efectos secundarios más reportados en las personas que ya recibieron las vacunas de ARNm de Pfizer y Moderna incluyen síntomas que sugieren daño neurológico.

Desde que las vacunas comenzaron a distribuirse, algunos de los efectos secundarios han incluido reacciones alérgicas graves, incluyendo anafilaxia, ataques y convulsiones, dolor de cabeza persistente y migraña, parálisis y muerte súbita en cuestión de horas o días.

La Dra. Mikovits predice un aumento de enfermedades neurológicas y neurodegenerativas, como psicosis, parkinson, migrañas, ELA y trastornos del sueño. También cree que también habrá un aumento en los síndromes de dolor como la fibromialgia, así como diferentes tipos de cáncer, enfermedades renales y artritis reumatoide, solo por nombrar algunos.

Además, el Dr. J. Patrick Whelan, reumatólogo pediátrico especializado en síndrome inflamatorio multisistémico, envió un comentario público a la FDA en diciembre del 2020, en el que expresó su preocupación por el hecho de que las vacunas de ARNm tienen "el potencial de causar daño microvascular al cerebro, corazón, hígado y riñones en maneras que no se analizaron en los ensayos de seguridad".

Citó una investigación que demuestra que "la proteína Spike en las células endoteliales del cerebro se relaciona con la formación de microtrombos (coágulos)". Parece que "las proteínas virales parecen causar daño tisular sin replicar el virus".

Los gobiernos son víctimas del “chantaje” para asegurar ofertas de vacunas

Dentro de los Estados Unidos, los fabricantes de vacunas son exentos de cualquier responsabilidad por las lesiones que ocurren a raíz de la vacuna contra el COVID-19, bajo la Ley PREP. Si tiene alguna lesión debe presentar un reclamo de compensación ante el Programa de Compensación por Daños Causados por Contramedidas (CICP, por sus siglas en inglés). Esto es financiado por los contribuyentes a través de la asignación del Congreso al Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (DHHS, por sus siglas en inglés).

Aunque es similar al Programa Nacional de Compensación de Lesiones Causadas por Vacunas (NVICP, por sus siglas en inglés), el CICP es menos generoso cuando se trata de compensar. Usted será responsable por los honorarios de los abogados y de los testigos expertos.

Otro problema es que este programa se administra dentro del DHHS, entidad que también patrocina el programa de vacunas contra el COVID-19. Este es un conflicto de interés que hace que sea menos probable que el CICP encuentre errores en la vacuna.

Sin embargo, en muchos países fuera de los Estados Unidos, los fabricantes de medicamentos no gozan de tal protección. Aunque la mayoría de los gobiernos ofrecen una exención de responsabilidad a los fabricantes de vacunas, existen algunos que no lo han hecho. De acuerdo con la Oficina de Periodismo de Investigación, Pfizer solicitó que los activos soberanos en Argentina y Brasil se designaran para cualquier costo legal que podría presentarse en el futuro.

Los funcionarios de Argentina y de otro país latinoamericano, que no se puede revelar su nombre ya que firmó un acuerdo de confidencialidad con Pfizer, le dijeron a un periodista de la Oficina de Periodismo de Investigación lo siguiente:

"Las demandas de Pfizer fueron más allá de las de otras compañías de vacunas, y más allá de las de Covax, una organización creada para garantizar que los países de bajos ingresos puedan acceder a las vacunas, que también exige que sus miembros indemnicen a los fabricantes".

Haga su propio análisis antes de tomar una decisión

Antes de vacunarse, es importante que realice su propio análisis del riesgo y del beneficio con base en sus creencias morales y científicas. Es fundamental tener cuidado al tomar una decisión antes de utilizar la terapia génica experimental.

También es importante recordar que la letalidad del COVID-19 es baja, más baja que la de la gripe para las personas menores de 60 años. Si tiene menos de 40 años, su riesgo de morir es solo del 0.01 %. Esto significa que tiene un 99.99 % de posibilidades de sobrevivir a la infección, lo cual puede mejorar a un 99.999 % si es metabólicamente flexible, tiene sensibilidad a la insulina y niveles óptimos de vitamina D.

Las vacunas de ARNm no están diseñadas para prevenir infecciones, solo para reducir la gravedad de los síntomas. Mientras tanto, también tiene la posibilidad de enfermarse mucho más una vez expuesto al virus, o podría provocar efectos secundarios graves y persistentes como los que se revisaron anteriormente.

Lo invito a que se tome el tiempo para analizar los posibles riesgos y beneficios en función de su situación antes de tomar una decisión de la que podría arrepentirse por el resto de su vida. Sin duda, Pfizer y otros fabricantes de vacunas sospechan de esto también, por lo que solicitan una indemnización a todos los gobiernos y trabajan arduamente para suprimir cualquier debate público sobre la moralidad o la ciencia detrás de la vacuna.