Desde principios del 2020, ha sido un tema de debate si los confinamientos, cierres y otras medidas restrictivas pueden funcionar o no para reducir la cantidad de infecciones y muertes por COVID-19. A medida que los expertos en salud observan las estadísticas mundiales, se han visto obstaculizados por la baja tasa de infección y muerte en África subsahariana,1 en comparación con las naciones industrializadas que utilizaron varias medidas de confinamiento para detener la propagación.
En todo el mundo, los países han adoptado diferentes enfoques para abordar la propagación del SARS-CoV-2. En un breve documental lanzado por CAN films, comparan los resultados de COVID-19 en Escocia y Suecia.2 Para marzo de 2020,3 Escocia había implementado confinamientos estrictos, cierres de escuelas y otros lugares sociales. Amenazaron a las personas con multas policiales si salían a la calle para otra cosa que no fuera hacer ejercicio una vez al día, ir a trabajar o a comprar comida.4
Por otro lado, Suecia manejó la pandemia de manera diferente a la mayor parte del mundo y en un principio la denigraron por aplicar restricciones más flexibles y la falta de medidas de confinamiento severas.5 En octubre de 2020, TIME calificó la respuesta como un "desastre",6 pero los datos demostraron que la tasa de mortalidad en Suecia coincidió con la de otros años.7 En otras palabras, el exceso de muertes que podrían atribuirse al COVID-19 fue mínimo.
La información que recopiló CAN films demostró que la respuesta en Suecia, que tiene casi el doble de la población de Escocia, tuvo un impacto menor en la economía y la salud de su población, así como casi la mitad del porcentaje de muertes en exceso como lo hizo Escocia.8 Escocia tuvo tres confinamientos, 64 escuelas cerradas y un aumento del 54 % en el peso de las personas, mientras que Suecia no tuvo confinamientos, cierres de escuelas ni aumentos de peso.
África subsahariana ha sabido manejar el COVID-19
Durante la celebración del Día de Acción de Gracias del 2021, los medios de comunicación dieron la noticia de una nueva variante del COVID-19, bautizada con el nombre de Omicron, que se identificó en Sudáfrica.9 Esta variante es diferente porque los médicos reportan síntomas "inusuales" pero leves, y la fatiga es el síntoma más común. En respuesta, todos los países se apresuraron a cancelar las entradas y salidas a Sudáfrica.
Cabe destacar que las medidas que tomó África durante la pandemia variaron según el país, sin embargo, la tasa de infección y muerte fue estable y baja en todo el continente.10 Durante el último año hubo reportes de áreas pequeñas en el mundo donde la cantidad de infecciones, muertes o tasas de letalidad ha sido menor que en el resto del mundo.
Por ejemplo,11 el estado de Uttar Pradesh de la India reportó una tasa de recuperación del 98.6 % y no más infecciones. Por otro lado, parece que todo el continente africano esquivó la gran cantidad de infecciones y muertes previstas para estos países de bajos recursos y ciudades superpobladas.
Las primeras estimaciones eran que millones de personas morirían cuando la pandemia llegara a África. Sin embargo, eso aún no sucede. De acuerdo con AP News,12 menos del 6 % de las personas del continente recibieron la vacuna y durante meses, la Organización Mundial de la Salud ha calificado a África como "una de las regiones menos afectadas del mundo".13
En un concurrido mercado en las afueras de Harare, AP News habló con Nyasha Ndou, quien lleva una cubrebocas en el bolsillo. En el mercado también había cientos de otras personas, en su mayoría sin cubrebocas. Ndou explicó porque traía el cubrebocas en su bolsillo:14
"El COVID-19 se acabó, ¿cuándo fue la última vez que escuchó que alguien murió por COVID-19? El cubrebocas es para proteger mi bolsillo. La policía exige sobornos, así que pierdo dinero si no salgo con un cubrebocas".
De acuerdo con datos de WorldoMeter, la población de África15 constituye el 17.46 % de la población mundial,16 sin embargo, AP News reporta que los datos de la OMS revelan que las muertes en África representan el 3 % del total mundial, mientras que las muertes en países con mejor atención médica son mucho más altas, como el 46 % en las Américas y el 29 % en Europa.17
Nigeria tiene la población más alta de África y el gobierno solo ha registrado 3 000 muertes de los 200 millones de personas que viven en el país. AP News informa que en los Estados Unidos hay muchas muertes cada dos o tres días.18
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Algunos confinamientos anticipados lograron una menor cantidad de infecciones
En todo el mundo, los países y las comunidades permanecieron en casa para supuestamente ayudar a "aplanar la curva" y detener la propagación del virus. Lesotho, el país sin litoral más austral del mundo y rodeado por Sudáfrica, cerró su país y sus fronteras antes de que alguien se enfermara.19
En marzo de 2020, el país declaró una emergencia, cerró las escuelas y entró en un confinamiento de tres semanas. A principios de mayo, se levantó el confinamiento y el país reportó sus primeros casos confirmados. La BBC informó en octubre de 2020 que en un país con 2 millones de personas solo se registraron 40 muertes en cinco meses y aproximadamente 1 700 casos.20
Esa cantidad aumentó a 4 137 casos en enero de 2021, ya que los ciudadanos de Sudáfrica cruzaban la frontera durante la temporada navideña.21 Además de los cruces fronterizos, el gobierno liberó a las personas de la cuarentena antes de tiempo por preocupaciones de gastos.
Sin embargo, los expertos creen que miles de personas cruzaron la frontera de manera ilegal porque no pudieron pagar su prueba de COVID-19.22 En respuesta a la gran cantidad de casos de COVID-19 en enero, el primer ministro impuso un toque de queda en lugares sociales como bares y clubes nocturnos a las 8 pm.
Aunque es posible que la rápida acción que tomaron algunos países para confinar a su población frenó la propagación del virus en los primeros días, el SARS-CoV-2 es un virus endémico. Esto significa que está en el medio ambiente y ninguna medida de confinamiento terminará con el virus.
También significa que una vez que se retiren esas medias, el virus se propagará al igual que los virus de la gripe y el resfriado. Los países como Lesotho que aplicaron las medidas de confinamiento desde un principio han experimentado infecciones después de levantarlas. La única ventaja de aplanar la curva y reducir la cantidad de infecciones al principio de la pandemia fue que los médicos podrían haber aprovechado el tiempo para mejorar los protocolos de tratamiento.
El Dr. Vladimir Zelenko23 y la Front Line COVID-19 Critical Care Alliance24 son dos ejemplos de médicos y grupos de médicos que desarrollaron protocolos de tratamiento exitosos durante 202025,26,27,28 y que lograron reducir la cantidad de personas con enfermedades graves o secuelas.
Factores que podrían influir en la tasa de infección
El video está disponible solo en inglés
Existen varios factores que podrían influir en las tasas de infección en África. En el video anterior, el Dr. John Campbell señala la reducción en los casos de COVID-19 en Japón que comenzó en agosto, solo 12 días después de que los médicos pudieran prescribir de manera legar la ivermectina a sus pacientes.29
Al utilizar el traductor de Google,30 el Dr. Campbell se enteró que el Dr. Haruo Ozaki, presidente de la Asociación Médica de Tokio, descubrió la baja cantidad de infecciones y muertes en África, donde muchas personas utilizan ivermectina de manera profiláctica31 y como estrategia para tratar la oncocercosis,32 una enfermedad parasitaria también conocida como ceguera de los ríos. Más del 99 % de las personas infectadas viven en 31 países africanos.
Otros medicamentos comunes en África también han demostrado ser efectivos contra el COVID-19. Por ejemplo, la hidroxicloroquina y la cloroquina se han utilizado durante mucho tiempo para prevenir y tratar el paludismo.33 El Dr. Zelenko ha publicado resultados exitosos al utilizar la hidroxicloroquina contra el COVID-19.
La malaria es una de las principales causas de muerte en muchas naciones en desarrollo de África. La enfermedad la provoca un parásito portado por un mosquito hembra infectado34 y se caracteriza por síntomas similares a los de la gripe. Cuando la enfermedad no se trata a tiempo, aumenta el riesgo de complicaciones y muerte. De acuerdo con la OMS35 se diagnosticaron 219 millones de casos de malaria en 2017 y el 92 % de ellos se produjeron en la región africana.
Por último, la artemisia annua, también conocida como ajenjo dulce, es una hierba que se utiliza en terapias combinadas para tratar la malaria.36 Se utilizó en la medicina tradicional china durante más de 2 000 años para tratar la fiebre. Hoy en día, la artemisinina, un metabolito de la artemisia, es una opción terapéutica para la malaria. La planta también se ha estudiado desde el brote de SARS de 2003 para tratar el coronavirus, y ha demostrado buenos resultados.37,38
Al igual como la BBC39 señala, la edad promedio en la mayoría de los países africanos es mucho más baja que en el resto del mundo. Debido a que muchas de las personas que han muerto tienen más de 80 años y la edad media en África es de 19 años, es mucho menos probable que las infecciones provoquen la muerte. Solo el 3 % de la población tiene más de 65 años, en comparación con el 16.9 % en América del Norte40 y el 19.2 % en Europa.41
Además, no son tan comunes las instalaciones de casas de retiro en los países africanos.42 El clima también podría influir en quién contrae COVID. Al comienzo de la pandemia, investigadores de la Universidad de Maryland43,44 descubrieron que existía una correlación entre la propagación del COVID-19 y la temperatura, humedad y la latitud. Descubrieron que, al parecer, el virus se propaga mejor cuando la humedad y la temperatura descienden.
Además, el clima templado y los cielos soleados como los que se ven en África aumentan la probabilidad de que una población tenga niveles óptimos de vitamina D. Los investigadores descubrieron que mantener niveles óptimos de vitamina D reduce el potencial de infección y disminuye el riesgo de enfermedad grave.45,46,47
¿Qué sentido tiene la vacuna en África subsahariana?
La baja cantidad de casos de COVID-19 en la población de África subsahariana continúa a pesar de una tasa de vacunación inferior al 6 %. Mientras tanto. Las tasas de vacunación de las naciones occidentales aumentan, sin embargo, luchan con el aumento de las tasas de infección y muerte. Gracias a estadísticas como esta nos preguntamos, ¿por qué los funcionarios nigerianos ignoran las bajas cantidades y el estado de salud del país al anunciar que aumentarían su calendario de vacunación, con la esperanza de vacunar a la mitad de la población antes de febrero?48
En pocas palabras, su objetivo es la "inmunidad colectiva" en una población que no sufre. Oyewale Tomori, es un virólogo de Nigeria que forma parte de varios grupos asesores de la OMS. Él cree que el nivel de vacunación no tiene qué ser tan alto como en Occidente. Salim.
Pero Abdool Karim, un epidemiólogo de Sudáfrica que ha asesorado al gobierno sobre el COVID-19, no está de acuerdo. Él solicita un programa de vacunación total para "prepararse para la próxima ola",49 lo que contradice lo que ha sucedido en África en los últimos 20 meses. Dice que, "Al observar lo que sucede en Europa, la probabilidad de que se extiendan más casos aquí es muy alta".
Entonces, dado que los países africanos que han tenido tasas más bajas de infección y muerte desde el comienzo de la pandemia vacunan a más personas, uno no puede evitar preguntarse: una vez que acepten los programas de vacunación, ¿aumentarán las tasas de mortalidad como sucede en otras áreas del mundo donde los niveles de vacunación son altos?50,51,52
De ser así, ¿cómo explicarán los "expertos de salud" el repentino aumento de la cantidad de infecciones y muertes en un continente que hasta ahora ha evitado los niveles pandémicos del COVID-19?